martes, 8 de marzo de 2011

Casanova

CASANOVA
Capitulo 8
-No puede ser…tú; tu…tú no puedes ser Bella, Bella es …diferente.- Balbuceó Edward al mirarla con detenimiento.- Ademas tú y yo…
Carlisle agarró a su hijo por la espalda y lo apartó del campo visión de Bella.
-Serenate; Edward. Todo ha sido una una chiquillada para ver si cambiabas de parecer. Gracias a Dios yo no te dejé hacerlo. Si no te hubieses dado de golpes contra las esquinas al verla nuevamente.- susurró su padre al apartarlo del entorno de Bella y Esme.
-Pero ella…ella….
-Comportate, hijo.-Carlisle miró a su hijo a los ojos y le sonrió levemente.- Es una preciosidad. ¿verdad?
Edward correspondió a su padre con una sonrisa parecida y volvieron hacia el espacio que compartían Esme, Bella y los Swan.
Las dos mujeres tenían una charla amistosa y reian al compartir canapes de diferentes sabores.
-Bien, mujeres hermosas, pasemos al comedor. Nos espera un exquisito manjar.- Carlisle, abrazó posesivamente a su esposa de la cintura y la guió hacia dentro del restaurant; dejando a Bella y a Edward, a una distancia lo bastante prudente para que hablaran sin censuras.
-Estoy mas que sorprendido….- Edward quiso agarrarla de la cintura; pero ella se revolvió como una fiera y lo apartó, haciendo que varias miradas se clavaran en ellos.
-No me pongas las manos encima.- siseó.- Ya he tenido bastante manoseo con el de la otra noche…
Él sonrió, con un deje de sensualidad y la miró anhelante.
-No lo he olvidado.
Ella se paró abruptamente; enfrentándolo.
-Pues mas vale que lo vayas olvidando, ya que no se va a repetir nunca más. Y ahora vamos a comer y entregarnos los regalos de pedida. Si tengo suerte y mi estomago me lo permite, no vomitaré. Luego quiero quedar contigo a solas. Tenemos serios puntos que discutir.
Edward le miró los labios y suspiró. Como le gustaría saciarse de ellos.
- Me parece bien; Bella. Te prometo que intentaré ser inofensivo…aunque es muy difícil serlo con una mujer como tú.
Ella hirvió de fúria y caminó con paso rápido y seguro hasta la sala del comedor, dejándolo a él detrás suyo.
Edward miró el movimiento sensual de su trasero al contonearse y puso los ojos en blanco. Aquella mujer lo iba a volver literalmente loco de atar.
En la mesa, Reneé, Charlie, Esme y Carlisle, charlaban animadamente, mientras que sus dos hijos, tomaban asiento con dos rostros completamente diferentes. Edward: que miraba a Bella con autentico deseo y ella; Bella Swan , intentaba que Esme y Carlisle no vieran con la repugnacia que vagaban sus ojos hacia el hombre que la iba a desposar en matrimonio.
Bella intentó no mirar a Edward en toda la velada.
Pero no pudo escapar del intercambio de regalos.
-Bella. Esta pieza ha sido de la familia toda la vida. Primera fue de mi abuela, luego ella se la cedió a mi madre y mi madre a Esme.- Carlisle miraba a su hijo y Edward acariciaba la cajita suavemente con el pulgar.- Edward, Isabella. Espero que esta joya os una en un amor sin limites; como lo ha hecho con toda mi familia.
Bella tragó en seco “ Un amor sin limites”, oh, si ¡seguro!.
La mano de Edward atrapó la de Bella en un descuido y abrió la pequeña cajita con la que le quedaba libre. La castaña se quedó maravillada. Era el anillo mas hermoso que habia visto en toda su existencia. Levemente ovalado y con miles de diamantes pequeñísimos engarzados. Una maravilla de orfebrería; sin duda. Dado los datos que habia dado Carlisle.
-Oh…es hermoso…gracias Carlisle…no sé que decir.- Bella estaba abrumada. La mano de Edward, ajustó perfectamente el anillo a su dedo y ella lo miró a los ojos un segundo.
-Te queda perfecto.- susurró él, sin dejar de mirarla.
El carraspeo de Charlie, despertó a Bella de la fascinación por la mirada de Edward y apartó la mano de la de él con nerviosismo.
-Nosotros no tenemos joyas centenarias. Este reloj ha sido elegido por Bella personalmente, Edward. Espero que te guste.- Charlie le cedió la caja a su hija y esta la abrió, sin tener ni la mas vaga idea de lo que podia haber dentro. Era un lindo reloj de oro de caballero.- Ponselo a tu futuro esposo hija. Que este sea el primer nexo de unión en vuestras vidas.
Edward le ofreció su mano, tan blanca como la de ella y Bella no alzó la vista para encontrarse de nuevo con su mirada. Parecia que al mirar aquellos ojos verdes, su mente viajara a aquel hotelucho apartado donde ella creyó estar soñando con Él; amándola y poseyéndola. Resultando todo ser una terrible realidad para ambos.
