CASANOVA
CAPITULO 6
-Fantástico.-farfulló Bella, mirando al personal desde el escenario, mientras vitoreaban y clamaban a los opulentos presentadores.
-Y aquí tenemos a dos preciosidades que van a contraer matrimonio, próximamente.- gritó la neumática oxigenada que habia cogido a Bella y a Edward por la cintura y los miraba con una sombra de candidez.- Señorita X ¿no?.- dijo dirigiéndose a Bella.
Ella movió la cabeza en señal de afirmación y rodó los ojos. Edward Cullen no le quitaba la vista de encima.
-¿Edward Cullen?.- preguntó al otro lado.
Él también asintió.
-Díganme…¿Cuándo es el gran dia?.- preguntó de nuevo la rubia, dirigiéndose a ambos y poniendo el micro en la boca de Bella.
-el 13 septiembre.- susurró ella, apretujándose las manos nerviosa.
-¿Y el caballero?.- paseó el micro hasta Edward que miraba a Bella embobado de cabeza a pies.
-Tambien el 13 de septiembre. Y no es con ella….- comenzó a reírse el muy tunante.
“ Ojala y fuese ella”, pensó él, lanzando un emotivo suspiro.
Aquella muchacha era una diosa. Vestida con aquella tela que la envolvía azul turquesa, parecía salida de unos de los jardines del Edén. Tentación y magnetismo, toda ella.
-Chicos, pues ahora, nuestros chicos bailaran para ustedes dos. Sentaos aquí.- dijo la rubia,señalando un par de taburetes que los dejaban en medio del escenario, juntos, muy juntos.
Edward buscó la mirada de la chica e intentó sonreírle; pero por alguna razón que no comprendía ,ella le evadía la mirada.
Una música relajante y sensual. Embolvió el ambiente y dos figuras se acercaron a ellos.
A cada lado del escenario apareció; por el lado de Edward una chica y por el lado de Bella, un chico.
Los gritos de los espectadores , cuando aparecieron los bailarines, le hicieron daño a Bella en los oídos. Cerró un poco los ojos y cuando los abrió vió un torso moreno, que le quitaba la vista del escenario, miró hacia mas arriba y el destello de unos dientes completamente blancos, la hizo sonreir.
El chico de ojos pequeño, pero perturbadores, la miraban con deseo mientras se balanceaba de una lado a otro al compas de la música.
Su torso desnudo y el trasero bien formado ;cuando se volvia para dar la cara al público, hizo que Bella se tapara la cara, avergonzada, pero a la misma vez divertida.
Miró hacia el lado de Edward. La chica que le bailaba en cuestión, ya habia logrado que se quitara la chaqueta y la muy golosa metia las manos entre los botones de su camisa; abriéndolos.
Él la miraba a los ojos mientras la chica hacia la tarea.
La verdad es que habia magnetismo entre ellos ya que él, se mordió los labios serio, mirando su boca con deseo.
Bella apartó la mirada.
Ella pensaba hacer lo mismo con aquel muchacho que se contoneaba sensualmente delantes de ella.
-¿Me dejas?.- gritó el chico, ofreciéndole la mano para bailar con ella.
Bella se quedó mirando su boca de lobo y sonrió.
-¡Claro!.- gritó ella eufórica.
-Mi nombre es Jake.- le dijo el chico a Bella, n sintiendo el aliento de él en su oído.
-Bella…-
El muchacho la miró de arriba abajo y atrajo el cuerpo de ella hacia él.
Edward estaba en su salsa. La mujer que se pavoneaba delante de él, era escultural, y provocativa.
Su piel resplandecía como si su piel fuera de brillantes y su boca era perfecta ..para lo que era perfecta; claro.
Miró con disimulo hacia su derecha.
La mujercita que lo habia tenido babeando durante la presentación, se mostraba mucho menos avergonzada y habia sucumbido a los contoneos del bailarin de turno.
Aunque como algo meramente incomprensible, Edward sintió envidia, era él quien quería atraer a la castaña hacia sus caderas y moverlas con ella al ritmo de la música.
Se notó levemente enfadado, pero hizo caso omiso a sus sentimientos.
Aquello era una total locura; no podia sentirse asi por una total desconocida.
Los labios de la rubia, buscaron los suyos, y no los despreció.
El beso, lleno de una carga erótica total,lo empalmó con ganas de muchísimo mas que un simple beso.
-Quiero verte después de esto.- le dijo él.- dándole una pequeña tarjetita, con las señas de un hotel,que frecuentaba cuando salian ligues esporádicos.
-Espérame.- le dijo ella, enredando la lengua en su lóbulo.
Él le sonrió, ladinamente y se volvió hacia su derecha.
La muchacha bailaba muy cerca del mastodonte de hombre que se aferraba a ella.
