martes, 31 de mayo de 2011

Plugged.

PLUGGED.

Cerré la puerta con fuerza y llegué hasta Jake. Él me esperaba sonriente y con los brazos cruzados.
-¿Qué?.- preguntó.
-No ha colado; Jake, tu hermano no ha tragado, maldito sea….
Jake se contrajo y se echó en la cama reventando de la risa. ¡ Malditos estos Cullen!
Volvió a sonar el timbre de la puerta y volé para abrirla de nuevo. Seguro que era él, de nuevo; a regodearse, el tio mierda..
Abrí con una mala ostia de narices y ..
-¿Señorita?.- Eran dos guardias; uno mas mayor y otro mas joven. Sus miradas se clavaron en mi cuerpo; con aquel camisón digno de una ramera…
-Si…
-Somos la policía de seguridad del edificio…un vecino se ha quejado de escándalo publico…
-Yo…-¡Arghhh! Me quería morir.
-Por esta vez;no nos vemos obligados a sancionarla señorita. El inquilino nos ha afirmado que no lo dejan dormir…la próxima vez; la sancionaremos..- dijo el mas mayor; con mas vergüenza; incluso que yo.
-Si…eh…no; esto no volverá a ocurrir…¿Me puede decir quien ha sido el inquilino que se ha quejado, señor agente?
-Sí.- el agente; miró un papel amarillo impreso.- El señor Edward Cullen.
Quise gritar pero no lo hice, quise ir hacia su apartamento y degollarlo…pero cerré lo ojos dignamente y suspiré.
-Buenas noches señores.
Cerré la puerta y un grito furioso se escapó de mis labios……
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CAPITULO 7.

Jake se fué de mi departamento sin perder la sonrisa. ¿Qué digo la sonrisa? Se fue riéndose a carcajadas….¡No podia ser mas gilipollas!
Estuve tentada en cerrar con un fuerte portazo y así mostrar lo lo cabreadísima que estaba. ¿Pero para qué?
Dormí bien. Soñé bien...y me desperté tarde…¡Oh genial Nena! ¡Eres la puta ostia! ¡Tienes un ogro de jefe, que esta esperando la mínima para hacer rodar tu cabeza y tú te levantas con un nido en la cabeza y los ojos que parecen dos botoncitos de hinchados que los tienes!
Me caí al tropezarme con la sabana que rodeaba mi cuerpo y me estampé contra la pared aque sostenía el perchero…. Me peleé con él; porque el maldito se me enredó en los brazos como si tuviera vida propia…
Olí mis axilas y casi aullé de alegría. No me ducharía…¡Joder, es que no me daba tiempo!
Me lavé los dientes, la cara,” mi florecita” y salí en estampida con lo primero que pillé en el vestidor.
Llamé a un taxi mientras iba por el ascensor y sentí las miradas del recepcionista de los departamentos de lujo donde me alojaba.
¿Llevaba un letrero en la frente o qué? Seguro que el incidente de la noche pasada era la comidilla de todo el edificio. Bajé la cabeza y ¡Gracias a todos los santos el taxi ya lo tenia parado en la puerta!
Mi reloj de Jack Sekeleton, se movia rápidamente. Las manecillas hacian: tick, tack y yo ya llegaba con media hora de retraso.
Al llegar al edificio; no miré a Jane siquiera. Pero fue ella la que me llamó la atención.
-¡Bella!
Volví mi rostro y caminé hacia ella, intentando sacar una sonrisa de mi tensionada mandíbula de dientes apretados.
--¿Si, Jane?
Me miró de arriba abajo y sonrió de manera enigmática.
-El ogro te espera en la sala de juntas. Me ha llamado cada cinco minutos..- Acercó su cabeza rubia hacia mí y susurró.- Parece que hoy no tiene un dia muy bueno…y supongo que ya sabrás como son los mejores…
Asentí con la cabeza y volé hacia el ascensor despidiéndome de ella con la mano.
¡Joder! Me volví para ver mi rostro en el enorme espejo del elevador.
Estaba sonrosada y comenzaba a sudar.
Y de repente; como si hubiera despertado en aquel momento me dí cuenta de lo que llevaba puesto para ir a trabajar.
¿Unos vaqueros y una camiseta de Led Zeppelin? ¡Ohhhhh Bella…!
Claro que también llevaba las Conversse…..
El ascensor se abrió y volé hacia la sala de juntas. Encontré a Tanya por el camino que me miro de arriba abajo.
-Nena. Me voy.- dijo. Me sujetó de la presilla del pantalón y me puso muy cerca de su pecho.- Pareces una chiquilla con esa ropa…Bells…- rió y me estampó un beso en todos los morros.
Me quedé paralizada y ella siguió su camino como si nada hubiese pasado.
El carraspeo del vigilante de seguridad me hizo ponerme como la grana…..¡Fantastico! ¿Quién da mas?
Por supuesto que sabia quien iba a dar mas…Mi jefe que esperaba como un loco mi presencia, en la puta sala de juntas.
Vislumbré la gran puerta e intenté sobreponerme de mi respiración agitada.
Abrí sin tocar a la puerta.
No habia entrado nunca allí. Era colosal. Una enorme mesa ovalada presidia aquella basta estancia y justo en uno de los extremos; unas manos blancas, sostenían una cabeza de cabello cobrizo….
-¿Señor Cullen?.- ¿Aquella era mi voz? ….
Él levantó el rostro y me evaluó lentamente. Joder…temblé. Lo juro. Me dio autentico pánico su mirada…
-Llegas mas de media hora tarde.- sentenció rotundo y frio.
No supe que decirle y fruncí el entrecejo. Quise acomodar mi bolso y ¡jajajjajajajj!!! ¿Bella? ¡No te has traido el bolso! ¡Ni las llaves! Ni nada…el puto mobil y punto…y en el bolsillo……………
-Yo…er….me he dormido señor Cullen.
Retiró la silla lentamente; arrastrándola. Me sentí pequeña al verlo acercarse hacia mí.
Queria desaparecer; o desmayarme..huir…
Se acomodó cerca de mí apoyando aquel sexy trasero en la mesa. Cruzó sus brazos y me maravillé con aquellos brazos que habia visto sin nada de tela encima de su cuerpo.
-He sacado los pasajes para el viaje a Francia.- dijo sin mirarme.- Pedí tu ficha. Es extraño que alguien que trabaje tan cercano a mi, apenas tenga experiencia.- Su mirada volvió hacia mis ojos y yo me quede mas paralizada, de lo que ya estaba.- Así que….pregunté en Recursos Humanos….¿nadie te hizo nunca una entrevista verdad?
Tragué en seco y quise largarme echando leches de allí….
Se irguió y comenzó a quitarse la chaqueta color borgoña que llevaba puesta. Creo que fue en aquel momento cuando comencé a hiperventilar.
Arrastró la corbata y se la quitó. Desabrochando los dos primeros botones de la camisa blanca que llevaba puesta.
Abrió las piernas y volvió a a cruzar los brazos.
Achicó los ojos y me miró de manera cruel.
-¿Quién coño eres?.- preguntó con voz ronca.- No tengo acceso a ningún tipo de información sobre ti. Isabella Platt no existe. ¿Me lo vas a decir o llamo a la policía?
Tragué aire y no pensé si quiera…yo y mi lengua…
-Soy Isabella Platt.- dije seria sin apartar la mirada de sus ojos felinos e hipnotizantes.
-Mientes….dime quien eres….
-No miento. Soy Isabella Platt.
No dijo nada mas. Caminó de nuevo hacia aquella silla que alojaba su lindo culito minutos antes y se sentó.
Estuve allí parada…Pues no sé. ¿Una hora?
El muy cabrón. Tecleaba las teclas de su portátil y me ignoraba por completo. ¿Qué debia hacer?
Estaba hasta las narices de aquella puta mañana….mi mente viajó hacia mi departamento…¿Cómo entraría? Debia de llamar al abuelo y decirle lo que me habia pasado. Él lo arreglaría, como lo arregla todo.
Tambien pensé en que era viernes y habia quedado con Rosalie en ir a la Discoteca del Centro.
Me sentía como una puta niña que se habia portado mal y que castigaban cara a la pared.
El muy maldito no me hacia ni puto caso y yo allí parada como una estatua esperando el veredicto final del verdugo.
Comencé a cabrearme. Habia mirado mi reloj los últimos veinte minutos y ya llevaba allí parada casi dos horas.
Bufé y me giré en redondo hacia la puerta.
¡A la mierda Cullen, a la mierda el abuelo, a la mierda C&S!
Me hubiera gustado gritarle a la cara que yo tenia el mismo derecho que él sobre aquella empresa…que a la larga seria mía igual que suya y lo miraría de la misma manera que él me miraba a mi…como una maldita cucaracha de mierda.
Giré el pomo de la puerta y me paré en seco antes de salir de allí.
-¿Señor Cullen?
Oh….como iba a disfrutar de aquello…
Su cabeza se alzó y pude notar como intentaba disimular una sonrisa. ¿Se estaba riendo de mi?
-¿Si, señotita….Platt?
-¡Vayase a la mierda jodido gilipollas engreído!
¡Ala! Ya lo habia dicho…me habia quedado como Dios. No me volví a ver su cara… ¿Para qué?
Caminé por los pasillos con la cabeza muy alzada y encontré a Jake hablando animadamente con Tanya.
¿Cómo podían ser dos hermanos tan diferentes?
-¡Bella!.- el saludo de Jake ,me hizo sonreir y lo abracé. Me despedía.
-Adios , Jake.
Él no comprendió y miró a Tanya interrogante.
-¿Qué quiere decir eso de “Adios Jake”. ¿Dónde coño vas Bella?.- la voz de Tanya sonó nasal y casi tuve que taparme los oídos.
-Me largo, no aguanto mas a ese cabrón.-Venga Bella…que estas lanzada…
-¿Edward?.- increpó Tanya.
-Ni Edward, ni señor Cullen ni nada. Ogro, es un puto ogro de mierda. Me largo. Prefiero estar de cajera en una tienda de hamburguesas. No soporto que me mire como una jodida cucaracha, a la que puede pisar cada vez que se le pegue la gana…
-Bella, Bella, Bella…creo que debes calmarte. ¿Qué ha hecho para que estes en ese estado? …-Jake me miró de arriba abajo y sonrió.- Me gusta tu nuevo estilo. Aunque seria mas apropiado para un ver un partido de fútbol americano.- Pasó un dedo por mi mandibula.- ¿Qué ha pasado con Edward?
Aparté el rostro, con violencia y ví la mueca de dolor que hizo Jake.
-Pregúntale. Yo me marcho Jake. No aguanto mas. Me importa un comino lo que diga mi abuelo. Estoy hasta la pera de Edward Cullen….
Caminé rápidamente sin despedirme y pude oir a Tanya como preguntaba a Jake: “ ¿Qué ha querido decir eso de su abuelo….Quien es ella, Jake?
No escuché. Me largué.
Fuera del edificio. Saqué el mobil de mi bolsillo trasero y busqué el número del abuelo.
Esperé un par de toques y oí su voz.
-¿Bella?
-Abuelo. Me acabo de despedir. No aguanto mas al malnacido ese, que esta al frente de la empresa. Es una mierda. ¿Qué quieres que me ponga a estudiar? ¡Lo haré! Pero no quiero ver ni en pintura a un ser tan mezquino como ese….
La risa del abuelo me dejó estática mientras caminaba.
-Nena….nunca hubiera pensado que Edward te causaría esa impresión. No “esa” desde luego….¿Y bien?
-Esta mañana me he dormido. He dejado todo en el departamento. No tengo dinero para un taxi . Y no tengo la llave para entrar a por mis cosas. …
-Dime donde estas. Mandaré un auto. Por el departamento no te preocupes. Lo arreglaré todo para que te hagan una copia…
-No. Quiero mi antiguo apartamento. No quiero vivir allí.
-¿Es por Edward?
-¿Tú sabias que se alojaba allí?
EL abuelo parecía hasta divertido. Tenia los nervios de puta punta.
-Por supuesto.
-No quiero verlo nunca mas en toda mi vida…
-Sabes que eso es técnicamente imposible.
-¿Por qué? Hasta ahora no tenia ni puta idea que existía ¿no?
-Bella…Controla esa boca.
-Vale. Está bien. Estoy en el cruce de Amblington con Nerks.
-En cinco minutos, mando un coche.
Me colgó.
Chicas…¿Qué les pareció???
¿Qué creen que pasará ahora?

