martes, 28 de junio de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.
No puedes ser! ¡No puede ser!...¡Maldito insensato! ¿Qué significado tiene para ti que quisiese invocar al demonio Himrum; joven Jasper?
-No tengo indea. Mi señor.
-Esta bien. Libraremos una dura batalla para organizar de nuevo a las almas. Tú me ayudaras. Ahora dejame solo. Mi lacayo te llevará junto a mi ejercito. Buena suerte joven Jasper.
-Gracias mi señor.- Jasper hizo una reverencia y marchó con paso seguro detrás de uno de los criados del rey.
Con la mente puesta en su hijo; clamó con ira muda el nombre de su hija Alice y al cabo de breves segundos su pequeño cuerpecito ya estaba presente.
-Padre.
-Hija. Hija mia. Ha ocurrido algo horrible…
Alice avanzó hacia su padre y lo abrazó con fuerza.
-Yo tampoco tengo buenas noticias padre. Bella quiere entregarse a otro hombre. Si Edward no se da cuenta que es su hembra, esta misma noche ella….
-Edward…hija… Edward ha sido llevado al otro lado por Himrum…
Los ojos de Alice se abrieron como platos.
-No entiendo….
-Edward lo invocó. No me preguntes porqué. Pero lo hizo. Y se lo ha llevado. El tapiz estaba al revés…creo que ha sido una treta de los Denalí. No estoy seguro de ello pero….
-¿Entonces?
-Siete años. Alice. Deben pasar siete años antes que Edward regrese. Aunque el tiempo para él no tendrá ese marco…serán siete años terrenales…
-Bella….
-No. Algo haremos….¿Dónde esta mi futura hija, ahora mismo?

Alice miró a su padre a los ojos profundamente.
-Conduciendo hacia las afueras de Forks. Hacia la casa del mortal……
Continuará….
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.-Capitulo 13.-


Aro se llevó las manos a las sienes y estuvo unos segundos con los ojos cerrados.
Alice intranquila; aprisionaba el labio inferior en sus dientes; un gesto que habia adquirido de su “ hermana y amiga”, Isabella Swan.
-Déjalo todo en mis manos; Alice. Ahora ve detrás de tu hermana. Vigílala y dejala que se apoye en tu hombro cuando sucumba a su dolor. Ya todo esta escrito y esto debia de ocurrir. No tengo la menor idea de porque Edward fue en busca del alma de Himrum.- Aro buscó el espacio infinito en una columna del gran salón y torció el labio en una mueca de repulsión.- Himrun fue el principal culpable del abandono de tu madre. Cuando Eleazar lo confinó a la mina de almas, pensé que habían acabado los problemas..y ahora esto….
-Himrum es el demonio del odio profeso, padre….¿Que debia buscar Edward clamándolo?
Aro miró a su hija con insistencia.
-La verdad; Alice. Tu hermano ama a esa humana mundana y perra; pero no puede negar el influjo al que se somete cuando esta cerca de Isabella. Su alma inmortal la ama. Sabe que ha encontrado su otra mitad y le clama la verdad…pese a ser un demonio y estar dominado por la maldad, es fiel a su convicciones. No quiere dejar de amar a la mujer que cree suya...
-¿Quieres decir que …?
Aro asintió con la cabeza.
-Él quería odiar con toda su alma impura a Isabella….creo que por eso invocó a Himrum..
Alice paseó para alcanzar a su padre y lo abrazó apoyando su pequeña cabecita en el pecho de él.
-Como puede estar tan ciego…padre…
-Deja que el tiempo pase…quizás todo esto sea lo mejor para todos…
Alice alzó el rostro y observó los ojos color carmín de su progenitor.
-¿No has escuchado nada de lo que he dicho padre?
-Si hija. Y puedes tener la certeza de que lo que temes. Nunca sucederá.

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7 AÑOS DESPUES…….



-Estoy harta de la Chevy. Bella. ¿No seria hora que te desentendieras de ella?
-No.
Alice corría detrás de la mujer organizada y esplendorosa en la que se habia convertido Isabella Swan.
Despues de haber accedido a que Alice le ayudase a pagar sus estudios universitarios. En la actualidad no podia quejarse de los beneficios que estaba obteniendo su negocio.
Nadie habia dado un dólar por aquella idea..sin embargo el padre de Alice; un dia, después de salir de la ultima sucursal del banco que le denegó el crédito, se tropezó con ella y la invitó a un café.
Aún se preguntaba como pudo acceder a aquello.
-Sé que lo haras bien. Confio en ti y en tus intereses que son los míos.- le dijo él.- Si el amor propio te impide no dejar atrás este favor, permitiré que me vayas pagando a plazos el crédito de tu muy astuto negocio….
-Gracias. Asi lo haré.
Isabella siempre recordaba los ojos demasiado rojos de Aro.
Se estremecía al recordarlos y los vellos se le ponían de punta.
El dinero de Aro para la agencia. La astucia de Alice y la preparación de Bella, fue un bálsamo cuidadoso para la eclosión en el mundo financiero de las agencias de contactos.
Bella era feliz viendo como miles de chicos y chicas; llenaban folios blancos con su perfil y su foto para encontrar su media naranja….
Quizás aquel anhelo era un fallo en su sistema. Algo que ella nunca podría tener.
Porque el hombre que amaba; el único hombre en su vida era el marido de su hermana. Carlisle Cullen.
Encendió el motor de la Chevy y sin mirar a Alice, condujo hasta la pequeña casa que un dia habia sido la suya.
Actualmente eran mejor que unas hermanas; ya que con su hermana real, le era una total desconocida…y la odiaba. La odiaba con toda su alma. Josephine le habia quitado a Isabella lo que debia de haber sido de ella.
Pero todo cambió aquel dia que abandonó su casa con el utilitario de Reneé; ya que su Chevy habia desaparecido.
Iba a entregarse a Carlisle y se extrañó al encontrar en el césped magullado de la entrada de la casa de éste, su furgoneta mal aparcada.
Lo siguiente era algo que nunca podría olvidar…
…el cuerpo desnudo de Jo y las embestidas furiosas de aquel al que ella habia pensado entregar su virginidad…
Apresada entre la pared y el cuerpo bien formado de Carlisle. Bella creyó morir al ver aquel espectáculo por una de las ventanas que se disponían en el exterior.
…. Volvió a su casa sin decir nada a nadie y con la esperanza de que aquel sombrío hombre de ojos verdes y cabello cobrizo volviese en busca de Jo y se la llevara bien lejos para poder recuperar a Carlisle. Pero aquello nunca ocurrió y ahora Carlisle era el marido de Jo y tenían dos hijos que eran encantadores.
Los dos habia heredado el cabello color miel de Carlisle y su bendita sonrisa y eso a Bella la mataba lentamente.
El matrimonio vivía con su madre; en una felicidad que conocía limites, Reneé, les hacia de criada y de nanny cada vez que a Jo le venia en gana.
Siete años..siete años y Bella seguía amando a Carlisle con una intensidad que ni ella misma comprendía.
Bien cierto era que durante aquellos años habia conocido hombres. Pero nunca, ninguno llegó a mayores con ella…su mente era del rubio y asi seguiría siendo.
-Hoy es el aniversario de Carlisle y Jo. ¿Estas segura que debemos ir?.- preguntó Alice sin mirarla.
-Si.
Monosilabos. Aquella tarde-noche, estaba destinada a mantenerse por monosílabos…duros y llagueantes monosílabos…..
Alice habia sido todo para ella. Pero Bella todavía no comprendia la desaparición de Edward de escena. Se suponía que debia de haber ido a buscar a Jo…a él también lo odiaba. Por no haber ido a buscarla, por haber dejado que todo aquello ocurriera. El maldito habia desaparecido y su hermana Alice, siempre respondía con evasivas cada vez que se sacaba el tema.
Al llegar a la explanada que se contemplaba antes de llegar a la casa de Reneé; Alice se tensó.
Algo demasiado conocido para ella cargaba el ambiente y dudó si desaparecer o mantenerse en la distancia por si algo ocurria.
Edward habia vuelto.
Habian pasado siete años y el demonio habia vuelto ha buscar a su amada Jo, que ahora era propiedad de otro hombre.
Bella se bajó de la chevy y miró a Alice interrogante.
-¿Qué?.- preguntó.
-Creo que se me ha olvidado dejar los partes de asimilación de datos en delegación…Bella. Dame las llaves. Necesito volver. Tú entra. Yo ahora vuelvo y te acompaño…
Bella se llevó una mano a la frente y negó con la cabeza.
-No puedo creerlo. ¿Me vas a dejar con los leones?
Alice rió con ganas y agarró de la mano de Bella las llaves usadas de la chevy.
-Recuerda que mi leona preferida eres tú.
-Permíteme que me ría Alice.
-En serio Bella. Ese traje de falda y chaqueta. El cabello acariciando tu espalda y esos ojos adorablemente tentadores y fieros cuando se lo proponen te hacen una autentica leona. No entres si no quieres. Espérame fuera.
Alice ya arrancaba y se marchaba..
-Pero entonces…. déjame que me marche contigo…..- balbuceó Bella.