La castaña ,tenia un culo estupendo y Edward se sorprendió a si mismo, imaginando amasando ese culo con sus manos, poderosas.
Cerró los ojos algo confundido.
El cabello de la muchacha era algo parecido al de su futura esposa, se acercó a ella dando unos pasos mas y el mastodonte se giró para mirarlo.
-¿Quieres bailar con ella?.- le preguntó con una sonrisa digna de un anuncio dentífrico.
Edward la miró y vió algo que quiso reconocer en aquellos ojos.
Ella corrió hacia las escaleras que bajaban al escenario y quiso mimetizarse con el público.
No lo consiguió. Edward Culle habia bajado tan acuciadamente como ella y la cogió del brazo para volverla con brusquedad.
-¿Por qué huyes de mi?.- le preguntó traspasándola con la mirada.
-Dejame en paz.- ella, se deshizo de su brazo y caminó hacia la salida.
Bella estaba histérica.
¿Por qué aquel hombre no la dejaba en paz de una maldita vez?
¿No era ya bastante que tendría que casarse con él en apenas una semana?
-Oye…
Edward siguió a la muchacha castaña. Victima de un embrujo del que no era capaz de salir.
Bella salió de la discoteca y buscó a Jasper el amigo de Alice.
El hombre alto y rubio, se hallaba hablando amistosamente con la chica que habia bailado con el caradura de Edward.
Fue hacia él y la chica la miró de arriba abajo.
-¿Has visto a Alice?.- preguntó Bella acobardada por el seguimiento de su futuro esposo.
-Me ha dejado esto.- dijo Jasper, tendiéndole una tarjetita a Bella.- Aquí es donde se aloja, esta noche por lo visto no tenia pensado que volvierais a casa.- El muchacho rió.
Bella cogió la tarjeta y pidió un taxi. Iba a montale a Alice la bronca de su vida.
De eso estaba completamente segura.
Edward perdió de vista a la castaña; pero en su lugar se vió morreando de una manera tremebunda a la colosal bailarina con la que habia quedado en el hotel.
Cuando despegó sus labios de ella; para respirar, ella le susurró en el oído.
-En media hora estoy fuera. ¿Me esperas o acordamos encontrarnos allí?
Edward, bajó la vista hacia sus colmados pechos y suspiró.
-Te espero allí: ya salgo para allá.- le sonrió y le dio un dulce bocado en el hombro.
Salió de allí en busca de un taxi , se metió las manos en los bolsillos mirando la luna llena que alumbraba la noche.
Sacó un pitillo y fumó pacientemente, a la espera de un taxi libre.
Bella Swan pagó religiosamente al conductor del taxi y entró al hotel, dando la tarjeta sin mirarla a la luz de los candelabros de cristal que colgaban a ambos lados de la recepción.
-Tome, la habitación 202.
Bella tomó la tarjeta y suspiró.
Miró el amplio hall y buscó el ascensor.
Aquel hotel era de todo lujo y confort. Pensó en Alice y en la regañina que le iba a propinar en cuanto la viera. Pero aún embotada por todo lo que habia sucedido, no comprendía como el destino podia ser tan cruel.
Precisamente aquella noche tuvo que encontrarse con aquel asqueroso de Edward Cullen.
Decididamente, si estuviese loca por él, solamente sufriría, aún tenia clavado a fuego el beso con la bailarina y la manera en que la miraba, deseo y lujuria…
Era una maldito depravado y ella estaba condenada a pasar una parte de su vida con él.
Subió hacia la habitación y abrió la puerta con la tarjeta.
La habitación estaba completamente vacia.
¡Mierda! ¡Y no tenia manera de contactar con Alice! ¡Ella se habia quedado el mobil al subir ella al escenario!
Encendió las luces y alzó las cejas.
La habitación parecía una suitte de enamorados.
Un cochon de agua….y varios cuadros con pinturas de las mil u una noches…
Se rió en su defecto.
Se sentó pacientemente y esperó a Alice.
Vió un mueble bar y buscó algo con lo que saciar su sed.
Todas las botellas eran de champaña o licor. Buscó una copa y abrió la botella, dando el corcho un golpe en el techo. Entonces se fijó que todo él, eran cristales, en los que se veía la cama en su totalidad.
Llevó el dulce caliz a su boca y se relamió.
Aquella noche se destonillarian de risa; seguro.
Victoria se habia preparado para salir en busca de aquel hombre que la habia dejado sin respiración. Buscó la tarjeta en su pantalón y no la encontró.
Recordó su conversación con Jasper, y sonrió al saber el paradero de dicha tarjeta. Buscó en la mesa de la entrada de la discoteca y gritó nerviosa.
-Jazz..¡Maldita sea! ¡Aquí habia una tarjeta ¿Dónde coño esta?
Jasper se giró y caminó hacia ella como una pantera.
-No sé de que me hablas.