viernes, 27 de mayo de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.
Bella miró al hombre que se hallaba con Alice.
-Si. Y tú también.-dijo Bella mecánicamente. Habia algo en los ojos de aquel hombre que le era vagamente familiar.
-Mi padre….Bella; mira sé que esta no es manera de presentarte a …
-Encantada.- sonrió Isabella, caminando hacia el hombre y ofreciendo su blanca mano.
-No.- susurró Aro.- La familia se saluda asi. Hija mia…- cogió su cintura y la apretó contra su cuerpo, sintiendo asi¸ el aroma de la exclusividad.
-¿Qué pasa aquí?- La voz de Edward resonó como un trueno; en la parte delantera de la casa.
Bella se separó de Aro y miró el porte gallardo de Edward; achicó los ojos y sus verdes orbes se fijaron en ella.
-Reunion familiar.- espetó Aro; mientras caminaba hacia su hijo y lo abrazaba de la misma manera que habia abrazado a Bella.- Debes acompañarme hijo; es vital para nuestra raza.
-¿Cómo?.- preguntó él; incomodo.
-Solo son tres días; Edward y `podras venir a por tu hembra.
Edward se separó de su padre; que le habia dicho esto; en un sordo murmullo.
-Lo que tú me digas; será obedecido; padre
Aro; elevó una ceja y sonrió con arrogancia.
-No todo; hijo; no todo.
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Capitulo 10.
Aro y Edward caminaron a través del bosque con pasos ágiles.
Atrás se quedaron Bella y Alice; la una, mirando como su padre y hermano se marchaban. Y la otra, con el presentimiento de que aquello rozaba todo, menos lo normal.
-Vamos a casa; Bella.- Alice agarró del brazo a su amiga y ella asintió sin mirarla. Bella se miró sus pies descalzos, que ahora estaban mojados por la humedad del césped y se limpió con un trapo seco antes de traspasar el umbral de la puerta.
El rostro de Jo; fue lo primero que vió al levantar la cabeza.
-¿Qué haceis despiertas a estas horas? ¿Y en el patio? ¿No será cosa tuya, Alice?.- Jo; que casi no llevaba ropa, tapando su cuerpo, iba sarpullida de unos leves arañazos que se disponían a lo largo de sus muslos y caderas.
Bella la miró con atención y un estremecimiento de deseo la embargó.
Ceñuda, pasó para adentro sin contestar si quiera y corrió escaleras arriba hacia su cuarto.
Todo lo que estaba ocurriendo desde que habia llegado Jo, era tan extraño…y ella sentía que algo cambiaba dentro de ella. Una metamorfosis que la empujaba a sentirse mas segura de si misma y sensual.
Era como si toda ella desplegara una vigorosa energía sexual alrededor suyo…sentía que su cuerpo delgado, era el mismo; pero que su apreciación sobre el mismo, no era ni mucho menos igual.
En la habitación de Jo; un espejo de cuerpo entero; ovalado, la reflejaba por completo; se acercó a él, poco a poco y estudió sus finos rasgos y su cuerpo a la luz de la luna. Una débil sonrisa apareció en sus labios cuando sintió su pezón erguirse descarado.
Una fina brisa la envolvió; pero en contra de todo pronóstico, el calor llameando de esta brisa hizo que Bella se sintiera incomoda y terriblemente acalorada.
Se pasó una mano por la frente; que rezumaba perlas de sudor y volvió a mirar aquellos ojos chocolates que parecía que tuviesen inteligencia propia.
Jadeó y cerró los ojos. Dejó escapar la tira del camisón de algodón suavemente, dejándola en unas diminutas bragas que no dejaban nada a la imaginación.
Mirando su cuerpo en el espejo; se excitó y pasó sus manos finas y blancas, alrededor de sus pezones.
Se deshizo de las braguitas y contempló su cuerpo entero, meció su melena con sensualidad, cerrando los ojos.
Un ruido la obligó a volverse hacia la ventana….
…Una sombra..quizas un gato o una paloma...
…pero algo le decía que no; que aquella sombra era como ella y la habia observado entre las copas de los arboles que daban de frente a su ventana.
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--¿Qué coño ha pasado? ¿Por qué has venido a buscarme a la casa de mi hembra? En verdad es la primera vez que veo que te saltas el protocolo sin miramientos padre. Debe ser muy importante lo que has venido a decirme.- Edward se paró en un claro del bosque y miró a su padre con determinación.
Aro, contuvo la respiración por un momento.
-Los demonios de clan Denalí quieren que te unas a Tanya….ya sabes que cuando vamos allá, la visita debe durar un minimo de tres días….Edward.- Edward tenia apretado los puños. Tanya habia sido tan acosadora como una bruja demente.
Aro, apretó un puño con la mano a su hijo y lo reconfortó.- Debes llenarte de la esencia de tu hembra y mostrárselo. Ya sabes; solo así no se armará una guerra en el infierno. Eleazar siempre ha querido que unamos los diferentes emplazamientos del inframundo, y la unión de su hija contigo, hijo mio; seria un triunfo…. Supongo que te será fácil destapar el botecito de la esencia de tu hembra…si es que es ella la indicada…
-¡Otra vez con eso padre!.- bramó furioso, Edward.
Aro palmeó la mano de su hijo y caminó sobre el claro, pensativo.
-La hermana. Isabella. ¿Has captado su esencia?.- Aro lo escrutó con la mirada, analizando cada musculo del rostro de su hijo. Impasible.
-No.- mintió.- Es Jo, quien canta para mí. Ella es mi hembra. La amo. Y me gustaría que de una vez por todas se te metiera eso en la cabeza…
Aro rió.
-Esta bien, esta bien. Tres días Edward . Los Denalí requieren una visita de cortesía de tres días…si les muestras el aroma de tu exclusividad. Eleazar no podrá hacer nada contra eso.
Edward asintió y fue en ese preciso momento cuando Aro vió, en en los ojos de su hijo la duda florecer. Habia plantado una semilla fructífera; la semilla de la duda.
-¿Me acompañas entonces hijo?
Edward frunció el entrecejo y paseó la mirada por la fachada de la casa Swan.
-No. Debo de ver a Jo. Ya sabes; tengo que embriagarme de su esencia para mostrársela mentalmente a Denalí. Luego te busco padre. No partiría sin despedirme de ti.
Aro se despidió de su hijo de manera militar y cuando Edward volvió su mirada, ya no estaba.
Suspiró fuertemente y buscó el tronco de un árbol donde apoyarse.
Los Denalí…Tanya…
Si bien ella ya habia formado parte de la multitud de mujeres; demonios o no, que se habia follado. Ella era todo; menos una buena compañera.
Era técnicamente un cuerpo sin nada en su materia gris. Caminaba si él se lo pedia y mataba si él lo deseaba.
Pero Jo………..
A Jo la amaba…
…Aunque algo desconcertante estaba cambiando con respecto a ella. Y él sabia perfectamente que es lo que era. Isabella Swan, su hermana.
Sacudió la cabeza intentando sacarla de su cabeza.
-Hermano..- la voz de Alice retumbó en sus oídos como campanillas.- ¿Qué ocurre?
Edward alcanzó una mata verde y la metió en su boca.
-Los Denalí quieren que me una a Tanya. Padre me ha dicho que tengo que ir hacia allá y mostrarles la esencia de mi hembra.
Alice hizo un mohín altanero; dando una patadita al tronco donde se hallaba recostado su hermano.
-Pues dudo que vayan a quedarse satisfechos. Esa mujer tiene esencia ;pero no la indicada para ti.
Edward soltó una serie de maldiciones que Alice no pudo entender.
-¿Tú que mierda sabras; Alice?
-Sé. Y punto. ¿Recuerdas que llevamos la misma sangre? La mujer que será su esposa también canta para mi…pero de una manera diferente,claro….¡No quiero morir joven y en tus manos! Si te emplazas con los Denalí y les muestras la esencia de tu putita…tendrás que casarte con Tanya…y creo que eso hermanito..no te haría muy feliz.
-¡Vete al infiero; Alice!.- siseó Edward
Alice comenzó a reir con ganas y Edward se irguió para ir en busca de Jo.
-Ve a por la esencia de Bella. Debe de estar dormida…su olor..es mucho mas fascinante, dominante, exclusivo…sensual….
-¡Callate Alice!
La pequeña súcubo pegó un saltito.
-¡Lo notaste! ¡Me mentistes!
Edward no dijo nada. Le dio la espalda y alzó los hombros con desprecio.
-Santa Isabella.- ironizó él.- de aquí al cielo con su novio rubito con cara de querubín.
Alice rompió a reir de nuevo.
-Me marcho Edward. Sin duda ha sido una noche…¿Cómo lo diría? ¿reveladora? Si….-Alice caminó hacia la puerta .- Adios Edward. Recuerdos a la insaciable de Tanya..- Alice tapó su boquita y Edward la vió desaparecer.
Caminó hacia el viejo árbol que habia en un lateral de la casa. Respiró varias veces , intentando plantearse que hacer o no.
Sus manos se aferraron a la corteza del árbol como garras, subiendo como un animal; sin ningún esfuerzo.
Las copas de los arboles eran frondosas y algunas ramas, golpeaban la ventana de la habitación de Bella.
Estaba abierta.
Sigilosamente, se apoyó en el alféizar y cuando alzó la vista se quedó paralizado.
Ella estaba casi desnuda; mirando su cuerpo en un espejo.
Su cuerpo se cimbreaba como una llama salvaje, y él pudo oir su llamada: Estaba en celo y lista para ser poseída. Edward se lamió enérgicamente los labios sin poder digerir lo que sus ojos estaban viendo. Ella estaba meciendo sus aureolas con sus manos y cerraba los ojos como una maldita bruja devoradora de hombres. Estaba resplandeciente. Parecia una Diosa del martirio del placer…del sexo, de la deshibicion….
Sin mover ni un musculo; los sonidos atronadores de su corazón, ser pararon en el acto, al ver como se deshacía de sus bragas y contempló el triangulo de sus rizos oscuros. Edward se tragó el bramido animal que luchaba por salir de su cuerpo. La enorme erección se convertía en dolorosa y sus testículos llenos, habían subido hasta casi desaparecer. “Hermosa”, pensó, cerrando los ojos y aspirando aquel olor a hembra en celo que despedia.
Al abrir los ojos; completamente ciego y excitado, la vió mecer su melena al viento y su polla vibró como un martillo al aporracearlo; tragó un débil gemido antes de que escapara de su boca; pero la madera de la ventana cedió al intenso agarre de sus garras.
Cuando vió que iba a darse la vuelta, desapareció de aquel lugar.
Loco, excitado y con una duda existencial en su cabeza.
¿Quién coño era Isabella Swan para él? ¡Él amaba a Josephine!
Continuará…
Eiiiiiiiiiiiiiiiiiii