El motor rugió nuevamente y Bella caminó hacia la entrada. Cerró fuertemente los ojos y suspiró.
Pero de repente notó un par de ojos de su espalda. Se giró y abrió mucho sus orbes color chocolate; al ver de quien se trataba.
-Edward….




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Edward habia vagado por el enjambre de almas que claudicadas; flotaban por el rio de Ades.
Pero el tiempo habia sido breve. Demasiado breve.
Su mente no habia adquirido aquel odio mortal que debia haber fabricado hacia aquella humana simple y callada que era la hermana de su amada Jo.
Podia oir las risas de Himrum y la frase que azotaba su cabeza. “ La verdad la hizo libre”
Edward sabia perfectamente que aquella frase iba dedicada a su madre.
La madre de Edward y Alice habia sido una mortal con muchas de las particularidades que Jo debia de tener para él.
Edward y Alice ya habían nacido cuando Himrun, enamorado de la esencia y la bondad de su madre; la informó de quien era el padre de sus hijos y los propios: Demonios.
Aquello la hizo huir. Nadie sabia donde…su dulce madre………….Desapareció.
Sabia que Himrum podia hacerle olvidar la esencia de Isabella Swan. Hacer borrar de su memoria su dulce silueta y el aroma provocativo de su cuerpo….
Pero deshecho ya de su embrujo y de nuevo en el lugar de partida; El recuerdo de su esencia ardía, como una llama latente en él.
Aunque también estaba Jo y el amor profundo que le procesaba…
Iria a buscarla.
Ella lo habría esperado.
Él, sabia que si.
Cuando se desmaterializó delante de su casa y vió la sensual figura que dudaba en el umbral de puerta de entrada, quiso abalanzarse sobre ella y quemarla de ardor…era Jo..no podia ser otra.
Aquellas formas y aquel cabello. Los gemelos endurecidos al llevar aquellos tacones y la falda adherida a sus caderas como una segunda piel.
La deseaba, la amaba, la esencia era magnifica y creyó morir. ¡Era ella! Isabella habia muerto para él….mordió sus labios porque si no la hubiera mordido a ella..
Pero entonces se giró y desapareció todo…
Aquellos ojos…
Aquella boca….
Todo habia cambiado para perfeccionarse y la miró sin reservas.
Embobado ante aquella mujer; escuchó su nombre…
-Edward…
La miró inquisidor.
-He venido en busca de Jo…
Entonces ella se abalanzó hacia él y comenzó a pegarle en el pecho y a llorar…
Maldiciéndolo y embriagándolo de su esencia maravillosa.
-¡Maldito! ¡Ahora no! ¡Ahora ya es demasiado tarde!
Continuará….

jueves, 16 de junio de 2011

Demon Prince

DEMON PRINCE.


La vision de Isabella desnuda en el espejo, balanceando sus pechos y tocando su cuerpo, anhelante, llegaron al patriarca de los Denalí con un terrorífico tormento.
-Comprendo tu anhelo; Principe. Te ofrezco cualquiera de mis mujeres para saciar ese dulce apetito que te embarga. Tú eliges.
Edward sonrió. Diabólico.
Su vista vagó hacia la castaña que lo miraba con ojos de deseo.
Cerró los ojos y la imagen de Bella lo veló.
Acabó haciendo de aquella demonio, una esclava en sus brazos.
Viendo los rasgos de la hermana de su amada en el rostro de la demonio que gemía entre sus brazos.
Edward se levantó de un saltó y vistió su cuerpo con las sencillas prendas que habia tirado en el suelo la noche antes.
Un sencillo suérter negro, unos pantalones del mismo color.
Sacudió la cabeza mirando el cuerpo que descansaba en su cama y salió de la habitación con el propósito de visitar las tierras Denalí. El segundo dia habia comenzado e iba a investigar como trataba Eleazar a los confederados que tenia en la mina de almas.
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Capitulo 12.

Desierto de Amenek. Tierras Denalí: Mina de Almas.
Segundo dia.


Los esclavos que Eleazar empleaba para explotar la mina de almas; eran demonios de bajo nivel que después de haber sido torturados y cumplir una justa condena; pasaban sus últimos días de calvario; protegiendo la vida de las tres brujas.
A lo largo de toda la historia demoniaca era bien sabido, que insurgentes creyendo tener aquellos derechos que los desmerecían, se habían apostado en las minas queriéndo llevar con ellos a alguna de las tres brujas que cortaban el hilo de la vida de algún ser mortal.
Las brujas se alternaban el único ojo que compartían y cuchicheaban entre ellas al ver un futuro incierto en cualquier individuo.
Se relamían gustosas con un fatídico final o se estremecían de pánico cuando en el ultimo momentos se redimían y pedían perdón al “ Gran Salvador” y él, los perdonaba de cada uno de sus pecados.
Las almas se guardaban en gruesas arcas, que eran movidas por los esclavos cada cierto tiempo.
Habia demonios que se alimentaban de ellas y éstas iban muriendo lentamente; teniendo plena conciencia de lo que les estaba ocurriendo.
Jasper Withlock; teniente confederado de la Guerra de secesión Estado Unidense, se llevó las manos a los ojos al ver la larga y estrecha figura vestida de negro que caminaba lentamente hacia el porteon de la Mina.
Sacudió el polvo de sus botas entre las rocas de Hierro rojo y ajustó el sobrero de ala ancha que le protegía el cabello.
Convertido en un demonio de bajo nivel. Su vida en las tierras Denalí era monótona y pausada.
Observó unos instantes el rostro del individuo que se acercaba a él con paso desgarbado y con las manos metidas en los bolsillos.
-Señor.- saludó Jasper.- No puede adentrarse en la mina. Las brujas están cortando. Llevan todo el dia haciéndolo. Por lo visto ha habido un temporal en Asia y ha devastado gran cantidad de terreno. Imaginese a lo que a almas se refiere.
El hombre; pareció no escuchar, y se andentró en el umbral.
Jasper se interpuso y llevó una de sus manos al sombrero. Lo tiró al humeante suelo rojizo.
-Se lo suplico. Sólo los altos mandos del infierno pueden adentrarse en este edificio. ¿Lo es usted?
Edward miró de arriba abajo a aquel ridículo personajillo y sonrió.
-¿No me conoces?.- le preguntó con sorna.- Es bueno saber que todavía existen demonios que no saben el rostro que tiene su futuro rey. Soy el primogénito de Aro. Edward I.
Jasper tragó con dificultad y plantó una rodilla en el suelo; bajando la cabeza con total devoción.
-Señor..yo lo siento. Señor. No sabia. No sabia que usted se prodigaba por estos lares…..
-No importa.- Edward hizo un ademan con la mano para que el demonio inferior se levantara.- Me agrada saber que eres un demonio apto para proteger a las tres brujas y las minas de almas.
-Gracias señor.- titubeó Jasper.- Es gratificante sentirse útil. Señor.
Edward analizó al tipo lentamente y asintió.
-Acompáñame. Deseo invocara a Himrum. ¿Crees que será posible?.-La boca de Edward se torció al pronuncias el nombre del demonio.
-¿Himrum?.- Jasper no pudo reprimir la mueca de horror.- Por lo que tengo entendido es el mas ferreo enemigo de su padre. ¿Por qué quiere hacerlo?
Una sonrisa cruel se abrió paso entre los labios de Edward.
-Quiero ver con mis propios ojos como se retuerce su alma. Eso si que seria realmente gratificante…
Jasper lo miró atónito y metió la mano en la puerta dando dos vueltas rápidas.
El gran porteón se abrió en dos lamas y ambos demonis pasaron uno al lado del otro; como iguales.

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Dos días antes de la partida de Jo.

