domingo, 2 de octubre de 2011

Plugged

Plugged.
-Quiero que me beses, pero no como a él. Quiero que abras la boca y dejes que mi lengua roce la tuya. ¿Entiendes Bella? No quiero que te despegues de mí hasta que yo lo haga, si no ya sabes lo que te espera.
Respiré hondo. No iba a perdonar en mi vida Edward. Pero debia de actuar rápido. Si mamá se enteraba que me habia besado con Thomas me pegaría una buena torta….
-Está bien. Pero prométeme que no le diras nada a mamá, nunca.
Él sonrió satisfecho y asintió con la cabeza, mirándome a los labios.
Cerré los ojos con fuerza y esperé aquel beso.
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Capitulo 12.


Los labios de Edward capturaron los míos; sobresaltándome. Eran suaves y cálidos. No era tan repugnante como yo creía que seria, pero él, fue ayudándose de sus dientes para abrir mi boca y adentrarse con su lengua en mi espacio bucal. Comenzó a pasear la punta de su lengua con la mia, que se mantenía tensa. Y enroscarla para estirar mas de mí y colocarme sobre su cuerpo.
Aquello era asqueroso. Comencé a sentirme mal y la madre naturaleza y la gravedad hicieron el resto.
Me dió un fuerte empujón y me mandó de un espaldarazo sobre la arena.
-¡Maldita cria de mierda! ¡Me has vomitado encima! ¿Te ha dado asco? ¡Mi beso te ha dado asco! .- Se quitó la camiseta; ya que se le habia puesto hecha unos zorros.- Debo de estar loco…..- me miró de una manera que no pude calificar y se marchó de allí, siseando palabras malsonantes de mi persona.
FIN DEL FLASH BACK.


Habia recordado todo como si lo hubiese vivido en aquellos mismos momentos. Mi espalda se habia tensado, tanto Emmet como Edward y su pequeña putita me miraba con los ojos como platos. ¿Estaban esperando mi reacción? Desde luego Emmet sabia toda la historia por Edward, si no… no puedo explicarme como sacó aquel tema acolación…claro; era porque no recordaba mis veranos con Edward, Emmet , Jacob y Alice en la playa de LaPush. Mi mente habia sacado aquella vivencia de un plumazo, porque era un recuerdo tan desagradable como asqueroso.
-Tenia diez años.- dije en un susurro.
-¡Le vomitaste a Edward encima!.- El cabronazo de Emmet habia estallado en carcajadas y se hallaba tirado por el suelo, desternillándose de risa a mi consta.-¡Te vomitó por tu estupenda pericia, Edward!.- volvió a revolcarse de nuevo, haciéndose cada vez mas fuertes sus carcajadas.
-Juro que si viene la policía Emmet, dejo que te lleven y pasas toda la puta noche en el calabozo.- La voz ronca de Edward, me hizo poner mi vello de puta e intenté escapar de sus dominios a como diera lugar.
-Me marcho. Ya he recordado bastante y tengo que aprender a vivir con ello.- Miré a Emmet que se estaba limpiando las lagrimas de sus ojos a causa de la risa e hice un gesto de repulsión con la boca; mirando de hurtadillas a Edward.
-Para. Bella.- comenzó a reir de nuevo.- No quiero morir joven.- espetó conteniendo la carcajada.
Caminé hacia la puerta y sentí la presencia de alguien a mi espalda. No me volví para ver quien era; pero tampoco hacia falta. Su embriagadora y escandalosa esencia lo delataba.
Sujeté el pomo de la puerta para abrirla y una de sus manos; de dedos largos y fuertes aprisionó los míos suavemente, dejándonos casi pegados. Podía sentir la calidez de su respiración en mi cabeza. Cerré los ojos algo alterada y arrastré mis dedos, lejos de los de él.
-Buenas noches Edward.- inquirí fría y tensa, antes de cruzar el umbral de su puerta sin girarme si quiera.
Al llegar a mi apartamento, corrí hacia mi cama para hacerme un ovillo. ¿Qué pretendia aquella pesadilla andante que tenia por jefe? Aquel gesto, lejos de haber sido repugnante, me habia gustado. Su mano, cálida habia abarcado toda la mia apretándola para dejar de sujetar el pomo de la puerta y no girarlo. ¿No quería que me marchara? Me dormí haciéndome todas aquellas preguntas, que no tendrían nunca respuesta, ya que Edward Cullen no me importaba ni lo mas mínimo como persona.

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Una semana….una semana de puto infierno y ahora me marchaba con el a la ciudad del puto amor…..cuando yo lo único que anhelaba es cargármelo.
Jacob se habia marchado a una ponencia y el abuelo habia desaparecido del mapa, ya que no me cogia el teléfono y pasaba olímpicamente de mis mensajes de agonía.
“Abuelo, me voy. No aguanto mas a ese bastardo….”
“…he pensando seriamente en clavarle entre ceja y ceja la punta estilográfica…”
“…he soñado que se olvidaba de quitarse el cinturón de seguridad del estrambótico volvo ese que conduce y se lo echaba encima”
“Me he pasado toda la puta semana oyendo a sus “amiguitas, al otro lado de la puerta, rogando que ” que deseaban tener sexo con él y se arrastraban como una babosas por el piso lamiendo sus pisadas de cerdo”
……
El abuelo pasaba de mí, eso lo tenía claro. Y ahora estaba acomodando mi ropa en una maleta porque me marchaba con Don Increible, a lamerle el culo a otros bastardos como él.
Sonó el mobil. Era Alice. Desde que Elizabeth se habia quedado con el cerdo de su padre, su hermana se habia encargado de hacerle de canguro, cocinera y celestina. Ya que ella misma me habia confesado que le habia cedido las llaves de su apartamento para follarse allí a sus conquistas. Maldito hijo de mala madre, ojalá le dejaran el rabo lleno de ladillas y se pasara toda su rastrera vida, arrancándose los pellejos de la polla.
Aún me preguntaba porque la mañana siguiente a la visita de Emmet, empezó a comportarse como un autentico bastardo negrero conmigo.
“Isabella, necesito que redactes…Isabella te ordeno esto para ya…..Isabella, envía un ramo de rosas al la señorita fulanita de tal…Isabella hoy te quedas hasta que a mi me salga de mis pelotas…Isabella traéme un café corto y con buen pulso…Isabella, hay reunión a las siete……
Me habia atado una soga al cuello de escasamente un metro. (esto no lo digo literalmente) pero creo que de sobras se entiende que lo odio como a la peste.

Y ahora me habia llamado por teléfono para decirme que se llevaba a no sé quien de viaje a Francia. Que haga todo lo posible para que se siente bien….¡Si pensaba que le iba a hacer de criada y de secretaria, andaba listo!
Agarré el mobil pensando en las pelotas del ogro y oí la voz de la encantadora de serpientes que era su hermana.
-Bella. ¿Estas lista para viajar al país del amor?
Puse los ojos en blanco.
-Llevo bridas en el cuello, en los pies y en las manos Alice. Tu hermano lleva una arrastrada que haga casi todo el trabajo por él.
-Bella; no será para tanto. Edward no es tan malo. Aún estoy preguntándome porque te asedia de esa manera tan agobiante….
-Quiere que me largue, Me considera una niña de papá y cree que estoy aquí solo por puro divertimento.¡ No sabes la cara que puso cuando se enteró que habia dejado los estudios! Casi me aniquila con la mirada. ¿Qué se cree, mi padre o algo asi? Me pone histérica.
-Esta semana podéis poner fin a esa tirantez..sin duda.- La voz de Alice sonaba a segundas intenciones y me senté con fuerza encima de la maleta para poder cerrarla.
- Olvídalo. Si la raza humana dependiera de nosotros nos extinguiríamos Alice. Te lo aseguro.
-Suenas demasiado segura. Bella. Mi hermano es un hombre muy guapo. Le sobran las mujeres, no puedo creer que no te hayas fijado en él , en ese aspecto.
Suspiré. La verdad es que estaba como un puto Dios. Pero su carácter de vinagre lo mandaba todo a la mierda.
-La caga cuando habla Alice. Tendría que estar calladito para que me pusiera cachonda.
Oí las carcajadas de Alice.
-Te llamo para decirte que pasamos ahora mismo por tu departamento. Elizabeth quiere despedirse de ti. Vamos con Edward en el coche; nos ha traido amablemente, al encontrarnos en el centro comercial con él.
Se me cerró la garganta.
-¿Alice?
-¿Si Bella?
-No estaras hablando por el manos libres¿ verdad?
Rió ,la muy astuta.
-No. No temas. Aunque su mirada lo dice todo. Absolutamente todo.



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Alice llegó al poco rato con Elizabeth y se despidieron haciéndome prometer que me pondría algo que habían escondido en la maleta. Ella me ayudó a cerrarla y esperamos que Edward llamara a la puerta para saber cuando debíamos salir.
Un leve roce de nudillos acariciando la puerta, levantó a Alice de una silla para darle paso a su hermano.
-¿Isabella?
-¿Isabella? Es Bella; Edward. ¿Por qué la llamas así?...¿Y quien coño es ésta?
Habia agarrado la maleta y tiraba de ella hacia el salón. Cuando vi a Edward nos quedamos mirando unos segundos; para perder contacto automáticamente ,al oir la voz nasal de una mujer.
-Ahora estoy tranquila Edward. Cuando me dijiste que nos acompañaría tu secretaria tenia miedo de pensar que seria una mujer increíble, como esas con las que sueles salir en las revistas. A esta chica no le ofrecerían un buen polvo….mas bien cacahuetes.
La hija de puta que tenia enfrente me llevaba casi una cabeza. Llevaba una melena castaña que le rozaba las puntas de los pezones; de las ubres operadas por un mal cirujano. Ya que una miraba para Americaa y otro para Russia. Se habia colgado del brazo de Edward con la sensualidad de los amantes. Aquella era la tipa que tendría que aguantar todo el puto viaje….
-Esta es Carmen. – la voz de Edward sonó dura y me fijé en sus ojos que evitaban mi mirada.-Carmen, ella es Isabella. Mi secretaria.
La castaña de las tetas operadas y de dos metros de alto me miró como si fuera una puta rata y sonrió con prepotencia.
- Hola.- dije muy segura de mi misma, dando dos pasos hacia ella.- Te besaría; pero es que tengo alergia a los pelos de zorra.
Continuará…..

martes, 20 de septiembre de 2011

Retrato en sepia

Retrato en Sepia.

-El tiempo te ha tratado maravillosamente bien; Bella. Eras hermosa y ahora lo eres mucho mas. Realmente no puedo comprender como vagas por la vida sola….es un pecado mortal. ¿no ansias alguien que te haga vibrar?
-¿Cómo?
Su boca se ensanchó en una cruel sonrisa. Se estaba burlando de mí , el muy……
Caminó hacia la puerta y la abrió invitándome a salir.
-Descansa Bella. Nos vemos a la hora de la cena.
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Capitulo 6.

Cuando subí las escaleras para dirigirme a mi habitación; me dolía la cabeza. Tanta información me habia pasado factura y para que engañarnos, la masculinidad y fuerte presencia de tio Edward también.
Tio Edward…él no era mi tio en realidad…fue adoptado por la abuela si; pero no llevaba la misma sangre que yo. Un calor inoportuno me nubló el sentido y tuve que agarrarme a el pasamanos llevándome una mano a la cabeza.
Descansé unos segundos y cuando abrí la puerta de mi habitación, ví que nada habia cambiado dentro de ella; seguía siendo una habitación de niña pequeña, como la primera vez que llegué allí, después del asesinato de mis padres.
Me senté en la cama y suspiré; tendiéndome sobre ella con los pies colgando.
Yo no tenia intenciones de quedarme en la Fortaleza, pero algo me decía que mi estancia allí iba a ser mucho mas prolongada de lo que pensaba en un principio; pensé en Jasper y en las insinuaciones de Edward. Comencé a enrabietarme. ¿Qué derecho creía tener sobre mi? Si retozaba o no con algún hombre no era problema de mi tio Edward.
No era lo suficientemente experimentada, pero mi instinto me decía que se estaba claramente insinuando…¿O me creía torpe?” Bella, hermosa”…aquellas miradas prolongadas sin pestañear si quiera. Conforme pensaba mas y mas en su conducta ; mas claro me quedaba que era un depravado sexual sin ningún tipo de vergüenza. ¡Por dios si era su sobrina a todos los efectos!
Oí unos pequeños toques en la puerta y me erguí de golpe; sintiendo la tensión en mis hombros.
-¿Quién es?.- pregunté con voz segura.
-Soy yo Alice. No tengo ni idea de lo que hacer señorita y me aburro como una ostra sin hacer na….
Antes de que Alice terminara la frase ya había abierto la puerta y ella me habia regalado una de sus bellas sonrisas.
-¿Y ese libro que llevabas para el viaje…lo has terminado?.- pregunté intentando no reirme.
-Si. Y es una verdadera lástima.- La hice entrar a mi dormitorio.- Guauuuu…nunca habia entrado aquí. Esta habitación ha estado siempre cerrada por deseo expreso del señor Edward. Ni siquiera su esposa ha entrado. Y lo sé de buena fe.- me contaba Alice confidencialmente.- Un dia ví a la señora Tanya hurgar con una llave en la cerradura y el señor Edward la sorprendió. Tuvieron una pelea de las que hacen historia y el nombre de Isabella fue mencionado por ellos en la acalorada confrontación….aunque ahora lo comprendo. Tú eras esa Isabella…la dueña de la habitación…..Tambien sé que el señor Edward duerme de vez en cuando aquí y casi siempre es después de llegar de la capital. Se mete en esta recámara y amanece a otro dia, lánguido y espeso….El señor Edward bebe. Bebe mucho y desde que sabe que esto va a dejar de ser suyo se ha abandonado por completo. Llama a las prostitutas para que viajen aquí. Les paga el trayecto de ida y vuelta, y aparte los servicios. Él y la señora Tanya duermen en habitaciones separadas y cuentan que ella tiene un amante.
-Esta en todo su derecho. ¿no?.- Alcé una ceja buscando la réplica de Alice y ella sonrió decidida.
-Sin lugar a dudas. Pero ya te digo; son tal para cual. No se quieren ni a ellos mismos. Ahora todo parece una balsa de aceite hasta que la clausula sobre el testamento se abra y salten de aquí los dos como canicas. ¿Por qué los echaras no?
Tenia la boca abierta. Seguro.
-No. Esto….Alice, no te preocupes. No te dejaré aquí, vendrás conmigo a Londres y allí viviras holgadamente. Te lo prometo.
Ella frunció el entrecejo , mirando hacia un lado un momento y luego viajó hasta mis ojos.
-Pretendes dejar todo en manos de ellos otra vez. ¿No entiendes? Ellos se separaran y si les dejas la Fortaleza, todo lo que fue una vez de los Cullen se perderá por la mala cabeza del hermano de tu madre. Además no creo que el señor tenga el suficiente dinero como para pagarte toda la parte que es tuya. Dicen que ha dilapidado parte de la herencia en el juego, la bebida y como te dije las mujeres. Es todo un tipo.
-Menuda información. Eres mejor que el Daily News….- ella rió y se revolvió inquieta, sentada en la cama junto a mi.
-¿Y ahora me vas a decir en que consiste mi trabajo?
-De momento te enseñaré a mandar documento por el pc y luego ya veremos. Te las tendrás que ver con mi editor…aunque creo que le caerás de maravilla.
-¿Editor? ¿Escribes?.- las cejas de Alice se alzaron por la sorpresa y volvió sorprenderme por aquellos blancos dientes al reírse.
-Si. Soy escritora de novela romántica….
-¡No me jodas!.- Alice saltó de la cama y retrocedió dos pasos hacia atrás emocionada.- ¡Dios mio. Yo soy una aficcionada a ese tipo de lecturas. Me encanta! ¿Eres famosa? Quizás te conozca..aunque soy fiel a la saga de los arrebatadores hombres que describe Ceres Portman.
Sonreí de manera informal y parpadeé ligeramente una vez; para que comprendiera.
Comenzó a soltar alaridos y a dar brincos como una autentica poseída.
-¡Soy la chica mas afortunada del mundo! ¡Ceres Portman, tú eres Ceres Portman! ¡Dios no me lo puedo creer!.- Hincó las rodillas en el suelo y me cogió las manos; con las suyas temblorosas.- Te tengo en un altar. Eres la mejor. ¡Me encantas! ¡Soy tu fan numero uno; en serio!.- Comenzó a reir como una autentica demente y cuando se cansó se tiró a la cama en posición de angel y cerró los ojos.
-Ahora seria fantástico conocer al hombre de mis sueños……Todos mis sueños cumplidos….
Me reí con ella y le hice compañía en la cama mirando al techo. Aquella chica y yo, nos íbamos a llevar maravillosamente bien….