viernes, 20 de mayo de 2011

PLUGGED

Plugged.
Quiero que tu hermano pruebe su propia medicina…
-¿Quieres que hagamos el amor…Bella?.- el sonido ronco de la voz de Jake, me paralizó y dí dos pasos hacia atrás para separarme de él.
-No…tonto.- sonreí, intentando parecer indiferente.- Podemos gritar, zarandear el cabecero de la cama…gemir.
Esperé la reacción de Jake, sin respiración.
Pero atropelladamente, fue emitiendo carcajadas cada vez mas altas, al comprender.
-Ok…Bella….¿Es buena hora para esto?
-Estupenda.- sonreí.- mirándolo complice.
-Pues venga. Vamos a gemir y a mover la cama; te aseguro que Edward, no dormirá en unas cuantas horas…..
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Capitulo 6.-
-Agarra el cabecero de la cama; Bella. No, así no. ¿Quieres morir aplastada esta noche?.- Jake comenzó a reir.- Seria muy chistoso: “Muchacha muere espachurrada por el dosel de la cama, por no estar bien encajado en la pared”.- Jake volvió a reir y yo le dí ,la callada por respuesta.
Hice caso a sus órdenes y lo desplacé varios centímetros con cuidado.
-Ya está.- le dije con una sonrisilla.
Él estaba en los pies de la cama y se habia descalzado, obviaría que también se habia quitado la camisa y los pantalones y andaba por mi apartamento en ropa interior. Pero no podia hacerlo; no podia obviarlo. Jake estaba demasiado bueno para no replantearme si hacer una farsa de aquello o hacerlo en realidad.
Carraspeé.
-Faltas tú Bella. No puedes ir vestida así.
Alcé una ceja.
-¿Asi? ¿Cómo así?.- pregunté sin comprender. ¿Qué prentendia el tio buenorro aquel…?
-A ver Bella. Piensa que hay que ponerse en situación. Imagina que por hache o por b; Edward toca a la puerta; desquiciado; al abrir, debemos de dar una imagen ¿Cómo diría yo? Convincente… si tú abres con ese pantalón y esa camisa, dudo mucho que piense que estas teniendo sexo conmigo…
Razoné aquello y la verdad es que Jake, llevaba toda la razón.
-No te hagas ilusiones; no me voy a quedar en cueros.- Jake rió sonoramente y negaba con la cabeza.- ¿En shorts y en camiseta; bastará?.- pregunté con una sonrisa.
-Por supuesto. De aquí a la puerta se puede quitar rápidamente.
Lo miré con los ojos como platos y estallamos en carcajadas.
Una vez que me quedé en igualdad de condiciones con respecto al Jake; pegamos la oreja a la pared por turnos.
Edward ya habia llegado y por lo que habia escuchado en el despacho, Tanya lo visitaría para concretar sobre la situación de Elizabeth; la hija que tenían en común.
Esto me hizo juntar mis cejas; extrañada.
-¿Tú oyes algo, Jake?,-pregunté a mi compañero de travesura; pegando la oreja a la pared, sin perder la expresión.
-Venga Bella. Estas acostumbrada a oírlo jadear, para saber que ha llegado a su casa. Edward ya está dentro de su apartamento….seguro que Tanya lo acompaña.
-Jake…¿Qué tipo de relación guarda Edward con Tanya?.- pregunté; muerta de curiosidad.- Sé que tienen una hija en común y…
-Elizabeth no es hija de Edward.- Jake se apartó de la pared y se sentó en la cama ; dándome la espalda.- Edward se enamoró de Tanya cuando ambos comenzaron a trabajar juntos. La verdad, es que fue lo que se dice amor a primera vista…chico conoce a chica…tú ya me entiendes. …Por aquel entonces Tanya ya estaba embarazada de otro fulano y Edward la apoyó y le aseguró que seria el padre de aquel bebé en todos los sentidos. El problema llegó cuando ambos se casaron. Todo se fue a la mierda. Tanya…Tanya no es mujer de un solo hombre…es muy buena tia y todo eso; pero le gusta la chicha y el pescado..tú ya me entiendes. Comenzaron las infidelidades; sobre todo con el pescado…
-¿Con el pescado?.- pregunté sin entender.
-Con las mujeres; Bella. Tanya comenzó a tener relaciones extramatrimoniales con mujeres; y Edward acabó siendo participe de ellas. Esto los sumergió en una espiral de vicio; de la que Edward acabó engullido y Tanya determinando que aquel matrimonio no tenia salida. Elizabeth; era un objeto al que colmaban de regalos, pero al que no hacian ni caso….hasta que se divorciaron. De esto hace ya, tres años. Ellos se llevan relativamente bien; como has podido ver…hasta creo que de vez en cuando tienen sus escarceos. La verdad no lo entiendo. ¿Sabes? El detónante de todo fue un club al que iban.”Enjoit club”… te puedes imaginar…
-Imagino…imagino..
Y tanto que imaginaba. Habia oído de aquel club, en el que mujeres y hombres de alto standing; se escondían detrás de una máscara y daban rienda a su imaginación y a sus deseos mas depravados. La verdad es que no me extrañaba nada que Edward Cullen formara parte de un club tan “selecto”.
De repente se oyó un golpe en el departamento continuo y Jake me miró , comenzó a formar una sonrisa lobuna en su rostro y se levantó para dirigirse a los pies de la cama de nuevo.
-¿Lista; Bells?
Sonreí con ganas.
-Lista.
-Esto tiene que ser lo mas acompasado posible, ¿ok?, tú sigue mi ritmo.
-Si; maestro.- le dije sin perder la sonrisa.
Esa noche Edward Cullen se iba a enterar de lo que valía un peine.
Comenzamos a dar bandazos con la cama. Primero lentamente y poco después con más fuerza.
-Bella.- me susurró Jake.- Ahora tenemos que gemir…si no va a pensar que somos mudos; a esto; hay que ponerle banda sonora. Empiezo yo. ¿vale?
Asentí; ruborizándome.
-Mmmmm…si…si…Bella…si…vamos….así…¿asi te gusta?
Lo miré con los ojos como platos; y él me hizo un gesto con la mano para que comenzara a replicar yo…sentía mi cara arder.
-Sí…Jake…sigue…¡sigue!...¡Mas!...si…asi…muy bien…¡Ah!...
Jake comenzó a reir silenciosamente sin perder el ritmo de los movimientos de la cama; volvió a hacer el gesto para que continuara.
-Ah…si…
-Emmmm…Jake…
-¡Bella! Oh si…. Pequeña…¡Eres una diosa, si,….vamos, vamos…..!
-Im….ammmm…Jake….
-¿Quieres mas fuerte? ¿así?...¿así?..
Jake agitó con mas fuerza la cama y yo lo ayudé; dando mamporrazos a la pared y clavando el cabezal en la pared; haciendo que el yeso saltara. Desde luego si Edward Cullen no nos estaba oyendo…es que estaba sordo como una tapia…
-Ohhhmmmm…Jake…
-Chsssst!! ¡Bella! ¿pretendes recitar todo el abecedario o que? ¡Sé un poco mas imaginativa, joder, Ah,Em, Im, Ohmmm…te falta la Um…suéltala ya que estas puesta!.- me siseó; entre dientes.- ¿Qué tal un? Clavamela hasta el fondo. O follame, algo de eso; Bella…
Joder…Jake llevaba razón.
-Si…Jake ¡Follame! ¡Follame mas fuerte, duro! ¡Así! ¡Así! ¡Así!
Jake me sonrió y zarandeó el catre con mas fuerza.
-Ahora grita cuando yo…- volvió a susurrarme.
Levanté el pulgar y entonces abrió la boca y cerró los ojos…
-Argghhhhhhh!
Yo lo imité. Y cuando dejamos de pegar alaridos nos miramos con la cejas alzadas.
De pronto se oyó un fuerte portazo y el timbre de mi departamento se oyó con insistencia. Una vez, otra, otra…
-¿Quién abre la puerta tu o yo?.- preguntó él.
-Creo que no me perdería esto por nada del mundo.- le dije eufórica.
-Pues desnúdate; y ponte esto.- me lanzó un camisón minúsculo que reposaba debajo de la almohada de la cama.- Y no lo hagas esperar mas; una de dos o quema el timbre o tira la puerta abajo.
Me carcajeé y volando me quedé en sujetador y bragas en el comedor; fuera de la vista de Jake, me metí el camisón por la cabeza, revolví mi cabello y me mordí los labios con fuerza, casi hasta hacerlos sangrar. Me miré en el espejo del recibidor antes de abrir. Perfecto. Parecia que habia tenido una sesión de sexo impresionante. Me dispuse a abrir la puerta con una sonrisa de satisfacción en mi rostro.
Y allí estaba él. Con una mano apoyada en el marco y su mirada perdida en el pasillo. Al oírme abrir me miró con intensidad y sentí como el aire se me atoraba en la garganta.
El muy majadero no llevaba puesto nada mas que aquellos bóxers que tan sexy hacian su cuerpo….
-Ya esta bien ¿no?.- me siseó; sin perder contacto con mi ojos.- Te voy a regalar una mordaza…o mejor dos..mi hermanito tampoco se queda corto…
Reí internamente; pero aún estaba perdida en su colosal cuerpo. Cuando llegué a su rostro, una sonrisa ladina se dibujaba en su boca.
-Lo siento.- dije; me habia dejado sin palabras. ¡Maldita sea!
-Ya veo que lo sientes; querida. Sobre todo por como te oigo gemir.- se acercó peligrosamente a mi y tocó mi barbilla; alzándola.- Nunca hubiese pensado que detrás de ese traje de chaqueta pasado de moda habia una mujer tan apasionada…y tan hermosa.- sus ojos viajaron hacia mis pechos; que excitados, respondieron a su mirada de una manera asombrosa.-Rió muy pagado de sí mismo. ¡maricon de mierda!.-No trasnoches señorita Platt. Mañana debemos organizar nuestro viaje hacia Paris. Tanya se marcha de vacaciones y tú seras la que me acompañe.
Me quedé paralizada.
-¿Qué?.- parecía imbécil; no se me ocurría preguntar otra cosa.
Cogió un mechon de mi cabello y lo inhaló; cerrando los ojos.
-¿Sabes? Hueles fantásticamente bien para haber tenido una sesión de sexo desenfrenado….- volvió a reir, dándose la vuelta. Abrió la puerta de su departamento y antes de cerrarla; me guiñó un ojo y sonrió.
-Has visto muchas películas, amor. Y ningúna de sexo real…- se carcajeó con ganas y me quedé con una cara que…
Cerré la puerta con fuerza y llegué hasta Jake. Él me esperaba sonriente y con los brazos cruzados.
-¿Qué?.- preguntó.
-No ha colado; Jake, tu hermano no ha tragado, maldito sea….
Jake se contrajo y se echó en la cama reventando de la risa. ¡ Malditos estos Cullen!
Volvió a sonar el timbre de la puerta y volé para abrirla de nuevo. Seguro que era él, de nuevo; a regodearse, el tio mierda..
Abrí con una mala ostia de narices y ..
-¿Señorita?.- Eran dos guardias; uno mas mayor y otro mas joven. Sus miradas se clavaron en mi cuerpo; con aquel camisón digno de una ramera…
-Si…
-Somos la policía de seguridad del edificio…un vecino se ha quejado de escándalo publico…
-Yo…-¡Arghhh! Me quería morir.
-Por esta vez;no nos vemos obligados a sancionarla señorita. El inquilino nos ha afirmado que no lo dejan dormir…la próxima vez; la sancionaremos..- dijo el mas mayor; con mas vergüenza; incluso que yo.
-Si…eh…no; esto no volverá a ocurrir…¿Me puede decir quien ha sido el inquilino que se ha quejado, señor agente?
-Sí.- el agente; miró un papel amarillo impreso.- El señor Edward Cullen.
Quise gritar pero no lo hice, quise ir hacia su apartamento y degollarlo…pero cerré lo ojos dignamente y suspiré.
-Buenas noches señores.
Cerré la puerta y un grito furioso se escapó de mis labios……
Continuará….
¿Qué les gustó??
Jajajjajaj!Espero que si.

martes, 17 de mayo de 2011

Demon Prince

Los personajes de esta historia no me pertenecen.
La historia es mia.

DEMON PRINCE
-Capitulo 9-

-La verdad de todo esto es que yo te amo mamá; y pienso en ti sobre todas las cosas.
Reneé se acercó mas ,escupiéndole casi en el rostro al hablar.
-¿Quieres decir que mi hija no me quiere?
-Estoy segura que Jo, no sabe lo que es amar a nadie. No se quiere ni a si misma.
Silencio.
La mano de Reneé se alzó y no llegó al rostro de Isabella.
Llorando y acobardada levantó la mirada y se encontró con los frios ojos de aquel hombre que se decía novio de su hija: Edward.
-Deja a mi madre; Edward. No tienes derecho a inmiscuirte en cosas de la familia.- La voz de Jo, serena y cruel hizo que Edward girara lentamente la cabeza hacia ella.
Edward estaba enfurecido y ni siquiera podia decirse, que comprendiera la razón de su cabreo monumental.
Un sentimiento de protección lo embargaba. Una ira descomunal habia estallado dentro de sus entrañas al ver como aquella madre desnaturalizada descargaba contra una de sus hijas; el favoritismo de la otra.
A Bella Swan se le habia olvidado respirar, parpadear, su alma volaba inerte encima de su cabeza; mientras era testigo de todo lo que estaba aconteciendo en aquel pequeño salón comedor, de su morada.
Aquel extraño; habia sido el único que habia salido en su defensa.
Volvió en sí y carraspeó.
La imagen era burda: ya que Reneé estaba de pie; Jo estaba al lado de Edward y éste no soltaba la muñeca de su madre y la miraba con un odio tan profundo que parecía que todo aquello fuera con él.
Bella y Carlisle estaban sentados el uno al lado del otro y el rubio ni siquiera se habia inmutado en aquel conflicto.
Alice miraba a su hermano; con clara aprobación, mientras que una sonrisilla enigmática danzaba por sus perfectos labios carmín.
-Dejala; Edward.- volvió a increpar Jo.- ¿Qué te pasa?.- Jo, tocó el hombro fibroso del demonio y él soltó la muñeca de Reneé, asqueado.
Miró a Bella ceñudo y se perdió en el mar de aquellas orbes chocolates intentando buscar una respuesta a aquel acto suyo de buena voluntad. ¡Él era un demonio! ¿Qué mas le daba si aquella castaña débil y sin curvas se moria al cruzar la esquina?
Aquella pregunta le hizo ahogarse en un amargo sabor de tristeza y sin poder evitar el magnetismo producido por la mirada intensa de la joven; se dirigió a Jo, sin mirarla.
-Ven fuera conmigo. Se me ha agotado la paciencia, Jo. Nunca debí venir.- Se mordió la lengua y agarró a la morena por la cintura llevándosela casi en volandas hacia la puerta. La abrió y en un periquete, se trasladó con ella hacia un claro; mas profundo del bosque.
-Tu madre tendría que tener mas consideración con tu hermana pequeña…- le dijo; mirando hacia otro lado; de frente a ella y con gesto preocupado; por aquella reacción suya, a favor de la castaña.
Jo,se rió fuertemente y le cogió con ambas manos los glúteos bien desarrollados del demonio; apretándolo contra si.
-¿Y a ti que mas te da lo que haga la borracha de mi madre con la pequeña y enclenque de Isabella? .- volvió a reir.-Creí que te iba a divertir la escena; tú Edward I; príncipe de los demonios, hijo natural de Aro; el gran demonio…¿haciendo de angel vengador? ¿Qué coño te ha pasado en el Sabbath…te has follado a una monja y te has comido su corazón puro?.- Ella se relamió los labios gustosa, haciendo que Edward volviese su rostro para mirarla.
-Serias fantástica en nuestras filas…de eso no hay ninguna duda; pero lo que no puedo entender es como no amas a tu familia. Yo amo a mis hermanos y hermanas….pero tú…
-Yo te amo a ti, Edward. Es lo único que quiero; lo único que necesito.
Josephine; agarró la nuca de Edward y acarició levemente el suave cabello; el demonio cerró los ojos; henchido de deseo y la besó con una pasión desgarradora.
-Te he echado tanto de menos mi amor.- le decía ella; mientras se deshacía de las ropas de él, con celeridad.- Tanto.
Edward respondió a la llamada del deseo de la hembra humana; pero pudo notar notablemente que algo habia cambiado en su cuerpo; su réplica no era la misma; notaba los brazos densos y las caricias de ella; no era como en otro tiempo.
Rugió al notar la mano firme de ella sobre su falo; erecto,y perfecto….pero como si de un hechizo se tratase sus ojos se velaron y al abrirlos se encontró con aquellos majestuosos ojos chocolate y no pudo resistir mas; enloquecido, tumbó a Josephine sobre el césped y la hizo suya de una manera bestial; pensando en aquello que habia visto habia sido una locura transitoria y que la humana débil y flacucha era una virgen con buena esencia ; pero nada especial…trataría de pensar que era aquello y no otra cosa.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Dos días.
Dos días después de aquella cena…
Bella suspiraba fustrada; recostándose en el enorme ventanal de aquella que fuera habitación de Jo y que ahora era la suya.
Todo acabaría en tres días mas…tres días mas.
Se llevó la mano a la frente; acalorada.
Contra todo pronostico. Estaban haciendo unos días realmente calurosos en Forks y ella que adoraba el sol y la calidez; no soportaba las noches bañada en sudor y pegajosa.
El rubor atenuó su belleza ,al recordad lo que la ponía en semejante estado.
Su hermana Jo y Edward.
Las dos últimas noches; Edward iba a visitar a Josephine por las noches y hacian el amor.
Los gemidos de su hermana; la incomodaban e incluso la avergonzaban.
Pero los roncos bramidos de Edward; la excitaban y la llama del deseo predía en ella como un anhelo voraz.
Habia intentado taparse los oídos; pero algo innato en ella la obligaba a seguir escuchando.
Notaba como su centro se humedecía y aquel fuego correoso y electrizante le brotaba, hasta llegarle a los muslos.
Lejos de sentirse incomoda con la situación; brotaba en ella una nueva “yo” que no habia descubierto que existía hasta oir a su hermana y su novio ebullir en las llamas de la pasión.
Se habia descubierto excitada; hasta el punto de tocar aquella cresta mágica que emergia de su sexo y con una suavidad y un deleite sin fin, habia caído en los brazos engullidores del orgasmo casi a la par del hombre que se tiraba a su hermana; en la otra habitación.
Sofocada; habia dormido, pero sin olvidar bajo los brazos de Morfeo; aquella árdua y apasionante explosión. Se despertaba a mitad de la noche, acalorada y con los labios resecos. Anhelante…deseosa de fundir su cuerpo con su hombre: Carlisle.
Despues de haber hecha suya en aquel claro del bosque a Jo; la llevó hacia su cuarto y allí volvió a tomar su cuerpo como un completo animal.
La siguiente noche también se perdió entre las sábanas de Jo; pero con los sentidos mas agudizados pudo percibir un olor que lo enloqueció a medida que él iba acercándose al climax; intentaba no besar a Jo; porque perdía el aroma en el momento que se acercaba a la hembra humana.
Era dulce y aromatizado sutilmente, especiado; también se adivinaba la salinidad del sudor en aquella escena envolvente; cuando mas se sumergía en aquel olor a hembra deseosa de ser poseída por un macho; mas fuerte pegaba sus cadera a Jo ; embargado profundamente en aquel hedor que lo tenia al limite de la demencia, estallaba en un orgasmo tal que lo llevaba al limite de la perdida del conocimiento.
-¿Edward?
La voz de Jo; hizo que su falo se encogiera; y salió de ella; casi precipitándose en el suelo al caminar hacia atrás; del lecho.
-¿Hum?
-No estamos solos. ¿Sabes? Ruges como un animal…no es que me queje; pero no estamos solos. No tengo que recordarte que la virginal y puritana Isabella; duerme pared con pared ¿no?
Edward tragó en seco.
Habia tratado de quitarse de la cabeza a la castaña débil…
-Seguro que se excita oyéndonos.
El hombre-demonio se llevó la mano a la frente; confuso.
Entendiendo así; el olor a hembra en celo; que jamás habia olfateado, en Jo.
Dejó caer sus posaderas en el colchón y el cuerpo oliváceo y terso de Jo, se acopló a su espalda.
-¿Te preocupa que nos oiga?.- escupió Josephine con sarcasmo.- Seguro que anhelará a Carlisle como una puta virgen que es…
Edward se volvió hacia ella y la miró colérico.
-¿Por quien te jode realmente? ¿Por Isabella o por el humano?
Josephine cambió su expresión malvada a una buena e inocente; imitando asi; las maneras de Bella.
-Por Bella; por supuesto.
-¡Mientes!.- dijo él; mas que fiero.- Envidias a tu hermana…y no logro comprenderlo. La miras como si tuviera algo que tú anhelas; te fijas en su melena, en sus labios, en sus ojos…ví como te perdias en sus pechos…¡La envidias Jo!¡ Envidias su fragilidad y la bondad que destila en toda ella!
Josephine, alzó el mentón petulante.
-Veo que tú… no has perdido detalle….
-No digas tonterías.- farfulló Edward.- Es Carlisle quien me preocupa…
Jo se acercó a su demonio y lo abrazo; aplastando sus pechos en los de él.
-Edward…no temas nada. Lo que hay entre nosotros es demasiado fuerte…tres días mi amor…tres días…
-¡Vamonos ahora mismo, Jo! ¿Qué nos detiene?.- Edward la asió de una mano y le sonrió de manera vulnerable.
Ella dudó y bajó los ojos; intentando esconder algo oculto en su mirada.
-Edward….respeta el trato. Es mi madre…mi hermana.
El demonio suspiró y cogió a su hembra de la cintura apretándola mas contra si.
-Sabia que no podias ser tan insensible en lo que respecto a tu familia se refiere…
La besó y volvió a caer con ella, en el colchon.