La casa de Carlisle Cullen estaba apartada de Forks.
Era amplia y minimalista. Nada que ver con la casa de Bella y Jo.
Se retorció la manos inquieto. Aquella noche habia invitado a Bella a cenar y ella habia accedido.
Ultimamente algo en ella habia cambiado. Se veía mas salvaje y sensual.
Murmuró algo entre dientes al recordar la conversación de la cena familiar en casa de ella.
Queria entregarse a él. Que fuese suya. Dos hermanas poseídas por el mismo hombre…aquello parecía novelesco.
Habia comprendido después de aquellas palabras; que Jo al lado de Bella era algo sucio y oscuro…como aquel novio suyo que habia aparecido de la nada…
Edward…¿Pero Edward qué?
Pensar en él lo inflamaba…lo cabreaba… lo dejaba roto.
Tenia un mal presentimiento con aquel bastardo.
No le gustaba la manera que tenia de mirar a Bella.
Su novia no se habia dado cuenta; pero él si habia deparado en aquellas miradas ocasionales que le lanzaba de vez en cuando.
Lejos de ser siniestras; sus ojos cambiaban de tono y parecían mas dorados que verdosos. Parecia que mirar a Bella lo convirtiera en una polilla de la luz; Sus ojos se cegaban nada mirarla.
Habia tenido ganas de increparlo. Pero ¿Para qué? Suficiente fue, el altercado con Reneé y la manera que salió a defender aquel bastardo a a su Bella. Como si ella le perteneciese….
…. A veces tenia la extraña sensacion que estaba involucrado en una historia en la que era un simple peón.
Oyó un coche; asomó su cabeza rubia entre los visillos de la cortina del comedor y sonrió.
Era demasiado pronto. Pero allí estaba la camioneta de Bella aparcando.
Pasó ambas manos por su cabello color miel y se miró al espejo con una sonrisa de anticipación.



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-¿Me iras a decir que esperas que te llueva el dinero del cielo?.- Alice miraba a su amiga con los ojos tiernos y una sonrisilla traviesa en los labios.- ¿De verdad no tienes fondos para la universidad, Bella?
Bella se dejó caer en el sofá y cerró los ojos apoyando la cabeza en el respaldo .
Alice habia dedicido que hoy era un buen dia para jugar a Barbie Bella y habia comenzado muy temprano con aquella tarea inconmensurable.
En aquel momento la castaña llevaba un emplaste de arcilla y que sé yo, en su rostro.
-Nada. Alice. El saldo de mi libreta de ahorros para la universidad está en números rojos…
La pequeña súcubo maldijo entre dientes y se rascó la cabeza.
-¿Y ahora qué? ¿Te pondrás a trabajar? ¿Y tus estudios? Eres inteligente; Bella. Podrias llegar a donde te propusieras. Déjame ayudarte.
Bella alzó una mano sin mirarla.
- Siento que la mierda esa que me has puesto en la cara se cuartea. ¿Es normal?.- Espetó Bella; algo seca.
-No te preocupes. Vamos al lavabo. Hay que sacar todo eso. Luego comenzaremos a hidratar ese cutis tan maravilloso que tienes…
- Tiemblo de puro horror. Alice.- siseó.
-¿Decias?.- Le sonrió Alice, tomándola de la mano y llevándola hacia el baño.- En serio Bella. Si tú me dejases yo te ayudaría…
-Alice. ¿Qué edad tienes?
La pregunta de Bella pillo a Alice por sorpresa e intentó sacar a flote su temperamento mentiroso de súcubo; para que no notase la reacción.
-18 .
-¿Tú no deberías estar estudiando también?.- La voz de Bella sonó dura.
-Soy muy aventajada querida. No podrías creer hasta donde llegan mis conocimientos.
Bella ; que ya habia despojado toda la arcilla de su rostro. Se secó la cara con la toalla y la miró fijamente.
-¿Y el dinero? ¿De donde sacas el dinero?
-Mi padre es un hombre…influyente…no me niega nada. Soy una hija obediente y él un padre entregado.
Bella acomodó la toalla en su sitio y alzó las cejas.
-¿Ricos? ¿Sois Ricos? Desde luego Jo; no ha podido tener mas suerte. Tiene un Dios griego como hombre, que además esta bañado en dinero.
Los ojos de Alice brillaron de sorpresa ante las palabras de su amiga.
-¿Un Dios griego; Bella? …No te habia oído nunca referirte a Edward de ese modo….
Ella se sonrojó y bajó la mirada.
-Bueno…es tan obvio. Es tan perfecto. Los dos lo son. Josephine y él. Parecen sacados de una revista de modelaje.
Alice rió y cambió de conversación. La cabreaba enormemente pensar en el ciego y sordo de Edward.
-A papá le caíste muy bien Bella. No me negaría que inyectara algo de fondos a tu precario extracto bancario…..
-Pero…si apenas me conoceis…¿Qué sois? ¿Angeles?
Alice, rió mas alto y negó firmemente con la cabeza.
-Algún dia lo fuimos. Pero ahora estamos muy lejos de serlo. Caímos demasiado rápido y fuerte. El golpe nos hizo saber del dolor…
Bella caminó tras ella y la siguió hasta su habitación.
Allí la hizo sentar delante del espejo y comenzó a trazar dibujos en su rostro con una crema maleable.
Bella dudó en hablar. Pero cuando lo hizo fue contundente.
-Será esta noche. Alice. Esta noche me entregaré a Carlisle.
Los deditos de la pequeña súcubo se quedaron enquilosados por la información.
-¿Qué?.- susurró.
-Lo amo. Ya te lo dije ayer. Lo he decidido. Será hoy. Me ha invitado esta noche a cenar y me voy a quedar allí a pasar la noche. Ni mamá ni Jo, extrañaran mi presencia.
La boca de Alice hizo un mohín.
-Yo si…..
Bella, tomó ambas mejillas de su amiga y besó su pómulo alto.
-Cuanto hubiera dado por tener una hermana como tú Alice. Cuanto….
Alice parpadeó varias veces y notó como de su ojo ; lentamente bajaba una lagrima. La sorbió al llegar a su boca y notó el sabor salado de su emoción terrenal.
-Yo quiero que lo seamos Bella. Acepta lo que deseo darte. Quiero que te formes. Quiero ser tu amiga. Tu confidente. Quiero que seamos hermanas.
Bella sonrió tierna.
-¿Hermanas de sangre?- dijo; buscando algo entre sus cosas.
-Si.- suspiró Alice.
-Perfecto. Vamos a hacerlo. Lo he visto en infinidad de películas.
-¡Auch!.- Antes de que Alice dijera o hiciera nada; Bella ya habia tomado una afilada cuchilla y habia cortado levemente la yema del dedo índice de su amiga.
Bella hizo lo mismo con el suyo y frunció el ceño; en un claro síntoma de repulsión.
-Juntemos nuestros dedos y proclamémonos hermanas de sangre…
-Si….
Sus dedos se juntaron y Bella cerró los ojos explotando en su interior.
Un fuerte caudal de emociones la embargó y una explosión final la dejó tenuemente mareada. Cuando abrió sus ojos; Alice la contemplaba con la mirada brillante y una sonrisa de felicidad en su boca.
- Ya está.- dijo la pequeña.- Ya somos que lo siempre tendríamos que haber sido. Hermanas.


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Desierto de Amenek. Tierras Denalí: Mina de Almas.
Segundo dia.
Las tres brujas ciegas se habia deshecho en elogios para el joven príncipe que clamaba a las paredes de las minas la presencia del alma de Himrum.
Jasper notó como los vellos se le ponían de punta al oir el bramido del príncipe; finalizando el rito de invocación.
El joven príncipe se posicionó en un lateral del tapiz trazado sobre sus pies y entonces apareció la figura fantasmal de un hombre con los ojos de un carbón profundo.
-¿Himrum? ¡Bastardo infernal! Apoya tus inexistentes extremidades en el tapiz. Venera a tu príncipe.
La voz de Edward; arrolladora sonó con potencia entre aquellas cuatro paredes.
Una carcajada ronca comenzó a alzarse y el tapiz voló hacia los aires.
Jasper quiso ir hacia su príncipe; pero ya era demasiado tarde. Himrum; lo habia estampado contra una de las paredes y comenzaba a abrir la boca para absorberlo.
-¡Busca a mi padre! ¡Esto es un confabulación! ¡ El tapiz estaba tejido a la inversa! ¡Jasper, busca a mi padre! ¡No dejes que liberen las almas! Seria, un completo caos….
La voz de Edward se apagó y también la figura fantasmal que lo envolvía.
Himrum lo habia engullido.
Ahora si no contenían a las almas en sus cajas. Se esparcirían por el infierno causando las mil y una maldades entres los demonios.
Corrió hacia el cielo cobrizo y se desmaterializó frente a las puertas del despacho del gran rey Aro.
Himrun se habia llevado al principe Edward y aquello significaba que pasaría casi una década humana ; hasta que el fuese liberado.
Ahora debían contener las almas….


