jueves, 14 de julio de 2011

My Love Is Over.

MY LOVE IS OVER.


Edward me dirigió una mirada rápida, de tristeza y abrió la boca de nuevo, pero esta vez para romper en pequeños trozos mi corazón.
-Bella…espero que me perdones algún dia por esto. Pero debes de ir a ver a la madre de Tanya al psiquiátrico. Por favor. Te ruego que lo hagas. No hagas nada de lo que puedas arrepentirte toda la vida.
No sabia que me pasaba. ¿Qué quería decir con aquello?
-¿Qué tiene que ver Reneé en esto… Cullen?
Miré horrorizada el rostro de Gerald y luego alternativamente el de Edward.
Desolada.
-Ve a ver a tu padre Bella. Insistió en venir a contártelo él mismo. Pero yo le quité esa idea de la cabeza. ..
-Yo te acompaño Bella.
-¡No!.- bramó Edward, dando dos pasos hacia nosotros.- Ni se te ocurra. ¿Quieres terminar de matar a Charles Swan?
Gerry soltó mi mano como si quemara y me miró como si hubiese visto un fantasma.
-¿Eres hija de Charles Swan?
-Si….
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Capitulo 10.

La voz de Tanya me sacó del estado de trance en el que me hallaba sumida.
Mis ojos estaban vidriosos y un agujero enorme se me habia formado en mi pecho.
Toda aquella información quería decir algo y yo sabía que Edward no daba punzadas sin hilo.
Busqué su rostro y me sentí desfallecer. Antes de caer como una muñeca rota al suelo, sus brazos me albergaron con cuidado y me llevaron hacia el asiento del copiloto de su coche.
Habia podido oir durante el trayecto hacia éste, el murmullo de la gente y la voz nasal de Tanya, increpando a Edward por marcharse de aquella manera conmigo. Exigiéndole explicaciones, que él omitió.
Encogida; me tapó con su chaqueta ,y noté su mirada preocupada.
-¿Estas bien?.- preguntó, con un matiz dulce. Un matiz que no recordaba haber oído nunca.
-No lo sé, Edward. Ahora quiero ir a hablar con papá. ¿Papá conoce a Gerard?.- pregunté por inercia. Aunque aquello me había quedado lo suficientemente claro.
Edward apretó el volante y miró hacia la carretera, arrancando automáticamente.
-Si.
-¿Desde cuando lo sabes?.- mi mente perdida; volvía a recolocarse como un cubo de Rubik.
-Desde que comencé a verlo interesado en ti. Al principio pensé que eras un simple capricho; pero iba pasando el tiempo y te veía mas y mas encandilada. No me hubiera perdonado jamás que hubieras hecho una locura, de la que seguro te arrepentirías toda tu vida.
Lo miré con insistencia mientras conducía.
-Cuando hablas de locura. ¿Te refieres a acostarme con él? ¿A ser suya?
Edward pegó un frenazo en seco y me miró tenso.
-No solo es eso. Creo que no he podido evitar que te enamores de él…..
Cerré los ojos y me dí cuenta de cuanta verdad había en las palabras de Edward.
Volví a encogerme en el asiento y gemí. Unos segundos después; los brazos de Edward, me cobijaban por completo y sus manos acariciaban mi cabello.
-Ahhhh…Bella.- susurró.- He sido un imbécil. Debía de haberte abierto los ojos de alguna manera. Aunque todo esto es mejor que te lo cuente tu padre.- Levanté la cabeza y lo miré con los ojos vidriosos. Habia tanta ternura en aquellos frios ojos verdes que me estremecí.
-¿Mi padre? ¿Desde cuando sabe Charlie que salgo con Gerard Denalí?
-Desde que yo se lo he dicho.- Sus ojos no abandonaban los míos y sus brazos lejos de separarme de él; hacian el agarre mas duro y fuerte.
-¿Y quien te da derecho…Edward?.- intenté zafarme de su abrazo; pero no pude.
-Él no merece tu amor. Bella. No lo merece, creéme.
-¿Y quién lo merece? No ha habido nadie que me haga sentir lo que ha hecho él. Nadie. ¿Ahora que va a ser de mí?
Edward se despegó de mí lentamente y suspiró.
-Vamos a tu casa. Charlie te está esperando. Debe estar preocupado.
Arrancó el motor y volamos hacia mi casa.

