Capitulo 8
Aquella tarde fui a buscar a los niños al colegio; con mi peinado y mi vestimenta nueva. Me paré delante de la puerta del colegio y observé que Alice Cullen, parecía estar esperando a alguien porque movía de un lado a otro la cabeza.
Jared y Emily, esperaban, uno a cada lado de Alice, sonrientes y buscándome con la mirada. Me acerqué mirándolos a los ojos, pero no parecieron conocerme hasta que estuve ya encima de ellos.
-Ei…Chicos ¿No le dais un besito a mamá?.- Les dije parándome justo delante de ellos.
-Mamá.-decía Emily.- Mira Jared, es mamá ,parece más joven y guapa ¿Usted que dice señorita Alice?- dijo la niña mirando a su profesora.
Yo los abracé a ambos y sonreí a Alice abiertamente.
-Vaya, Bella, vaya cambio.Pareces otra. - dijo Alice Cullen, plantándome dos sonoros besos en las mejillas y dándome un abrazo efusivo.
Yo , completamente descolocada, le sonreí forzadamente y cogí las manos de mis dos hijos para partir hacia mi casa.
-No. Bella. Espera. Te llevo a casa.- Me dijo ella tocándome el hombro.
La esperé pacientemente en el quicio de la puerta de la escuela, bajo la atenta mirada de Jared que me miraba con el ceño fruncido.
-Mamá, no pareces tú. No me gusta el cambio.
Yo lo miré con ternura y lo besé.
-Mi hijito querido,¿sabes? Mamá se debía este cambio, ha sido como…revitalizarme. ¿Entiendes? Ahora estaré más contenta. No pongas esa carita amor.
-¿Vamos? .- La voz melodiosa de Alice, nos sacó de nuestra breve conversación y nos dirigimos al aparcamiento de la escuela.
Yo me senté en el asiento del copiloto y los niños detrás con sus sillitas preparadas.
-Vaya, Alice ¿Tienes hijos?.- Le pregunté al ir tan bien equipada.
-No. Las compré hace unos días…por si las necesitaba y ya ves …- Miraba la carretera y a mi altenativamente.
-La calle es…- no me dejó terminar.
-Sé donde vives, Bella.
La miré con sorpresa y me contuve de decirle nada.
Ella miró mi gesto y sonrió de manera ladeada ¿Aquella era una marca de la familia Cullen?
-Dejaremos los niños con Edward. Le toca ahora ¿no?.- me preguntó de pronto, al llevar ya vario trecho recorrido.
-Sí…llega en media hora, tres cuartos…¿pero?
-No te preocupes, quiero hablar con él, sobre Emily un momento, quiero dejarle el temario.- me dijo mirándome.- Quiero que la nena, coja todas las bases bien y confio en que él va a ser una fantástico profesor de refuerzo.
Un silencio incómodo inundó el coche; por lo menos por mi parte. Ahora tendría que comentarle que quería que Edward me diera clases particulares….que se olvidara de mi niña, ya le buscaría yo otro profesor.
Pero pensándolo bien, aquel era un tema que quería discutir con él. No con su hermana.
-¿Y donde iremos?.- pregunté un poco atemorizada.
-Tenemos que hablar….esto se está yendo de las manos.- Me dijo misteriosamente.
Yo bajé la cabeza y no despegué mis labios hasta llegar a mi casa.
Bajamos de su fabuloso porshe y nos dirigimos a nuestra casa.
Ella se quedó atrás hablando con alguien por teléfono, intenté poner oído a la conversación, pero la muy maldita hablaba tan rápido que apenas pude escuchar una palabra : Edward. Mmmmm… Cuando mi cuerpo se acordaba de él, mis pechos se hinchaban, mi cabeza daba vueltas mareada y mi sexo se humedecía; irremediablemente.
Entramos dejando la puerta abierta, para que pasara Alice. Me dirigí a la cocina a preparar la merienda. Se la dispuse a mis hijos en sendas bandejas y fui hacia mi habitación a ponerme cómoda.
Me cambié de ropa, una sudadera y unos pantaloncitos cortos, eran suficientes, me recogí el cabello en un roete despeinado y pensé en quitarme las lentillas ; pero no lo hice. Pensé en Edward y un escalofrio de placer me recorrió de los pies a la cabeza.
Cuando fui hacia la cocina Alice ya estaba allí…y Edward también.