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-¿Se puede saber que haces aquí, Jo?.- La voz de Carlisle era dura y sus ojos dejaban claro que no era bienvenida.
-Dejame pasar; Carlisle. Por los viejos tiempos. Ademas he venido a hablarte de Bella.- Jo, parpadeó varias veces y ofreció sus labios; lamiéndolos lentamente.
-¿Bella? ¿Qué ocurre con Bella?.- El tono de Carlisle varió y se apartó de la puerta para dar paso a Jo.
-Dejame entrar y te lo diré.- sonrió.
Al avanzar hacia el amplio pasillo Jo, sintió que su anhelo estaba a punto de cumplirse.
Estaba en casa de Carlisle. Ella y él a solas.
Lo atraparía con sus tretas y lo volveria loco por poseerla.
Sonrió; muy complacida de sí misma….
…. Bella.
Seria maravilloso que Bella los viese haciendo el amor.
Como ella se retorcia debajo del cuerpo de Carlisle; mientras él la embestía con la fuerza de la pasion contenida por tanto tiempo….
Cerró los ojos muy segura de si misma.
El hombre se sentó en una de las sillas y le ofreció asiento a ella en otra.
-¿Qué ocurre con Bella?
Jo sonrió ladinamente y ladeó la cabeza con sensualidad…..

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-¡No puedes ser! ¡No puede ser!...¡Maldito insensato! ¿Qué significado tiene para ti que quisiese invocar al demonio Himrum; joven Jasper?
-No tengo indea. Mi señor.
-Esta bien. Libraremos una dura batalla para organizar de nuevo a las almas. Tú me ayudaras. Ahora dejame solo. Mi lacayo te llevará junto a mi ejercito. Buena suerte joven Jasper.
-Gracias mi señor.- Jasper hizo una reverencia y marchó con paso seguro detrás de uno de los criados del rey.
Con la mente puesta en su hijo; clamó con ira muda el nombre de su hija Alice y al cabo de breves segundos su pequeño cuerpecito ya estaba presente.
-Padre.
-Hija. Hija mia. Ha ocurrido algo horrible…
Alice avanzó hacia su padre y lo abrazó con fuerza.
-Yo tampoco tengo buenas noticias padre. Bella quiere entregarse a otro hombre. Si Edward no se da cuenta que es su hembra, esta misma noche ella….
-Edward…hija… Edward ha sido llevado al otro lado por Himrum…
Los ojos de Alice se abrieron como platos.
-No entiendo….
-Edward lo invocó. No me preguntes porqué. Pero lo hizo. Y se lo ha llevado. El tapiz estaba al revés…creo que ha sido una treta de los Denalí. No estoy seguro de ello pero….
-¿Entonces?
-Siete años. Alice. Deben pasar siete años antes que Edward regrese. Aunque el tiempo para él no tendrá ese marco…serán siete años terrenales…
-Bella….
-No. Algo haremos….¿Dónde esta mi futura hija, ahora mismo?

Alice miró a su padre a los ojos profundamente.
-Conduciendo hacia las afueras de Forks. Hacia la casa del mortal……
Continuará….

lunes, 13 de junio de 2011

Plugged

PLUGGED
Abuelo. Me acabo de despedir. No aguanto mas al malnacido ese, que esta al frente de la empresa. Es una mierda. ¿Qué quieres que me ponga a estudiar? ¡Lo haré! Pero no quiero ver ni en pintura a un ser tan mezquino como ese….
La risa del abuelo me dejó estática mientras caminaba.
-Nena….nunca hubiera pensado que Edward te causaría esa impresión. No “esa” desde luego….¿Y bien?
-Esta mañana me he dormido. He dejado todo en el departamento. No tengo dinero para un taxi . Y no tengo la llave para entrar a por mis cosas. …
-Dime donde estas. Mandaré un auto. Por el departamento no te preocupes. Lo arreglaré todo para que te hagan una copia…
-No. Quiero mi antiguo apartamento. No quiero vivir allí.
-¿Es por Edward?
-¿Tú sabias que se alojaba allí?
EL abuelo parecía hasta divertido. Tenia los nervios de puta punta.
-Por supuesto.
-No quiero verlo nunca mas en toda mi vida…
-Sabes que eso es técnicamente imposible.
-¿Por qué? Hasta ahora no tenia ni puta idea que existía ¿no?
-Bella…Controla esa boca.
-Vale. Está bien. Estoy en el cruce de Amblington con Nerks.
-En cinco minutos, mando un coche.
Me colgó.
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Capitulo 8
Metí el mobil en el bolsillo trasero de mi pantalón de pitillo y caminé de un lado a otro de la acera; esperando que hiciera acto de presencia el auto que habia mandado el abuelo.
Suspiré metiendo los dedos por mi cabello seriamente enredado y mis ojos focalizaron a una muchacha con el cabello rubio fresa que vagaba por las calles en dirección hacia mí.
La muchacha iba sola y me alarmé; aunque no parecía perdida. Su edad me hizo pensar por acto reflejo, que no podia andar por la aquella gran avenida sin la presencia de un adulto que la acompañara.
Me acerqué a ella con una sonrisa en los labios y la paré en seco.
-Hola.- le dije sin perder la sonrisa.- ¿Dondes están tus papas; preciosa?
La niña me miró con gesto malhumorado y me rodeó para no dedicarme ni un maldito segundo de su existencia.
-¡Oye!.- le grité; retrocediendo en mis pasos y yendo hacia ella de nuevo.- Eres muy pequeña para ir por la calle sola. ¿puedo hacer algo por ti?
Ella ni me miró si quiera y siguió avanzando.
-Mis padres me dicen que no hable nunca con extraños. Y tú lo eres. Déjame.- Su voz de niña retumbó en mis oídos. Se me hacia repugnadamente familiar.
-Yo….¿Donde vas? Yo me puedo acompañarte.- Me sentía “una buena samaritana” y no iba a permitir que aquella niña vagara sola por aquellas calles.
Ella se paró en seco y me miró de arriba a bajo ; valorándome con la mirada.
-Voy a Cullen Ltd.
Mis ojos se abrieron como los de un sapo y ella rió; como lo que era. Una niña de alrededor 7 años.
-No te rias.- le dije seria.- No tiene gracia. Dime tu nombre. Quizas te pueda ayudar. Yo trabajo….yo trabajaba allí….
Achicó los ojos la muy mamona y un claxon nos hizo volvernos a ambas.
El Audi negro; ultimo modelo, esperaba en un paso de cebra….¿Por mí?
Ví como la puerta del piloto se abría y bajar a mi abuelo de él me hizo casi saltar de alegría.
Caminó hacia nosotras y su rostro se volvió hacia la niña que estaba a breves centímetros de mi cuerpo.
-Bella…….- Sus ojos me miraron con suspicacia y luego viajaron a la pequeña compañera que me acompañaba.-¿Elizabeth?...¿Que haces aquí con Bella?.- El abuelo se puso de cuclillas para mirar a los ojos a la pequeña demonio sorda y le ofreció la mejor de sus sonrisas.
¡Un momento! ¡Elizabeth! ¡Maldita mi suerte, aquella era la Elizabeth de Tanya y Edw….y el ogro?
Me sentí lívida. ¡Oh genial….Bella!
-Me he escapado del colegio. Quiero ver a papá.- dijo ella dulcemente hablando con el abuelo.- Mamá se marcha y tengo que quedarme con él. Estaba nerviosa. ¡Quiero que tia Alice viva con nosotros!.
El abuelo comenzó a reir echándose las manos a la cabeza; incrédulo.
-Ven con nosotros pequeña. Te llevaremos con tu padre. ¿Sabes? Bella también trabaja en Cullen Ltd.
Los ojos azules de la niña vagaron hacia mí, con desconfianza.
-¿Ella?
-Si.- dijo el abuelo rotundo.- Vamos; te dejaré ir de copiloto. ¿Pero no se lo digas a nadie, eh?
La niña rió y abrazó al abuelo con fuerza.
-Al abuelo Carlisle tampoco…¿eh? Si no se enfada conmigo y no me deja que juegue con él a Barbies…
El abuelo rió de nuevo con ganas y yo sin entender el chiste , bufé.
-Bella.- me dijo, una vez que Elizabeth entrelazó sus dedos con los de él.- Vamos a llevar a Elizabeth con sus padres…luego hablaremos tú y yo.
Dudo mucho que el color hubiese vuelto a mi rostro después de saber que aquella niña repelente era la hija de Tanya y Edward. ¿Pero volver a la empresa? Aquello debia de haberme puesto verde; ya que un retortijon de narices hizo que mi estomago se contrayera.
Caminé detrás del abuelo y me subí en los asientos traseros de Audi. La pequeña enana parecía llevarse estupendamente con “ mi abuelo” áquel que habia tenido la genial idea de meterme en la guarida del león .
No tardamos ni dos minutos en llegar al parking de la empresa.
Al aparecer de nuevo por recepcion, acompañada de la pequeña arpía y mi abuelo; Jane me miró con los ojos bañados en sorpresa y saludó a mis acompañantes como si fueran el Marajá de Capurtala.
Cogimos el ascensor y noté la mirada de la pequeña monstruita como dagas.
-Aro. ¿Quién es ella? Me ha s dicho que trabaja aquí. Tú la conoces. ¿Quién es?
Giré la cabeza rápidamente en busca de mi abuelo y él respondió.
-Ella en esta empresa es como papá. Ella es mi nieta, es hija de mi hijo.- dijo el abuelo con la mayor naturalidad.
-¿Cómo papá? ¿Ella es para ti , como yo para Esme y Carlisle?
-Exactamente.- le dijo el abuelo serenamente; mientras las puertas del elevador se abrían y caminábamos hacia el despacho de el desquiciado de mierda de mi ex_jefe.
La niña repelente se paró en seco y se paró frente a mi, cogiéndome las manos.
-¿Entonces somos iguales?
El abuelo respondió por mí. Yo tan solo sonreí.
La pequeña se abrazó a mi cadera y un sentimiento de protección me embargó.
Pensé en la situación que la sostenía y en la amargura que vivian sus padres. Recordé la mía propia y me sentí como ella. En realidad eramos tan iguales….Dos semillas partidas por la mitad.