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Al llegar al jardín de mi casa, pudimos ver con sorpresa como habia otro coche aparcado enfrente de la casa.
Ambos. Edward y yo, reconocimos rápidamente el coche de Gerard y avanzamos cogidos de la mano.
Con todo el amasijo de pensamientos que azotaban mi mente, me había dado cuenta que Edward me protegía como su fuera algo de su propiedad. Como si realmente le importara.
Ese pensamiento no curó el agujero que se habia instalado en el centro de mi pecho; pero si lo hizo mas liviano. Aquel que yo creía un enemigo natural por años, estaba acompañándome en aquellos duros momentos en los que no sabía si quiera lo que iba a ocurrir.
Le cedí las llaves a Edward y él abrió la puerta de la casa con sigilo.
Se oían voces increpándose y Edward me soltó la mano y avanzó a grandes zancadas hacia el lugar donde se hallaban las personas que emitían dichas voces.
A mi, el terror me paralizó. Pero como una pequeña muñeca automatizada, caminé lentamente por el gran pasillo pintando de amarillo.
Todavía seguía igual que Reneé lo habia pintado. Intentando traer consigo luminosidad solar de Phoenix aquí, a Forks.
Papá no habia cambiado el color y éste ya rozaba el marron mas que el amarillo.
-¡Como hayas tocado un pelo a mi hija, te juro que se te va a caer el pelo. Gerard Denalí. Lo juro!
Las voces se oian cada vez con mas fuerza; no sabia si por mi acercamiento a ellas o por que los propietarios de ellas; alzaban mas su timbre de voz.
-Desde luego si ha sido así, ella ya es lo suficiente mayorcita para saber lo que se hace. Si hubiera sabido quien era….no me hubiese fijado en ella nunca. Te lo aseguro.
-De todas maneras es una aberración. Deberias haberlo sospechado al menos.- Ahora era la voz de Edward la que se oia perfectamente, increpando.
-¿Y tú? ¿Desde cuando lo sabias, tú? Podias habérmelo advertido al menos. Tanya y Bella son hermanas. Debería matarte. Sé perfectamente como has tratado a mi hija, y ni mucho menos es como yo he tratado a Bella. Así que no vengas ahora de héroe conmigo. Podias haber hecho las cosas de muchas maneras; manteniendo una confidencialidad conmigo y decirme la verdad. Yo…me hubiera apartado de ella. Quizás lo que me haya hecho fijarme en esa muchacha haya sido su semejanza a su madre…Reneé.
Me paré en el umbral de la puerta. Estaban tan acalorados los tres, que no depararon en mi presencia.
Dios mio…Tanya es mi hermana, Mamá es la madre de Tanya….ella es la mujer que está ingresada en el psiquiátrico…aquello que Edward me dijo era cierto. Deberia de haberle hecho caso desde un principio…pero ahora…ahora todo era demasiado tarde para mi.
En aquellos momentos mi dolor se convirtió en un odio descomunal hacia la figura de mi madre. Ella nos habia abandonado para marcharse con Gerard, ahora lo comprendía todo. Papá siempre me habia dado evasivas con respecto a ese punto, pero ya todo el pastel estaba descubierto.
Y habia tenido una hija…otra hija que habia colmado de cariño y no le habia faltado de absolutamente nada; gracias a la posición de su padre.
En cambio Charlie y yo nos habíamos quedado con las migajas de una breve convivencia y en el presente con la repugnante verdad que me palpitaba en las sienes ; La mujer de Gerard era mi madre….y yo amaba al marido de mi madre.
-Tú…- la voz no salía de mis cuerdas vocales. Miraba a Gerard con intensidad. En su rostro; la fatiga y la decepción habían hecho mella en él. Su mirada verde, se perdió en la mía y por unos segundos maravillosos, creí ver algún atisbo de amor, pero creo que todo fue una maldita ilusión. – Tú eres el hombre por el que mamá nos abandonó. Tú….
-Bella…-susurró. Paseando nervioso su ancha mano por la frente.
Noté la presencia de Edward a mis espaldas y sus largos y atléticos brazos me rodearon la cintura desde atrás.
- No indagues mas en el dolor, Bella. No merece la pena. Ya sabes todo lo que debes saber. ¿Qué sientes ahora?.- Sus palabras; en un cálido murmullo, me hicieron cerrar los ojos y divagar.
Habia perdido a Gerard para siempre. Me había enamorado del hombre equivocado; como hizo mi madre y ahora mi alma estaba hecha trizas por su culpa.
-Mañana me marcharé de Forks; me llevaré a Tanya. No te preocupes por tu hija Charles; ella no ha tenido nada irreparable conmigo. Debes de estar tranquilo. Ahora; me marcho.
Ví como mi amor caminaba hacia el umbral de la puerta y al llegar a mi lado, me miró con tristeza. Mis ojos lloraban desconsolados y mi alma rota…herida, sangraba de una manera tan lacerante que al sentir los últimos pasos y el ruido de la puerta de la calle, gemí de dolor y me apreté al torso de Edward.
-Llévala a su habitación; hijo. Te agradezco todo lo que has hecho, sobre todo en lo referente a Bella. Estaba equivocado contigo chico. Siempre te lo agradeceré.

Edward no dijo nada. Me cogió entre sus brazos y yo escondí mi rostro en el hueco de su cuello. Abrió la puerta de mi habitación y me tendió cuidadosamente en la cama.
-Shhhh…no llores mas; preciosa. Por favor.- susurró, apartando el cabello de mi rostro. Su mirada intensa recorrió todas líneas y las depresiones de mi rostro. Suspiró y dejó escapar una sonrisa que no le llegó a lo ojos.- ¿Qué podría hacer yo, para aliviar ese dolor…Bella? Dime. ¿Qué podría hacer?
Estaba tan rota y desconsolada que no pensé con el raciocinio suficiente.
Alcé los brazos alrededor del cuello de Edward y lo acerqué a mi rostro. Nos miramos unos segundos y él pareció comprender. Sus manos viajaron hacia las mias; que rodeaban su perfecto cuello, e intentó desenredarlas de su nuca.
Hice una mueca de dolor.
-Por favor Edward….por favor…. Bésame….
Noté como se tensaba y cerró los ojos fuertemente. Parecía librar una batalla interna descomunal. Los abrió de repente y sus ojos viajaron a mis labios. Los capturó y me besó con toda la pasión que yo requería en aquellos momentos.
Continuará…

1 comentario:

  1. holaa ahhh quedee de piedraa ja...bueno yo no queria que este con gerarddd y edwarden este capiii se portoo como un heroeee ahhh y ahoraa bella tendra que recomponer los pedazoss rotoss de su corazonnn yyy esperoo que edwardd sea el que la ayudeeee haberr si la ayudaa y bellaa se enamoraa de el ..va a costar por que bella esta destrozadaaa peroo buenooo yoo quieroo queestenn juntoss jaja!!! besos Rosita!!!

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