-¿Te has cambiado Bella? Te he dicho que debíamos charlar…- Me espetó Alice haciendo un puchero con sus labios.
-Ay…Dios…Alice se me olvió completamente.- debí de estar graciosísima en aquel apuro, porque ella rió irremediablemente.
-No te preocupes, ya hablaremos otro dia. ¿mañana quizás? Es importante.
-Vale.- Le dije.
Se acercó a mi lentamente y me besó una de mis mejillas.
-Edward, pórtate bien..ejjejejejeejj! a veces es como un niño, Bella.- Miró a Emily y le mandó un beso con la mano.- Que te vaya bien Emily, nos vemos mañana.
Se marchó dejándonos a los niños y a mi solos con Edward.
Se acercó a mí desde mi espalda y me habló muy cerca del oído, tanto que podía sentir su aliento frio y embriagador en mi boca.
-¿Dónde nos ponemos?.- Me dijo con un tono lleno de promesas.
-¿Eh?...- Me dí la vuelta y lo encaré.- Sí, en la habitación de Emily estaréis bien. No os molestará Jared, ni yo haciendo tareas.
Él en ningún momento,se alejó de mi proximidad.
-Muy bien.¿Emily?.- Llamó a mi hija y ella saltó del sofá como hipnotizada y lo miró con la cara risueña.
-Nenita, enseñale a Edward tu habitación. Vais a estar allí para que Jared no os moleste.
-Vale mamá.
Emily había cogido la mano de Edward y se lo llevaba hacia su cuarto..
-Edward…
Él se giró y me miró intensamente a los ojos.
-¿Si, Bella?
-Cuando termines con Emily, quiero hablar contigo.
Él se pasó la mano por una incipiente barba y me sonrió de aquella manera tan peculiar suya y de todos los Cullen.
-Yo también lo deseo Bella.
Mi corazón se paró unos segundos, para luego galopar desbocado.
¿Aquello tenia doble intención? Porque si no lo tenia…lo parecía…y si no era eso, es que ya estaba soñando despierta con Edward Cullen y con los sensaciones que me causaba, el amante joven de mi madre. Lo ví marcharse hacia la habitación de Emily, y me eché la mano a la garganta, mi corazón se hallaba en mi garganta.
Intenté pasar la balleta y limpiar los suelos con la mopa, ya que al dia siguiente poco podía hacer; era viernes e iría a trabajar por la tarde con Ben. La verdad es que tenia unas ansias locas por volver a practicar en el salón de belleza.
Debía hablar con mi madre. Tendria que quedarse con Jared y Emily, ya que no sabía a la hora que volvería Jacob….
Oí unos pasos detrás mio y me giré. Allí estaba mi pequeña,con Edward siguiéndola.
-¿Ya, nenita?.- Le pregunté poniéndome a su altura.
-Sí, Edward me ha dicho que me da 15 minutos para que haga lo que quiera, que he de descansar. Mami ¿sabes que la concentración se pierde más o menos cada 45 minutos? Me lo ha dicho Edward, por eso me deja descansar, para luego volver a la carga con más ganas.
Le sonreí, y miré al chico. Él no sonreía, lo había pillado de marras. Me estaba devorando con la mirada. Una sonrisa involutaria apareció en mis labios; me alegraba de sobremanera que aquel crio, me mirara de aquella manera. Aunque no dejaba de recordarme ni un momento ami misma, que era el novio de mamá.
-Emily,dejanos solos a Edward y a mi; debemos hablar cosas de mayores. Corre, ve con Jared, está jugando a Mario Bros.
La niña no llegó a despedirse de Edward si quiera, corrió como un rayo y desapareció de nuestra vista. Yo miré a mi interlocutor y empecé a exponer mis ideas.
-Necesito tu ayuda Edward…Le dije sin mirarlo a los ojos.
-¿Cómo? ¿En qué? ¿Por qué?.- Me dijo frunciendo levemente el entrecejo.
Me senté en un taburete del recibidor y le ofrecí que hiciera lo mismo.
-He pensado que no voy a ser ama de casa toda la vida. Ya soy madre y eso si es para toda la vida; esto no. Cuando conocí a Jake, me quité yo de en medio para que él pudiese acabar la carrera. Yo he sido el peón en esta partida de ajedrez y no me gusta. No me he realizado como mujer y quiero hacerlo. Voy a comenzar a estudiar, en un par de semestres realizan las pruebas para ingresar a la universidad; me he apuntado a esas pruebas, me han dado el temario y la verdad casi todo me suena a chino. Necesito un profesor que me ayude y he pensado en ti…claro que las clas….
