domingo, 2 de octubre de 2011

Plugged

Plugged.
-Quiero que me beses, pero no como a él. Quiero que abras la boca y dejes que mi lengua roce la tuya. ¿Entiendes Bella? No quiero que te despegues de mí hasta que yo lo haga, si no ya sabes lo que te espera.
Respiré hondo. No iba a perdonar en mi vida Edward. Pero debia de actuar rápido. Si mamá se enteraba que me habia besado con Thomas me pegaría una buena torta….
-Está bien. Pero prométeme que no le diras nada a mamá, nunca.
Él sonrió satisfecho y asintió con la cabeza, mirándome a los labios.
Cerré los ojos con fuerza y esperé aquel beso.
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Capitulo 12.


Los labios de Edward capturaron los míos; sobresaltándome. Eran suaves y cálidos. No era tan repugnante como yo creía que seria, pero él, fue ayudándose de sus dientes para abrir mi boca y adentrarse con su lengua en mi espacio bucal. Comenzó a pasear la punta de su lengua con la mia, que se mantenía tensa. Y enroscarla para estirar mas de mí y colocarme sobre su cuerpo.
Aquello era asqueroso. Comencé a sentirme mal y la madre naturaleza y la gravedad hicieron el resto.
Me dió un fuerte empujón y me mandó de un espaldarazo sobre la arena.
-¡Maldita cria de mierda! ¡Me has vomitado encima! ¿Te ha dado asco? ¡Mi beso te ha dado asco! .- Se quitó la camiseta; ya que se le habia puesto hecha unos zorros.- Debo de estar loco…..- me miró de una manera que no pude calificar y se marchó de allí, siseando palabras malsonantes de mi persona.
FIN DEL FLASH BACK.


Habia recordado todo como si lo hubiese vivido en aquellos mismos momentos. Mi espalda se habia tensado, tanto Emmet como Edward y su pequeña putita me miraba con los ojos como platos. ¿Estaban esperando mi reacción? Desde luego Emmet sabia toda la historia por Edward, si no… no puedo explicarme como sacó aquel tema acolación…claro; era porque no recordaba mis veranos con Edward, Emmet , Jacob y Alice en la playa de LaPush. Mi mente habia sacado aquella vivencia de un plumazo, porque era un recuerdo tan desagradable como asqueroso.
-Tenia diez años.- dije en un susurro.
-¡Le vomitaste a Edward encima!.- El cabronazo de Emmet habia estallado en carcajadas y se hallaba tirado por el suelo, desternillándose de risa a mi consta.-¡Te vomitó por tu estupenda pericia, Edward!.- volvió a revolcarse de nuevo, haciéndose cada vez mas fuertes sus carcajadas.
-Juro que si viene la policía Emmet, dejo que te lleven y pasas toda la puta noche en el calabozo.- La voz ronca de Edward, me hizo poner mi vello de puta e intenté escapar de sus dominios a como diera lugar.
-Me marcho. Ya he recordado bastante y tengo que aprender a vivir con ello.- Miré a Emmet que se estaba limpiando las lagrimas de sus ojos a causa de la risa e hice un gesto de repulsión con la boca; mirando de hurtadillas a Edward.
-Para. Bella.- comenzó a reir de nuevo.- No quiero morir joven.- espetó conteniendo la carcajada.
Caminé hacia la puerta y sentí la presencia de alguien a mi espalda. No me volví para ver quien era; pero tampoco hacia falta. Su embriagadora y escandalosa esencia lo delataba.
Sujeté el pomo de la puerta para abrirla y una de sus manos; de dedos largos y fuertes aprisionó los míos suavemente, dejándonos casi pegados. Podía sentir la calidez de su respiración en mi cabeza. Cerré los ojos algo alterada y arrastré mis dedos, lejos de los de él.
-Buenas noches Edward.- inquirí fría y tensa, antes de cruzar el umbral de su puerta sin girarme si quiera.
Al llegar a mi apartamento, corrí hacia mi cama para hacerme un ovillo. ¿Qué pretendia aquella pesadilla andante que tenia por jefe? Aquel gesto, lejos de haber sido repugnante, me habia gustado. Su mano, cálida habia abarcado toda la mia apretándola para dejar de sujetar el pomo de la puerta y no girarlo. ¿No quería que me marchara? Me dormí haciéndome todas aquellas preguntas, que no tendrían nunca respuesta, ya que Edward Cullen no me importaba ni lo mas mínimo como persona.