-Sí, una tarjeta. Es de vida o muerte.- Victoria revolvía nerviosa, la mesilla sin encontrar nada.
-Como no sea esto…- Jasper extendió un sobre con algo dentro; un mobil y una dirección.
-Esto no es…Jazz…¿a quien le has dado mi maldita tarjeta?
Victoria y Jazz se quedaron mirando por un momento y cerraron los ojos al mismo tiempo.
Edward Cullen y la señorita X se encontrarían en la misma habitación.
Edward miraba el reloj nervioso. Habia un atasco de narices y ya llevaba mas de una hora metido en el maldito taxi. La carrera le iba a salir por un ojo de la cara y la bailarina sedienta de sexo seguro que se habia marchado de allí, sin haber metido el polvo de su vida…porque de algo estaba completamente seguro. Quien se acostaba con él, volvia a mendigar mas pasión…era un amante excelente.
Soltó un bufido y saltó del coche , pagando previamente al conductor.
Apremiante, abrió la puerta del hotel y pidió la tarjeta.
-Lo esperan señor.- le dijo el empleado.
Él asintió y sonrió . En dos grandes zancadas picó el botón del ascensor y subió a su planta.
Deslizó la tarjeta por la puerta y al entrar vió una iluminación tenue y se revolvió el cabello preso de la anticipación del buen sexo.
Cerró sigilosamente y caminó hacia la cama.
En la mesita de noche habia dos botellas de champaña abiertas y completamente vacias.
-Vaya…ha festejado sin mi.- susurró.
Se quitó lentamente toda la ropa y se acostó al lado de aquella mujer de formas redondeadas.
Apagó la luz y se apretó a ella,dando a entender en la situación en la que se encontraba.
-Mmm…
El gemido,hizo que el miembro de Edward vibrara y jadeó impulsivamente.
Le acarició el torso y se maravilló con el tacto de su piel.
La mujer aun no se habia desvestido y el ropaje que llevaba,molestaba a Edward sensiblemente.
Isabella dormía, y en sus sueños, Edward Cullen monopolizaba su cuerpo.
Le susurraba palabras de amor y la acariciaba.
Sintió un vuelco de emociones al saberse excitada y suspiró.
Victima del sueño y de las dos botellas de champaña, Bella sintió unos dedos que la desprendían del vestido y le acariciaban dulcemente.
Edward no podia verla, pero podia sentirla…y se sentía tan bien…
Desprendió todas las sabanas hacia los pies y le quitó la ultima pieza de ropa que le quedaba en su cuerpo: las bragas.
Paseó sus dedos por las largas piernas y buscó los rizos de su pubis, indiscretamente; con ansias.
Ella abrió las piernas; invitándolo, y comenzó a masajear su clítoris en círculos, oyendo perfectamente como su respiración se hacia mas agitada junto con la de él.
Buscó con los labios su entrada y la lamió como el sediento en un desierto.
Succionó y bebió todos sus jugos.
Bella no quería despertar de aquel sueño.
Aunque el causante de aquello era Edward Cullen; no le importaba. Aquello era demasiado maravilloso y no podia detenerse.
Edward la sintió explotar y metió la lengua en su yaga para embestirla fieramente; como si de su falo se tratase.
Aquella mujer lo tenia al borde del abismo.
Se posicionó encima de ella y quiso penetrarla sin la ayuda de la mano. Pero no lo consiguió.
Sujetó su miembro , esta vez con la mano y empujó dentro de ella.
Algo pasó.
Algo raro.
Se topó con algo que no debia de haberse topado y la muchacha en cuestión, gritó.
Meció la cabeza de la chica en su pecho y le tarareó una dulce canción mientras, empujaba levemente y se adentró en su totalidad en ella.
La mujer suspiró.
Edward sonrió complacido. Nunca se hubiese imaginado que aquella bailarina libidinosa fuera virgen.
Permaneció unos segundos dentro de ella y comenzó a mecerse lentamente, jadeando por el placer …¡era tan estrecha y tan profunda!
Bella sintió el dolor, pero al oírlo cantar y arrullarla; por inexplicable que pareciese, se calmó.
Sus embestidas lentas pero certeras la sumergieron en un mar de placer inconmensurable y gritó al primer orgasmo.
-Edward….
Edward se paró en seco y buscó la luz de la mesilla de noche.
Encendió y….¡No podia ser! ¡Se estaba tirando a la novia del Men´s and Girl´s!
Continuará….
holaaaaaa guauuuuuu me re gustooo...ahhh y edward pensaba que era la bailarinaa se terminoo acostando con su futura mujerrrrr ...que buenooo y bella pensando que era un sueñooo...uhh esta buenisimaaa la historiaaaa...yy encimaa dijo su nombree ahhhhhhhhhh...me re fascino y ya quiero leer el que sigue besotes!!!!!!
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