…………………………………………………………………………………………………………………………………………….


-Debes hacer lo imposible; Alice.- Aro miró el el astro de la noche; mientras los lobos aullaban entonando el llanto amargo del miedo; el demonio estaba cerca.
-Padre. Debes mantener a Edward lejos de ésa; ella está esperando que el humano caiga en sus brazos…y entonces haremos que Edward vuelva y se dará cuenta de cómo es realmente esa tal Jo…
Aro; miró hacia la espalda de Alice y su rostro adaptó una expresión dulce.
-¿Alice?.- la voz de Bella sonó intranquila.
Alice; se volvió rápidamente y vió a la castaña, que caminaba hacia ella en camisón y descalza.
-Bella…¿Qué haces aquí? Deberias estar durmiendo…
Bella miró al hombre que se hallaba con Alice.
-Si. Y tú también.-dijo Bella mecánicamente. Habia algo en los ojos de aquel hombre que le era vagamente familiar.
-Mi padre….Bella; mira sé que esta no es manera de presentarte a …
-Encantada.- sonrió Isabella, caminando hacia el hombre y ofreciendo su blanca mano.
-No.- susurró Aro.- La familia se saluda asi. Hija mia…- cogió su cintura y la apretó contra su cuerpo, sintiendo asi¸ el aroma de la exclusividad.
-¿Qué pasa aquí?- La voz de Edward resonó como un trueno; en la parte delantera de la casa.
Bella se separó de Aro y miró el porte gallardo de Edward; achicó los ojos y sus verdes orbes se fijaron en ella.
-Reunion familiar.- espetó Aro; mientras caminaba hacia su hijo y lo abrazaba de la misma manera que habia abrazado a Bella.- Debes acompañarme hijo; es vital para nuestra raza.
-¿Cómo?.- preguntó él; incomodo.
-Solo son tres días; Edward y `podras venir a por tu hembra.
Edward se separó de su padre; que le habia dicho esto; en un sordo murmullo.
-Lo que tú me digas; será obedecido; padre
Aro; elevó una ceja y sonrió con arrogancia.
-No todo; hijo; no todo.
Continuará…..
Chicas…¿Qué les pareció?

viernes, 13 de mayo de 2011

The Priest

Edward le besó la coronilla con el impedimento de aquella fina capa de blonda blanca y ella alzó la cabeza para mirarle los ojos.
Se sonrieron ambos…
-He venido a oficiar tu boda ¿recuerdas?.- dijo él de manera divertida.
-Si.- le dijo ella imitándolo.
Edward se separó de ella y caminó hacia el pequeño estrado.
Isabella se quedó parada mirándolo.
Habia engordado levemente y se veía mas musculoso; aun mas hombre de lo que recordaba.
Su piel estaba mas bronceada y con esto sus ojos se veian aún mas verdes e insolentes.
Aquel cabello cobrizo suyo se veía salvaje y terriblemente sexy. Bella tragó en seco y giró su rostro para contemplar a su futuro marido….Emmet….

THE PRIEST
Capitulo 4.-


Edward ofició la boda con el alma hecha trizas.
Habia vuelto para encarar la verdad; para que ya de una vez por todas; con la crueldad de lo físico; su mente desterrara la posibilidad de que Isabella pudiese ser algún dia suya…
Habia abandonado el sacerdocio; y ahora era Pastor.
Un secreto que con el tiempo irira arraigando en seno familiar.
Su amor por Bella era mas fuerte que el que innegablemente debia de dar a Nuestro Señor y de manera tajante, ante de marchar a Sierra Leona; colgó los habitos.
Nunca abandonaría sus creencias y podia ejercer libremente en bodas, bautizos y comuniones…
Mientras los convertía en marido y mujer; el nudo que tenia en la garganta; se desató y tuvo que dar media vuelta para enjugarse las lágrimas.
Aquello partió en dos a su madre; que lo miraba con los ojos entornados desde el primer banco de la parte derecha.
¡Cuánto la amaba! Ni aquellos casi tres años fuera de casa; habia dejado de pensar en ella un momento.
Sus ojos y su risa le acompañaron en los malos momentos y el cálido recuerdo de su voz, lo hacia sonreir y soñar por las noches.
Habia vuelto para verla feliz y para romper de una maldita vez, el vinculo que lo ataba a ella.
Ella iba a ser de otro hombre; cara a su Dios magnánimo, y ya,no habia vuelta atrás.
Los felicitó haciendo de tripas corazón; como pudo.
Y mientras abandonaban el lugar de la ceremonia, él se quitó el habito de gala y lo dobló pulcramente.
-Edward.
Se volvió con una sonrisa en los labios. Era su madre.
-Mamá..corre, ve tras los novios….-señaló él; con su musical voz.
-¿No vienes al banquete con nosotros?- le preguntó su madre; que ya estaba de frente a él y lo analizaba intensamente.
-No; la verdad. Estoy cansado del viaje y tengo ganas de descansar. Hasta que me asignen una parroquia nueva… he alquilado la casa de los Barnett. Allí estaré bien.
-Pero…- quiso decir Esme; pero Edward, la interrumpió.
-Soy un hombre mamá y necesito vivir solo. Sabes perfectamente que no iria a vivir con ustedes.
-¿Y quien no quiere estar junto a su familia en estos momentos hijo, el hombre o el párroco?
Edward la miro sin parpadear. Asintió y bajó la cabeza, dibujando una sonrisa que no llegó nunca a sus ojos.
-Siempre lo supiste….
-Desde antes que tú mismo te dieras cuenta; Edward. Hijo mio.- se aferró a él; fuertemente , acariciando su ancha espalda y sus mejillas durante el recorrido.- No tendrías que haber vuelto. No para sufrir; no quiero verte colmado de dolor. Estoy destrozada por ti Edward…¿Qué puedo hacer?
-Amar a Bella; apoyarla, guiarla….ser como su verdadera madre…como has hecho hasta ahora.- le dijo él tomandola de las manos y acariciándolas.- Yo no importo. Esto nunca ha tenido sentido; pero yo no mando sobre mi corazón. Y mi corazón esta loco de amor por ella….
-Edward.- le silenció su madre.- Ella es feliz. Ahora tú debes serlo también. Olvidate de ella. Tienes que verla como lo que en realidad es; un pariente tuyo. Tú no eres un hombre; por encima de eso está tu celibato como párroco y tu unidad al Cristo….
-Si. Todo lo que me estas diciendo, lo sé. Pero te repito que no mando en mi corazón; Dios me ha mandado una prueba dura ; pero prueba al fin y al cabo…..- Edward pensó en sus adentros que él ya habia tomado una decisión; pero aquel momento no era el apropiado para hacérselo cómplice a su madre.- Si sigue poniendo a Bella en mi camino; pensaré que quiere que la siga por algún motivo. Estaré ahí cuando me necesite. Siempre… y si se marcha con su marido y no la veo mas; pensaré que El Altisimo ha creido justa esta opción.
-Hijo mio…
-Ve, mamá. Te esperan. Diles que estoy descansando. Hasta mañana.
Edward cogió una inmensa mochila de montaña y caminó hacia el hogar de los Barnet; aquel que iba a ser el suyo por algún tiempo.

………………………………………………………………………………………………………………………………………………
DOS SEMANAS DESPUES…
-¡Nena! ¡Que feliz estoy de volver a verte! ¿Qué tal tu nueva vida de casada?.- Zafrina ; la llevó hacia el salón, mientras Emmet y Aro se saludaban efusivamente en el umbral de la gran casa.
Bella miró con reservas a Zafrina y le sonrió.
-Bien..aunque algo diferente a lo que imaginé.- Quiso zafarse del tema y pestañeó varias veces, como solia hacer Rosalie, cuando quería evadir algún tema .- ¿Dónde esta Rose?
Zafrina hizo un gesto con el brazo y suspiró.
-Ha salido hace un rato. Tiene un novio nuevo; un tal Royce. A mi particularmente no me gusta nada. Pero ya sabes como es Rose; cuanto mas le dices; peor es. Ósea que ella misma. Si se da de cabeza; que se atenga a las consecuencias.
-Vaya…- siseó Isabella.- Me gustaría tratar de algunos temas con ella. ¿Cuándo vuelva le dices que me llame, si?
Zafrina asintió y comenzó a contarle todo lo acontecido, desde el momento en que ellos abandonaron Forks y se marcharon de Luna de Miel a España.
Mientras Zafrina hablaba como una cotorra; Bella podia escuchar la voz bravucona de Emmet hablando con Aro.
Los vellos se le pusieron de punta.
Todo habia sido tan diferente…todo….
¿Por qué creía que habia cometido el error mas espantoso de su vida?
No; no lo creía. Lo habia cometido.
Despues de dos años de noviazgo; justo después de dar el si quiero, ella; Isabella Swan se habia dado cuenta de que no sabia, absolutamente nada de los hombres.
Que era una asignatura pendiente en la que habia suspendido con horror.
Sonrió a Zafrina y continuó asintiendo; como si escuchara la conversación.
Su mente vagó hacia España y también hacia aquella noche en la que se suponía iba a ser la mas maravillosa de su vida.
Despues de abandonar el banquete y tomar un avión hacia Madrid; España.
Se alojaron en un céntrico hotel a pasar su noche de recién casados.
Y todo resultó ser un fiasco duro y cruel.
Emmet , la desnudó y la besó, pero a la hora de penetrarla; su músculo le hizo tanto daño que tuvo que parar antes de llegar a la barrera de su virginidad.
La consoló aquella noche. Arropándola como una niña y mimándola; quitándole importancia al hecho que habia acaecído aquella noche.
Los días sucesivos, viajaron hacia la costa Mediterranea: Benidorm, Alicante, la Manga…y todas las noches después del preludio de besos y abrazos; Emmet intentaba hacerla suya y le era técnicamente imposible.
A la semana y media de viaje; su recién estrenado marido ya no intentaba ni tocarla.
Se escabullía antes que ella del comedor de los hoteles, y se metía en la habitación.
Cuando Bella subia; lo hallaba dormido y roncando.
¿Cuándo habia comprendido que su matrimonio se habia roto antes de haber comenzado?
Hacia pocas horas.
En el avión.
Al notar la falta de Emmet a su lado, en las butacas del avion; fue hacia los lavabos y allí vió lo que le hizo caer la venda de los ojos.
Emmet se estaba tirando a otra mujer en los servicios.
Cuando caminó hacia su asiento a duras penas, podia mantenerse en pie.
Una azafata se acercó a ella para preguntarle si se encontraba bien y ella solamente pidió un vaso de agua y una almohada para descansar.
Giró su rostro hacia la ventanilla y cuando Emmet volvió, se hizo la dormida.
¿Quién podia culparlo?
La tarada era ella.
ÉL solamente era un hombre que se habia casado con una mujer que nunca podría ser suya…porque sufria dolores espantosos cada vez que intentaba penetrarla…
Lloró amargamente y se durmió.
Poco antes de llegar a Washington se dijo a si misma que debia de solucionar aquello fuere como fuere.
Hablaria con Edward. Él era un hombre y aunque su vida estaba consagrada a Dios , podría sugerirle cosas al respecto. Se volvió a repetir una y mil veces que Edward la ayudaría y una sonrisa se dibujó en su rostro.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-Edward vive en la casa de los Barnet.- dijo Zafrina; en aquel descarado monólogo.- Espera que le asignen parroquia.
La atención de Bella volvió hacia ella.
-¿Ah si? Tengo ganas de ver a mi tio.- dijo sonriéndole a Zafrina.- Es mas; creo que si no le importa a Emmet; voy a acercarme ahora mismo
-Si quieres te acompaño.
-Si. Será estupendo.- dijo ella levantándose y caminado hacia la puerta.
Buscaron a Emmet y Aro en el patio, y después de decirles donde iban; se dirigieron hacia el camino de la casita de los Barnet, que no quedaba muy lejos de casa de Zafrina.
-Yo te dejo aquí; querida. Tomate tu tiempo. Ya sabes estos hombres, cuando tratan de un negocio no tienen fin. Ósea, que disfruta de la compañía de tu tio.
Ella le sonrió y la vió marcharse.
-¡Digale a Rose que me llame cuando vuelva!.- le gritó Bella
Zafrina asintió y caminó hacia su casa; con paso firme.
La casita de los Barnet no era muy grande; pero lo suficiente para albergar a unas cinco o seis personas.
Conforme iba avanzando se dio cuenta que habia un pequeño huerto y al ir acercándose mas y mas, vió la silueta de un hombre desnudo, de cintura para arriba cavando aquellas tierras.
La espalda ancha y tonificada; hizo que a Bella se le acelerara el puso, el individuo se agitó y Bella tuvo que tragar saliva porque de repente se encontraba sendienta.
Sin duda su tio habia contratado a algún jornalero para lavarle la cara a aquellas extensiones de terrero.
Ella carraspeó.
-¿Oiga….? ¿Edward Cullen esta en casa?
El hombre que estaba de espaldas a ella se tensó; marcando todos los músculos en sus omoplatos y cintura, dejó la pala clavada en la tierra y volvió el rostro enmarcado en una desbastadora sonrisa.
-Hola Bella.
Bella pensó que iba a explotar. Su rostro debia tener toda la sangre acumulada en él.
Aquel hombre que habia admirado maravillada era su tio Edward…sonrió algo turbada y se acercó a él para abrazarlo, sin importarle que tuviera el torso desnudo y empapado de sudor.
-¿Tan pronto volviste de tu Luna de Miel, pequeña?.- le susurró él al oído.
Bella cerró los ojos maravillada.
Tenia una voz tan y tan sensual.
Se separó de él y le sonrió.
-Debemos de hablar tio Edward. Tienes que ayudarme.
Él frunció el entrecejo y la miró intensamente.
-¿Qué ocurre pequeña?
-Ven.- lo cogió de la mano.- Vamos dentro; es un tema privado.
Edward pensó que habia muerto y estaba en el infierno.
Su niña estaba allí.
Y estaba tan bonita….
Enloqueció al sentir su mano y se dejó guiar hacia el interior de su casa.
Continuará…..
Bueno…bufff!! Que les pareció????

martes, 10 de mayo de 2011

Retrato En Sepia.