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Una semana….una semana de puto infierno y ahora me marchaba con el a la ciudad del puto amor…..cuando yo lo único que anhelaba es cargármelo.
Jacob se habia marchado a una ponencia y el abuelo habia desaparecido del mapa, ya que no me cogia el teléfono y pasaba olímpicamente de mis mensajes de agonía.
“Abuelo, me voy. No aguanto mas a ese bastardo….”
“…he pensando seriamente en clavarle entre ceja y ceja la punta estilográfica…”
“…he soñado que se olvidaba de quitarse el cinturón de seguridad del estrambótico volvo ese que conduce y se lo echaba encima”
“Me he pasado toda la puta semana oyendo a sus “amiguitas, al otro lado de la puerta, rogando que ” que deseaban tener sexo con él y se arrastraban como una babosas por el piso lamiendo sus pisadas de cerdo”
……
El abuelo pasaba de mí, eso lo tenía claro. Y ahora estaba acomodando mi ropa en una maleta porque me marchaba con Don Increible, a lamerle el culo a otros bastardos como él.
Sonó el mobil. Era Alice. Desde que Elizabeth se habia quedado con el cerdo de su padre, su hermana se habia encargado de hacerle de canguro, cocinera y celestina. Ya que ella misma me habia confesado que le habia cedido las llaves de su apartamento para follarse allí a sus conquistas. Maldito hijo de mala madre, ojalá le dejaran el rabo lleno de ladillas y se pasara toda su rastrera vida, arrancándose los pellejos de la polla.
Aún me preguntaba porque la mañana siguiente a la visita de Emmet, empezó a comportarse como un autentico bastardo negrero conmigo.
“Isabella, necesito que redactes…Isabella te ordeno esto para ya…..Isabella, envía un ramo de rosas al la señorita fulanita de tal…Isabella hoy te quedas hasta que a mi me salga de mis pelotas…Isabella traéme un café corto y con buen pulso…Isabella, hay reunión a las siete……
Me habia atado una soga al cuello de escasamente un metro. (esto no lo digo literalmente) pero creo que de sobras se entiende que lo odio como a la peste.

Y ahora me habia llamado por teléfono para decirme que se llevaba a no sé quien de viaje a Francia. Que haga todo lo posible para que se siente bien….¡Si pensaba que le iba a hacer de criada y de secretaria, andaba listo!
Agarré el mobil pensando en las pelotas del ogro y oí la voz de la encantadora de serpientes que era su hermana.
-Bella. ¿Estas lista para viajar al país del amor?
Puse los ojos en blanco.
-Llevo bridas en el cuello, en los pies y en las manos Alice. Tu hermano lleva una arrastrada que haga casi todo el trabajo por él.
-Bella; no será para tanto. Edward no es tan malo. Aún estoy preguntándome porque te asedia de esa manera tan agobiante….
-Quiere que me largue, Me considera una niña de papá y cree que estoy aquí solo por puro divertimento.¡ No sabes la cara que puso cuando se enteró que habia dejado los estudios! Casi me aniquila con la mirada. ¿Qué se cree, mi padre o algo asi? Me pone histérica.
-Esta semana podéis poner fin a esa tirantez..sin duda.- La voz de Alice sonaba a segundas intenciones y me senté con fuerza encima de la maleta para poder cerrarla.
- Olvídalo. Si la raza humana dependiera de nosotros nos extinguiríamos Alice. Te lo aseguro.
-Suenas demasiado segura. Bella. Mi hermano es un hombre muy guapo. Le sobran las mujeres, no puedo creer que no te hayas fijado en él , en ese aspecto.
Suspiré. La verdad es que estaba como un puto Dios. Pero su carácter de vinagre lo mandaba todo a la mierda.
-La caga cuando habla Alice. Tendría que estar calladito para que me pusiera cachonda.
Oí las carcajadas de Alice.
-Te llamo para decirte que pasamos ahora mismo por tu departamento. Elizabeth quiere despedirse de ti. Vamos con Edward en el coche; nos ha traido amablemente, al encontrarnos en el centro comercial con él.
Se me cerró la garganta.
-¿Alice?
-¿Si Bella?
-No estaras hablando por el manos libres¿ verdad?
Rió ,la muy astuta.
-No. No temas. Aunque su mirada lo dice todo. Absolutamente todo.



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Alice llegó al poco rato con Elizabeth y se despidieron haciéndome prometer que me pondría algo que habían escondido en la maleta. Ella me ayudó a cerrarla y esperamos que Edward llamara a la puerta para saber cuando debíamos salir.
Un leve roce de nudillos acariciando la puerta, levantó a Alice de una silla para darle paso a su hermano.
-¿Isabella?
-¿Isabella? Es Bella; Edward. ¿Por qué la llamas así?...¿Y quien coño es ésta?
Habia agarrado la maleta y tiraba de ella hacia el salón. Cuando vi a Edward nos quedamos mirando unos segundos; para perder contacto automáticamente ,al oir la voz nasal de una mujer.
-Ahora estoy tranquila Edward. Cuando me dijiste que nos acompañaría tu secretaria tenia miedo de pensar que seria una mujer increíble, como esas con las que sueles salir en las revistas. A esta chica no le ofrecerían un buen polvo….mas bien cacahuetes.
La hija de puta que tenia enfrente me llevaba casi una cabeza. Llevaba una melena castaña que le rozaba las puntas de los pezones; de las ubres operadas por un mal cirujano. Ya que una miraba para Americaa y otro para Russia. Se habia colgado del brazo de Edward con la sensualidad de los amantes. Aquella era la tipa que tendría que aguantar todo el puto viaje….
-Esta es Carmen. – la voz de Edward sonó dura y me fijé en sus ojos que evitaban mi mirada.-Carmen, ella es Isabella. Mi secretaria.
La castaña de las tetas operadas y de dos metros de alto me miró como si fuera una puta rata y sonrió con prepotencia.
- Hola.- dije muy segura de mi misma, dando dos pasos hacia ella.- Te besaría; pero es que tengo alergia a los pelos de zorra.
Continuará…..