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Nos habíamos sentados a la mesa del comedor para cenar. Cuando llegamos, tan solo estábamos Alice y yo . Marco llegó con su gesto severo para comunicarnos que el señor y la señora se encontraban indispuestos y no bajarían a hacernos compañía.
La cena estaba buenísima y disfruté de las ocurrencias de Alice y sus distintos análisis de mis novelas. Recibí una llamada de Jasper antes del postre y me levanté de la mesa para alejarme a un rincón de salón comedor.
-¿Bella?
-Quien si no, Jazz.

-No me gusta presionarte pero algo me dice que no lograr el plazo de la nueva novela.
-¿Eres adivino o qué? Llevo aquí un jodido dia y ya me estas presionando como a un futbolista. Jazzy no me cabrees; sabes que te quiero, pero puedo odiarte de un segundo a otro.
Jasper rió al otro lado del teléfono y sonreí con ganas.-
-No te preocupes. Tengo materia prima suficiente como para comenzar esta misma noche. He conocido a una chica que te va a encantar. Parece ser la chispa de la vitalidad ella misma. Es increíble. Me ha dado muchas ideas y disfruta de ello. ¿Puede haber algo mejor?
-Si. Que vuelvas.
-Sí, amorcito yo también te echo de menos…..
-Bella….
Un fuerte portazo hizo que me volviera y ví a Edward parado en el umbral de la puerta. Parecía tambalearse. Sus ojos estaban vidriosos e iba totalmente descuidado. Su atuendo fuera de asquearme, me sorprendió. La camisa la llevaba casi toda abierta. Viendo su magnifico torso al descubierto; los pantalones negros ligeramente ceñidos, bajaban casi a la suave uve de sus caderas….su cabello completamente despeinado le daba un aire de sensualidad exultante. Tuve que volver a centrarme en la conversación con Jasper.
-Te llamo yo cariño y no te preocupes. Tendremos nuestro hijito pronto….-Le dije, intendo que la presencia de Edward no me intimidara.
Colgué y caminé hacia Alice que se habia quedado de piedra y lo miraba con temor en los ojos.
-Pensé que te habías marchado Alice….¿Has vuelto para comer en mi mesa?
-Señor, la señorita Be…
-Ella es mi asistente, y por supuesto comerá donde yo lo haga. ¿Hay algún problema Edward?.- Lo miré con severidad y tragué en seco, al notar como se reducía su cercanía.
-Vaya….¿asistente dices? Que bueno…¿Y en que te asistirá…Bella?
-En mi trabajo por supuesto..
Edward comenzó a reir llevándose la mano al cabello. Su camisa se abrió mas y yo casi…casi…hiperventilé.
-Alice; déjame con Bella unos minutos … a solas.- Edward ni siquiera la miró. Me estaba mirando a mi con una salvaje transparencia. Tan parecido al personaje de mis novelas….que me aturdió.
-Si…me voy. Buenas noches Bella. Mañana hablamos…
Ví como Alice se alejaba y cerraba la puerta para dejarnos a Edward y a mi solos…de nuevo.
-Pensé que no bajarías a cenar. Marco dijo que estabas…”indispuesto”.
-Si pero como ves…ya estoy dispuesto… a todo.
Dí dos pasos hacia atrás, su cercanía me atemorizaba. Era un sentimiento con el que debía luchar. No debia de tenerle miedo..ya era suficiente con el simple hecho que se metiera dentro de mis sueños. No lo quería en mi vida, atemorizándome…sin reconocerme a mí misma.
-Yo…no sé a lo que te refieres y tampoco tengo la intención de saberlo.
-Ósea…¿Qué planeas tener hijos? Me dijiste que no estabas liada con el tal Jasper …¿Quién es al que te tiras…Bella?
Quise darle una bofetada; pero el olor a alcohol que despedía me hizo retroceder y pensar que no estaba en sus justos cabales.
Reí interiormente. ¿Asi que habia escuchado la conversación? Y claro; habia supuesto lo que no era. Aquello fuera de toda lógica me decía que parecía estar celoso. ¿Celoso? ¡Imposible!
-No es de tu incumbencia.
Él chasqueó la lengua y siseó algo que no pude entender.
-¿Qué has dicho?
-No he dicho nada. Y te equivocas; ya te dije que si que lo era. Tú eres de mi incumbencia. Siempre lo fuiste. Aunque te creyeras sola yo siempre he estado ahí. Observándote, siguiendo tus pasos. Sé todo lo que has hecho en tu vida….pero por lo visto se me ha escapado que te follas a alguien con el que quieres tener un hijo….
La vena de la sien me palpitaba mas de lo recomendado; seguro.
Avancé deliberadamente un paso hacia él e intenté ser lo mas asquerosamente arrogante que pudiese.
-¡No fastidies! ¿Sabes con quien me acuesto? ¿Te has metido en mi cama, Cullen? ¡Por favor!
Él, dibujó una sonrisa perversa en su rostro y me evaluó lentamente; haciendo de este gesto algo por lo que me costaba respirar.
-No…no me he metido…pero me encantaría hacerlo….
Abrí mucho los ojos; victima de la sorpresa y entonces si lo abofeteé.
Continuará….

domingo, 4 de septiembre de 2011

Plugged

PLUGGED

-¿Sabes que la virginidad es un dinosaurio en la mente de los ingenuos?
-Déjame en paz. No quiero hablar mas del tema, en cuanto vuelva Rosalie nos marchamos.- espeté como la grana.
Se levantó de la mesa y rodeó hasta donde yo me encontraba. Cogió uno de mis brazos y me levantó atrapándome hacia su pecho.
-Podria decirte de muchas formas lo que “tu frasecita”, ha causado en mi. Pero no voy a andarme con rodeos. Nena; tengo tan hinchadas las venas de la polla que parecen las tuberías del gas….
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Capitulo 11.


Fue una suerte que Rosalie viniese agarrada del cuello por Alice, con la cara totalmente verde y un aliento de autentico muerto.
Huir. Aquella era la palabra que golpeaba en mi cerebro como un martillo. Debía de huir de aquel hombre que me habia dejado al borde del precipicio.
No alcé la vista para despedirme de él, siquiera. Ya tendría suficiente al dia siguiente con encontrarme con aquellos ojos impenetrables en la oficina. ¡Dios mio! ¿Qué me estaba ocurriendo con Edward Cullen?

Después de dejar a Rosalie en su casa; yo volví a mi departamento a duras penas. Algo me decía que mi mala suerte todavía no me habia abandonado y que la noche, me tenia preparada la traca final.
Al llegar al gran pasillo del departamento, me quité los zapatos de tacón para no tratar de hacer ruido. Si Edward habia llegado a su departamento, no le iba dar el gusto de saber a la hora que volvía.
Abrí sigilosamente la puerta y sonreí. Misión cumplida. Bufé al entrar en mi espacio y me quité el vestido, dejándolo en el mullido sofá. Rápidamente fui hacia el lavabo y allí me dí una buena ducha para calmar la tensión que tenia acumulada en mis hombros….la otra era muy difícil de calmar, y yo era la primera que quería hacer oídos sordos a los alaridos de mi cuerpo.
Al salir de la ducha comencé a oir carcajadas y la risita de lo que parecía una mujer.
¡El muy hijo de puta! ¡Él si iba a calmar todos sus músculos…el muy cerdo….! ¡Como las tuberías del gas! ¡Maldito hijo de perra!
Pegué la oreja en la pared y escuché leves murmullos; de repente volvieron a estallar en carcajadas y despegué el oído sintiéndome una imbécil.
Caminé pensativa hacia la cama y levanté la almohada.
Allí perfectamente doblado tenia mi short y mi camiseta de tirantes.
Me puse ambas prendas y me dispuse a apagar la luz, para ir a dormir; pero no fue posible, ya que el ruido del timbre de la puerta, me dejó petrificada unos instantes. Miré el reloj, eran mas de las tres de la mañana.
Descalza y con algo de temor. Puse la cadenilla de la puerta y abrí.
-¿Quién..quien es?.- pregunté algo nerviosa.
-¿Eres Bella? ¿Lo eres? ¡Déjame que te vea! Edward me ha dicho que eres hermosísima….
-¡Callate jodido hijo de puta! ¿Qué quieres que nos manden a la policía? Bella tiene experiencia en ese asunto, quizás…- Aquel siseo me era endemoniadamente conocido.
Rechiné los dientes y le dí con la puerta en las narices al mastodonte que habia podido ver en la leve rendija que habia dejado abierta.
-¡Noooo Bella, ábreme la puerta…por favor….ábrela, te lo suplico!
Cerré los ojos con fuerza y me apoyé con la espalda en la puerta. Aquel imbécil iba a despertar a todo el edificio. Y maldita fuera mi estampa; estaba en mi mano que dejara de berrear como un crio de 5 años.
Con toda la solemnidad y serenidad posible; abrí la puerta y elevé el rostro hacia la cabeza de aquel hombre que parecía no acabarse nunca.
Y lo reconocí….
Emmet….casi no habia cambiado; salvo por su escultural cuerpo que parecía haber sido sacado de una revista de musculación. Sus ojos chispeantes, tenían la misma expresión que cuando era un niño. Sonreí al reconocerlo y él me rodeó con sus brazos y me alzó dejándome con mi rostro a la altura del suyo.
-Bella. Estas preciosa. ¿Me recuerdas? Soy Emmet, el gilipollas que se dejaba influenciar por el imbécil aquel para haceros la vida imposible….
Seguí la mano de Emmet al referirse al “Imbecil aquel” y lo ví. Estaba al pie de la puerta con una morena que lo agarraba del cuello con la miraba embelesada y babeando literalmente. Sus ojos como dos brasas se encontraron con los míos y su boca perfecta, era una línea carente de expresión.
Aparté la mirada rápidamente y sonreí abiertamente a Emmet.
-Claro que me acuerdo de ti, grandullón. ¿Pero tienes idea de la hora que es?
Emmet volvió a zarandearme.
-Cuando llegué al Shadow ya te habías marchado con tu amiguita. La que Alice me habia jurado que me volveria loco….y entonces Alice se marchó, Edward se consiguió un ligue y me comentó que vivías en el mismo edificio que él…¡No pude resistir la tentación, Bells!..
Puse una de mis manos en su boca, para hacerlo callar.
-Emmet. No grites. Bájame, anda. Pasa si quieres y deja a Edward con su….
-No.- La voz tajante de Edward era como un cuchillo e hizo que tanto Emmet como yo lo miráramos con una ceja alzada.
-¿Qué estas intentando decir “hermano”?.- preguntó Emmet, sin esconder su sorpresa.
Edward soltó los brazos posesivos de la estupenda morenita y caminó hacia el umbral de mi puerta, hasta posicionarse al lado del grandote de Emmet.
-Ven a tomarte una copa a mi departamento; Bella. Lo pasaremos bien. Ademas no me fio de Emmet…creo que tu….
Lo miré con autentico odio….
-Mi “honorabilidad” lleva años conmigo; ósea que no creo que debas temer por ella. No te incumbe.
Emmet nos miró a los como si le hubiesen contardo una broma privada.
-Insisto.- replicó Edward sin pestañear si quiera.
-Me paso por el forro de las …….- no pude terminar la frase porque Emmet comenzó a estallar en carcajadas. Edward me tomó de un brazo y me acercó a él.
-Entra en mi departamento…no te voy a morder. Al menos no, delante de tanta gente.- Lo miré los ojos. El muy cabrón se lo estaba pasando bomba.- ¿O quieres volver a ver las caras a la policía?
Forcejeé con él para que dejara de sujetarme y caminé hacia su departamento; no sin antes cerrar la puerta del mío.
“El ligue de Edward”, me miró con una sonrisa en su rostro y me saludó al traspasar el umbral de su puerta. Lo único que pude pensar al estar dentro, era que habia entrado en la guarida de un león.
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El departamento de Edward era enorme. Mucho mas grande y espacioso que el mío. Minimalista hasta el límite.
De repente; fui consciente de mi vestimenta y noté como un ardor tremendamente conocido para mí se alojaba en mi rostro. Bajé la mirada; tremendamente avergonzada y noté la manaza de Emmet encima de mi hombro desnudo.
-Siéntate Bella. Cuéntame, ¿Qué ha sido de tu vida? Ya me ha comentado Edward que trabajas con él…
-Trabaja para mí.- el maldito tuvo que hablar y alcé la mirada para verlo. Tenia agarrada a la morenita de la cintura; que la llevaba completamente expuesta. Gracias a un suéter que le tapaba justo los pechos. No pude hacer otra cosa que comparar. Aquella tia tenia unos melones gigantescos si los comparabas con los míos… Ahhh, que injusta era la vida a veces…. Pues eso…la acariciaba lentamente por encima del ombligo y con una sonrisa en la cara que me hubiera gustado borrar de un buen guantazo.
-Si.-miré a Emmet sonriéndole.- Hace poco que trabajo en Cullen Ltd. El abuelo me echó un cable, ya que dejé los estudios y últimamente no tenia ni para pagar el alquiler del edificio donde vivía. Creo que quiso probar hasta donde podia aguantar…” con semejante espécimen de homo-sapiens”.-pensé.
-¿Dejaste los estudios?.- La voz de Edward tronó en mis oídos y antes de darme cuenta lo tenia parado en frente mío, con cara de autentico maniaco.
-Si.- espeté hosca. Casi sin mirarlo.
-Oye Edward.- dijo Emmet con el ceño fruncido.- ¿Qué te ocurre con Isabella? Noto una tensión entre vosotros, muy parecida a la que habia de pequeños…
-Gracias a Dios yo ni si quiera lo recuerdo. Supongo que mi mente borra los recuerdos malos. Tú.- me armé de valor para enfrentarlo.- Supongo que me harias la vida imposible cuando iba de veranear a LaPush.
Emmet estalló en carcajadas y miró a Edward divertido. Él por su parte parecía terriblemente alterado y bufó, pasándose la mano por el cabello; gesto que me hacia mirarlo embobada, como una maldita gilipollas.
Pero es que tenia que ser sincera conmigo misma. Era mi jefe, era un cabrón, pero estaba buenísimo. Todo él era digno de lamer de arriba abajo. Hasta aquellas cejas espesas que se fruncían cuando estaba terriblemente cabreado.
Recordé que yo tampoco le era indiferente y noté como mis pechos picaban y mi vientre se alteraba con una deliciosa sensación.
Pero miré a la chica y volví a la realidad. Si le hubiera dicho que si, en el Shadow, yo seria la que estaría en su lugar y no ella. Pero gracias a Dios me negué…
-Si…creo que ya sé porque no recuerdas a Edward… fue una noche. Nuestros padres estaban comiendo en la playa y nosotros nos quedamos con Alice y contigo. Jacob era demasiado miedoso para las historias de miedo que habíamos prometido que nos contaríamos. Pero Edward tenia otros planes para esa noche.
“Recuerdo que fue el último verano, Edward y yo tendríamos unos 15 años y las hormonas volaban locas por nuestros cuerpos. ( y siguen haciéndolo) yo y Alice nos marchamos a recoger piedras para su acuario personal….
Mi mente comenzó a recordar y volví a vivir la escena, como si estuviera allí ahora mismo.
Flash Back


