M A R C A D A
CAPITULO 12
Bella Pov
Yo siempre estuve ahí. En el correr de los tiempos.
Siendo la hija de mi padre, sin saberlo y ascediendo desde los infiernos sin oponer resistencia a ninguno de sus mandatos.
¿Cómo pude ser tan ilusa?
Los recuerdos de mi soledad se volvieron nítidos y volvieron a mi con un pitido de oídos ensordecedor.
Aquel hombre que se hallaba frente a mi era el comandante de las legiones de mis espantosas pesadillas.
Aquel que en otro tiempo fue un angel con dulces alas blancas se habia volcado con el primero que cayó para desolar el planeta de armas y de destrucción: Azazel.
Introductor de la armas en el planeta y bajo una comandancia de mas de doscientos demonios. Aquel era mi padre.
La marca…La marca era el postín a una desviación a lo que eramos nosotros los vampiros.
Mi sangre demoniaca se revolvía con la mas pura. Uno de los primeros angeles mujer que se encontraban a la derecha del que una vez llamaron padre los que se conjuraban con mi Azazel.
Navit; que en el significado mas puro era nomenglatura de Bella, Isabella, pasó a ser Bella por algún don infinito que me hizo adquirir ese nombre al hacerlo diminutivo.
Comprendiendo quien era y mirandolo ensimismada a él ,que me miraba jocoso con una sonrisa de autentico demonio en su rostro, me enfurecí y me encaré a él como una posesa.
-Eres un autentico cabrón, padre.
La risa de él, hizo eco en mis oídos y perdí la nocion de todo.
De absolutamente todo…
Edward Pov.
Dios mio, que maravillosos eran aquellos labios llenos y ensalivados por mi. La tortura infinita era un dulce castigo si al final la iba a poseer a ella; a mi reina.
Noté con cada beso que le daba que ella poco a poco se fue tensando y se apartó de mi, con los ojos ensombrecidos.
-Bella….- le susurré.
Ella no me dijo nada y su cuerpo cayó como muerto entre mis brazos.
Me asusté tanto que si hubiese tenido corazón, seguro que hubiera padecido un paro cardiaco.
Mil dulce mujer se hallaba con la mirada perdida y sin mover ni un musculo de su adorado cuerpo entre mis brazos.
La cargué y me la llevé a mi habitación, intentando interactuar con alguien de mi familia.
Intentaba oir a Carlisle en algún lugar. Correr hacia él y decirle lo que le pasaba a mi Bella.
Pero por extraño que parezca, aquello no pasó.
La tendí en mi cama y esperé pacientemente su despertar….
….Como si alguna voz en mi cerebro me dijera que aquello era normal; que tenia que ser normal que Bella estuviese de aquel modo.
Mientras la miraba pude observar como una lágrima surcaba su rostro y hacia un camino mojado que la llevaba hasta su boca.
Me acosté a su lado y comencé a acunarla tiernamente.
Algo debia de pasar en la cabeza de Bella, que al parecer no era consciente físicamente; pero al contrario, lo era psíquicamente.
-Tranquila amor. Sea lo que sea; yo estoy aquí contigo, y siempre lo estaré….siempre.
Toqué levemente su barbilla e hice un recorrido de sinuosas caricias por su rostro perturbado.
-Mi reina, mi vida, mi amor….- susurré entre sus labios inertes.- Pensé que nunca te encontraría y aquí estas. Nunca creí encontrar la mujer que volviera mis instintos de hombre primigenios por encima de mi sed y tan unidos a ella . Porque tú eres mi primera necesidad, Bella, como hombre y como vampiro…
Aquello era una total declaración de amor…sabia que me estaba saltando las reglas de aquel maldito Decálogo. Pero no me importó. Por algún motivo insospechado yo me hallaba allí con ella y podia hablarle de mis sentimientos sin miedo a que se marchara o me gritara ante tanta deshinibición.
Bella Pov
Llegué a mi cuepo sin comprender lo que me ocurría.
Pero pronto lo supe. Mi padre me habia dejado caer de donde mierda estuviese y volvia a mi cuerpo inerte.
Seguia en los brazos del vampiro Cullen, que me habia sobeteado por todas partes hasta la saciedad.
Mi cuerpo seguía sin responder; cuando quería apartarme de él y ensártarlo en alguno de los pilares de aquel salón y que no volviese a tocar mas mis carnes.
Me asqueaba el pensar que aquel marcho marcaba mi cuerpo con sus manos y sus labios con aquella devoción.
Y entonces comprendí todo…
Él…era mi compañero.