La niña al separarse de mí, me ofreció una sonrisa que me conmovió .
-¿Vamos?.- preguntó mi abuelo; mientras el vigilante de seguridad se quedaba perplejo al ver a Aro, Elizabeth y la ex asistente de dirección caminando juntos hacia el despacho del “gran jefe”.

…………………………………………………………………………………………………………………………………………
-¡Edward!.- La voz de mi abuelo, dura y energica, me hizo recordar quien era en aquella empresa.
Esperamos unos segundos en aquella puerta ; de la que yo habia salido hacia casi una hora.
Al abrir Edward; sus ojos impactaron en mí y luego, breves segundos después los focalizó en mi abuelo y en su pequeña trasto.
-Aro. Elizabeth…….¿Que ocurre? ¿Y tu que haces aquí pequeña?.- La pequeña abrazó los muslos de su padre y emitió una dulce carcajada.
-Bella me encontró en la calle. Papá;.- Se separó de su padre y lo miró seria.- Quiero que tia Alice viva con nosotros, mientras mamá esté fuera….queria decírtelo. Me escapé del colegio…
Edward maldijo entre dientes y nos dio paso, dando un fuerte portazo sin dejar de mirar a su hija.
-Voy a meter un puro al colegio que se van a cagar. ¿Cómo te escapaste?
La niña tragó ; avergonzada.
-Por la puerta.
Me reí y rápidamente me llevé la mano a la boca. El ogro que miraba con todo el odio que me procesaba, con aquellos ojos verdes de leopardo.
-Tú. No sé como tienes la poca vergüenza de volver. ¿No te despediste? ¡Pues a la calle! Me importa un bledo que me hayas traido a mi hija de la mano….
-Edward….-La voz del abuelo se escapó de sus labios como un gruñido.
-Aro. Perdona. Pero no estoy en el mejor de mis dias. –Edward caminó hacia la gran mesa que coronaba la sala de juntas y cogió el teléfono mirándome.- ¿Seguridad? Si. Hay una visita no grata. Deseo que se ocupen de ella.- Colgó.
Miré al abuelo….su vena. Aquella vena hinchada no estaba de muy buen aspecto. ¿Estaba a punto de estallar?
-Me marcho.- dije en un susurro.- Espero abajo.
Edward miró a mi abuelo con una mueca de incredulidad.
-¿Les has ofrecido dinero o algún tipo de incentivo por hacerse cargo de mi hija…?Por que si es asi , yo mismo te diré que esta mujer es…
-Papá.- interrumpió la niña.- ¿Vendrá tia Alice?
Edward miró por un momento a su hija y le sonrió asintiendo.
El abuelo apretó la mandíbula . Miraba a Edward como un contrincante en la arena de los duelos. Recordé que ambas familias llevaban el emporio sin ningún tipo de contratiempo y ahora yo no iba a crear ese lastre.
Me giré sobre mis talones y caminé hacia la puerta.
-Isabella.
La voz del abuelo me hizo quedarme estática.
-Aro. No sé quien es ella… pero creo que alguien la ha metido aquí para hacernos espionaje industrial. No he encontrado nada en su ficha. Es una completa desconocida. Isabella Platt como tal, no existe. No pasó por Recursos Humanos…creo que alguien la ha infiltrado por la compra de Shioquin.
-Isabella; ven a mi lado.-la voz del abuelo me hizo estremecerme y caminé de nuevo a enfrentar la poderosa mirada de Edward Cullen.
Sentí el rostro del abuelo pegado al mio y su mejilla arrugada me rozó; dándome un beso cariñoso al que yo le correspondí con una sonrisa.
Edward nos miró con desagrado y una mueca de repulsión hizo mella en su boca.
-Vaya….apuntas alto… jovencita….
La vena del abuelo……
estaba al borde de la explosión.
-¿Qué has querido decir con ese comentario, Edward?
Edward Cullen caminó muy seguro de sí mismo hacia mí y retuvo uno de los mechones despeinados que adornaban mi estúpida cabeza.
-Bueno. Es muy hermosa. Demasiado joven para ti, quizás. Pero no voy a entrar a valorar eso. ¿Como te ha ganado? Por que conmigo es una gata con las uñas afiladas en todo momento….
-Edward Cullen….Eres hijo de mi mejor amigo Carlisle Cullen, y por eso no voy a tener en cuenta las palabras con las que estas haciendo veredicto sobre esta mujer que ha traido a tu hija hasta aquí. Pero dedicar hacia ella esas palabras; no te hacen ningún favor. ¿Qué puesto desempeñaba Isabella?.- preguntó el abuelo, encarando a Edward como un igual.
Noté su mirada fiera unos segundos y luego volvió sus frios ojos hacia Aro.
-La segunda asistenta de Direccion. No entiendo como….
-¿Ha desempeñado bien su trabajo?
Una risa cruel asomó a sus labios.
-Si….Debo decirte que también se ha ganado los favores de Jacob.- me guiñó un ojo y los colores subieron a mi rostro; recordando el desagradable incidente de la noche anterior.
-No me interesa a quien se haya ganado Isabella o no. Ya veo que contigo no lo ha hecho y eso habla muy bien de ella….
-¿Qué quieres decir?.- increpó Edward molesto.
-La ultima asistente de dirección que compartió despacho con Tanya y contigo salió de Cullen Ltd. Muy mal parada. ¿crees que no se el efecto que tienes sobre las mujeres?
Edward chasqueó la lengua y el abuelo me sonrió; cogiéndome la mano con fuerza.
-Contestame Edward. Isabella …¿es buena para Cullen Ltd.?
-No. No lo es. No mientras no sepa nada de ella. Todavía estoy asimilando que esté discutiendo esto contigo, Aro. Te estoy diciendo que no sé nada de ella…nada…
-Edward. ¿Ibais a salir a Francia en unos días no?
-Si.- achicó los ojos y bajó la vista; revolviendo su cabello nervioso.
-Irá contigo.
-¿Queeeeee?.- dijimos Edward y yo al unísono.
El abuelo rió y entonces se rascó la cabeza.
-Es una orden. Una para los dos. Tranquilo Edward. Isabella no es una infiltrada ni nada parecido…
-¿Entonces que es…tu amante?
Aro elevó una ceja Y sentí toda la tensión que habia en el ambiente. El pulso me abandonó y ví como el abuelo comenzó a reir a carcajadas como si el maldito imbécil aquel, hubiese contado el mejor de los chistes.
Focalizamos nuestra atención en mi abuelo y luego nos miramos retadores.
Caminé los breves pasos que me separaban de él y lo miré de arriba abajo con repulsión.
Alcé mi mano y la estrellé con gusto en su mejilla derecha.
-Imbécil.- le siseé. -¡Amante!....¡Es mi abuelo, maldito gilipollas! ¿Ves todo lo que te rodea? Pues también es mío….tanto como tuyo.- recordé la presencia de Elizabeth y la miré; pero a la niña no le preocupó lo mas minimo que yo estuviese poniendo a su padre como un trapo. Es más; yo diría que hasta podia ver una sonrisilla que asomaba por las comisuras de su boca.
-¿Qué?.- La voz de Edward sonó ronca ; casi desesperada. Su mirada de odio habia pasado por varias fases. De sorpresa ante la torta y a otra completamente desconocida. Imposible de analizar.-¿Tú…..tú …eres Bella…Isabella Swan?
Alcé el rostro orgullosa.
-Si.
Unos golpes en la puerta ….Edward caminó hacia ella , abrió. Era el vigilante de seguridad.
-¿Señor?
-Perdona; Felix. Ha sido un error. Puedes marcharte.
El guardia se marchó ; contrariado y Edward caminó hacia mi abuelo con la mirada baja.
-Lo siento Aro. Pero debías de haberme informado sobre la presencia de …ella en la empresa.
- Tus padres y tu hermano lo saben.- espetó el abuelo; duro.
-Ellos no me han dicho nada…-siseó Edward entre dientes.
-Ese nos es mi problema; desde luego. Y tampoco el de Isabella. Os marchareis a Francia como se decidió desde un principio…
Iba a increpar al abuelo y él alzó su mano para detenerme.
-No quiero oir una palabras mas. Ya he tenido suficiente por hoy…Vamos nena. Te llevaré a tu apartamento. Ya he mandado que hagan una copia de tu tarjeta….
Nos giramos y caminamos hacia la puerta; la voz de la pequeña Elizabeth nos hizo volvernos.
-Adios Bella. Le gustaras a tia Alice. Si…le gustaras mucho…
-Adios.- le dije; intentando sonreir.- Nos vemos…
Cerramos la puerta y el abuelo rió con ganas.
-Se ha quedado mudo. Desde luego…..hacia años que no recordaba a Edward así…..-volvió a reir y yo; que debia estar haciéndolo con él. No tuve ganas.
Ahora seria oficial.
Isabella Swan.
La enchufada.
Continuará…..