El sonido del mar era maravilloso. Debia de tener unos diez años y estaba sentada en la arena contemplando como las olas se iban acercando a mis pies lentamente. El ruido de unos pasos me dieron la voz de alarma, ya que Alice y Emmet se habían marchado a buscar cristales de botellas; ya que por el arrastre del mar, limaban las puntas y los convertía en piedrecitas de colores que le vendrían de maravillas para su acuario nuevo.
Alcé la mirada y me encontré con los ojos verdes de Edward. Venía sofocado, debia de haber corrido, ya que sus mejillas estaban coloradas y respiraba agitadamente.
-Emmet se ha marchado con Alice, por allí.- le dije indicándole con mi dedo índice.
Seguí mirando el mar y noté que Edward no se movía de mi lado. Volví a mirarlo y una sonrisa de aquellas que me daba autentico terror se formó en sus labios.
-¿Cuántos años tienes Bella?.- se sentó a mi lado, demasiado cerca, quizás.
Lo miré ceñuda y le volví el rostro de nuevo.
-Diez años.
-Apuesto que no sabes nada de nada de nada….
Me giré completamente y lo miré ceñuda
-Nada de nada ¿De qué?
Él rió y me miró con una ceja alzada.
-De sexo.
El calor abandonó mi cuerpo, para centrarse en mi rostro y esparcirse por mis orejas.
-Vete Edward. Eres malo. Busca a otra y riéte de ella.- Me dispuse a levantarme y él me agarró de la mano y me volvió a sentar, dando un tremendo culetazo.
-Quiero que me escuches. Te ordeno que me escuches, Bella. Si no, le diré a tu madre que le diste un beso en los labios a Thomas Jhonson.
Me tapé la boca con la mano, para acallar un gritito y mis ojos comenzaron a bañarse en lágrimas.¿Cómo podia saberlo? Apuesto a que logró sonsacar a Alice.
-Quiero que me beses, pero no como a él. Quiero que abras la boca y dejes que mi lengua roce la tuya. ¿Entiendes Bella? No quiero que te despegues de mí hasta que yo lo haga, si no ya sabes lo que te espera.
Respiré hondo. No iba a perdonar en mi vida Edward. Pero debia de actuar rápido. Si mamá se enteraba que me habia besado con Thomas me pegaría una buena torta….
-Está bien. Pero prométeme que no le diras nada a mamá, nunca.
Él sonrió satisfecho y asintió con la cabeza, mirándome a los labios.
Cerré los ojos con fuerza y esperé aquel beso.
Continuará…..

miércoles, 3 de agosto de 2011

Plugged

PLUGGED




Me quedé a sus espaldas y carraspeé.
-Eh….te he visto desde allí y desde el primer momento me he puesto tan cachonda que cuando me quite las bragas; voy a tener que hacerlo igual que el papel de las madalenas…
El Dios se volvió y me quise morir……
Elevó sus ojos y me valoró con detenimiento; goloso.
Al llegar a mi rostro una sonrisa perfecta enmarcó sus hermoso rostro.
-¿Bella?
Era él. Al que habia soltado aquello era Edward Cullen….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………


Capitulo 10.
Bella Pov.
¿Podia haber alguien en el mundo mas desdichado que yo?
Apreté tanto mis puños que me hice sangre en las palmas de las manos y quise salir volando de allí como Superman.
Claro que Superman, era un héroe de comic y yo era una patética mujercilla que habia quedado a la altura de una cualquiera con aquella maldita frase.
Dispuesta a darme la vuelta y largarme de allí con pies en polvorosa, noté el suave contacto de una mano en mi brazo derecho. Me giré súbitamente y lo ví allí, de pie y mirándome con intensidad a los ojos.
-¿Esa es tu manera de entrarle a un tio; Bella?.- Sus palabras eran casi jocosas y yo me ruboricé hasta la raíz del cabello.- Déjame decirte que no eres nada sutil.
-Yo….-quise apartar la mirada y me revolví de su agarre.- Me he….me he equivocado…yo…
-¿De hombre? ¿O al llegar hasta aquí y ver quien era la persona que escondía las sombras, te ha decepcionado?.- Su voz era dura; alcanzando matices de brusquedad.
¡Bingo!
Él mismo me habia dado el argumento perfecto para salir de aquella situación airosa.
-Exacto. Tú mismo lo has dicho. Ahora si me disculpas, tengo que volver con mi amiga. Me espera.
-¿Tu amiga? ¿Está tan salida como tú? Porque si lo está, estaría encantado de que me la presentaras..
Un bramido incontrolado salió de mi garganta.
-Yo no soy ninguna salida. Edward Cullen.
-¿Edward?
Una tercera voz entró en escena y giré mi rostro en busca de la dueña de las misma. Era la chica de cabellos en todas direcciones que habia abandonado hacia unos minutos la compañía del maldito “Ogro”.
-Hola. Soy Alice; la hermana de Edward.- La chica saltó hacia mí y dio dos fuertes besos en mis mejillas.-¿Y tú eres?
-Bella. Bella Swan.
-¡Bella! ¿No te acuerdas de mí?.- La chica comenzó a pegar saltitos y yo miré a su hermano que parecía aniquilarme con la mirada.- Soy Alice. ¿Recuerdas los veraneos en la playa de LaPush? ¿Con tu padre y los míos? Eramos muy pequeñas obviamente; pero debes recordar los castillos de arena que construíamos….antes de que llegaran los brutos de Edward y Emmet y los patearan….
Mientras aquella chica bajita e hiperactiva iba contándome cosas; mi mente voló hacia los años de mi niñez. En realidad debería rozar los 7 u 8 años y si; recordaba vagamente a una chica con cabello corto y engrifado, sonriente y cariñosa….pero también recordé a dos imbéciles en bañador que mandaban al garete todo lo que habíamos construido.
Cerré los ojos y sonreí…
-SI. Ahora te recuerdo; aunque con cierta vaguedad. Me alegro de verte. Y ahora os dejo….mi amiga me espera y…
-Dile que venga. Hablaremos de nuestra infancia y los veraneos en LaPush. Edward.- dio un codazo a su hermano. –Llama a Emmet, seguro que le gustará volver a ver a Bella.
Rechiné los dientes. ¿Qué coño habia hecho en la vida para tener tan mala suerte?
Sonreí y bajé la cabeza, caminando en busca de Rose que se hallaba sentada en una silla hablando con un guapo moreno.
-Rose. Vamos para allá. Quiero presentarte a alguien.- grité.
Rose apartó la mirada del moreno y me miró con los ojos llameando. Le dijo algo al moreno y éste se marchó.
-¿Y el tio con el que ibas a perder la virginidad? ¿Se ha disipado? ¿O te has arrepentido? ¡Me acabas de espantar a un superhombre…no te lo voy a perdonar Bells.
-Escucha….ese hombre…es mi jefe…
-¿Qué?.....¿Que el hombre al que te has insinuado es tu jefe?.- Rose estalló en carcajadas y miró hacia la mesa de los Cullen. Le seguí la mirada. Ellos también nos estaban mirando a nosotras.
-No fue una insinuación…precisamente. Fue una invitación en toda regla…..
-¡Ay!,¡Ay!, me muero de la risa; pequeña ……Vamos, vamos….a ver como te saco de este lio…¿No te importa si me lo tiro, no? Desde aquí esta buenísimo. No me extraña que te llamase la atención.
-Te aseguro que gana en las distancias cortas. Y no. No me importa. Mientras me saques de este lio.
Rose me sonrió y caminamos hacia la mesa de los dos hermanos; que no dejaban de mirarnos.
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-¡Trabajas en Volile´s!... ¡Personal Shopper! No me extraña, eres tan chic.- la voz de Alice, y los comentarios de Rosalie eran el buque insignia de la conversación de la mesa 5 del Shadow.
Yo me mantenía callada y escapando de las miradas intensas de Edward Cullen.
Su ceño se fruncía algunas veces; luego sonreía de manera ladeada, se tocaba el cabello y negaba con la cabeza. Seguro que andaba recordando mi esplendorosa frase de invitación al catre.
Sirvieron un par de botellas de champane, terriblemente frias y deshinibidoras. Aquello no fue un buen augurio. Ya se me habia pasado de lengüeta por mis copas de mas, ahora si bañaba mi sangre con mas alcohol seguro que comenzaría a despotricar contra todo el mundo.
-¿Bella?.- la voz de Alice me bajó de mi nube particular.- Edward me ha comentado que trabajais juntos. ¿Qué ha sido de tu vida?
Me quedé con la boca abierta como una gilipollas. Rose contestó por mí…Maldito alcohol…..
-Isabella Swan. 21 años. Virgen.
-¡Rosalie!.- aquello me puso roja de ira o de vergüenza, no sé.
Oí como Edward soltaba una risita y apoyaba sus codos en la mesa mirando a Rosalie divertido. Con sus dos manos sostenía su rostro y no perdia la sonrisa ni un solo momento.
-Calla, Bella. Demetri va detrás de ella que se las pela; pero a ella ni plin. Parece estar hecha de hielo la tia. Y yo le digo. “ Bella hay dos palabras en la vida que te abrirán muchas puertas “tirar” y “empujar”; pero ella ni caso…creo que estaba destinada al claustro de las hermanitas del Perpetuo Socorro.
Edward habia estallado en carcajadas y yo, me mordía tanto el labio que lo reventé.
-Yo no tengo la culpa de que los hombres sean como los sanitarios o ocupados o llenos de mierda.
Volvía mirar a Edward; se sujetaba la cabeza con ambas manos y no paraba de desternillarse a mi consta.
-No…claro. Es mejor seguir siendo virgen…no como yo; que me pongo los tampax con celo……
Ahora se podia oir claramente la risa de Alice. Rosalie estaba haciendo el ridículo mas copioso y a mi consta; la muy cabrona.
-Vamonos; Rosalie, ya has bebido demasiado.- susurré.
-No. No quiero irme. Me lo estoy pasando fenomenal. Mira a Edward.- me dijo toda seria.- No para de reírse. Oye tu jefe no es tan gilipollas como me dijiste Bella. Aparte de estar buenísimo se rie de todas mis ocurrencias. Oye.- Rosalie miró a Edward y parpadeó una par de veces con aire seductor.- ¿No tienes ninguna vacante en Cullen Ltd?
-No.- alcanzó a decir él; negando también con la mano.- ¿Y que mas te ha dicho Bella sobre mi?.- preguntó divertido.
-Que eres un negrero.
-¿Y?.-el muy cabrón parecía esta recobrando la compostura. Menos mal.
-Ogro, ruín, déspota……¿Bella?.- dijo haciendo un mohín y mirándome.- ¿Algo mas?
-No.- bufé.- Creo que ya se hace una idea….- Llevé una mano a mi frente; acalorada.
Rosalie se llevó la mano al rostro y comenzó a hacer muecas con la boca.
-Alice. Llévala a los servicios. Creo que esta a punto de vomitar.-ordenó Edward.
Miré como la hermana le hacia caso y volví a maldecir mi suerte, por quedarme sola con aquel tipo que odiaba con todas mis fuerzas……
Noté su mirada intensa; taladrando mi rostro y carraspeé con la mirada baja.
-¿Por qué no olvidamos quien somos por esta noche; Bella?.- Su voz se habia vuelto sugestiva, tibia…aterciopelada y me hizo alzar la cabeza.
Lo miré a los ojos y tuve que volver a desviar la mirada. Habia fuego en ellos. Aquel fuego que habia reconocido tantas veces en los ojos de Demetri. Era deseo.
-Eso es imposible.- dije.
- Cuando has venido a mí. Y te has ofrecido tan esplendorosamente, hubiéramos acabado en la cama sin duda; Te hubieras entregado a mí, sin objeciones. Dejándome abrir tu cuerpo por primera vez. ¿Y si te pidiera que olvidaras que nos conocemos y retomemos la conversación después de tu escandalosa invitación?
-Olvidalo.-increpé.
-¿Sabes que la virginidad es un dinosaurio en la mente de los ingenuos?
-Déjame en paz. No quiero hablar mas del tema, en cuanto vuelva Rosalie nos marchamos.- espeté como la grana.
Se levantó de la mesa y rodeó hasta donde yo me encontraba. Cogió uno de mis brazos y me levantó atrapándome hacia su pecho.
-Podria decirte de muchas formas lo que “tu frasecita”, ha causado en mi. Pero no voy a andarme con rodeos. Nena; tengo tan hinchadas las venas de la polla que parecen las tuberías del gas….
Continuará…..
¡jajjajajajajjajaajaj!!!Nenas!!Que os pareció? Corto ya sé. Pero ando apurada. Estoy pintando mi casa y limpiando a fondo. Una ama de casa de vacaciones no para nunca, ajajjajjajajajj!!! Besos lindas, os quiero!

jueves, 14 de julio de 2011

My Love Is Over.