Recordé como se habia marchado Tanya y la manera en que sus carnes se abrieron al lamer las heridas de mi marca.
Él era el rey.
Nuestros destinos estaban unidos …¿No se suponía que yo debería amar a aquel tipo, locamente? ¿Y por que no sentía nada por él?
Nada…
Una marioneta en brazos de mi padre; eso es lo que habia sido.
Comprendi eso mientras Edward me llevaba entre sus brazos a algún lugar.
Un hibrido como yo, importado desde la luz y la oscuridad iba a ser la madre de una nueva raza que iba a acabar con todos los mortales.
¿Pero entonces que papel tenia Edward en todo esto?
¿Qué extraña criatura era él?
Como si de un libro se tratara, miles de imágenes se apostillaron en mi cerebro y creí enfermar de agonía.
Yo era una llave, una llave para mi padre.
Me retorcí de dolor. La marca me quemaba nuevamente, pero no era porque estuviese abierta. Las manos de Edward alrededor de mi espalda me quemaban, como si mi cuerpo rechazara su contacto.
Me tendió en una cama y supuse que aquella seria su habitación.
Se le veía preocupado por mi.
Me enternecí y algo grande ocupó mi corazón.
Recordé la visión que habia tenido de él cuando murió. Aquella mirada enfebrecida era muy semejante a la que tenia cuando besaba aquellos labios que no eran los míos porque yo no era dueña de mis actos.
Sin comprender mi cuerpo, lloré, lloré con desesperación en mi inconsciencia.
Él se acercó a mi y sentí su cuerpo muy cerca del mio.
Comenzó a acunarme y noté que el dolor comenzaba otra vez, bajando por mi espina dorsal y mis posaderas.
-Tranquila amor. Sea lo que sea; yo estoy aquí contigo, y siempre lo estaré….siempre.
Sus labios cercanos a mi oído, estremecieron mis sentidos y oleadas de calor ardientes envolvieron mi centro en una combulsion tal que si hubiese sido dueña de mi cuerpo hubiera saltado de allí alarmada.
Comenzó a acariciar mi cara con suaves toques y volví a encenderme aún más.
Santo dios ,aquello era un total descontrol…yo no sentía nada por aquel hombre ¿O si?
-Mi reina, mi vida, mi amor….- susurró entre mis labios inertes.- Pensé que nunca te encontraría y aquí estas. Nunca creí encontrar la mujer que volviera mis instintos de hombre primigenios por encima de mi sed y tan unidos a ella . Porque tú eres mi primera necesidad, Bella, como hombre y como vampiro…
Aquellas palabras, jamás omitidas en labios de ningún otro ser, hicieron que pudiese mover mis dedos de los pies.
Comenzaba a ser dueña de mis actos. Un leve hormigueo en mis piernas y luego dolor…
Mis ojos se clavaron en los suyos y él supo que yo habia vuelto.
-Bella…
-No…- salté de aquella cama y me afiancé como una lapa en la pared de uno de los lados de la habitación.
Él apesadumbrado levantó su cuerpo y bajó la mirada hacia el suelo.
-Es lo que siento…me da igual todo…estoy loco por ti.
-Tú…no sabes quien soy….
-Eres mi reina.- declaró, volviendo sus ojos hacia mi.
-Soy la reina de los condenados Edward.
-No…
-Sí…soy …la hija de Azazel….
Edward abrió mucho los ojos y se acercó a mi de un salto extremadamente rápido, incluso para mi.
Me miró los labios y se acercó , mordiendo los suyos hacia mi rostro.
-No me importa lo que seas ni quien seas; Bella, lo único que sé, es que te amo.
Como algún dictamen divino, la incoherecia sobre cuerpo y mente se desconectó y abordé sus labios con maestria. Mi cuerpo quería recorrer su piel con las yemas de mis dedos y deseaba enfrebecidamente que me poseyera de manera carnal…salvaje.
Me abandoné a las pasiones mundanas y noté como su lengua se adentraba en mi boca para jadear de ardor.
Sus ojos buscaron los míos y separó sus labios de mi.
-No pares,Edward…por lo que mas quieras…no pares…- le susurré; sin comprender, lo que aquellas manos me hacian sentir.
Continuará…
holaaaa jaja siiiiiiiii se entregaronn a la pasionn je edward estabaaaa como loquitoo esta idiotizado por bella y ella siente algo pero todaviaa no sabe el que...yy lo dejastee en la mejor partee eress malaa jaajj!!! ya quiero leer el que siguee a ver que pasa entre estos dos!!!! me encantoo el capiii...besotes!!!!
ResponderEliminar