miércoles, 8 de junio de 2011

Retrato en Sepia

RETRATO EN SEPIA.

-Querida Isabella….que gusto verte…
Achiqué los ojos y ví como su rostro se acercaba al mio.
Sus labios rozaron mi mejilla y yo quedé estática.
-Hola Edward.- dije al recobrarme de su contacto.
Él evaluó detenidamente todo mi cuerpo y siseó algo que no supe comprender, giró su cuerpo y con un chasquido de dedos, mandó a Marco y aquella mujerzuela fuera de la habitación como si fueran perros.
La puerta se cerró tras de mi y él volvió a sentarse en aquel sillón; su vista se clavó en la mia y dibujó en su boca una sonrisa cruel; de aquellas que me hacia padecer las peores pesadillas.
-El ratón ha caído en la trampa.- dijo ; escrutando mi rostro y viendo el terror que se dibujaba en mis pupilas…..
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CAPITULO 5.

Crucé los brazos; protegiéndome de alguna manera contra aquel ser que me escudriñaba con la mirada e intenté que el pánico inicial de aquellas palabras, no contralase mi voz.
-No entiendo.- le dije serenamente.- ¿Qué quieres decir?
Él sonrió de una manera arrogante y se apoyó en el enorme escritorio, imitando mi pose.
-¿Es necesario? Yo creo que no. .- Su boca perfecta se ensanchó en una diabólica sonrisa y me estremecí.- A nadie amarga un dulce querida sobrina. Y este dulce sin duda es un caramelo, muy, muy grande.
Negué con la cabeza.
-¿De verdad me crees tan iluso , como para que piense que no has venido a regodearte de mi propia desgracia?.- Su voz se volvió dura.
-Mira Edward. No sé de que me hablas. No he sabido nada de esto.- dije, alzando los brazos y mostrando el lugar que nos rodeaba.- Y no me interesa hacerlo de aquí en adelante. Lo que me haya dejado la abuela; es tuyo. Solamente ofréceme una suma de dinero recurrente y yo estaré deseando cedértelo.
No dejó casi que terminara mi frase. Se carcajeó y ví un brillo de burla en sus ojos verdes.
-Isabella. Si estas aquí es por mi culpa. Unicamente. La abuela dejó muy claro en la primera lectura del testamento que si en un plazo de seis años no habia engendrado un heredero, todo pasaría a manos de su “Inestimable nieta Isabella”.
Abrí mucho los ojos.
ÉL debió notar mi estupor y frunció su boca en un gesto adusto.
- No puedo creer que no lo supieras. Es vox populi.
-En todos estos años no me he interesado minimamente vuestra vida. La última vez que estuve aquí; me marché con arena en los bolsillos. ¿Te has preocupado tú de lo que ha sido mi vida? ¿Una niña de 17 años sola en el mundo? No. Por supuesto que no.
-Yo no hubiese dejado que vivieses en la indigencia. Siempre he tenido personas que se ocupaban de vigilar tus movimientos.- espetó seco.- ¿Me crees tan desnaturalizado?
-Si. ¿Qué quieres que piense? ¿Qué te has preocupado por mi? Mientras tú vivías rodeado de lujos yo podría estar en cualquier sitio….
Una mueca se abrió paso entre sus labios. Estaba sonriendo con ganas. Sin dejar de mirarme a los ojos. Era un depredador; de sobra lo sabia.
-Sé que vives muy holgadamente…..¿Ceres Porthman?.- una risilla se escapó de sus labios y fue hacia un cajón de aquel basto escritorio; sacó una llave que llevaba al cuello y lo abrió tranquilamente. De allí comenzó a sacar ejemplares de todas las obras que yo habia sacado al mercado… Por ultimo sacó un ultimo libro y se dirigió hacia mí con él en las manos.- Éste es quizás el más…interesante…eso no es una cosa que piense yo. Lo piensan miles de seguidoras que lo han comprado. Eres una mina de oro Swan. Tu editor Jasper Hale debe estar encantado contigo…¿Puedo hacerte una pregunta?
Me quedé sin habla.
Eso sin mentar que el ardor en mi rostro era colosal. Seguramente estaba como la grana. ¿Cómo podia saber quien era Ceres Portman? Lo miré iracunda y dí dos pasos hacia atrás, acobardada.
-¿Qué clase de pregunta? Por lo visto lo sabes todo de mi.- dije intimidada, en un suave murmullo.
-No. Todo no. Es una pregunta de índole personal…..-paseó la lengua por sus labios perfectos y entonces volvió a sonreir.- …intimo.
-Pregunta.-espeté.
-Jasper Hale….¿tiene algún vinculo emocional contigo?
-¿¡Pero qué…!?
-Calma, Bella. Es solo una pregunta.- apostilló.- ¿Es tu amante o algo parecido?
Creí explotar.
-No…hem…¿A ti que te importa?
Su gesto se volvió serio y su mirada penetrante se clavó en mis ojos como una brasa ardiente.
-Mas de lo que crees.- susurró sin pestañear.
Hice una acopio de valor e intenté permanecer erguida. Ya que estaba en un estado de turbación total.
-No es de tu incumbencia; como bien has dicho. –Me llevé las manos a las mejillas e intenté cambiar de tema.- ¿Cuándo se lee la maldita clausula?
Tardó unos segundos interminables en contestarme. Me intimidaba sobremanera como sus ojos verdes adornados con aquellas increíbles pestañas me analizaban al milímetro.
-No es una clausula. –Volvió con pasos seguros hasta el enorme sillón de cuero y se sentó , sin abandonar ni por un momento el ejemplar de mi ultima obra .- Como ya te he dicho; no he tenido hijos con Tanya…ni con nadie. Mi posición puede variar “ligeramente con respecto a todos los bienes materiales de la abuela” Era justo que estuvieses al corriente de ello. Dentro de muy poco tiempo todo lo que ahora es mío, estará en tus manos.- No parecía que aquello le molestase. Claro debia de tener todo el oro del mundo para hacerme una humilde oferta por aquel caseron y sus inmediaciones.
-Como ya te he dicho antes. No me interesa. Hazme una oferta cuando eso ocurra y entonces no perderas lo que tienes. No quiero “La Fortaleza” Nunca me gustó. Es fría y húmeda. Tengo mi vida en Londres; aquí no podría vivir. Ósea que estas de enhorabuena.
-¿De verdad no sabes nada?.- Su rostro se mostró interrogante y una de aquellas gruesas cejas castañas se elevó haciendo un gesto sensual….¿Pero que demonios estoy pensando?
Negué con la cabeza intentando apartar aquel pensamiento de Edward.
-Desde luego la abuela jugó bien sus cartas. –Juntó las manos en un gesto solemne; con ambos codos apoyados en la mesa.- Yo no soy su hijo natural. En realidad tu madre y yo no somos hermanos de sangre. Me adoptó al casarse con el ultimo de sus maridos. Carlisle Cullen. Mi padre me llevó incluido en el lote del matrimonio. Conocí a tu madre por un breve tiempo. Pero si he de serte sincero; casi no me acuerdo de ella. Se marchó con tu padre y la abuela la desheredó en un plazo no muy corto. Yo al ser su hijo cara a los estamentos legislativos y su único pariente; heredaba todo su patrimonio…pero entonces naciste tú. Ella siempre estuvo pendiente de la vida de tu madre; a su manera la amaba. Al que no podia soportar era a tu padre. Pero creo que de ese hecho tú ya estabas sobradamente informada. Al tener tus padres aquel fatídico final. La abuela me informó de tu existencia; ya que yo la ignoraba. No sabia que aquella mujer que habia abandonaba mi cuna de oro, habia tenido una hija. Y fue entonces cuando hiciste acto de presencia….-Se detuvo un momento y sacó una cajetilla de tabaco de otro de aquellos cajones que estaban a un costado de sus piernas largas….
-¿Fumas?.- me preguntó con un cigarrillo ya en los labios y encendiéndolo.
-Si.-dije enmudecida. Era demasiada información. Pero lo que me tenia completamente anonada en aquellos momentos eran sus labios y la manera en la que chupaba aquel cigarrilo
-Toma.- Sacó su cigarrillo de la boca y me lo ofreció. Dudé unos segundos y alcancé el pitillo. Nuestros dedos rozaron y entonces volvió a aflorar entre nosotros aquella electricidad estática…. Me llevé el cigarrilo a la boca y él miró mis labios con una mueca muy difícil de leer.-No puedo negarte que tenerte aquí en un principio fue como un agravio para mí…pero también era condescendiente con la idea que eras pariente cosanguinea de Esme y tenia pleno de derecho sobre todo lo que era suyo. Cuando te marchaste y tus visitas a la Fortaleza se fueron alargando en el tiempo. Tanya se hizo inseparable de la abuela y también mía…- me miró con una chispa de humor en los ojos.-…aunque creo que de eso ya te habías dado cuenta; y en una reunión que tuvimos poco tiempo antes de que muriera me “ aconsejó”que me casara con ella…..no pudo estar presente en el enlace. Bueno…de sobra lo sabes….
-¿No le preocupó lo mas minimo que seria de mí? ¿No te dijo nada?.- Pregunté con una bola en el estomago.
-Si. .- espetó tajante; ceñudo. Mirando el cigarrillo entre sus dedos.- Queria que cuidara de ti.
-¡Bonita manera!
Él elevó la mirada hacia mí y tardó unos segundos en contestarme.
-Cuando te marchaste. Hice que siguieran tu paradero. Al principio estuve seriamente preocupado por tu manera de sacar dinero del aire.- Su boca se torció en una sensual sonrisa.- No tardé mucho en saber lo apasionado de “tu arte”…
-Oh…vaya…
-Has sido una mujer autosuficiente, y eso te honra. Pero si he de serte sincero hubiera preferido seguir tus pasos desde la distancia. No es agradable para mi ; que veas mi vulnerabilidad. Mi matrimonio dista mucho de ser perfecto y Tanya ha tenido varios abortos en estos años. No puede tener hijos. Mi parte del testamento no ha sido cumplido. Ahora es tu turno….
-Te la venderé. Ya te lo he dicho.- dije cortante.
-No creo que tengas opción. Seguro que Esme ha pensado en esa posibilidad. Creo….que nos veremos por un largo tiempo….
-No.- dije energica.- Yo tengo mi vida en Londres. No quiero vivir aquí. Ya te lo he dicho…
-¿Tu vida con Jasper Hale?
-Maldita sea. ¡No!. Yo….no tengo a nadie…
Apagó el cigarro en el grueso cenicero y yo lo imité.
Sus manos volvieron al ejemplar de mi ultima obra y pasó las hojas rápidamente.
-¿Sabes? He leído este libro…y el protagonista masculino me es… ligeramente familiar.-Una sonrisa abordaba por la comisura de su boca y yo me sentí caer.
-No creo que…..
Se levantó del sillón, rápidamente y se detuvo a varios centímetros de mi cuerpo.
Nos evaluamos con la mirada.
Me llevaba una cabeza y su aliento era amizclado con una ligera mezcla de aguardiente y tabaco: sensual.
-El tiempo te ha tratado maravillosamente bien; Bella. Eras hermosa y ahora lo eres mucho mas. Realmente no puedo comprender como vagas por la vida sola….es un pecado mortal. ¿no ansias alguien que te haga vibrar?
-¿Cómo?
Su boca se ensanchó en una cruel sonrisa. Se estaba burlando de mí , el muy……
Caminó hacia la puerta y la abrió invitándome a salir.
-Descansa Bella. Nos vemos a la hora de la cena.