Edward me habia negado saber de su muerte a su debido momento y también me habia negado lo que por derecho propio era mío….¿Que perdia al volver de nuevo?
-No. – dije, y volví a tragar.- ¿Cuándo se lee el documento?
-En tres días señorita Swan. ¿Entonces, puedo contar con usted?
-Por supuesto.
-Se lo comunicaré al señor Cullen, entonces.
-¿Él, él también va estar presente?
-Se los requiere a los dos señorita. A los dos únicos parientes vivos de la señora.
-Bien. Hasta dentro de tres días entonces.
-Adios, pase un buen dia señorita.
Colgué.
Caminé temblorosa hacia el sillón y me senté.
Debia llamar a Jasper y decirle que me marchaba…mañana mismo….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………

RETRATO EN SEPIA.
-.Capitulo 4.-

-Mira; Bella.¿Que quieres, que me salga una úlcera que me lleve al otro mundo?.- La voz desesperada de Jazz; me hizo sofocar una sonrisa; mientras lo escuchaba con el manos libres.- ¿Supongo que te habras llevado el portátil?
Fruncí el entrecejo; mientras buscaba las gafas de sol en la guantera.
-Me siento explotada…- susurré.
-¡Bah! ¡No diga usted tonterías señorita Swan! Tenemos en nuestras manos una mina de oro con el protagonista bruto de tus novelas….no me dejes en la estacada…Bella.
Sonreí y acoplé las gafas en mi nariz.
-¿Te he fallado alguna vez; Jazzy?
-Hum…sabes que no me gusta que me llames asi…
-Pues confía en mí.
-¿Entonces no tienes idea de cuando volveras?.- la voz de Jasper; sonaba verdaderamente desesperada.
-La verdad; no creo que me tome mucho tiempo esto. Supongo que será firmar algunos papeles; saber lo que es mío por derecho y vendérselo a mi tío….aqui no hay nada que me interese.
Al otro lado de la línea telefónica; se oyó a Jasper como si hubiera estado reteniendo el aire unos minutos.
-Creo que ya no me saldrá ulcera.
Reí con ganas y nos despedimos.
Conducía mi auto por aquellas carreteras solitarias; donde la verde campiña te invitaba a respirar copiosamente y cerrar los ojos; agonizando de aquel aire puro y fresco. Sonreí.
Hacia mas de un año que no salía de Londres y aquello; pese a todo, iba a beneficiar mi salud.
Volví a abrir la guantera y busqué el paquete de tabaco; que era parte de mí, como mi propio pc; y puse un cigarrilo en mis labios. Pulsé el encendedor del auto y esperé a que saltara.
No habia avisado a nadie que volvia a la Fortaleza dos días antes de lo previsto; para la lectura de la ultima clausula del testamento. Queria entrar de manera triunfal. Como aquellas heroínas de mis historias.
Aunque yo no fuera voluptuosa, hermosa y con cuerpo de escándalo.
Pero sonreí ante el efecto sorpresa.
Desde luego que debia de haber sido una sorpresa; nunca mejor dicho para mi querido tío, el saber que debia de estar presente ; para ejercitar la ultima voluntad de aquella mujer que habia sido madre de mi madre….
Aspiré con fuerza el cigarrillo y aminoré la velocidad al encontrarme a una muchacha caminando por la carretera con una mochila en la espalda y una gruesa bolsa en su mano izquierda.
Iba en contra dirección; pero algo me dijo que debia hacerme cargo de ella.
Hacia bastante calor y si la muchacha seguía andando todo el dia iba a ser victima de una insolación.
Frené en seco y miré ambos carriles; la muchacha se paró y algo alucinada miró mi maniobra impactada. Me puse en el carril contrario; muy cerca de ella y alcé mis gafas de sol para hablarle. Le dediqué una sonrisa.
-¿Te llevo algún lado?
La muchacha me miró con el ceño fruncido y se acercó con paso vacilante hacia el coche.
-¿Dónde vas tú?.- preguntó alzando una mano en sus cejas y protegiéndose del sol.
-Voy a la Fortaleza; a la casa Cullen.
La chica como si hubiese mentado al mismo demonio, dio dos pasos hacia atrás y negó con la cabeza.
-No, no…..yo allí no vuelvo….
Dí una fuerte calada al cigarro y apagué el motor para bajarme del coche. Necesitaba saber…
-¿Cómo que allí no vuelves?
-No…la señora Tanya es peor que una negrera y el señor Edward es un cerdo engreído que se cree el ombligo del mundo….
Aquello me hizo reir.
-Buen retrato; si señor.- dije mirándola y sonriendo. Le ofrecí mi mano.- Soy Bella Swan…Cullen.
La chica se llevó la mano a la boca y abrió los ojos desmesuradamente.
-Yo…lo siento…
-No. No lo sientas. Me gusta la gente que habla con la verdad; sin importar el daño que esta haga…no te preocupes….les tengo tanta estima como tú…
La muchacha rozó mi mano y yo la apreté fuertemente a modo de saludo.
-Alice Brandon.- dijo por fin; sonriendo de manera franca.- ¿Eres pariente de …ellos?
-Soy la sobrina de Edward Cullen. Mi madre y él eran hermanos.
Alice se tocó el cabello depeinado de su cabecita y me hizo un mohín.
-Yo; me he marchado de allí. Estaba al cuidado de la casa; pero no lo aguanto mas…ni las insinuaciones de la maldita señora Tanya ni los escarceos del señor Edward…son tal para cual…en esa casa es imposible vivir sin volverse majareta.
Escudriñe su rostro.
-¿Dónde pretendías ir andando?.- le pregunté.
-No sé. Pensaba ir hacia el norte.
-¿Andando?
-Confiaba que alguien me recogería…
-Dejame decirte que es peligroso…..¿Tienes algún familiar al que recurrir?.- presentia que aquella chica menuda estaba tan sola en el mundo como yo.
-No. Pero tengo dos manos…y eso siempre funciona. Tengo salud y ganas de trabajar.
Cogí su bolsa y la llevé hacia los asientos traseros de mi auto.
-¿Qué haces?.- preguntó asombrada.
-Dame la mochila de tu espalda.- ordené.
-¿Pero…?
-Damela.
Alice descolgó de su espalda la cargada mochila y la tiró en el alquitran caliente del asfalto; la cogí asombrada por lo que pesaba y abrí el maletero del coche.
-¿Qué llevas aquí, un muerto?
Ella rió.
-No…¡Espera!
Corrió con pasos cortos hacia mí y se abalanzó hasta la mochila para hurgar con desesperación algo entre sus miles de bolsillos.
Ante mi asombro; sacó un libro de bolsillo y lo pegó a su pecho.
-Esto es lo único que me ha ayudado a soñar y no vivir en la amargura en esa casa.
-¿Si?
Caminé hacia la puerta del coche y le ofrecí sentarse.
Miré a hurtadillas y el rubor tiñó mi rostro…aquella novela era de Ceres Portman.
-¿Ceres Porthman?.- pregunté; arrancando el coche y dando la vuelta; para seguir hacia mi destino.
Ella miró como maniobraba y puso una mano en el volante.
-¿Dónde crees que me llevas?
Reí y volví a cubrir mis ojos con las gafas de sol que reposaban esta vez sobre mi cabeza.
-Te llevo conmigo. Cuando salga de aquí; vendrás conmigo….
Contemplé la cara de horror de Alice y suspiré.
-No te preocupes; no vienes conmigo en calidad de sirvienta ni nada por el estilo. Eres mi asistente y lo seguiras siendo cuando vuelva a Londres. ¿Has visto alguna vez Londres?
-No.- Bajó el rostro y apretó las manos fuertemente en aquel libro que llevaba sujeto entre ellas.
Alcancé la mano y la acaricié tiernamente.
-Creéme. Yo no soy como ellos.
Alice me sonrió y abrió el libro por la pagina que tenia marcada.
……………………………………………………………………………………………………………………………………..



Bajamos del coche y Alice, intimidada buscaba mi mirada mientras caminábamos hacia la gran entrada a los jardines.
Allí nada habia cambiado y una especie de estremecimiento me recorrió la espalda, al volver de nuevo, a aquella casa donde todo habia sido tan frio como las piedras de la balaustrada.
Subimos las grandes escaleras de granito y azorada; piqué en aquella enorme maneta con dos golpes secos que me hicieron mirar a Alice interrogante.
-Siempre tardan demasiado en abrir.- susurró.- No desesperes.
Carraspeé incomoda y volví a coger la maneta con fuerza.
Antes de dar el firme toque, la puerta se abrió y un hombre canoso nos abrió la puerta con aire insolente.
-Te estábamos buscando.- dijo mirando a Alice con desprecio.- La señora te espera desde esta mañana….¿Y quien es…?
Busqué la mano de Alice y la apreté fuerte entre las mia.
-Soy Isabella Swan Cullen.
El hombre alzó las cejas, azorado y trastabilló, dando dos ligeros pasos hacia atrás.
-Señorita…no esperábamos su visita hasta el miércoles….los señores no saben..
-Me es indiferente lo que piensen los señores. Yo soy una Cullen al igual que los que viven aquí y puedo venir cuando me plazca.- Pasé con Alice delante de aquel hombre y cuando cerró la puerta tras nosotras, se adelantó apresuradamente intentando dar explicaciones.
-Espere, señorita. El señor no la espera; ni que decir de la señora. Dejeme que les diga…
Me paré en seco; en aquel ancho y largo pasillo antes de llegar al salón. Miré al hombre, compadeciéndome de él y curvé mis labios en una ligera sonrisa.
-Lleve a Alice a una habitación de invitados. Si es posible lo mas cercana a la mia que pueda, y ahora…digame donde se encuentra mi tío…quiero saludarlo.
-¿Alice? Señorita, Alice…
Sesgué sus palabras; cansada. Aquel hombre trataba de ocultarme algo.
-Alice es mi asistente; y la quiero cerca de mí. Ósea que lléveme inmediatamente delante de mi tio…por favor.
El hombre se secó el sudor con la manga de su estirado uniforme, e hizo una pequeña reverencia.
-Sube a la habitación este; Alice .- le dijo mientras caminaba delante mio.- EL cuarto de la señorita Swan se dispondrá continúo al tuyo.
Alice sonrió y subió graciosamente unas escaleras de marmol. Imponentes, majestuosas; como todo lo que me rodeaba.
Le guiñé un ojo y seguí al hombre canoso.
-¿Su nombre, por favor?.- le pregunté. Me gustaba saber a quien me dirigía en todo momento y en aquellas circunstacias no quería que aquel señor pensara que yo era tan incivilizada como parecían los dueños de aquella casa.
-Marco; señorita. ¿No se acuerda de mi? Estuvo aquí muy poco tiempo; pero yo si la recuerdo.
Mientras caminaba intenté recordar la figura de aquel hombre en la mansión; pero mis recuerdos lejanos , habían borrado todo lo que no tenia que ver con Edward, Tanya, Jacob y mi abuela : Esme.
Llegamos a una puerta oscura; fuerte dura, compacta y Marcó tocó a la puerta con impresión incomoda.
-¿Señor Cullen?
Esperamos unos segundos y se oyeron unas risas detrás de aquel portón antiguo.
-Señor Cullen. Su sobrina está aquí. La señorita Isabella , está aquí , señor Cullen.
Se oyó una maldición al otro lado de la puerta y el arrastre de unos muebles.
Ésta se abrió y Marco entró primero para saludar a Edward.
Cuando pasé el umbral de la puerta me dieron ganas de vomitar.
Aquella sala olia a sexo, a tabaco y alcohol.
-Señor Cullen.
La voz de Marco me hizo buscar la dirección de aquellas palabras, y contemplar al ser que habia invadido mis noches con pesadillas.
Me sentí fuerte.
Ya no era una niña y no podia temerle.
Estaba sentado en la banqueta de su escritorio; con una rubia en su regazo y un puro en su boca, cuando nuestros ojos se encontraron dio un fuerte empujón a la mujer que tenia encima y apagó el puro con desesperación en el grueso cenicero de granito.
Caminó hacia mí; sin despegar ni un segundo su mirada de la mia y sonrió de manera insolente.
-Querida Isabella….que gusto verte…
Achiqué los ojos y ví como su rostro se acercaba al mio.
Sus labios rozaron mi mejilla y yo quedé estática.
-Hola Edward.- dije al recobrarme de su contacto.
Él evaluó detenidamente todo mi cuerpo y siseó algo que no supe comprender, giró su cuerpo y con un chasquido de dedos, mandó a Marco y aquella mujerzuela fuera de la habitación como si fueran perros.
La puerta se cerró tras de mi y él volvió a sentarse en aquel sillón; su vista se clavó en la mia y dibujó en su boca una sonrisa cruel; de aquellas que me hacia padecer las peores pesadillas.
-El ratón ha caído en la trampa.- dijo ; escrutando mi rostro y viendo el terror que se dibujaba en mis pupilas…..

lunes, 9 de mayo de 2011

Demon Prince

Edward estaba agotado.
El Sabbath, habia sido algo perturbador después de aquella visión.
Despues de haber hablado con su hermana, habia vuelto a él y habia seguido haciendo lo que de él se esperaba.
La tentación de ver a Jo, le aguijoneó su entre pierna y suspiró.
¿Qué mas daba hoy que mañana?
Se rió mentalmente y se desmaterializó, llegando a si , aquella casa a las afueras de Forks.
Notó como se tambaleaba. Algo extrañado, y acobardado ,subió entre las tuberías a la habitación de Jo. La ventana estaba abierta.
Las fuerzas le faltaban. La esencia de Jo, al volver con su familia se habia hecho mucho mas fuerte de lo que él recordaba, volvió a tambalearse y en la oscuridad se acercó al lecho.
Aspiró con violencia y se sintió rendido.
Rendido de amor….
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DEMON PRINCE
CAPITULO 8