MY LOVE IS OVER.


Edward me dirigió una mirada rápida, de tristeza y abrió la boca de nuevo, pero esta vez para romper en pequeños trozos mi corazón.
-Bella…espero que me perdones algún dia por esto. Pero debes de ir a ver a la madre de Tanya al psiquiátrico. Por favor. Te ruego que lo hagas. No hagas nada de lo que puedas arrepentirte toda la vida.
No sabia que me pasaba. ¿Qué quería decir con aquello?
-¿Qué tiene que ver Reneé en esto… Cullen?
Miré horrorizada el rostro de Gerald y luego alternativamente el de Edward.
Desolada.
-Ve a ver a tu padre Bella. Insistió en venir a contártelo él mismo. Pero yo le quité esa idea de la cabeza. ..
-Yo te acompaño Bella.
-¡No!.- bramó Edward, dando dos pasos hacia nosotros.- Ni se te ocurra. ¿Quieres terminar de matar a Charles Swan?
Gerry soltó mi mano como si quemara y me miró como si hubiese visto un fantasma.
-¿Eres hija de Charles Swan?
-Si….
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Capitulo 10.

La voz de Tanya me sacó del estado de trance en el que me hallaba sumida.
Mis ojos estaban vidriosos y un agujero enorme se me habia formado en mi pecho.
Toda aquella información quería decir algo y yo sabía que Edward no daba punzadas sin hilo.
Busqué su rostro y me sentí desfallecer. Antes de caer como una muñeca rota al suelo, sus brazos me albergaron con cuidado y me llevaron hacia el asiento del copiloto de su coche.
Habia podido oir durante el trayecto hacia éste, el murmullo de la gente y la voz nasal de Tanya, increpando a Edward por marcharse de aquella manera conmigo. Exigiéndole explicaciones, que él omitió.
Encogida; me tapó con su chaqueta ,y noté su mirada preocupada.
-¿Estas bien?.- preguntó, con un matiz dulce. Un matiz que no recordaba haber oído nunca.
-No lo sé, Edward. Ahora quiero ir a hablar con papá. ¿Papá conoce a Gerard?.- pregunté por inercia. Aunque aquello me había quedado lo suficientemente claro.
Edward apretó el volante y miró hacia la carretera, arrancando automáticamente.
-Si.
-¿Desde cuando lo sabes?.- mi mente perdida; volvía a recolocarse como un cubo de Rubik.
-Desde que comencé a verlo interesado en ti. Al principio pensé que eras un simple capricho; pero iba pasando el tiempo y te veía mas y mas encandilada. No me hubiera perdonado jamás que hubieras hecho una locura, de la que seguro te arrepentirías toda tu vida.
Lo miré con insistencia mientras conducía.
-Cuando hablas de locura. ¿Te refieres a acostarme con él? ¿A ser suya?
Edward pegó un frenazo en seco y me miró tenso.
-No solo es eso. Creo que no he podido evitar que te enamores de él…..
Cerré los ojos y me dí cuenta de cuanta verdad había en las palabras de Edward.
Volví a encogerme en el asiento y gemí. Unos segundos después; los brazos de Edward, me cobijaban por completo y sus manos acariciaban mi cabello.
-Ahhhh…Bella.- susurró.- He sido un imbécil. Debía de haberte abierto los ojos de alguna manera. Aunque todo esto es mejor que te lo cuente tu padre.- Levanté la cabeza y lo miré con los ojos vidriosos. Habia tanta ternura en aquellos frios ojos verdes que me estremecí.
-¿Mi padre? ¿Desde cuando sabe Charlie que salgo con Gerard Denalí?
-Desde que yo se lo he dicho.- Sus ojos no abandonaban los míos y sus brazos lejos de separarme de él; hacian el agarre mas duro y fuerte.
-¿Y quien te da derecho…Edward?.- intenté zafarme de su abrazo; pero no pude.
-Él no merece tu amor. Bella. No lo merece, creéme.
-¿Y quién lo merece? No ha habido nadie que me haga sentir lo que ha hecho él. Nadie. ¿Ahora que va a ser de mí?
Edward se despegó de mí lentamente y suspiró.
-Vamos a tu casa. Charlie te está esperando. Debe estar preocupado.
Arrancó el motor y volamos hacia mi casa.

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Al llegar al jardín de mi casa, pudimos ver con sorpresa como habia otro coche aparcado enfrente de la casa.
Ambos. Edward y yo, reconocimos rápidamente el coche de Gerard y avanzamos cogidos de la mano.
Con todo el amasijo de pensamientos que azotaban mi mente, me había dado cuenta que Edward me protegía como su fuera algo de su propiedad. Como si realmente le importara.
Ese pensamiento no curó el agujero que se habia instalado en el centro de mi pecho; pero si lo hizo mas liviano. Aquel que yo creía un enemigo natural por años, estaba acompañándome en aquellos duros momentos en los que no sabía si quiera lo que iba a ocurrir.
Le cedí las llaves a Edward y él abrió la puerta de la casa con sigilo.
Se oían voces increpándose y Edward me soltó la mano y avanzó a grandes zancadas hacia el lugar donde se hallaban las personas que emitían dichas voces.
A mi, el terror me paralizó. Pero como una pequeña muñeca automatizada, caminé lentamente por el gran pasillo pintando de amarillo.
Todavía seguía igual que Reneé lo habia pintado. Intentando traer consigo luminosidad solar de Phoenix aquí, a Forks.
Papá no habia cambiado el color y éste ya rozaba el marron mas que el amarillo.
-¡Como hayas tocado un pelo a mi hija, te juro que se te va a caer el pelo. Gerard Denalí. Lo juro!
Las voces se oian cada vez con mas fuerza; no sabia si por mi acercamiento a ellas o por que los propietarios de ellas; alzaban mas su timbre de voz.
-Desde luego si ha sido así, ella ya es lo suficiente mayorcita para saber lo que se hace. Si hubiera sabido quien era….no me hubiese fijado en ella nunca. Te lo aseguro.
-De todas maneras es una aberración. Deberias haberlo sospechado al menos.- Ahora era la voz de Edward la que se oia perfectamente, increpando.
-¿Y tú? ¿Desde cuando lo sabias, tú? Podias habérmelo advertido al menos. Tanya y Bella son hermanas. Debería matarte. Sé perfectamente como has tratado a mi hija, y ni mucho menos es como yo he tratado a Bella. Así que no vengas ahora de héroe conmigo. Podias haber hecho las cosas de muchas maneras; manteniendo una confidencialidad conmigo y decirme la verdad. Yo…me hubiera apartado de ella. Quizás lo que me haya hecho fijarme en esa muchacha haya sido su semejanza a su madre…Reneé.
Me paré en el umbral de la puerta. Estaban tan acalorados los tres, que no depararon en mi presencia.
Dios mio…Tanya es mi hermana, Mamá es la madre de Tanya….ella es la mujer que está ingresada en el psiquiátrico…aquello que Edward me dijo era cierto. Deberia de haberle hecho caso desde un principio…pero ahora…ahora todo era demasiado tarde para mi.
En aquellos momentos mi dolor se convirtió en un odio descomunal hacia la figura de mi madre. Ella nos habia abandonado para marcharse con Gerard, ahora lo comprendía todo. Papá siempre me habia dado evasivas con respecto a ese punto, pero ya todo el pastel estaba descubierto.
Y habia tenido una hija…otra hija que habia colmado de cariño y no le habia faltado de absolutamente nada; gracias a la posición de su padre.
En cambio Charlie y yo nos habíamos quedado con las migajas de una breve convivencia y en el presente con la repugnante verdad que me palpitaba en las sienes ; La mujer de Gerard era mi madre….y yo amaba al marido de mi madre.
-Tú…- la voz no salía de mis cuerdas vocales. Miraba a Gerard con intensidad. En su rostro; la fatiga y la decepción habían hecho mella en él. Su mirada verde, se perdió en la mía y por unos segundos maravillosos, creí ver algún atisbo de amor, pero creo que todo fue una maldita ilusión. – Tú eres el hombre por el que mamá nos abandonó. Tú….
-Bella…-susurró. Paseando nervioso su ancha mano por la frente.
Noté la presencia de Edward a mis espaldas y sus largos y atléticos brazos me rodearon la cintura desde atrás.
- No indagues mas en el dolor, Bella. No merece la pena. Ya sabes todo lo que debes saber. ¿Qué sientes ahora?.- Sus palabras; en un cálido murmullo, me hicieron cerrar los ojos y divagar.
Habia perdido a Gerard para siempre. Me había enamorado del hombre equivocado; como hizo mi madre y ahora mi alma estaba hecha trizas por su culpa.
-Mañana me marcharé de Forks; me llevaré a Tanya. No te preocupes por tu hija Charles; ella no ha tenido nada irreparable conmigo. Debes de estar tranquilo. Ahora; me marcho.
Ví como mi amor caminaba hacia el umbral de la puerta y al llegar a mi lado, me miró con tristeza. Mis ojos lloraban desconsolados y mi alma rota…herida, sangraba de una manera tan lacerante que al sentir los últimos pasos y el ruido de la puerta de la calle, gemí de dolor y me apreté al torso de Edward.
-Llévala a su habitación; hijo. Te agradezco todo lo que has hecho, sobre todo en lo referente a Bella. Estaba equivocado contigo chico. Siempre te lo agradeceré.

Edward no dijo nada. Me cogió entre sus brazos y yo escondí mi rostro en el hueco de su cuello. Abrió la puerta de mi habitación y me tendió cuidadosamente en la cama.
-Shhhh…no llores mas; preciosa. Por favor.- susurró, apartando el cabello de mi rostro. Su mirada intensa recorrió todas líneas y las depresiones de mi rostro. Suspiró y dejó escapar una sonrisa que no le llegó a lo ojos.- ¿Qué podría hacer yo, para aliviar ese dolor…Bella? Dime. ¿Qué podría hacer?
Estaba tan rota y desconsolada que no pensé con el raciocinio suficiente.
Alcé los brazos alrededor del cuello de Edward y lo acerqué a mi rostro. Nos miramos unos segundos y él pareció comprender. Sus manos viajaron hacia las mias; que rodeaban su perfecto cuello, e intentó desenredarlas de su nuca.
Hice una mueca de dolor.
-Por favor Edward….por favor…. Bésame….
Noté como se tensaba y cerró los ojos fuertemente. Parecía librar una batalla interna descomunal. Los abrió de repente y sus ojos viajaron a mis labios. Los capturó y me besó con toda la pasión que yo requería en aquellos momentos.
Continuará…

martes, 5 de julio de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.

Cuando se desmaterializó delante de su casa y vió la sensual figura que dudaba en el umbral de puerta de entrada, quiso abalanzarse sobre ella y quemarla de ardor…era Jo..no podia ser otra.
Aquellas formas y aquel cabello. Los gemelos endurecidos al llevar aquellos tacones y la falda adherida a sus caderas como una segunda piel.
La deseaba, la amaba, la esencia era magnifica y creyó morir. ¡Era ella! El fantasma de la esencia de Isabella muerto para él….mordió sus labios porque si no la hubiera mordido a ella..
Pero entonces se giró y desapareció todo…
Aquellos ojos…
Aquella boca….
Todo habia cambiado para perfeccionarse y la miró sin reservas.
Embobado ante aquella mujer; escuchó su nombre…
-Edward…
La miró inquisidor.
-He venido en busca de Jo….- le dijo; dedicándole una intensa mirada.
Entonces ella se abalanzó hacia él y comenzó a pegarle en el pecho y a llorar…
Maldiciéndolo y embriagándolo de su esencia maravillosa.
-¡Maldito! ¡Ahora no! ¡Ahora ya es demasiado tarde!.-
Edward se dejó vapulear por Isabella Swan; sin entender el porqué de los impulsos de ella. Dejó que se calmase y entonces; la cabeza de ella que reposaba en su pecho se alzó; haciendo una conexión electrizante con los ojos de él….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………