Continuará….

jueves, 2 de junio de 2011

My Love is Over.

MY LOVE IS OVER.
No volví a ver a Bella Swan , depues de mucho tiempo después.
Mamá necesitaba alguien que la ayudara en la casa y yo estaba finalizando la carrera.
Ya estaba liado con Tanya y cuando la ví saludar a todos los miembros de mi familia con efusividad excepto a mi; todo me quedó bien claro. No habia olvidado aquello.. después de cinco años, todo seguía igual.
Todo menos ella; sus formas se habían vuelto mas voluptuosas, su cabello estaba mas largo y su rostro se habia vuelto el de una mujer extremadamente bella…..
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Capitulo 9.

Viernes noche.
La loca de Alice está detrás de esa puerta aporreándola como una posesa. ¡No pienso dejar que me toque un pelo!
Despues del altercado con Edward; casi no le he visto el pelo.
Cosa que es de agradecer. Cada vez que recordaba el ardor de sus labios en pos de los míos; sentía mi piel arder; como una lujuriosa de mierda.
Intentaba pensar en Gerald y en aquella noche. Lo pasaría genial y quizás…sólo quizás y si todo salía como lo habia previsto, me entregaría a la pasión, mucho más allá de aquellos besos que me dejaban extasiada.
-¡Bella!
Bufé. ¿Era tan difícil que Alice Cullen entendiera un “no”?
Abrí la puerta y puse los ojos en blanco. Tenia unas tenacillas en una mano y el cofre completo de la Señorita Pepis en la otra.(Utensilios de maquillaje, brochas, borlas…)
-Te lo voy a decir sin herir tus sentimientos. ¿vale Alice? ¡NO!.
La muy malvada hizo un puchero con su boquita impecablemente maquillada y yo la miré con una ceja alzada.
-Quiero que estes perfecta….¿no lo entiendes? Eres la chica que sale con el padre de Tanya y hoy es su cumpleaños. Debes dar una buena impresión Bella. No puedes ir de cualquier manera. ¿Quieres dejar mal a Gerry?
Me quedé mirando a Alice y ella asintió con una perversa sonrisa. ¿Tanto se notaba que habia derribado todas mis barreras? Por lo visto si. Asi era.
Comenzó a reir. Y me ofreció con su brazo, que sentara mi trasero en uno de los taburetes de el servicio.
-¿Va a venirte a buscar?.- preguntó la pequeña, mientras separaba mechones del nido de pájaros que tenia en la cabeza.
Negué y ella sonrió.
-Vendrás con nosotros. Hoy seras como la Cenicienta…..pero la magia no se acabará a las doce de la noche…..
Bufé.
-Alice. Mañana tengo un dia muy duro aquí. ¿Crees que me voy a quedar hasta que salga el sol con Gerry? Me es técnicamente imposible.
La risa de Alice dio un vuelco a mi corazón.
-Hemos hablado los chicos y yo….Creemos que te mereces esto y lo tendrás. Mañana no tienes que venir Bella. Puedes bailar hasta que te duelan los pies esta noche, porque la magia no se acabará..
Sonreí a la imagen del espejo que me peinaba y me dejé hacer.
Era maravillosa…mi pequeña y dulce Alice….
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-¡Guau Bells! Yo sé de alguien que se le van a clavar los dientes en el suelo cuando te vea….estas increíble. Sonreí a Emmet y dí una vueltecita para exhibirme delante de él y de mi amiga Rosalie.
-Todo el mérito lo tiene Alice…..Ha sido un trabajo arduo; pero al final ha logrado su objetivo.
-¿Objetivo, Bells?.- Rosalie miraba el vestido ceñido a mi cuerpo de palabra de honor azul marino y suspiraba.- Pareces una Diosa. Muy en el estilo del pavellon de deportes; en la fiesta de hace unas semanas; cuando conociste a Gerry. Creo que lo dejaras impresionado…muy impresionado.- Se acercó a mi y susurró en mi oído.- ¿Lista para perder la virginidad?
Le sonreí abiertamente.
-Lista.
Comenzamos a reir como dos adolescentes, bajo la atenta mirada de Emmet. Mi cabello marcado en suaves ondas. Recorría mi espalda y mi escote, haciendo los rasgos de mi rostro mas dulces.
Alice habia enmarcado mis ojos y pómulos de una manera intensa. Dejando los labios en un segundo plano, dándole un pequeño toque con brillo labial.
Las sandalias; como dos estiletes, hacian mis piernas interminables y casi rozaban la sensualidad. Me encontraba cómoda y lo mas importante; sexy. Muy sexy para Gerry.
Las pisadas de Alice nos hicieron volvernos y vimos su graciosa figura en el umbral de la puerta de la entrada, ya que todos estábamos esperándola en el jardín.
Su ceño se frunció y buscó a alguien con la mirada.
-¿Y Edward?
-¿Edward?.- casi salté cuando oí su nombre.-¿No está con Tanya?.- pregunté intentando sonar indiferente.
-No. No quedamos en eso con él. Decidimos salir todos juntos de casa…no entiendo como no está aquí todavía…
-Lo llamaré.- Emmet buscó el mobil en su bolsillo y se apartó un poco del grupo.
-Estas monísima, Alice. Ese conjunto de traje pantalón te queda espectacular.- La halagó Rosalie.
-Gracias.- dijo despreocupadamente.-Espero encontrarme con el hombre de mi vida esta noche.- dijo con petulancia.
Rosalie y yo nos miramos y sonreímos abiertamente.
Emmet llegó con el mobil en la mano y con gesto enfadado.
-Edward irá después….- espetó hosco mirando a su hermana Alice.
Ella corrió hacia él, dando pequeños saltitos y pudo escuchar como le susurraba “ ¿Qué ocurre?” La contestación de Emmet me la perdí. Pero tampoco debia de interesarme demasiado. No tendría que soportar estar en un pequeño espacio con Edward Cullen y eso ya era lo bastante bueno para mis nervios, como para preocuparme de lo que ocurría con él.
Subimos al auto y nos dirigimos a casa de Gerry.
Yo con la sonrisa en los labios en el asiento de detrás del Jeep de Emmet y Alice a mi lado, seria y taciturna. ¿Qué le ocurria?
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Al llegar a la casa de Gerry, la tensión acumulada en el coche desapareció.
El aire llegó a mis pulmones y la suave brisa que ondeaba las ramas de los arboles me envolvió.