-Por supuesto.
Yo lo miré detenidamente y moví la cabeza ligeramente en negación.
-No me has dejado que acabe…Emily…
-Rosalie, puede encargarse de Emily.
-¿Rosalie?
-Mi cuñada; también en profesora.
-Vaya.- me levanté.-Sois un jardín de sorpresas, los Cullen….Está bien, los honoriarios,¿Qué cobras la hora?
Él se levantó y se acercó a mi con una ceja levantada y una sonrisa pícara en sus ojos.
-¿La hora? Jejejejje.- Me quedé hipnotizada mirando sus labios perfectos… y aquella sonrisa tan sexy…noté como otra vez y como una marea llena de sensaciones, me envolvía su sensualidad y comencé a excitarme de una manera que debería estar prohibida…para mi.
Traqué la saliva agolpada en mis labios y lo miré a los ojos.
-¿Me vas a dar clases sin nada a cambio?.- La verdad, no pensé, lo que le había dicho, porque al cabo de un momento comprendí su reacción.
Me cogió en volandas y me llevó a la cocina a una velocidad de vértigo. Allí me apretó muy fuerte contra su cuerpo y me subió en la mesa de la cocina; me separó las piernas, para crear un acceso viable a su músculo sexual y me puso al filo de la mesa. Quise quejarme pero no pude. Miraba aquellos ojos dorados que me observaban hambrientos de deseo y me dejé hacer. Aprisionó mis labios entre los suyos y comenzó a succionarlos de la manera más sexual que había sentido en mi vida. Me tocó la lengua con la suya, y un jadeo involuntario salió de mis labios ,él sonrió contra mi boca y continuó con su sesual juego,comenzó a mover sus manos entre mis muslos, subiendo hacia mi cintura,hasta mis senos. Ahora le tocó el turno a él , un ronco y sensual jadeo salió de sus carnosos labios y creí perder la noción de la realidad. Miró mis ojos pidiéndome permiso y levantó la sudadera con una mano mientras que con la otra me agarraba fuertemente la nuca, para no despegar sus labios de los míos.
Cuando aquellos dedos frios,tocaron la piel hinchada de mis senos, me moría literalmente de placer,eché la cabeza para atrás, dándole acceso a mi cuello para besarlo y comenzó dar pequeñas mordidas y lamidas que me hacían perder el control sobre mi cuerpo.
-Tócame, Bella. Haz lo que sientas, nena…
Como si sus palabras hubieran destapado la caja de pandora; le hice caso y comencé a acariciarlo suave pero enérgicamente, por encima de su ropa.
El suéter que llevaba me estorbaba, lo quería piel con piel. ¿Cómo seria estar con él haciendo el amor en una cama totalmente desnudos? Sintiendo su piel arder, como lo estaba haciendo la mía.
-Te he echado tanto de menos, Bella.-me pareció escuchar.
No. No era posible,debía de haber entendido mal. Seguro. Me entregué por completo a sus caricias y yo comencé las mias, vergonzosamente primero y con mucho ardor, minutos mas tarde.
-Edward.- Le dije separando nuestros cuerpos.- Los niños….Emily.- Jadeaba sobre su boca,hinchada por mis besos, al igual que estaría la mía, por los suyos.
-Déjame entrar a tu habitación esta noche, Bella…por favor.- Me dijo sobre los labios.
-Sí.- Le dije , descansando mi cabeza en su pecho. Quiero que vengas esta noche, lo necesito. Necesito sentirme mujer y contigo lo siento de una manera sobrenatural.
Él apoyó sus labios en mi cabeza y respiró profundamente.
-Pensé que nunca te volveria a ver, princesa…
Continuará…
holaaa ahhhh que estupendoo este capiiii siiii mmm quieroo leer el proximo edward va a ir a la habitacion me quede en shock con lo ultimo que dijo edward pense que nunca te volveria a ver princesa queee ya laa conociaaaaaaaa??!!!!! ahh me dejass cinn dudass asii tambien como le dijo te he echado mucho menoss mmmm se conocian antes pero bella no recuerdaa oo ya me estoy haciendo una super peliculaa jeee....besos y nos leemos en el que viene adios!!
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