Capitulo 14,

Bella hizo caso omiso a la contracción acalorada que emitió su vientre al contemplar los verdes ojos de Edward. Su cuerpo comenzaba a vibrar de una manera extraña al entrar en contacto con el fuego de sus ojos. Unos ojos que le eran completamente indiferentes.
-Suéltame.- le susurró, desmadejada.
Él emitió una suave risa y alzó las cejas provocándola.
-Eres tú, la que te has echado a mis brazos .-él cambió la expresión de su rostro y la miró intensamente.- ahora debes de explicarme eso de que ahora es demasiado tarde. Hace días que dejé a Jo en esta casa, en espera de que viniera a buscarla…
Bella lo miró con horror.
-¿Te has dado un golpe en la cabeza o qué…?
Edward achicó los ojos y negó con rápidez.
-¿Dónde has estado estos siete años, Edward?.- la voz de Bella ahora era enérgica y llena de reproches.
Él jadeó y dio dos pasos hacia atrás; pareció tambalearse y entonces miró a la castaña, mas detenidamente.
Sí. Ella parecía ahora mas mayor; quizás tuviese la misma edad eterna que él tenia.
Su cabello habia crecido y el ovalo de su rostro se habia alargado levemente.
Se llevó ambas manos a la cabeza y comenzó a maldecir comprendiendo todo lo que habia sucedido en realidad.
-Himrum….-siseó.- ¡Maldito bastardo! ¡Me vas a joder toda mi maldita vida..hijo de mala madre! …
Bella avanzó hacia él rápidamente y lo hizo callar apretando fuertemente el suéter negro que vestía.
-¿Quieres que te oigan?.- siseó ella.- Lo que debes hacer ahora mismo es largarte. ¿O es que no entiendes?
Él apresó la mano de ella entre las suyas y notó una corriente devastadora que le hizo estremecerse; se separó de Bella dando dos pasos hacia atrás y apretó la mandíbula.
-No me toques.- le increpó seco.
Ella lo miró de arriba abajo y casi sonrió con altanería.
-Ha sido un impulso. No me muero por tocarte, te lo aseguro. Ahora marcharte. No eres bienvenido a esta casa.
-Y tanto que lo soy. Vengo a buscar a Jo, me es indiferente si han pasado siete o cien años. He venido a buscar a mi futura compañera y es lo que voy a hacer. – Caminó junto a ella en dirección a la puerta de entrada y Bella se interpuso.
- Ni lo sueñes. No voy a dejar que rompas una familia………



De repente, la puerta se abrió y apareció el rostro triste y solitario de Carlisle.
Deparó en Bella y seguidamente en el individuo que estaba cerca de ella: Edward. El antiguo novio de Jo.
El rubio se tensó y apretó los puños.
-Bella. He oído voces y he pensado….
Edward caminó hacia la entrada, apartando a Bella bruscamente, subió los dos escalones para enfrentarse al hombre que estaba parado en el umbral de la puerta.
Bella caminó deprisa y se interpuso entre ellos.
Miró a Carlisle con ternura y luego miró a Edward.
-No tienes nada que buscar aquí. Este es un hogar feliz y aquí todo el mundo te ha olvidado. Márchate.-le dijo ella, clavando sus ojos chocolates en él. Desafiándolo.
Edward oyó las risas de los niños que habitaban en aquella casa y comprendió en seguida la situación. Bella y el humano se habían casado y habían tenido descendencia. Aquello lo hirió sintiéndose momentáneamente abatido; pero de seguida pensó en Jo.
-Carlisle….Edward ya se marchaba. Ha sido un error. ¿verdad Edward? Él….él…- la voz de Bella cada vez era mas tensa.
-Jo. Quiero sab….-comenzó a decir el demonio.
-¿Qué demonios pasa, Carlisle…? ¿Quién….?
Jo se paró al lado de Carlisle agarrándolo por la cintura y luego miró a Bella con desprecio y altanería; apresando a su marido con posesividad contra ella. Oyó un rugido y se topó con la mirada de él…..de Edward.
Unos pasos agitados corrieron hacia el umbral de la puerta y entonces dos niños de apenas 5 y 3 años se colgaron de las piernas de su madre.
-¡Tía Bella!.- gritó el mayor.
-Tía Mella..-lo imitó el mas pequeño.
Bella miró a Edward con ojos suplicantes y el demonio perdido en en sus pensamientos observó los dos pequeños vástagos de cabello color miel que se abalanzaban a los brazos de la castaña sonrientes.
Sus ojos volvieron a Jo y ésta, que se habia desmayado, yacía con los ojos cerrados en el suelo, en la entrada de la puerta.
Todo habia ocurrido demasiado deprisa y ni si quiera se habia dado cuenta del desmayo de la mujer que habia creido suya.
Quiso abalanzarse, y cogerla entre sus brazos, pero fue su marido el que lo hizo en vez de él.
Se quedó petrificado mirando la escena y se sorprendió cuando su vista comenzó a nublarse.
Estaba llorando. Habia perdido a Jo.
Ella, se habia cansado de esperarlo y habia unido su vida a aquel hombre que fue el novio de su hermana…
Bella…la miró a ella y suspiró.
-Id hacia dentro amores. Ahora entro yo. Voy a hablar con este señor.- les dijo ella, amorosa.
-¿Es tu novio tia Bella?.- le preguntó el mayor, mirando a Edward con curiosidad.
-No. Es un antiguo amigo, ahora id con papá y mamá….
Los niños asintieron, y volvieron a mirar al desconocido que se mantenía inmóvil en uno de los escalones de la entrada.
Bella se irguió y agitó su melena con despreocupación.
El olor autentico y característico de la esencia de ella, sacudió a Edward como un relámpago, tensándose tanto que comenzó a notar como el musculo de su entrepierna crecía y crecía haciéndose notar debajo de sus pantalones.
Se sintió incomodó e intentó tirar del suéter negro que lo abrazaba.
Carraspeó nervioso.
-Debes marcharte. Sabes que es asi, no hagas esto mas difícil Edward. Te lo suplico.
Él no parpadeaba, perdido en aquella voz y su cadencia.
-Tengo que hablar con ella. Aunque sea solo una vez. Tuvo que ser tremendo para Jo, que pasaran los días, los meses y yo no diera signo de vida alguno.
Bella bajó la cabeza y sobre pesó decirle la verdad.
Quizás era mejor que él pensara que Jo, lo habia esperado como se prometieron en un primer momento.
-Sí. Fue duro para ella.-mintió Bella bajando la mirada.- Para todos en realidad. Por eso no tienes derecho en presentarte ahora como lo haces. Hace daño tu presencia….
-¿Y tú…tú como lo soportas?.- La voz de Edward era tensa, pero amigable.
Ella sonrió.
-¿Qué es lo que debo de “soportar”?.- ella intentó sonreir y mostrarse indiferente.
Edward chasqueó la lengua y siseó una maldición.
-No mientas. Sé que amabas a ese hombre. No puedes estar serena, no cuando ves lo que he visto yo…
- Se aman…- susurró ella casi sin aliento, caminando hacia un pequeño claro en el jardín.
Edward la siguió, sin darse cuenta y se posicionó detrás de ella.
-Exacto….pero no me voy a rendir. Jo es mía y siempre lo será. –sentenció Edward.
Bella se giró y encontró el cuerpo del demonio mas cerca de lo que pensaba. Lo miró a los ojos y luego sin saber porqué contempló la boca del hombre, entreabierta y sensual. Como embrujada, se apresó el labio inferior entre sus dientes. Edward hipnotizado y correspondiendo a aquel gesto, sacó muy despacio su lengua y se lamió el labio superior.
Avergonzada y sin saber que le habia ocurrido, apartó la vista de su boca y dio dos pasos hacia atrás, intentando crear mas espacio entre ellos.
-Nada puedes hacer. Desde luego. Debes rendirte, es lo mejor.- dijo ella, apretando sus manos nerviosa.
Edward iba a responder cuando los faros de un vehículo lo interrumpieron.
Vió bajar a su hermana Alice, lentamente y con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Cuando llegó a su lado, rodeó con los brazos su cuello y lo besó cariñosamente en la cara.
-Hermanito. Me alegro de verte. ¿Qué tal tus vacaciones forzadas?.- dijo sin perder la sonrisa.
-Alice…- siseó Edward.- Me gustaría hablar contigo en privado.
-¿Tiene que ser ahora? .- Alice parpadeó divertida.- Estamos invitados a un festejo. ¿sabes Edward? El aniversario de Carlisle y Josephine…..
Edward apretó tanto los puños, que las venas se veian claramente en sus manos.
-Alice.- rogó Bella.
-Edward….¿Has visto lo hermosa que esta Bella?.- Alice no dejó que Edward respondiera; ya lo hizo ella por él.- Si, si lo está. Es un total contrasentido que no tenga pareja ni nada que se le parezca. ¿Qué diferencia entre las hermanas verdad?...La una, comedida hasta aburrirse y la otra :zorra desde el minuto uno….
Edward se acercó a su hermana rápidamente y levantó su mano para propinarle un bofetón.
-Ni lo intentes Edward. ¿La verdad duele, eh? Pregúntale a Bella. Ella sabe lo que es eso. No tú. Ha tenido que ver como el hombre que pensaba amar se casaba con su hermana y tenia hijos con ella. Haciendo trizas sus ilusiones de adolescente….
-Josephine se cansó de esperar. Es lógico que buscara a otro hombre….- la disculpó Edward.
-¡Pero hermano, esa mujer te sorbió el cerebro o qué! Eres un imbécil si crees que ella te esperó por años, ni por meses, ni siquiera por días…
Edward cogió a su hermana de la nuca y tiró de sus cabellos haciendo que Alice inclinara la cabeza y sus ojos se enfrentaran con los de él.
-¿Qué quieres decir, Alice? Dí lo que sabes si no, te juro que te arranco la cabeza. Me importa una mierda que seas mi hermana o no, están injuriando a la mujer que amo y eso se paga con la muerte. Lo sabes bien.
Alice curvó su boca y miró por el rabillo del ojo a Bella, quien observaba la escena con las manos apresadas en el corazón y la cara agonizante.
-Bella los encontró follando como animales dos noches antes de la fecha en la que debías de venir a buscar a” tu inmaculada mujercita” .- Edward soltó a su hermana de golpe, lanzándola hacia atrás, varios metros.
Giró la cabeza rápidamente y en un segundo llegó a Bella a la que agarró de la mandíbula con una mano y elevó con brusquedad su rostro; para mirarla.
-¿Eso es cierto? ¡Y habla! ¡no te voy a permitir que encubras al malnacido ese del que estas enamorada! ¡Habla maldita estúpida!.
La voz de Edward era casi un rugido y Bella se estremeció de autentico horror. Parecia una bestia….un demonio.
Comprendió lo que esa furia podia desatar sobre su amado Carlisle y sus ojos se empañaron de lagrimas, cayendo de rodillas al césped verde. Edward la acompañó y la agarró de la nuca, echando su cabeza hacia atrás.
-¡Habla! Maldita si no….
-Si. Es cierto.- susurró ella cerrando los ojos. No podia mirarlo.- Pero fue ella la que fue a buscarlo. Carlisle no es el único culpable. Josephine lo buscó y él respondió ….- Bella abrió los ojos de golpe y miró a Edward con severidad.- Tú eres el autentico culpable. Debiste venir a por ella cuando cumplió el plazo, pero no. No lo hiciste y ella tejió su telaraña alrededor de él. De mis labios nunca se hubiera sabido lo que ocurrió en casa de Carlisle entre ellos dos. Pero al no regresar…..- Bella se secó las lagrimas con rabia.- Ella lo enredó hasta quedarse embarazada de él….estuve haciéndome la desentendida unos meses, esperando como una loca tu aparición, pero tú maldito, nunca apareciste. ¡Sueltame!.- Le gritó ella y él lo hizo, como hipnotizado, analizando cada una de las palabras de ella.- ¿Ahora que piensas hacer? ¿Llevartela? ¿Privar a esos niños de su madre?
Edward tensó la mandíbula y se irguió.
Buscó a su hermana con la mirada y luego sus ojos volaron de nuevo hacia Bella.
-La deseo y quiero tenerla, aunque sea para hacer de su vida un autentico infierno…..- Edward dejó escapar el aire lentamente por su boca y sonrió de una manera tan cruel que a Bella se le erizó el cabello de todo su cuerpo.- El humano….simplemente morirá…
Bella negó repetidas veces con la cabeza y caminó hacia él ,cayendo de bruces y cogiendo las rodillas de él.
-Por favor….no. No me dejes sin él….no podría soportarlo. Por favor…- Bella comenzó a llorar desconsolada.
-Quita, mujer. ¿Tan sacrificada eres que prefieres verlo con la puta de tu hermana antes de muerto?.- Edward rió de manera gutural.- Nunca me equivoqué contigo, santa Bella…..te rodea un aire de santidad que me repugna.- Edward volvió la cabeza hacia Alice.
-Agarra a esta mujer, debo marcharme. Tengo que ver a nuestro padre. Pero volveré. Debo de acabar lo que he venido hacer a esta casa.
Bella que estaba sujeta a las piernas de él, limpió sus lagrimas sobre sus rodillas, miró su rostro anguloso desde aquella perspectiva y se soltó, quedando tirada en el césped. Desmadejada.
-Calma Bella….calma hermana. Esto era necesario, tenia que pasar… -Alice abrazó a su amiga y vió a hurtadillas como Edward se desmaterializaba.
-Alice.- Bella miró a su amiga, apresada en un llanto sin medida.- Por favor…-balbuceó.- Impide que tu hermano le haga daño a Carlisle…
Alice no supo que responder, y la abrazó con mas fuerza.
El autentico Edward habia regresado. Lo habia visto en sus ojos. Despues de que la verdad estallara en sus ojos , de la manera que lo habia hecho….
Edward volvia a ser el demonio cruel y sanguinario al que temian todos…el que nunca debió dejar de ser.
Continuará….

martes, 28 de junio de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.
No puedes ser! ¡No puede ser!...¡Maldito insensato! ¿Qué significado tiene para ti que quisiese invocar al demonio Himrum; joven Jasper?
-No tengo indea. Mi señor.
-Esta bien. Libraremos una dura batalla para organizar de nuevo a las almas. Tú me ayudaras. Ahora dejame solo. Mi lacayo te llevará junto a mi ejercito. Buena suerte joven Jasper.
-Gracias mi señor.- Jasper hizo una reverencia y marchó con paso seguro detrás de uno de los criados del rey.
Con la mente puesta en su hijo; clamó con ira muda el nombre de su hija Alice y al cabo de breves segundos su pequeño cuerpecito ya estaba presente.
-Padre.
-Hija. Hija mia. Ha ocurrido algo horrible…
Alice avanzó hacia su padre y lo abrazó con fuerza.
-Yo tampoco tengo buenas noticias padre. Bella quiere entregarse a otro hombre. Si Edward no se da cuenta que es su hembra, esta misma noche ella….
-Edward…hija… Edward ha sido llevado al otro lado por Himrum…
Los ojos de Alice se abrieron como platos.
-No entiendo….
-Edward lo invocó. No me preguntes porqué. Pero lo hizo. Y se lo ha llevado. El tapiz estaba al revés…creo que ha sido una treta de los Denalí. No estoy seguro de ello pero….
-¿Entonces?
-Siete años. Alice. Deben pasar siete años antes que Edward regrese. Aunque el tiempo para él no tendrá ese marco…serán siete años terrenales…
-Bella….
-No. Algo haremos….¿Dónde esta mi futura hija, ahora mismo?