Edward caminó despacio hacia el lecho donde se encontraba su dulce Jo, y alzó una de sus manos para descubrir su magnifico cuerpo y deleitarse con él.
La deseaba; y de qué manera.
Aspiró profundamente de nuevo e inclinó su rostro hacia la figura de la joven que reposaba en aquella cama.
Apartó suavemente las sabanas que la abrigaban y cerró los ojos embriagado por aquella fragancia que lo envolvía en un torbellino de sensaciones mucho mas perturbadoras de lo que habia sentido jamás.
Se acercó a ella levemente y acarició una de sus piernas; estremeciéndose ante aquel contacto. Gimió y se llevó la otra mano a su entrepierna adolorida. Queria zambullirse en su cuerpo con urgencia.
Pero de pronto la muchacha se movió y giró todo su cuerpo.
Edward apartó la mano de la chica como si le quemara y dio dos pasos hacia atrás con paso incoherente.
Cerró fuertemente los ojos e intentó comprender.
-No puede ser .- susurró.- No puede ser.- repitió intentando convencerse a él mismo.
Se llevó las manos a la cabeza horrizado, nervioso. Terriblemente alterado y casi rugió.
¡Él amaba a Jo! Y aquella figura que estaba tendída, en aquella cama no era ella. Era su hermana. Isabella.
Foribundo ante tal descubrimiento, salió de allí dando tumbos y dio de cabeza contra el cemento de la entrada; al caer por la ventana.
Estaba realmente aturdido.
¿Acaso habia sido el efluvio de Bella el que le llamó poderosamente la atención aquella noche?
¿Por qué entonces creyó que era Jo?
La medicina que tomaba Bella; recordó. ¿Pero porque aquella noche su aroma era tan exquisito que lo llamaba para volver de nuevo hacia ella y reclamarla como un loco de atar?
Se desmaterializó completamente y rugió mientras aparecia de nuevo en una de sus habitaciones.
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-Hola.
-Hola.
Carlisle se apoyó en el umbral de la puerta y sonrió a su novia de manera nerviosa.
Bella se acercó a su rostro y le dio un suave beso en los labios; que le supo a gloria.
-Ven ; entra. Quiero presentarte a alguien.- Bella cogió al hombre de la mano y cerró la puerta ayudándose de uno de sus pies.
Carlisle agarró de la cintura a Bella y besó con dulzura su cuello.
-Estas preciosa.
Bella notó como su rostro se sonrojaba y Carlisle le dio un fuerte beso en los labios ; adorando esa manera de ruborizarse.
Jo, siseaba alguna cancioncilla entre dientes y sacaba la lengua a Alice de manera mal educada.
Al ver entrar a Carlisle una sonrisa de oreja a oreja se enmarcó en su rostro y corrió hacia él; ignorando a Bella.
-Oh…Carlisle..que bien que hayas aceptado cenar con nosotras. Es todo un placer.- Bella notó un deje de segundas intenciones en aquella frase y puso los ojos en blanco; mirando a Alice.
La pequeña súcubo rió y estrelló los cubiertos con fuerza encima de la mesa.
Jo, se volvió; ya que estaba hablando con Carlisle y miró a la hermana de su novio con gesto irritado.
-Cualquiera diría que echas de menos a Edward. Jo.- La lengua viperina de Alice comenzó a trabajar sin apenas darse cuenta.
Jo, se separó de Carlisle con miedo en los ojos y caminó hacia la mesa con paso vacilante.
-No digas tonterías Alice. Lo echo muchísimo de menos. –siseó ella; doblando las servilletas y poniéndolas debajo de los cubiertos.
-¿Cuándo conoceremos a tu novio querida?.- Reneé salía con una botella de vino en la mano y el abre botellas en la otra.
-Edward es un hombre muy ocupado.- susurró Jo, intimidada por la mirada de Alice.
-¿Por qué no lo llamas y le dices que venga a cenar? Somos una familia y me gustaría conocer a mi yerno.- Reneé miró a Isabella con desaprobación.- Lástima que te marches tan pronto, Jo….con lo bien que me entiendo contigo.
Un aguijonazo de dolor surcó el pecho de Bella.
Siempre habia sido Jo…siempre ella; la preferida de Reneé.
-Yo..no sé si eso será posible…Edward tiene que atender deb…
Alice la interrumpió dando saltitos y colocándose a su lado.
-Llamaré a mi hermano. Supongo que utilizará cualquier pretexto para verte. Estan tan enamorados.- Esto ultimo lo dijo con socarronería.
Los ojos de Carlisle caminaban lujuriosos por las suaves curvas de Bella.
Aquel vestido azul turquesa, levemente entallado con escote en v y altura hasta encima de la rodilla; la hacia ver de una manera sexual y sugestiva.
Se encontró pensando en como seria tener a Bella debajo suyo y hacerla estremecer.
De repente sintió como sus pantalones se hicieron mas pequeños en su entrepierna.
No dudó en comparar a las dos hermanas por unos segundos.
Jo; era voluptuosa y sexual, pero rozando lo ordinario.
Isabella era exquisita, elegante y misteriosa; algo de lo que no se habia dado cuenta, hasta hacia muy poco.
Suspiró; algo desesperado por las constantes insinuaciones de Jo y buscó a Bella con la mirada.
Ella le sonrió, mientras aquella pequeña mujer que daba saltos y sonreía sin parar, hablaba por teléfono.
-Estupendo.-dijo una muy emocionada, Alice.- Jo, Edward cenará con nosotros esta noche. ¿No estas emocionada?
Jo asintió nerviosamente con la cabeza.
Maldijo entre dientes a la maldita demonio que le pisaba los talones. Le quedaban tan solo cinco días y quería meter en su cama a Carlisle fuese como fuese; estando Edward de por medio, las cosas se ponían mucho mas difíciles.
-Esta es Alice; Carlisle.- Bella abrazó a su novio por la cintura y esperó la reacción de su pequeña amiga.
-Hola.- Alice le ofreció su mano.- Encantada. He oído hablar mucho de ti, por activa y por pasiva.- Alice sonrió enigmaticamente y estalló en una carcajada.
Carlisle frunció el ceño y miró a Bella interrogante.
Ella hizo un ademan con la mano ; quitándole importancia.
-Es un demonio…pero me encanta.- expuso Bella; sin darse cuenta de cuanta verdad habia en aquellas palabras.
-Es extraña.- le susurró él, llevándosela a un rincón en penumbra del salón.- Te mira como si fueras comestible.
Bella alzó una ceja y sonrió.
-¿Y lo soy?
Una sonrisa de aquellas que cortaba el aliento surcó los labios perfectos de Carlisle y Bella los mordió con dulzura.
-¿Dime, lo soy?
-Eres tentadoramente irresistible.- le dijo muy bajito, rozando el oído de ella, con sus labios.
-¿Tanto como Jo?.- preguntó Bella; al pensar en Jo y en la situación que habían compartido ella y Carlisle.
Carlisle agarró la carita de Bella y la arrimó hacia si.
-Tú eres tan verdadera que ahogas Bella. Pura, honesta, franca…y eres increíblemente hermosa….
-Pero Jo, tiene mejor cuerpo…
-Shhhh…- El hombre le puso un dedo en los dedos.- El cuerpo de tu hermana es ordinario, querida, él tuyo está por descubrir, tierno,virgen…perfecto…para el hombre que tenga esa dicha.
Bella cerró fuertemente los ojos; victima de aquellas palabras y de la posición adquirida con Carlisle; la tenia atrapada en un rincón; con su cuerpo lacerante muy cerca del suyo.
-Yo …yo… quiero…- Bella tragó saliva y se decidió.- Quiero ser tuya, Carlisle.- Bella lo miró a los ojos y esperó la reacción.
Sus ojos color miel la absorbían literalmente y el preludio de una sonrisa se escapó entre los labios del hombre.
-¿Me vas a conceder ese honor, pequeña?.- le dijo; tierno.
Ella asintió lentamente.
Sin perder la visión el uno del otro sus caras se inclinaron para sellar aquel pacto; pero unos golpes en la puerta, insistentes; los hicieron salir del embrujo de aquel momento.
Reneé caminó nerviosa hacia la puerta y la abrió con una sonrisa en los labios.
-Ho…vaya….- miró al hombre que estaba apostado en el umbral y luego giró su cabeza para mirar a su hija Jo, con picardia.- ¿Edward?
Edward asintió tenso.
Antes de darse cuenta tenia unos brazos rodeados en el cuello.
Quiso deshacerse de ella y buscó a Jo; con la mirada.
-Mamá…- reprochó Josephine, algo molesta.
La mujer se apartó dando paso a Edward y cerrando la puerta suavemente.
-Oh…Jo, vaya hombre…es perfecto.- Reneé miraba a Edward como si fuera comestible y Jo, apurada, notó como éste se incomodaba.
-Apuesto a que es tu madre.- Espetó Edward mirando a Jo, con autentica pasión.
Ella sonrió dulcemente a su demonio y asintió.
-¡Hola hemanito!.- Alice se interpuso entre Jo y Edward y lo abrazó fuertemente; casi colgándose de él.
Alice observó su planta y se sintió orgullosa. Su hermano era bello. Casi rozando el metro noventa, de complexión atlética, fuerte mandibula, hermosos ojos verdes, unas muy marcadas cejas y un cabello exótico; por el color: cobrizo.
Edward ensanchó aquellos labios suyos y sonrió sinceramente a su hermana.
-Hola Alice…y ahora.- La apartó caminando hacia Jo.- Dejame darle un beso a mi futura mujercita…
En dos breves zancadas llegó hasta y Jo y la acopló en su cuerpo con el ansia de cubrirla en aquel mismo momento; pero algo lo aturdió y a una velocidad sobrehumana, inhaló la esencia encubierta que se hallaba a breves metros de él.
Respirando agitadamente, clavó los dedos fuertemente en la cintura de Jo y cerró los ojos con violencia.
“Mierda”.- pensó.
Bella caminó hacia su hermana y el tal Edward.
Parpadeó un par de veces; al verlos en tan extraña situación; aquel hombre parecía estar conteniéndose de hacer cualquier cosa.
Bella hizo una mueca de repulsión.
“Seguro que quiere tumbarla aquí mismo y follarsela”
Elevó las cejas, divertida, y una sonrisa petulante apareció en su rostro.
Jo, sentía los dedos de Edward como si fueran cables de acero a su alrededor y se sintió adolorida hasta el punto de sollozar en los brazos de él.
-Edward….- gimió; azotada de dolor.
Edward, intentó no respirar aquella frangancia y volvió en si; mirando a Jo, con gesto preocupado por aquella reacción.
-Lo siento; Jo…no sé que me ha pasado.- le susurró; sin que lo oyeran nada mas que ellos dos.
Ella le dio la espalda y lo dejó tenso y jadeante.
Caminó como si nada hasta su hermana y Carlisle, y los presentó de manera informal.
-Edward. Estos son Carlisle e Isabella.
Carlisle asintió y tensó la mandibula; habia algo en aquel individuo que le hacia envararse como una gato.
-Nosotros ya nos conocíamos.- dijo Bella, escondiéndose en el cuello de Carlisle, emocionada por los momentos acaecidos minutos antes.
-¿Que os conoceis? ¿Cuándo…?- preguntó Josephine con la voz ligeramente subida de tono.
Las miradas de Jo y Carlisle eran acusadoras y Bella se apartó de Carlisle haciendo un mohín de disgusto.
-Ayer cuando salí con Alice, lo vimos. Eso es todo. ¿Algun problema?- Bella elevó una ceja y miró reprobatoriamente a Carlisle que se habia vuelto palido de repente.
-No; claro que no.- espetó; caminando hacia la mesa y sentándose en una de las sillas.
Bella caminó tras él y la fúria la invadió.
Como le gustaría al tal Edward, decirle de la guisa que se habia encontrado a su mujercita su novio el dia de antes.
Seguro que todo habia sido premeditado. Conociendo a Jo y su truculenta manera de pensar; Bella ya daba por hecho que aparecerse prácticamente desnuda frente a Carlisle habia sido un plan perfecto para que le echara un polvo.
-Chicos. – Reneé, llamó a Josephine y Edward.- Vamos a cenar; poneos comodos.- René les ofreció las sillas que estaban justamente de frente a Isabella y Carlisle quedando ella en un extremo y Alice en el otro.
Durante la cena, un clima tenso los invadió ; pero pese a todo, charlaron de varios temas y todos los comensales emitieron su apreciación de los hechos que según iba avanzando la noche se iban sucediendo.
Edward evaluó a Bella con detenimiento.
Sin quererlo, la comparaba con Josephine y se preguntaba si podían haber dos hermanas tan increíblemente desiguales.
Tambien observó las caricias que le regalaba a aquel humano asquerosamente dulce, que la miraba como si fuese la única hembra viva del mundo.
A veces se encontró suspirando y con un terrible agujero en el estomago, viendo estas declaraciones de amor en toda regla.
-¿Y entonces donde viviréis cuando Jo se vaya contigo?. Reneé ya se habia bebido mas de media botella de vino y a duras penas podia enlazar una palabra con otra.
Bella la miró apenada e intentó quitarle la copa que aun descansaba en su mano.
-¡No! ¡Ni te atrevas! .- Reneé; gritó a su hija colérica y sus ojos salieron de sus orbitas como si fuera una demente.
Bella saboreó sus labios con la lengua y notó como el nudo que atenazaba con romper todas las barreras de su cuello, iba a explotar de un momento a otro.
-Nos iremos lejos.- dijo tajante Edward; mirando con intensidad a Reneé.- Quizas nunca mas, vea a su hija.
Reneé, apoyó la cabeza entre sus manos y revolvió su cabello bruscamente.
-Mi hija…Josephine…- comenzó a sollozar.
Bella miró a Carlisle con los ojos abnegados en lagrimas.
Alice miró a Bella y se mordía el labio inferior; ya habia tenido visiones sobre aquella cena….
Y Edward miraba a Josephine, que a su vez ésta, miraba a su madre con un brillo de satisfacción en los ojos…como si supiera lo que iba a venir después de aquello.
-¡Ya podias haber encontrado a Isabella y no a mi Josephine…..! ¡Maldita!.-, el rostro de Reneé, rojo y desgarrador se puso a breves centimentros de los de su hija pequeña.- ¿Por qué tienes que ser tú y no Josephine la que se quede conmigo?
Bella se levantó y por primera vez en su vida contestó a su madre con la verdad; por muy dolorosa que esta fuera.