Era como estar en casa.
Suspiré al ver las lucecitas que colgaban entre los arboles del jardín y el bullicio de la gente que allí se hallaba.
Las mesas circulares adornadas con unas pequeñas velas en el centro; daban un aire de bosque animado. Esperando ver en cualquier momento algún tipo de duende o alguna ninfa dorada.
Caminamos hacia el jardín y las caras se volvieron para sonreir a los Cullen, que iban detrás mío.
Busqué a Gerry con la mirada. Con el corazón encogido y aquella mariposas en el estomago que volaban nerviosas cada vez que lo veía o pensaba en él.
Sonreí de dicha al distinguir su cabeza entre varias.
Era alto. Debia alcanzar el metro noventa. Casi de la misma altura que Edward. ¡Edward! ¿Quién se acordaba ya de Edward?.
Perdí la nocion del tiempo y el espacio. Cuando giró su rostro levemente y sus ojos se encontraron con los míos; sonrió complacido. Muy complacido. Repasó mi cuerpo al detalle y por ultimo sus ojos verde oliva descansaron en los míos; dejando con la palabra en la boca al que le hablaba y dando grandes zancadas hacia mí.
Sus manos envolvieron las mias y las llevó a su boca; y sentí la caricia previa de aquella barba suave que mantenía perfecta. Sus lengua invadió sus labios para lamerlos y entonces besó mi mano con autentica adoración.
-No podias estar mas perfecta.- Susurró; sin dejar de mirarme.- Eres el sueño de un hombre convertido en realidad…
Me sonrojé y bajé la mirada. Aquello me sobrepasaba. Estaba en una maldita nube y aquel hombre me tenia en un puto pedestal.
¡Era feliz! ¡Muy feliz!
Su mano viajó hasta mi cintura y caminamos sorteando a varios invitados. Vislumbré a Tanya que yacia en una de las mesas fumando y con la ira temblando en sus ojos.
Al verme se levantó rápidamente y fue hacia nosotros tirando el cigarrillo con nerviosismo.
-¿Han venido contigo los Cullen, Bella. Ha venido Edward?
La miré con precaución y acerqué mi rostro al suyo para darle un beso y felicitarla por su aniversario.
- Felicidades Tanya. No. Edward no ha venido con nosotros. Si quieres saber mas. Habla con Emmet.
Ella me sonrió y dio un saltito, haciendo que sus bucles color fresa danzaran divertidos.
La seguí con la mirada y mis ojos viajaron hacia los de su padre; que la miraba con preocupación.
-Mi hija está ciega si cree que ese hombre la ama. Pero quiero que aprenda de su errores y se haga fuerte. No quiero tenerla en una jaula de cristal; quiero que vuele. Pero lo que no estoy dispuesto a permitir es que nadie le corte las alas.
Lo miré seria y comprendí enseguida lo que aquellas palabras envolvían.
-Ven.- dijo.-Quiero enseñarte la casa.
Me apretó mas entre sus brazos y me guió con orgullo hacia el interior de la casa.
Apenas habíamos ascendido varios peldaños hacia el interior de la gran casa, cuando el fuerte sonido de unos neumáticos en el asfalto, nos hicieron volvernos.
Gerry soltó mi cintura, para hacer posesión de la mano y avanzar hacia el dueño del coche que habia hecho tanto sonido en el pavimento.
Yo antes de llegar a la altura del principio del jardín; ya no tenia ninguna duda. Habia sido Edward Cullen. Con aquel volvo plateado que llevaba a paseo como si fuera un puto loco y quisiera desparramar sus sesos por cualquier carretera colindante a Forks.
La grácil figura de Tanya fue hacia él .
Sentí como Gerry se tensaba a mi lado. Edward habia despreciado a Tanya, apartándola a un lado y buscaba como a un poseso a alguien entre la multitud.
Miré a Gerry, esperando su reacción; pero se quedó allí parado, apretando la mandíbula fuertemente.
-Te está buscando a ti.- dijo con la voz ronca.
Yo lo miré con diversión y casi reí ante aquella afirmación tan tajante.
-¿A mi? No….no lo creo…
-Bella mi amor….¿No te has dado cuenta?
Lo miré profundamente a los ojos y pude ver sufrimiento en ellos.
Sentimos una presencia a nuestro frente y unos jadeos cansados y molestos.
-Suéltala.- Aquella voz….
Gerry dejó de mirarme y plantó cara al inmaduro de Edward que….
Tragué en seco al mirarlo.
Su cabello despeinado aún lo estaba mas que de costumbre, sus mejillas estaban arreboladas de rubor, sus labios abiertos, inquietos, por respirar también por la boca y aquella manera de vestir, que era un pecado para cualquiera que tuviera ojos y fuese una mujer.
Los pantalones se le ceñían a los muslos y caderas; dando fuerza a su personalidad, camisa blanca, tan pegada que podia estallar y aquella corbata fina que cualquier fémina soñaría con arrancar.
Tragué mas de dos veces con la garganta seca, al inspeccionar su cuerpo por completo; y de repente como si fuera un recortable lo recordé en pelotas en su habitación. Me sentí arder y mi vista se nubló.
-¿Quién eres tú para decirme que la suelte? ¿Eres el novio de mi hija, no? ¿Qué derecho tienes sobre ella?
Edward me dirigió una mirada rápida, de tristeza y abrió la boca de nuevo, pero esta vez para romper en pequeños trozos mi corazón.
-Bella…espero que me perdones algún dia por esto. Pero debes de ir a ver a la madre de Tanya al psiquiátrico. Por favor. Te ruego que lo hagas. No hagas nada de lo que puedas arrepentirte toda la vida.
No sabia que me pasaba. ¿Qué quería decir con aquello?
-¿Qué tiene que ver Reneé en esto… Cullen?
Miré horrorizada el rostro de Gerald y luego alternativamente el de Edward.
Desolada.
-Ve a ver a tu padre Bella. Insistió en venir a contártelo él mismo. Pero yo le quité esa idea de la cabeza. ..
-Yo te acompaño Bella.
-¡No!.- bramó Edward, dando dos pasos hacia nosotros.- Ni se te ocurra. ¿Quieres terminar de matar a Charles Swan?
Gerry soltó mi mano como si quemara y me miró como si hubiese visto un fantasma.
-¿Eres hija de Charles Swan?
-Si….
Continuará….