Alice miró a su padre a los ojos profundamente.
-Conduciendo hacia las afueras de Forks. Hacia la casa del mortal……
Continuará….
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.-Capitulo 13.-


Aro se llevó las manos a las sienes y estuvo unos segundos con los ojos cerrados.
Alice intranquila; aprisionaba el labio inferior en sus dientes; un gesto que habia adquirido de su “ hermana y amiga”, Isabella Swan.
-Déjalo todo en mis manos; Alice. Ahora ve detrás de tu hermana. Vigílala y dejala que se apoye en tu hombro cuando sucumba a su dolor. Ya todo esta escrito y esto debia de ocurrir. No tengo la menor idea de porque Edward fue en busca del alma de Himrum.- Aro buscó el espacio infinito en una columna del gran salón y torció el labio en una mueca de repulsión.- Himrun fue el principal culpable del abandono de tu madre. Cuando Eleazar lo confinó a la mina de almas, pensé que habían acabado los problemas..y ahora esto….
-Himrum es el demonio del odio profeso, padre….¿Que debia buscar Edward clamándolo?
Aro miró a su hija con insistencia.
-La verdad; Alice. Tu hermano ama a esa humana mundana y perra; pero no puede negar el influjo al que se somete cuando esta cerca de Isabella. Su alma inmortal la ama. Sabe que ha encontrado su otra mitad y le clama la verdad…pese a ser un demonio y estar dominado por la maldad, es fiel a su convicciones. No quiere dejar de amar a la mujer que cree suya...
-¿Quieres decir que …?
Aro asintió con la cabeza.
-Él quería odiar con toda su alma impura a Isabella….creo que por eso invocó a Himrum..
Alice paseó para alcanzar a su padre y lo abrazó apoyando su pequeña cabecita en el pecho de él.
-Como puede estar tan ciego…padre…
-Deja que el tiempo pase…quizás todo esto sea lo mejor para todos…
Alice alzó el rostro y observó los ojos color carmín de su progenitor.
-¿No has escuchado nada de lo que he dicho padre?
-Si hija. Y puedes tener la certeza de que lo que temes. Nunca sucederá.

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7 AÑOS DESPUES…….



-Estoy harta de la Chevy. Bella. ¿No seria hora que te desentendieras de ella?
-No.
Alice corría detrás de la mujer organizada y esplendorosa en la que se habia convertido Isabella Swan.
Despues de haber accedido a que Alice le ayudase a pagar sus estudios universitarios. En la actualidad no podia quejarse de los beneficios que estaba obteniendo su negocio.
Nadie habia dado un dólar por aquella idea..sin embargo el padre de Alice; un dia, después de salir de la ultima sucursal del banco que le denegó el crédito, se tropezó con ella y la invitó a un café.
Aún se preguntaba como pudo acceder a aquello.
-Sé que lo haras bien. Confio en ti y en tus intereses que son los míos.- le dijo él.- Si el amor propio te impide no dejar atrás este favor, permitiré que me vayas pagando a plazos el crédito de tu muy astuto negocio….
-Gracias. Asi lo haré.
Isabella siempre recordaba los ojos demasiado rojos de Aro.
Se estremecía al recordarlos y los vellos se le ponían de punta.
El dinero de Aro para la agencia. La astucia de Alice y la preparación de Bella, fue un bálsamo cuidadoso para la eclosión en el mundo financiero de las agencias de contactos.
Bella era feliz viendo como miles de chicos y chicas; llenaban folios blancos con su perfil y su foto para encontrar su media naranja….
Quizás aquel anhelo era un fallo en su sistema. Algo que ella nunca podría tener.
Porque el hombre que amaba; el único hombre en su vida era el marido de su hermana. Carlisle Cullen.
Encendió el motor de la Chevy y sin mirar a Alice, condujo hasta la pequeña casa que un dia habia sido la suya.
Actualmente eran mejor que unas hermanas; ya que con su hermana real, le era una total desconocida…y la odiaba. La odiaba con toda su alma. Josephine le habia quitado a Isabella lo que debia de haber sido de ella.
Pero todo cambió aquel dia que abandonó su casa con el utilitario de Reneé; ya que su Chevy habia desaparecido.
Iba a entregarse a Carlisle y se extrañó al encontrar en el césped magullado de la entrada de la casa de éste, su furgoneta mal aparcada.
Lo siguiente era algo que nunca podría olvidar…
…el cuerpo desnudo de Jo y las embestidas furiosas de aquel al que ella habia pensado entregar su virginidad…
Apresada entre la pared y el cuerpo bien formado de Carlisle. Bella creyó morir al ver aquel espectáculo por una de las ventanas que se disponían en el exterior.
…. Volvió a su casa sin decir nada a nadie y con la esperanza de que aquel sombrío hombre de ojos verdes y cabello cobrizo volviese en busca de Jo y se la llevara bien lejos para poder recuperar a Carlisle. Pero aquello nunca ocurrió y ahora Carlisle era el marido de Jo y tenían dos hijos que eran encantadores.
Los dos habia heredado el cabello color miel de Carlisle y su bendita sonrisa y eso a Bella la mataba lentamente.
El matrimonio vivía con su madre; en una felicidad que conocía limites, Reneé, les hacia de criada y de nanny cada vez que a Jo le venia en gana.
Siete años..siete años y Bella seguía amando a Carlisle con una intensidad que ni ella misma comprendía.
Bien cierto era que durante aquellos años habia conocido hombres. Pero nunca, ninguno llegó a mayores con ella…su mente era del rubio y asi seguiría siendo.
-Hoy es el aniversario de Carlisle y Jo. ¿Estas segura que debemos ir?.- preguntó Alice sin mirarla.
-Si.
Monosilabos. Aquella tarde-noche, estaba destinada a mantenerse por monosílabos…duros y llagueantes monosílabos…..
Alice habia sido todo para ella. Pero Bella todavía no comprendia la desaparición de Edward de escena. Se suponía que debia de haber ido a buscar a Jo…a él también lo odiaba. Por no haber ido a buscarla, por haber dejado que todo aquello ocurriera. El maldito habia desaparecido y su hermana Alice, siempre respondía con evasivas cada vez que se sacaba el tema.
Al llegar a la explanada que se contemplaba antes de llegar a la casa de Reneé; Alice se tensó.
Algo demasiado conocido para ella cargaba el ambiente y dudó si desaparecer o mantenerse en la distancia por si algo ocurria.
Edward habia vuelto.
Habian pasado siete años y el demonio habia vuelto ha buscar a su amada Jo, que ahora era propiedad de otro hombre.
Bella se bajó de la chevy y miró a Alice interrogante.
-¿Qué?.- preguntó.
-Creo que se me ha olvidado dejar los partes de asimilación de datos en delegación…Bella. Dame las llaves. Necesito volver. Tú entra. Yo ahora vuelvo y te acompaño…
Bella se llevó una mano a la frente y negó con la cabeza.
-No puedo creerlo. ¿Me vas a dejar con los leones?
Alice rió con ganas y agarró de la mano de Bella las llaves usadas de la chevy.
-Recuerda que mi leona preferida eres tú.
-Permíteme que me ría Alice.
-En serio Bella. Ese traje de falda y chaqueta. El cabello acariciando tu espalda y esos ojos adorablemente tentadores y fieros cuando se lo proponen te hacen una autentica leona. No entres si no quieres. Espérame fuera.
Alice ya arrancaba y se marchaba..
-Pero entonces…. déjame que me marche contigo…..- balbuceó Bella.

El motor rugió nuevamente y Bella caminó hacia la entrada. Cerró fuertemente los ojos y suspiró.
Pero de repente notó un par de ojos de su espalda. Se giró y abrió mucho sus orbes color chocolate; al ver de quien se trataba.
-Edward….




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Edward habia vagado por el enjambre de almas que claudicadas; flotaban por el rio de Ades.
Pero el tiempo habia sido breve. Demasiado breve.
Su mente no habia adquirido aquel odio mortal que debia haber fabricado hacia aquella humana simple y callada que era la hermana de su amada Jo.
Podia oir las risas de Himrum y la frase que azotaba su cabeza. “ La verdad la hizo libre”
Edward sabia perfectamente que aquella frase iba dedicada a su madre.
La madre de Edward y Alice habia sido una mortal con muchas de las particularidades que Jo debia de tener para él.
Edward y Alice ya habían nacido cuando Himrun, enamorado de la esencia y la bondad de su madre; la informó de quien era el padre de sus hijos y los propios: Demonios.
Aquello la hizo huir. Nadie sabia donde…su dulce madre………….Desapareció.
Sabia que Himrum podia hacerle olvidar la esencia de Isabella Swan. Hacer borrar de su memoria su dulce silueta y el aroma provocativo de su cuerpo….
Pero deshecho ya de su embrujo y de nuevo en el lugar de partida; El recuerdo de su esencia ardía, como una llama latente en él.
Aunque también estaba Jo y el amor profundo que le procesaba…
Iria a buscarla.
Ella lo habría esperado.
Él, sabia que si.
Cuando se desmaterializó delante de su casa y vió la sensual figura que dudaba en el umbral de puerta de entrada, quiso abalanzarse sobre ella y quemarla de ardor…era Jo..no podia ser otra.
Aquellas formas y aquel cabello. Los gemelos endurecidos al llevar aquellos tacones y la falda adherida a sus caderas como una segunda piel.
La deseaba, la amaba, la esencia era magnifica y creyó morir. ¡Era ella! Isabella habia muerto para él….mordió sus labios porque si no la hubiera mordido a ella..
Pero entonces se giró y desapareció todo…
Aquellos ojos…
Aquella boca….
Todo habia cambiado para perfeccionarse y la miró sin reservas.
Embobado ante aquella mujer; escuchó su nombre…
-Edward…
La miró inquisidor.
-He venido en busca de Jo…
Entonces ella se abalanzó hacia él y comenzó a pegarle en el pecho y a llorar…
Maldiciéndolo y embriagándolo de su esencia maravillosa.
-¡Maldito! ¡Ahora no! ¡Ahora ya es demasiado tarde!
Continuará….

jueves, 16 de junio de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.


La vision de Isabella desnuda en el espejo, balanceando sus pechos y tocando su cuerpo, anhelante, llegaron al patriarca de los Denalí con un terrorífico tormento.
-Comprendo tu anhelo; Principe. Te ofrezco cualquiera de mis mujeres para saciar ese dulce apetito que te embarga. Tú eliges.
Edward sonrió. Diabólico.
Su vista vagó hacia la castaña que lo miraba con ojos de deseo.
Cerró los ojos y la imagen de Bella lo veló.
Acabó haciendo de aquella demonio, una esclava en sus brazos.
Viendo los rasgos de la hermana de su amada en el rostro de la demonio que gemía entre sus brazos.
Edward se levantó de un saltó y vistió su cuerpo con las sencillas prendas que habia tirado en el suelo la noche antes.
Un sencillo suérter negro, unos pantalones del mismo color.
Sacudió la cabeza mirando el cuerpo que descansaba en su cama y salió de la habitación con el propósito de visitar las tierras Denalí. El segundo dia habia comenzado e iba a investigar como trataba Eleazar a los confederados que tenia en la mina de almas.
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Capitulo 12.

Desierto de Amenek. Tierras Denalí: Mina de Almas.
Segundo dia.


Los esclavos que Eleazar empleaba para explotar la mina de almas; eran demonios de bajo nivel que después de haber sido torturados y cumplir una justa condena; pasaban sus últimos días de calvario; protegiendo la vida de las tres brujas.
A lo largo de toda la historia demoniaca era bien sabido, que insurgentes creyendo tener aquellos derechos que los desmerecían, se habían apostado en las minas queriéndo llevar con ellos a alguna de las tres brujas que cortaban el hilo de la vida de algún ser mortal.
Las brujas se alternaban el único ojo que compartían y cuchicheaban entre ellas al ver un futuro incierto en cualquier individuo.
Se relamían gustosas con un fatídico final o se estremecían de pánico cuando en el ultimo momentos se redimían y pedían perdón al “ Gran Salvador” y él, los perdonaba de cada uno de sus pecados.
Las almas se guardaban en gruesas arcas, que eran movidas por los esclavos cada cierto tiempo.
Habia demonios que se alimentaban de ellas y éstas iban muriendo lentamente; teniendo plena conciencia de lo que les estaba ocurriendo.
Jasper Withlock; teniente confederado de la Guerra de secesión Estado Unidense, se llevó las manos a los ojos al ver la larga y estrecha figura vestida de negro que caminaba lentamente hacia el porteon de la Mina.
Sacudió el polvo de sus botas entre las rocas de Hierro rojo y ajustó el sobrero de ala ancha que le protegía el cabello.
Convertido en un demonio de bajo nivel. Su vida en las tierras Denalí era monótona y pausada.
Observó unos instantes el rostro del individuo que se acercaba a él con paso desgarbado y con las manos metidas en los bolsillos.
-Señor.- saludó Jasper.- No puede adentrarse en la mina. Las brujas están cortando. Llevan todo el dia haciéndolo. Por lo visto ha habido un temporal en Asia y ha devastado gran cantidad de terreno. Imaginese a lo que a almas se refiere.
El hombre; pareció no escuchar, y se andentró en el umbral.
Jasper se interpuso y llevó una de sus manos al sombrero. Lo tiró al humeante suelo rojizo.
-Se lo suplico. Sólo los altos mandos del infierno pueden adentrarse en este edificio. ¿Lo es usted?
Edward miró de arriba abajo a aquel ridículo personajillo y sonrió.
-¿No me conoces?.- le preguntó con sorna.- Es bueno saber que todavía existen demonios que no saben el rostro que tiene su futuro rey. Soy el primogénito de Aro. Edward I.
Jasper tragó con dificultad y plantó una rodilla en el suelo; bajando la cabeza con total devoción.
-Señor..yo lo siento. Señor. No sabia. No sabia que usted se prodigaba por estos lares…..
-No importa.- Edward hizo un ademan con la mano para que el demonio inferior se levantara.- Me agrada saber que eres un demonio apto para proteger a las tres brujas y las minas de almas.
-Gracias señor.- titubeó Jasper.- Es gratificante sentirse útil. Señor.
Edward analizó al tipo lentamente y asintió.
-Acompáñame. Deseo invocara a Himrum. ¿Crees que será posible?.-La boca de Edward se torció al pronuncias el nombre del demonio.
-¿Himrum?.- Jasper no pudo reprimir la mueca de horror.- Por lo que tengo entendido es el mas ferreo enemigo de su padre. ¿Por qué quiere hacerlo?
Una sonrisa cruel se abrió paso entre los labios de Edward.
-Quiero ver con mis propios ojos como se retuerce su alma. Eso si que seria realmente gratificante…
Jasper lo miró atónito y metió la mano en la puerta dando dos vueltas rápidas.
El gran porteón se abrió en dos lamas y ambos demonis pasaron uno al lado del otro; como iguales.