-La verdad de todo esto es que yo te amo mamá; y pienso en ti sobre todas las cosas.
Reneé se acercó mas ,escupiéndole casi en el rostro al hablar.
-¿Quieres decir que mi hija no me quiere?
-Estoy segura que Jo, no sabe lo que es amar a nadie. No se quiere ni a si misma.
Silencio.
La mano de Reneé se alzó y no llegó al rostro de Isabella.
Llorando y acobardada levantó la mirada y se encontró con los frios ojos de aquel hombre que se decía novio de su hija: Edward.
Continuará….

jueves, 5 de mayo de 2011

My Love Is Over

La puerta de la habitación no estaba totalmente cerrada….y allí estaba Edward, con los labios fruncidos en una expresión que no supe descifrar y el cuerpo tenso.
-¿Qué mierdas haces ahí como un pasmarote Cullen?¡ Largo!.- le grité; mientras caminaba hasta la puerta e intentaba cerrarla. Sus fuertes manos me lo impidieron y me encontré en una desastrosa situación; con Edward, vestida de guerra y en mi habitación.
-Llevas razón.- susurró con la voz pastosa; casi ronca, mirándome como un poseído.-No sé lo que hago mirándote como un pasmarote…- alargo su brazo a mi cintura y antes de que me diera cuenta sus labios abarcaron los míos en un beso voraz….
MY LOVE IS OVER
-Capitulo 8-


Muy lejos de ser un beso tímido; sentí como la boca de Edward apresó la mía a cámara lenta…todo me pareció muy lento; casi mágico.
Aparté aquella loca idea de la cabeza y sin cerrar los ojos ví como sus rasgos, usualmente en tensión delante de mi persona; se suavizaban y sus facciones se relajaban.
Buscó paso entre mis dientes para capturar mi lengua y en el momento que la rozó, sentí algo extraño. Mis ojos se cerraron automáticamente; como si mi cerebro quisiera embriagarse de aquel momento tan sensorial.
Noté como sus manos se aprisionaban mas en mi cintura y me deleité de un ligero vaivén de sus caderas.
Estaba presa de algún tipo de embrujo que no tardó en desaparecer…
…Mis miles de neuronas aquejadas por el asco a Edward Cullen comenzaron a mandar señales a mi cerebro…aquello no podia ser. ¡Era de autenticos locos! ¡Yo odiaba a Edward Cullen y la cuestión era….que era reciproco!
Desenredé mi lengua de la suya e interrumpí un sensual jadeo que brotaba de sus labios….todo hay que decirlo: maravilloso.
Nos quedamos mirando un momento a los ojos; y entonces todo volvió a ser como era….
Mi mano fue hacia su rostro y él la interceptó por el camino. Elevé la rodilla, por mero reflejo, y le asesté un buen golpe en sus partes nobles y magníficamente bien dotadas; dado el duro miembro que palpé con mi duro hueso de la rótula.
Siseó algo entre dientes y se encogió cerrando los ojos de autentico dolor (debo suponer).
-¿Cómo te has atrevido a hacer una cosa asi? ¡Largo de esta habitación; Cullen! ¡Te lo exijo!
Dí dos pasos hacia atrás y cogí unas de las mantas de cachemira con las que me tapaba por las noches. Me cubrí.
Al tiempo que Edward se enderezaba; pude ver sus mejillas encendidas y sus labios hinchados de aquel beso.
Llevé mi mano a los míos y los rocé; también estaban hinchados y casi adoloridos; pero era grato, casi placentero.
-Debo de estar loco.- sentenció; antes de darse la vuelta y salir por el umbral de la puerta, agitadamente.
Me senté en la cama y suspiré. ¿Por qué Edward me habia besado?
Miré la puntilla del body sexy que llevaba puesto y suspiré; encontrando rápidamente la solución al enigma.
Edward se habia puesto cachondo viéndome como una conejita del playboy….si; claro, como aquella que colgaba de la pared de su habitación; como si fuera aquel adolescente hormonado de hacia unos años……..
Me quité los zapatos y me dirigí hacia el lavabo; allí hice trizas aquella prenda y me duché intentando borrar las caricias de Edward por todo mi cuerpo.

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Edward Pov

Habia sido delicioso estar dentro de Bella….
…aunque era solo su boca; me habia sentido como en casa.
Sólo me faltó ver lucecitas y toda esa clases de cosas que uno vé cuando el beso es formidable.
Toqué mi falo mientras que cerraba la puerta de mi habitación suavemente.
Claro que las lucecitas las veía mi polla, cuando la vió de semejante guisa.
El corazón se me paró en el acto y no pude hacer otra cosa que sentir mi polla moverse en dirección ascendente y notar un leve cosquilleo en mis cojones.
Me habia empalmado hasta el dolor viéndola a ella…a Bella Swan.
¿Cómo decir que Bella Swan forma parte de mí como mi corazón?
Ni yo mismo entendía aquello; pero asi lo era.
El problema era ella….nunca me vió realmente como un chico con el cual pudiese relacionarse.
Siempre me vió como el niño rico ubicado en Forks….
….nunca me dio ni una sola oportunidad para conocerme. Nunca.
Siempre prejuzgado…siempre.
Claro que quizás yo tenga parte de culpa después de aquella fiesta e cumpleaños…..si; la fiesta en la que Alice invitó por primera vez a Bella.
-He invitado a una chica nueva a tu cumpleaños Edward….es hija del exjefe de policía Swan.- Alice me miraba desde la puerta, mientras yo intentaba enderezar la primera corbata que me habia puesto en la vida.
-Muy bien Alice. ¿Y que?.- La miré por el espejo y ví como hacia un mohín, de aquellos suyos.
-Pensaba presentártela. Es muy bonita.
Alcé una ceja y sonreí.
Habia visto un par de brazos intentar contener a Alice; mientras ésta hablaba y supuse rápidamente que debia de ser la chica a la que Alice quería que conociese.
Se escapó una carcajada por mi boca y giré mi cuerpo para dar paso a mi hermana.
Abrí totalmente la puerta y allí escondida detrás del cuerpo de Alice, se hallaba una chica de cabellos castaños; con la cabeza escondida.
-¿Y bien; Alice? Si no le dices a tu amiga que enderece el rostro no podras presentármela.
Me lo estaba pasando de aúpa.
Me encantaba ver y sentir la reacción que producia en las mujeres de todas las edades; aquello era adrenalina para mi ego. No perdí la sonrisa y toqué la mano de la muchacha para infundarle un poco de valor.
Ella retrocedió y subió el rostro para encontrarme con los ojos mas maravillosamente tentadores que habia visto en mi vida.
Trastabillé un poco por la impresión y un jadeo involuntario, por la sorpresa se escapó de mis labios.
-Es Isabella Swan, Edward. Es mi amiga.- Mi hermana recalcó aquello con una obviedad apabullante. Era como decir, “esta totalmente prohibido que te acerques a ella en plan seductor”
-Hola Isabella.- logré decir, cuando encontré mi voz.
-Bella.
Me encantó su voz; fue como música para mis oídos y casi cerré los ojos complacido.
-¡Edward!
La voz de Mike Newthon me sacó de la abducción a la que estaba siendo sometido y despegué a regañadientes los ojos de aquella carita de pura rosa.
-Mike….
Miró a Bella y la evaluó lentamente con la mirada.
Pude ver el vestidito de volantes azul marino de terciopelo que llevaba puesto…parecía una muñequita.
Sus pies estaban tapados por unas también azules manoletinas y su cabello lo semirecogia una finísima diadema también del mismo tejido.
-¿Gallinita nueva en el corral, Cullen?
Ella lo miró con gesto de horror y luego miró mi rostro; interrogante.
-No Mike. Es amiga de mi hermana.
Mike soltó una gran carcajada y acarició levemente el cabello de aquella deliciosa jovencita de ojos marrones.
-Cuando tengas unos años mas ….seguro que la ves en posición vertical y jadeando….
Alice sujetó la mano de Bella y corrió hacia las escaleras horrorizada.
-Eres muy cruel, Mike.- apreté la mandibula con fuerza y no le dí un puñetazo porque no quería echar a perder mi fiesta de cumpleaños.
-¿Es mentira o que? Me han dicho que esta semana le ha tocado a Jessica, la semana pasada le tocó a Lauren…. Si sigues asi, te follaras a todo Forks antes de las navidades….hay que ir pensando en las jóvenes promesas. Esa chica va a ser una belleza potencial…diferente; pero presumiblemente muy, muy follable.
Apreté los puños con fuerza y cerré la puerta de mi habitación caminando por el pasillo sin prestar atención a la palabrería del tal Newthon.
-¡Eh! ¡Edward, espera!.- oí su reclamo pero no le hice ni puto caso.
Tomé las escaleras y bajé con paso ágil.
Menuda fiestecita me habían organizado…
El próximo Septiembre ingresaría en la Universidad y eso era todo un acontecimiento.
Volveria al acabar los semestres; y ya nada seria como antes.
Pude oir a mi hermano Emmet gritar y sofocar un grito con mi nombre al bajar las escaleras.
Reí y me sentí mas importante de lo que era….muy importante.
Papá y mamá no estaban ; nos habían dado carta blanca para “ casi todo” y siempre podían preguntarle a Alice; ya que nosotros nunca haríamos nada que hiriese la sensibilidad de nuestra hermana pequeña.
Busqué con la mirada a mi hermana y a su linda compañera…pero no me dio tiempo a terminar la búsqueda.
-Edward….
Aquella era como decirme “Estoy caliente; fóllame”
Era Jessica; la de turno. Pero en realidad allí se hallaban todas…mirándose con una ira infinita….¡Ji! todo por mí.
-Hola nena.
Sus labios buscaron los míos, y con un deseo turbador succionó mi lengua, invitándome claramente a una buena chupada.
Una sonrisa lujuriosa apareció en sus labios al despegarse de los míos, alzó una ceja y acercó a una muchacha joven, que se hallaba allí seria y terriblemente colorada.
-Mira. Esta es Angela Webber y….
Se inclinó hacia mi oído y su deseo me hizo abrir los ojos como platos.
-¿Estas segura?
Jessica miró a su amiga y ensanchó mas su boca, si cabía.
-Totalmente.
Tragué en seco y pensé algo rápido.
-Sube a la habitación de invitados después del brindis; con tu amiga….- me relamí los labios.- lo pasaremos bien.
Ella se acercó nuevamente y acarició con energía mi verga dura y envenenada con el deseo de sus palabras.
Miré hacia el resto de los invitados, para ver si alguien se habia percatado de aquella caricia consumada de Jessica.
Y allí estaban; los de ella.
Sus ojos habían adquirido un duro matiz y elevó un poco su labio; aquel labio lleno y hermoso, en una mueca de repulsión.
Sentí mi rostro arder, bajé mi mirada aturdido y avergonzado.
-Edward…ven; quiero presentarte a alguien.- Eric y Tayler me cogieron de un brazo y me llevaron con ellos. Lo agradecí e intenté no pegarme mas a una mujer en toda la noche.
Despues del brindis tendría la oportunidad de hacer aquello que me habia expuesto Jessica……
………………………………………………………………………………………………………………………………

-¡Un brindis por el medico que va a desembragar mas,en Yale!
Alguien dijo ¡Bestia, hay oídos vírgenes por aquí!
Me reí e intenté no buscar con la mirada a mi hermana y su amiga.
Brindamos todos y entonces caminé hacia la habitación de invitados.
Cuando abrí la puerta; tiré la chaqueta al suelo ensimismado.
Jessica ya habia comenzado a desnudar a Angela . La estaba besando y acariciando; mientras que la morena echaba hacia atrás la cabeza y gemía.
En aquella camita de noventa centímetros aquellas dos putitas se retorcían devorándose la una a la otra.
Jessica me miró en el momento que acariciaba con su lengua el clítoris de la que se hacia llamar Angela y me hizo un gesto para sumarme a la fiesta.
Quité mis ropas con nerviosismo y erecto como estaba puse mi falo a la altura de la boca de la morena que gemía como una puta gata en celo.
Fue la mamada mas impresionante de mi vida.
Y también la follada…por delante, por detrás, a una a otra….pensaba que me iba a morir de gusto; cuando me cansaba de un coñito; pasaba al otro, para embriagarme de nuevo en el placer. Exploté varias veces y rendido las mandé a paseo mientras me estiraba en la cama con una sonrisa de lobo…¡Menuda despedida!
A tientas busqué los calzoncillos por el piso y al no encontrarlos; prendí la luz.
Me los puse y volví hacia el catre deshecho….
Dí un respingo al ver una sombra escondida detrás del armario.
-¿Quién coño eres y que haces ahí?
Tragué en seco.
Los golpes en la puerta me hicieron dar un respingo.
-¿Edward?.- la voz de Alice me hizo llevarme las manos al cabello y desordenarlo mas de lo que estaba normalmente.- ¿Has visto a Bella?
Cerré los ojos lentamente y comprendí.
- Se ha empezado a encontrar mal y le he dicho que se quedara a dormir…debería estar ahí dentro. ¿Edward?
-No aquí no está. Quizas la haya llevado alguien a casa de su padre, Alice….
-Bien; esperaré mañana para llamarla.
Antes de llegar al armario ; ella dio un paso hacia delante y ví su rostro.
Estaba lleno de lagrimas y ruborizado hasta la raíz de su cabello.
-Debiste avisar.- comencé.
Achicó los ojos y caminó rápidamente hacia la puerta. La cogí del brazo antes de que girara el pomo y me apoyé sobre ella.
-Dejame salir….
-Alice piensa que estas con tu padre en tu casa. Tendria que llevarte.
-Prefiero irme andando…
Me reí…Charlie Swan vivía muy lejos de mi casa.
-Vives a 15 minutos en coche; es muy tarde, tu padre se asustará.
-No. Dejame marcharme.
-Oye…lo que has visto u oído…
-Quedará grabado en mi hasta que me muera…pero no te preocupes; no le diré nada a nadie…si es eso lo que te preocupa.
Solté un bufido, dejando escapar el aire; completamente relajado.
-Gracias.
Quise acariciarle el rostro y ella palmeó mi mano; con una viva mueca de repulsión.
-No te atrevas a tocarme. Me das asco. Eres repúgnate.
Aquello me hirió y me acerqué aún mas a ella.
-¿Tan ingenua eres? ¿Qué no sabes lo que pasa entre un hombre y una mujer?.- alcé una ceja interrogante .
Apartó su mirada de mí y buscó el giro apropiado para abrir la puerta.
-Me quiero largar. Ya.
La miré; me habia ganado el odio de aquella muchacha para el resto de mi vida.
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No volví a ver a Bella Swan , depues de mucho tiempo después.
Mamá necesitaba alguien que la ayudara en la casa y yo estaba finalizando la carrera.
Ya estaba liado con Tanya y cuando la ví saludar a todos los miembros de mi familia con efusividad excepto a mi; todo me quedó bien claro. No habia olvidado aquello.. después de cinco años, todo seguía igual.
Todo menos ella; sus formas se habían vuelto mas voluptuosas, su cabello estaba mas largo y su rostro se habia vuelto el de una mujer extremadamente bella…..
….Continuará…..
Chicas ¡Que?
Jejejejeje¿les gusto? Espero que siiii!!!!