………………………………………………………………………………………………………………………………………….

Dos días antes de la partida de Jo.

La casa de Carlisle Cullen estaba apartada de Forks.
Era amplia y minimalista. Nada que ver con la casa de Bella y Jo.
Se retorció la manos inquieto. Aquella noche habia invitado a Bella a cenar y ella habia accedido.
Ultimamente algo en ella habia cambiado. Se veía mas salvaje y sensual.
Murmuró algo entre dientes al recordar la conversación de la cena familiar en casa de ella.
Queria entregarse a él. Que fuese suya. Dos hermanas poseídas por el mismo hombre…aquello parecía novelesco.
Habia comprendido después de aquellas palabras; que Jo al lado de Bella era algo sucio y oscuro…como aquel novio suyo que habia aparecido de la nada…
Edward…¿Pero Edward qué?
Pensar en él lo inflamaba…lo cabreaba… lo dejaba roto.
Tenia un mal presentimiento con aquel bastardo.
No le gustaba la manera que tenia de mirar a Bella.
Su novia no se habia dado cuenta; pero él si habia deparado en aquellas miradas ocasionales que le lanzaba de vez en cuando.
Lejos de ser siniestras; sus ojos cambiaban de tono y parecían mas dorados que verdosos. Parecia que mirar a Bella lo convirtiera en una polilla de la luz; Sus ojos se cegaban nada mirarla.
Habia tenido ganas de increparlo. Pero ¿Para qué? Suficiente fue, el altercado con Reneé y la manera que salió a defender aquel bastardo a a su Bella. Como si ella le perteneciese….
…. A veces tenia la extraña sensacion que estaba involucrado en una historia en la que era un simple peón.
Oyó un coche; asomó su cabeza rubia entre los visillos de la cortina del comedor y sonrió.
Era demasiado pronto. Pero allí estaba la camioneta de Bella aparcando.
Pasó ambas manos por su cabello color miel y se miró al espejo con una sonrisa de anticipación.



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-¿Me iras a decir que esperas que te llueva el dinero del cielo?.- Alice miraba a su amiga con los ojos tiernos y una sonrisilla traviesa en los labios.- ¿De verdad no tienes fondos para la universidad, Bella?
Bella se dejó caer en el sofá y cerró los ojos apoyando la cabeza en el respaldo .
Alice habia dedicido que hoy era un buen dia para jugar a Barbie Bella y habia comenzado muy temprano con aquella tarea inconmensurable.
En aquel momento la castaña llevaba un emplaste de arcilla y que sé yo, en su rostro.
-Nada. Alice. El saldo de mi libreta de ahorros para la universidad está en números rojos…
La pequeña súcubo maldijo entre dientes y se rascó la cabeza.
-¿Y ahora qué? ¿Te pondrás a trabajar? ¿Y tus estudios? Eres inteligente; Bella. Podrias llegar a donde te propusieras. Déjame ayudarte.
Bella alzó una mano sin mirarla.
- Siento que la mierda esa que me has puesto en la cara se cuartea. ¿Es normal?.- Espetó Bella; algo seca.
-No te preocupes. Vamos al lavabo. Hay que sacar todo eso. Luego comenzaremos a hidratar ese cutis tan maravilloso que tienes…
- Tiemblo de puro horror. Alice.- siseó.
-¿Decias?.- Le sonrió Alice, tomándola de la mano y llevándola hacia el baño.- En serio Bella. Si tú me dejases yo te ayudaría…
-Alice. ¿Qué edad tienes?
La pregunta de Bella pillo a Alice por sorpresa e intentó sacar a flote su temperamento mentiroso de súcubo; para que no notase la reacción.
-18 .
-¿Tú no deberías estar estudiando también?.- La voz de Bella sonó dura.
-Soy muy aventajada querida. No podrías creer hasta donde llegan mis conocimientos.
Bella ; que ya habia despojado toda la arcilla de su rostro. Se secó la cara con la toalla y la miró fijamente.
-¿Y el dinero? ¿De donde sacas el dinero?
-Mi padre es un hombre…influyente…no me niega nada. Soy una hija obediente y él un padre entregado.
Bella acomodó la toalla en su sitio y alzó las cejas.
-¿Ricos? ¿Sois Ricos? Desde luego Jo; no ha podido tener mas suerte. Tiene un Dios griego como hombre, que además esta bañado en dinero.
Los ojos de Alice brillaron de sorpresa ante las palabras de su amiga.
-¿Un Dios griego; Bella? …No te habia oído nunca referirte a Edward de ese modo….
Ella se sonrojó y bajó la mirada.
-Bueno…es tan obvio. Es tan perfecto. Los dos lo son. Josephine y él. Parecen sacados de una revista de modelaje.
Alice rió y cambió de conversación. La cabreaba enormemente pensar en el ciego y sordo de Edward.
-A papá le caíste muy bien Bella. No me negaría que inyectara algo de fondos a tu precario extracto bancario…..
-Pero…si apenas me conoceis…¿Qué sois? ¿Angeles?
Alice, rió mas alto y negó firmemente con la cabeza.
-Algún dia lo fuimos. Pero ahora estamos muy lejos de serlo. Caímos demasiado rápido y fuerte. El golpe nos hizo saber del dolor…
Bella caminó tras ella y la siguió hasta su habitación.
Allí la hizo sentar delante del espejo y comenzó a trazar dibujos en su rostro con una crema maleable.
Bella dudó en hablar. Pero cuando lo hizo fue contundente.
-Será esta noche. Alice. Esta noche me entregaré a Carlisle.
Los deditos de la pequeña súcubo se quedaron enquilosados por la información.
-¿Qué?.- susurró.
-Lo amo. Ya te lo dije ayer. Lo he decidido. Será hoy. Me ha invitado esta noche a cenar y me voy a quedar allí a pasar la noche. Ni mamá ni Jo, extrañaran mi presencia.
La boca de Alice hizo un mohín.
-Yo si…..
Bella, tomó ambas mejillas de su amiga y besó su pómulo alto.
-Cuanto hubiera dado por tener una hermana como tú Alice. Cuanto….
Alice parpadeó varias veces y notó como de su ojo ; lentamente bajaba una lagrima. La sorbió al llegar a su boca y notó el sabor salado de su emoción terrenal.
-Yo quiero que lo seamos Bella. Acepta lo que deseo darte. Quiero que te formes. Quiero ser tu amiga. Tu confidente. Quiero que seamos hermanas.
Bella sonrió tierna.
-¿Hermanas de sangre?- dijo; buscando algo entre sus cosas.
-Si.- suspiró Alice.
-Perfecto. Vamos a hacerlo. Lo he visto en infinidad de películas.
-¡Auch!.- Antes de que Alice dijera o hiciera nada; Bella ya habia tomado una afilada cuchilla y habia cortado levemente la yema del dedo índice de su amiga.
Bella hizo lo mismo con el suyo y frunció el ceño; en un claro síntoma de repulsión.
-Juntemos nuestros dedos y proclamémonos hermanas de sangre…
-Si….
Sus dedos se juntaron y Bella cerró los ojos explotando en su interior.
Un fuerte caudal de emociones la embargó y una explosión final la dejó tenuemente mareada. Cuando abrió sus ojos; Alice la contemplaba con la mirada brillante y una sonrisa de felicidad en su boca.
- Ya está.- dijo la pequeña.- Ya somos que lo siempre tendríamos que haber sido. Hermanas.


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Desierto de Amenek. Tierras Denalí: Mina de Almas.
Segundo dia.
Las tres brujas ciegas se habia deshecho en elogios para el joven príncipe que clamaba a las paredes de las minas la presencia del alma de Himrum.
Jasper notó como los vellos se le ponían de punta al oir el bramido del príncipe; finalizando el rito de invocación.
El joven príncipe se posicionó en un lateral del tapiz trazado sobre sus pies y entonces apareció la figura fantasmal de un hombre con los ojos de un carbón profundo.
-¿Himrum? ¡Bastardo infernal! Apoya tus inexistentes extremidades en el tapiz. Venera a tu príncipe.
La voz de Edward; arrolladora sonó con potencia entre aquellas cuatro paredes.
Una carcajada ronca comenzó a alzarse y el tapiz voló hacia los aires.
Jasper quiso ir hacia su príncipe; pero ya era demasiado tarde. Himrum; lo habia estampado contra una de las paredes y comenzaba a abrir la boca para absorberlo.
-¡Busca a mi padre! ¡Esto es un confabulación! ¡ El tapiz estaba tejido a la inversa! ¡Jasper, busca a mi padre! ¡No dejes que liberen las almas! Seria, un completo caos….
La voz de Edward se apagó y también la figura fantasmal que lo envolvía.
Himrum lo habia engullido.
Ahora si no contenían a las almas en sus cajas. Se esparcirían por el infierno causando las mil y una maldades entres los demonios.
Corrió hacia el cielo cobrizo y se desmaterializó frente a las puertas del despacho del gran rey Aro.
Himrun se habia llevado al principe Edward y aquello significaba que pasaría casi una década humana ; hasta que el fuese liberado.
Ahora debían contener las almas….


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-¿Se puede saber que haces aquí, Jo?.- La voz de Carlisle era dura y sus ojos dejaban claro que no era bienvenida.
-Dejame pasar; Carlisle. Por los viejos tiempos. Ademas he venido a hablarte de Bella.- Jo, parpadeó varias veces y ofreció sus labios; lamiéndolos lentamente.
-¿Bella? ¿Qué ocurre con Bella?.- El tono de Carlisle varió y se apartó de la puerta para dar paso a Jo.
-Dejame entrar y te lo diré.- sonrió.
Al avanzar hacia el amplio pasillo Jo, sintió que su anhelo estaba a punto de cumplirse.
Estaba en casa de Carlisle. Ella y él a solas.
Lo atraparía con sus tretas y lo volveria loco por poseerla.
Sonrió; muy complacida de sí misma….
…. Bella.
Seria maravilloso que Bella los viese haciendo el amor.
Como ella se retorcia debajo del cuerpo de Carlisle; mientras él la embestía con la fuerza de la pasion contenida por tanto tiempo….
Cerró los ojos muy segura de si misma.
El hombre se sentó en una de las sillas y le ofreció asiento a ella en otra.
-¿Qué ocurre con Bella?
Jo sonrió ladinamente y ladeó la cabeza con sensualidad…..

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-¡No puedes ser! ¡No puede ser!...¡Maldito insensato! ¿Qué significado tiene para ti que quisiese invocar al demonio Himrum; joven Jasper?
-No tengo indea. Mi señor.
-Esta bien. Libraremos una dura batalla para organizar de nuevo a las almas. Tú me ayudaras. Ahora dejame solo. Mi lacayo te llevará junto a mi ejercito. Buena suerte joven Jasper.
-Gracias mi señor.- Jasper hizo una reverencia y marchó con paso seguro detrás de uno de los criados del rey.
Con la mente puesta en su hijo; clamó con ira muda el nombre de su hija Alice y al cabo de breves segundos su pequeño cuerpecito ya estaba presente.
-Padre.
-Hija. Hija mia. Ha ocurrido algo horrible…
Alice avanzó hacia su padre y lo abrazó con fuerza.
-Yo tampoco tengo buenas noticias padre. Bella quiere entregarse a otro hombre. Si Edward no se da cuenta que es su hembra, esta misma noche ella….
-Edward…hija… Edward ha sido llevado al otro lado por Himrum…
Los ojos de Alice se abrieron como platos.
-No entiendo….
-Edward lo invocó. No me preguntes porqué. Pero lo hizo. Y se lo ha llevado. El tapiz estaba al revés…creo que ha sido una treta de los Denalí. No estoy seguro de ello pero….
-¿Entonces?
-Siete años. Alice. Deben pasar siete años antes que Edward regrese. Aunque el tiempo para él no tendrá ese marco…serán siete años terrenales…
-Bella….
-No. Algo haremos….¿Dónde esta mi futura hija, ahora mismo?

Alice miró a su padre a los ojos profundamente.
-Conduciendo hacia las afueras de Forks. Hacia la casa del mortal……
Continuará….

lunes, 13 de junio de 2011

Plugged

PLUGGED
Abuelo. Me acabo de despedir. No aguanto mas al malnacido ese, que esta al frente de la empresa. Es una mierda. ¿Qué quieres que me ponga a estudiar? ¡Lo haré! Pero no quiero ver ni en pintura a un ser tan mezquino como ese….
La risa del abuelo me dejó estática mientras caminaba.
-Nena….nunca hubiera pensado que Edward te causaría esa impresión. No “esa” desde luego….¿Y bien?
-Esta mañana me he dormido. He dejado todo en el departamento. No tengo dinero para un taxi . Y no tengo la llave para entrar a por mis cosas. …
-Dime donde estas. Mandaré un auto. Por el departamento no te preocupes. Lo arreglaré todo para que te hagan una copia…
-No. Quiero mi antiguo apartamento. No quiero vivir allí.
-¿Es por Edward?
-¿Tú sabias que se alojaba allí?
EL abuelo parecía hasta divertido. Tenia los nervios de puta punta.
-Por supuesto.
-No quiero verlo nunca mas en toda mi vida…
-Sabes que eso es técnicamente imposible.
-¿Por qué? Hasta ahora no tenia ni puta idea que existía ¿no?
-Bella…Controla esa boca.
-Vale. Está bien. Estoy en el cruce de Amblington con Nerks.
-En cinco minutos, mando un coche.
Me colgó.
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Capitulo 8
Metí el mobil en el bolsillo trasero de mi pantalón de pitillo y caminé de un lado a otro de la acera; esperando que hiciera acto de presencia el auto que habia mandado el abuelo.
Suspiré metiendo los dedos por mi cabello seriamente enredado y mis ojos focalizaron a una muchacha con el cabello rubio fresa que vagaba por las calles en dirección hacia mí.
La muchacha iba sola y me alarmé; aunque no parecía perdida. Su edad me hizo pensar por acto reflejo, que no podia andar por la aquella gran avenida sin la presencia de un adulto que la acompañara.
Me acerqué a ella con una sonrisa en los labios y la paré en seco.
-Hola.- le dije sin perder la sonrisa.- ¿Dondes están tus papas; preciosa?
La niña me miró con gesto malhumorado y me rodeó para no dedicarme ni un maldito segundo de su existencia.
-¡Oye!.- le grité; retrocediendo en mis pasos y yendo hacia ella de nuevo.- Eres muy pequeña para ir por la calle sola. ¿puedo hacer algo por ti?
Ella ni me miró si quiera y siguió avanzando.
-Mis padres me dicen que no hable nunca con extraños. Y tú lo eres. Déjame.- Su voz de niña retumbó en mis oídos. Se me hacia repugnadamente familiar.
-Yo….¿Donde vas? Yo me puedo acompañarte.- Me sentía “una buena samaritana” y no iba a permitir que aquella niña vagara sola por aquellas calles.
Ella se paró en seco y me miró de arriba a bajo ; valorándome con la mirada.
-Voy a Cullen Ltd.
Mis ojos se abrieron como los de un sapo y ella rió; como lo que era. Una niña de alrededor 7 años.
-No te rias.- le dije seria.- No tiene gracia. Dime tu nombre. Quizas te pueda ayudar. Yo trabajo….yo trabajaba allí….
Achicó los ojos la muy mamona y un claxon nos hizo volvernos a ambas.
El Audi negro; ultimo modelo, esperaba en un paso de cebra….¿Por mí?
Ví como la puerta del piloto se abría y bajar a mi abuelo de él me hizo casi saltar de alegría.
Caminó hacia nosotras y su rostro se volvió hacia la niña que estaba a breves centímetros de mi cuerpo.
-Bella…….- Sus ojos me miraron con suspicacia y luego viajaron a la pequeña compañera que me acompañaba.-¿Elizabeth?...¿Que haces aquí con Bella?.- El abuelo se puso de cuclillas para mirar a los ojos a la pequeña demonio sorda y le ofreció la mejor de sus sonrisas.
¡Un momento! ¡Elizabeth! ¡Maldita mi suerte, aquella era la Elizabeth de Tanya y Edw….y el ogro?
Me sentí lívida. ¡Oh genial….Bella!
-Me he escapado del colegio. Quiero ver a papá.- dijo ella dulcemente hablando con el abuelo.- Mamá se marcha y tengo que quedarme con él. Estaba nerviosa. ¡Quiero que tia Alice viva con nosotros!.
El abuelo comenzó a reir echándose las manos a la cabeza; incrédulo.
-Ven con nosotros pequeña. Te llevaremos con tu padre. ¿Sabes? Bella también trabaja en Cullen Ltd.
Los ojos azules de la niña vagaron hacia mí, con desconfianza.
-¿Ella?
-Si.- dijo el abuelo rotundo.- Vamos; te dejaré ir de copiloto. ¿Pero no se lo digas a nadie, eh?
La niña rió y abrazó al abuelo con fuerza.
-Al abuelo Carlisle tampoco…¿eh? Si no se enfada conmigo y no me deja que juegue con él a Barbies…
El abuelo rió de nuevo con ganas y yo sin entender el chiste , bufé.
-Bella.- me dijo, una vez que Elizabeth entrelazó sus dedos con los de él.- Vamos a llevar a Elizabeth con sus padres…luego hablaremos tú y yo.
Dudo mucho que el color hubiese vuelto a mi rostro después de saber que aquella niña repelente era la hija de Tanya y Edward. ¿Pero volver a la empresa? Aquello debia de haberme puesto verde; ya que un retortijon de narices hizo que mi estomago se contrayera.
Caminé detrás del abuelo y me subí en los asientos traseros de Audi. La pequeña enana parecía llevarse estupendamente con “ mi abuelo” áquel que habia tenido la genial idea de meterme en la guarida del león .
No tardamos ni dos minutos en llegar al parking de la empresa.
Al aparecer de nuevo por recepcion, acompañada de la pequeña arpía y mi abuelo; Jane me miró con los ojos bañados en sorpresa y saludó a mis acompañantes como si fueran el Marajá de Capurtala.
Cogimos el ascensor y noté la mirada de la pequeña monstruita como dagas.
-Aro. ¿Quién es ella? Me ha s dicho que trabaja aquí. Tú la conoces. ¿Quién es?
Giré la cabeza rápidamente en busca de mi abuelo y él respondió.
-Ella en esta empresa es como papá. Ella es mi nieta, es hija de mi hijo.- dijo el abuelo con la mayor naturalidad.
-¿Cómo papá? ¿Ella es para ti , como yo para Esme y Carlisle?
-Exactamente.- le dijo el abuelo serenamente; mientras las puertas del elevador se abrían y caminábamos hacia el despacho de el desquiciado de mierda de mi ex_jefe.
La niña repelente se paró en seco y se paró frente a mi, cogiéndome las manos.
-¿Entonces somos iguales?
El abuelo respondió por mí. Yo tan solo sonreí.
La pequeña se abrazó a mi cadera y un sentimiento de protección me embargó.
Pensé en la situación que la sostenía y en la amargura que vivian sus padres. Recordé la mía propia y me sentí como ella. En realidad eramos tan iguales….Dos semillas partidas por la mitad.

La niña al separarse de mí, me ofreció una sonrisa que me conmovió .
-¿Vamos?.- preguntó mi abuelo; mientras el vigilante de seguridad se quedaba perplejo al ver a Aro, Elizabeth y la ex asistente de dirección caminando juntos hacia el despacho del “gran jefe”.

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-¡Edward!.- La voz de mi abuelo, dura y energica, me hizo recordar quien era en aquella empresa.
Esperamos unos segundos en aquella puerta ; de la que yo habia salido hacia casi una hora.
Al abrir Edward; sus ojos impactaron en mí y luego, breves segundos después los focalizó en mi abuelo y en su pequeña trasto.
-Aro. Elizabeth…….¿Que ocurre? ¿Y tu que haces aquí pequeña?.- La pequeña abrazó los muslos de su padre y emitió una dulce carcajada.
-Bella me encontró en la calle. Papá;.- Se separó de su padre y lo miró seria.- Quiero que tia Alice viva con nosotros, mientras mamá esté fuera….queria decírtelo. Me escapé del colegio…
Edward maldijo entre dientes y nos dio paso, dando un fuerte portazo sin dejar de mirar a su hija.
-Voy a meter un puro al colegio que se van a cagar. ¿Cómo te escapaste?
La niña tragó ; avergonzada.
-Por la puerta.
Me reí y rápidamente me llevé la mano a la boca. El ogro que miraba con todo el odio que me procesaba, con aquellos ojos verdes de leopardo.
-Tú. No sé como tienes la poca vergüenza de volver. ¿No te despediste? ¡Pues a la calle! Me importa un bledo que me hayas traido a mi hija de la mano….
-Edward….-La voz del abuelo se escapó de sus labios como un gruñido.
-Aro. Perdona. Pero no estoy en el mejor de mis dias. –Edward caminó hacia la gran mesa que coronaba la sala de juntas y cogió el teléfono mirándome.- ¿Seguridad? Si. Hay una visita no grata. Deseo que se ocupen de ella.- Colgó.
Miré al abuelo….su vena. Aquella vena hinchada no estaba de muy buen aspecto. ¿Estaba a punto de estallar?
-Me marcho.- dije en un susurro.- Espero abajo.
Edward miró a mi abuelo con una mueca de incredulidad.
-¿Les has ofrecido dinero o algún tipo de incentivo por hacerse cargo de mi hija…?Por que si es asi , yo mismo te diré que esta mujer es…
-Papá.- interrumpió la niña.- ¿Vendrá tia Alice?
Edward miró por un momento a su hija y le sonrió asintiendo.
El abuelo apretó la mandíbula . Miraba a Edward como un contrincante en la arena de los duelos. Recordé que ambas familias llevaban el emporio sin ningún tipo de contratiempo y ahora yo no iba a crear ese lastre.
Me giré sobre mis talones y caminé hacia la puerta.
-Isabella.
La voz del abuelo me hizo quedarme estática.
-Aro. No sé quien es ella… pero creo que alguien la ha metido aquí para hacernos espionaje industrial. No he encontrado nada en su ficha. Es una completa desconocida. Isabella Platt como tal, no existe. No pasó por Recursos Humanos…creo que alguien la ha infiltrado por la compra de Shioquin.
-Isabella; ven a mi lado.-la voz del abuelo me hizo estremecerme y caminé de nuevo a enfrentar la poderosa mirada de Edward Cullen.
Sentí el rostro del abuelo pegado al mio y su mejilla arrugada me rozó; dándome un beso cariñoso al que yo le correspondí con una sonrisa.
Edward nos miró con desagrado y una mueca de repulsión hizo mella en su boca.
-Vaya….apuntas alto… jovencita….
La vena del abuelo……
estaba al borde de la explosión.
-¿Qué has querido decir con ese comentario, Edward?
Edward Cullen caminó muy seguro de sí mismo hacia mí y retuvo uno de los mechones despeinados que adornaban mi estúpida cabeza.
-Bueno. Es muy hermosa. Demasiado joven para ti, quizás. Pero no voy a entrar a valorar eso. ¿Como te ha ganado? Por que conmigo es una gata con las uñas afiladas en todo momento….
-Edward Cullen….Eres hijo de mi mejor amigo Carlisle Cullen, y por eso no voy a tener en cuenta las palabras con las que estas haciendo veredicto sobre esta mujer que ha traido a tu hija hasta aquí. Pero dedicar hacia ella esas palabras; no te hacen ningún favor. ¿Qué puesto desempeñaba Isabella?.- preguntó el abuelo, encarando a Edward como un igual.
Noté su mirada fiera unos segundos y luego volvió sus frios ojos hacia Aro.
-La segunda asistenta de Direccion. No entiendo como….
-¿Ha desempeñado bien su trabajo?
Una risa cruel asomó a sus labios.
-Si….Debo decirte que también se ha ganado los favores de Jacob.- me guiñó un ojo y los colores subieron a mi rostro; recordando el desagradable incidente de la noche anterior.
-No me interesa a quien se haya ganado Isabella o no. Ya veo que contigo no lo ha hecho y eso habla muy bien de ella….
-¿Qué quieres decir?.- increpó Edward molesto.
-La ultima asistente de dirección que compartió despacho con Tanya y contigo salió de Cullen Ltd. Muy mal parada. ¿crees que no se el efecto que tienes sobre las mujeres?
Edward chasqueó la lengua y el abuelo me sonrió; cogiéndome la mano con fuerza.
-Contestame Edward. Isabella …¿es buena para Cullen Ltd.?
-No. No lo es. No mientras no sepa nada de ella. Todavía estoy asimilando que esté discutiendo esto contigo, Aro. Te estoy diciendo que no sé nada de ella…nada…
-Edward. ¿Ibais a salir a Francia en unos días no?
-Si.- achicó los ojos y bajó la vista; revolviendo su cabello nervioso.
-Irá contigo.
-¿Queeeeee?.- dijimos Edward y yo al unísono.
El abuelo rió y entonces se rascó la cabeza.
-Es una orden. Una para los dos. Tranquilo Edward. Isabella no es una infiltrada ni nada parecido…
-¿Entonces que es…tu amante?
Aro elevó una ceja Y sentí toda la tensión que habia en el ambiente. El pulso me abandonó y ví como el abuelo comenzó a reir a carcajadas como si el maldito imbécil aquel, hubiese contado el mejor de los chistes.
Focalizamos nuestra atención en mi abuelo y luego nos miramos retadores.
Caminé los breves pasos que me separaban de él y lo miré de arriba abajo con repulsión.
Alcé mi mano y la estrellé con gusto en su mejilla derecha.
-Imbécil.- le siseé. -¡Amante!....¡Es mi abuelo, maldito gilipollas! ¿Ves todo lo que te rodea? Pues también es mío….tanto como tuyo.- recordé la presencia de Elizabeth y la miré; pero a la niña no le preocupó lo mas minimo que yo estuviese poniendo a su padre como un trapo. Es más; yo diría que hasta podia ver una sonrisilla que asomaba por las comisuras de su boca.
-¿Qué?.- La voz de Edward sonó ronca ; casi desesperada. Su mirada de odio habia pasado por varias fases. De sorpresa ante la torta y a otra completamente desconocida. Imposible de analizar.-¿Tú…..tú …eres Bella…Isabella Swan?
Alcé el rostro orgullosa.
-Si.
Unos golpes en la puerta ….Edward caminó hacia ella , abrió. Era el vigilante de seguridad.
-¿Señor?
-Perdona; Felix. Ha sido un error. Puedes marcharte.
El guardia se marchó ; contrariado y Edward caminó hacia mi abuelo con la mirada baja.
-Lo siento Aro. Pero debías de haberme informado sobre la presencia de …ella en la empresa.
- Tus padres y tu hermano lo saben.- espetó el abuelo; duro.
-Ellos no me han dicho nada…-siseó Edward entre dientes.
-Ese nos es mi problema; desde luego. Y tampoco el de Isabella. Os marchareis a Francia como se decidió desde un principio…
Iba a increpar al abuelo y él alzó su mano para detenerme.
-No quiero oir una palabras mas. Ya he tenido suficiente por hoy…Vamos nena. Te llevaré a tu apartamento. Ya he mandado que hagan una copia de tu tarjeta….
Nos giramos y caminamos hacia la puerta; la voz de la pequeña Elizabeth nos hizo volvernos.
-Adios Bella. Le gustaras a tia Alice. Si…le gustaras mucho…
-Adios.- le dije; intentando sonreir.- Nos vemos…
Cerramos la puerta y el abuelo rió con ganas.
-Se ha quedado mudo. Desde luego…..hacia años que no recordaba a Edward así…..-volvió a reir y yo; que debia estar haciéndolo con él. No tuve ganas.
Ahora seria oficial.
Isabella Swan.
La enchufada.
Continuará…..