martes, 3 de mayo de 2011

Plugged

Túuuuu!.- rugió, mirándome a los ojos con su mirada nadando en la ira.
Mis ojos se abrieron como platos y como acto reflejo los achiqué, torciendo la boca.
No podia ser verdad; joder…no….
-Llevo un maldito mes sin poder dormir; por tu culpa, Edward Cullen. No digo que no folles; pero por lo menos tapa la boca de tus amiguitas para respetar el descanso vecinal….conmigo lo hacen….
Me giré en redondo y caminé hacia mi habitación, cerré la puerta con tranquilidad y suspiré.
Era victima de aquel hombre por todos los frentes.
En la oficina…
En mi propio hogar…
Al recostarme, vino a mi mente el enorme paquete del semental Cullen y sonreí….
Aquella noche, dormí como hacia tiempo que no lo hacia…
Por lo menos el maldito, respetó mi sueño….
…aunque dudaba mucho que pasara otro dia mas trabajando en Cullen Ltd.
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PLUGGED
Capitulo 5
Aquella mañana a levantarme, me dispuse a tener en cuenta mi aspecto.
Sabia a ciencia cierta que Edward Cullen tendría la carta de despido en la mano y lista para ser firmada.
Mientras me daba una ducha; me calenté la cabeza pensando en la reacción del abuelo y la de Jacob.
¿Pero era tan obstinado el destino? ¿Por qué no podia desprenderme del odioso de mi jefe, ni por las noches?
Bufé mientras secaba mi cabello y me ponía las medias; no sin antes propinarme un golpe con el radiador del lavabo en la rodilla.
Me cagué en todos los muertos del arquitecto que tuvo que ponerlos allí y me calcé los tacones de hebilla que habia comprado semanas antes.
Tras coger un taxi y caminar por el vestíbulo de la empresa; casi me quedo anclada en las dos colosales letras ornamentadas “C&V.Ltd” que habia inscritas en el centro del vestíbulo.
Pude ver el perfil de mi abuelo, caminando con un hombre rubio, bien parecido y con una bella mujer que sonreía como si estuviera en un anuncio dentífrico.
Anclada, paralizada, shockeada….
Esperé a que alcanzaran el ascensor y respiré hondo unas diez veces.
Mi vista fue hacia el mostrador de información y pude ver como los ojos azules y enormes de Jane me miraban con fijeza; pude distinguir una pequeña sonrisa en sus labios y me acerqué a ella pareciendo indiferente.
-Hola Jane…
La muchacha se apoyó en el mostrador y acercó su rostro hacia el mio.
-Eres como un libro abierto; Bella. He visto la sombra del terror al ver a los jefes…no te preocupes. Hay junta de accionistas. Es por la venta de Shioquin. Parece que todo es mas complicado de lo que se esperaba.
Negué con la cabeza. Todo en Shioquin estaba bastante controlado. Era mi trabajo y no habia saltado ningún tipo de alarma con aquella empresa.
-¿Quiénes eran?.- pregunté intentando parecer tranquila.
-La señora es la esposa de Carlisle Cullen; el hombre rubio y alto. El anciano que los acompañaba es Aro Vulturi; la otra parte asociada, es tan importante como el señor Carlisle. Quizas los conozcas hoy, se van a pasar por todos los despachos.
-Hum.
-¿No pareces muy ilusionada?.- Jane achicó los ojos y me evaluó con su mirada de no haber roto un plato en su vida.-¿Algun problema, Bella?
-No. De momento.- mentí.-Bueno voy hacia arriba; antes de que llegue, tú sabes quien.- giré mis talones y alcancé el elevador en un segundo.
Mientras las puertas se cerraban miré mi aspecto en el enorme espejo del ascensor. Tenia un aspecto magnifico; gracias al sueño reparador de aquella noche y al traje de chaqueta azul marino entallado.
Me giré en seco al ver unos fuertes brazos que sostenían las dos puertas intentando abrirlas.
Las puertas se abrieron parcialmente y la persona en cuestión entró.
Menuda suerte la mía….
-Buenos días….- su voz algo melódica, llegó a mis oídos como el sonido de los angeles. Vaya…parecía que aquella mañana aquel jodido hijo de puta estaba de buen humor.
-Buenos días.- espeté sin mirarlo y alzando la barbilla.
Tragué en seco por la situación en la que me encontraba y apreté el malentin que descansaba en mi mano derecha; me sudaban las manos. “ Bella tienes todo bajo control; no dramatices”
-¿Has dormido bien?.- noté claramente la mofa en sus palabras y me giré para alzar la cabeza y mirarlo a los ojos.
Las palabras se quedaron atoradas en mi garganta y tuve que intentar no hiperventilar allí mismo.
Vestia de una manera casual; parecía mucho mas joven que con aquellos trajes confeccionados a medida. Las jodidas Rayban descansaban en su cabeza y habia un brillo especial en sus ojos. Su boca me sonreía, enseñando todos sus perfectos y blancos dientes.
-No es su problema.- dije alucinada por su belleza. Se podia decir que aquella mañana Edward Cullen parecía un estrella de cine.
-Yo diría que si, es mi problema.- dijo rascando deliberadamente su mandibula fuerte; dominante.
Las puertas del ascensor se abrieron. ¡Gracias a Dios! Y salí en estampida, adelantándolo con aquellos tacones de vértigo que parecían tener vida propia y hacérmela imposible.
Me resbalé a medio camino y no me estampé de morros contra el suelo porque alcancé una fuerte columna y me sujeté en ella.
Pude oir perfectamente una risilla petulante pasar por mi lado; el maldito se moria de la risa por mi incapacidad de ir en tacones.
Alcé la cabeza nuevamente y respiré con fuerza.
Anduve hacia el despacho de manera regia; procurando no meter la punta de los zapatos en las juntas de las baldosas; porque seguro que también tendría que agarrarme a las paredes como una maldita garrapata para no caer.
El vigilante me dio la bienvenida y pasé al despacho que compartía con Tanya.
Allí estaban los dos…..y parecía que no iba a empezar con muy buena nota el dia de hoy.
-Sabes que es importante para mi; Edward. Me lo debes.- Tanya hablaba con Edward de igual a igual, e incluso pude ver un atisbo de ira en sus ojos. Estaba enfadada. Me miró un momento.- Hola Bella.
-Hola.- susurré.- Me iba a comer una de aquellas conversaciones de solo para dos….por la puta cara.
Quité mi chaqueta y la colgué en el perchero ; como si estuviese sola en el despacho. Me senté en mi mesa y puse en marcha el portátil…
-Sabes que la quiero. Pero no estoy por la labor de hacerme cargo de la niña…no ahora….- su voz sonaba algo baja; pero pude escucharlo todo a la perfeccion.
-No hagas que te patee el culo; Edward. Elizabeth, es tan hija tuya como mía. Ser padre no es asignar una pension al mes y descartar otras cosas…
Me quedé a cuadros…Tenian una hija en común…
-En una semana yo también salgo de viaje. No me puedes dejar tirado. Sabes que te necesito…
-Eres un egoísta de mierda, Edward. Yo te estoy hablando de Elizabeth , y tu me sales con el trabajo…siempre con el trabajo….me da igual lo que pienses hacer. Me debes tres semanas de vacaciones y estoy en pleno derecho a cogerlas. Me marcho en dos días. Tú te quedaras con Elizabeth. No está muy entusiasmada con la idea; pero al fin y al cabo eres su padre y te quiere…no sé porque ; pero te quiere.
Hubo un silencio prolongado, y carraspeé. ¿No podían marcharse al despacho de él a solucionar sus problemas domesticos?
-Pasate por mi apartamente esta noche. Entonces hablareremos.- dijo algo mas duro.- Tú; Isabella.- El imperativo de aquella orden, me puso de los putos nervios.
-¿Sí?.- le contesté; mirando la pantalla del ordenador.
-¿Tienes el pasaporte en regla?.- preguntó hosco, malhumorado.
Giré mi rostro para mirarlo y achiqué los ojos.
-Si. Por supuesto. ¿Por qué?
-Me basta con saber que lo tienes en regla.- dijo despectivo.- Ahora señorita Platt, haga el favor de pasar a mi despacho, tengo algo que solucionar con usted…en privado.- Habia algo empalagoso en aquella invitación que me hizo enervarme de una manera incontrolable.
No pude contener mi lengua.
-¿No esta contento con mi trabajo, señor Cullen?.- le dije alzándome de mi silla y encarándolo abiertamente.
-Venga a mi despacho.-siseó entre dientes y abrió la puerta continua; para darme paso.
Caminé hacia ella con paso lento y cuando ya estuve en su despacho, me giré para contemplar como tiraba suavemente de la puerta y se dirigía lentamente hacia su mesa.
De una manera completamente informal; se sentó en la mesa y me dirigió una mirada triunfal…aquello me olia muy, muy mal…
Levantó una mano; muy teatralmente y sonrió el muy descarado.
-Prometo tapar la boca de mis amantes; no quiero que mis empleados no rindan lo suficiente. No tenia ni idea que eras tú la solterona frígida que vivía en el departamento continuo.
Mordí mi lengua y decidí , seguir haciéndolo…
- Ha sido una sorpresa…agradable, creéme. Cuando necesites, cualquiero cosa.- su voz fue cambiando de tono; haciéndola mas sugestiva y agradable, casi una promesa sensual.-,ázucar, huevos…leche…¿los vecinos hacen eso, no? Ese apartamento ha estado vacío siempre…nunca he tenido que preocuparme por mis excelentes artes amatorias….- se rió levemente y yo me sentí al limite de estallar.- y de tampoco de contener a mis chicas…
-¡Eres un cerdo!
Sus cejas se alzaron y su boca se abrió levemente.
Tardó unos segundos en recomponer su rostro; se levantó de la mesa y caminó hacia mi con una mirada que me hacia estremecer.
Unos golpes en la puerta, me salvaron y carraspeó severamente para responder; alzando levemente la voz.
-Pase.
Me quedé empotrada en la pared; al ver a las tres personas que habia visto en el hall. Queria desparecer en aquellos momentos. Giré sobre mis talones lo mas despacio que pude y cogí el pomo de la puerta para intentar escabullirme de aquello victoriosa.
-¡Bella!
La voz de Jake, me hizo poner los ojos en blanco y volverme para ver cuatro rostros que me sonreían de manera tierna.
-Hola Jake…
Mi abuelo me miró de arriba abajo y luego sonrió orgulloso.
Carlisle Cullen, su esposa y Jake sabían perfectamente quien era…pero Edward…
-Hola Bells…- miró a Edward y lo saludó con camaradería.- Hermano….
-Ella es mi segunda secretaria de dirección.- dijo Edward en tono cansado, sentándose en su enorme silla de piel.- ¿No es la junta a las cuatro, que haceis aquí tan pronto?
-Eres un impresentable. Edward.- la voz de la madre de Edward parecía salida de una de aquellas películas antiguas. Perfecta.
-Mamá….- siseó entre dientes.- Haz el favor de no desprestigiarme frente a mis subordinados.
Miré al el abuelo y pude ver la vena de su frente palpitar…se estaba cabreando. ¡ji!
La mano de Jake asió la mía y en un gesto de lo mas jovial se volvió hacia Edward.
-¿Me prestas a Bella unos minutos, Edward?
Pude ver el ceño marcado de Cullen, y su mirada se posó en mis ojos.
-No. Lo que tengas que decir díselo aquí. La necesito ahora.
-Bien.- Jake pareció no importarle aquello.- ¿Quedamos esta noche? ¿Pizzas? ¿Comida china? ¿Qué prefieres?
Una idea colapsó en mi mente como un meteorito.
-Cualquier cosa Jake. No importa.
-Estupendo. Dame tu dirección.
-Si quieres te la doy yo.- la voz de Edward, hizo que nos volviéramos ambos y lo miré con un destello de ira en mis ojos.
-Tiene el departamento en el mismo edificio que yo, Jake.- dijo muy pagado de si mismo.- Pared, con pared; para ser mas exactos.
-Maravilloso.- dijo Jake, con una sonrisa de oreja a oreja.- Lo pasaremos bien. Seguro.
Lo imité, tenia un plan maravilloso para aquella noche.

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-¿Y dices que no te ha dejado dormir en un mes?.- Jake comenzó a carcajearse y yo; que no le encontraba la gracia por ningún lado, hice un mohín de disgusto.
-Esto es serio Jake. Es horrible y terriblemente vergonzoso, ser participe de ese tipo de cosas sin quererlo. De verdad….
Jake me ofreció su mano y caminamos hacia mi habitación. Puso uno de sus oídos en la pared y alzó una ceja.
-Parece que no se oye nada.
-Es pronto para el festin.
Él miró el reloj.
-Me pregunto cuando descansa…..
Me acerqué a Jake con total confianza y lo agarré por la cintura.
-Oye…¿me ayudarías a vengarme?
-¿A vengarte? ¡Oh, Bella, eres cruel! ¿Qué estas pensando?
El rubor tiñó mi rostro y bajé la mirada. Jake alzó mi barbilla con sus dedos y miró mi boca; mas serio de lo que lo habia visto jamás.
-Quiero que tu hermano pruebe su propia medicina…
-¿Quieres que hagamos el amor…Bella?.- el sonido ronco de la voz de Jake, me paralizó y dí dos pasos hacia atrás para separarme de él.
-No…tonto.- sonreí, intentando parecer indiferente.- Podemos gritar, zarandear el cabecero de la cama…gemir.
Esperé la reacción de Jake, sin respiración.
Pero atropelladamente, fue emitiendo carcajadas cada vez mas altas, al comprender.
-Ok…Bella….¿Es buena hora para esto?
-Estupenda.- sonreí.- mirándolo complice.
-Pues venga. Vamos a gemir y a mover la cama; te aseguro que Edward, no dormirá en unas cuantas horas…..
Continuará…..