Le pasó los dedos por la muñeca y sintió un pequeño escalofrio que le puso los nervios de punta. ¿Por qué su cuerpo reaccionaba asi ante él?
-Brindemos, por los futuros esposos.- dijo Carlisle , alzando un poco la voz.
-Si brindemos.- oyó Bella decir a Edward en un tono seductor.
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Edward paseaba nervioso de un lado a otro de la carretera.
Habia aparcado el volvo en el arcen, y llevaba esperando a Bella 20 minutos mas de la hora indicada.
Bufó y maldijo entre dientes.
A lo lejos pudo ver dos faros que lo encandilaron y seguidamente el ruido de un motor antiguo. El trasto se paró ante él y una linda figura en tejanos y una linda sudadera en color marron oscuro, descendió de él.
-Pensaba que me ibas a dejar plantado, querida.- Interiormente Edward, se relajó, se habia comenzado a plantear que le habia hecho una putada en toda regla citándolo allí.
-No. Es demasiado importante para mi; como para dejarlo correr.
-¿Y bien?.- Edward separó las piernas y cruzó los brazos ante ella.
-¿No vas a hacer nada por detener esta locura?.- comenzó ella, alzando un poco la voz.
-Ni lo sueñes. Y menos sabiendo quien es “ tu amiga Isabella” ahora….
-Bien.- Bella caminó delante de él pensativa y se rascó la coronilla con nerviosismo.
-A ver como te digo esto, sin que te ofendas….aunque realmente me importa un comino si lo haces, no tienes ningún valor para mi ; pero soy persona y no me gusta dañar gratuitamente a los demás. Yo no estoy en venta; nunca lo he estado, sé la historia de la pe a la pa y no puedo recriminar a mi padre su debilidad…pero lo puedo hacer contigo. Me llevas la suficiente edad como para comprender lo que es la vida. Yo no tengo las vivencias que tú ni me muevo en tus mismos ambientes. ¡gracias a Dios!, pero ni siento ni sentiré nada por ti. Nunca. ¿me entiendes? Me pareces un ser despreciable que no tiene donde caerse muerto y que tiene como orangutanes a la familia de su madre que esta metida en la mierda hasta la cejas. Si no me mires así. Lo sé todo. Sé lo de todas esas amantes que han hecho de ti un autentico Casanova. – Bella se acordó de respirar y analizó el gesto duro de Edward, que no habia hablado una palabra desde el principio de su discurso.- Te odio y te detesto y este matrimonio, si no quieres ponerlo a termino, antes de que sea un hecho. Sera una autentica pesadilla. No voy a dejar que me toques, nuca mas ¿lo entiendes? Me repugna el simple hecho de que tus manos rocen mi piel. No quiero tener nada que ver contigo Cullen y esto.- Bella se quitó el anillo de pedida y se lo entregó, alzándolo ante sus ojos.- Te lo devuelvo. No me interesa ninguna prueba de amor ni de fidelidad; ya que entre nosotros , eso no va a tener cabida.
Edward asimilaba todas aquellas palabras como si fueran finos puñales que se clavaban en su corazón, sin nigun tipo de caridad.
Quiso mostrarse indiferente ante aquellas palabras. Pero dudaba mucho haber hecho bien su papel. Se llevó una de sus manos al cabello y lo revolvió, intentando parecer calmado.
-Vuelve a ponerte ese anillo, Isabella. La boda se va a celebrar.- Su voz se habia hecho mas grave y la mirada dirigida a ella, se habia convertido en una daga de fiereza.- Me importa un bledo tus motivos. Nos vamos a casar, lo quieras o no. Y si es un infierno, eso ya lo veremos. De momento ponte ese anillo y metete dentro del volvo. Te llevo a casa.
Ella lo miró con la ceja alzada y sonrió algo nerviosa e incrédula.
-¿Has oído todo lo que te he dicho?
-Si.
-¿Y?
-Y nada, Isabella. Sube al coche, si no quieres que te coja y te meta a la fuerza.
Bella rió, con un toque de histerismo, antes de mirar el bonito anillo de pedida y meterlo de nuevo en su dedo.
-Esto no tiene razón de ser; Cullen. Lo único que vas a sacar de todo esto es que cuando nos divorciemos te saque hasta los dientes…todo por un matrimonio que va a ser mentira.
-Yo no estoy tan seguro.
-Cuenta con ello.- espetó dura.
-Sube a mi coche, Bella.
Ella miró hacia un lado indiferente y se apartó el cabello coqueta.
-Veras, es que voy a una fiesta privada. Necesito mi camioneta.
-Yo te llevo a esa jodida fiesta.
-No quiero que me ahuyentes a posibles ligues, Edward.
Edward caminó un paso hacia ella y la cogió de una muñeca posesivo.
-Ni lo sueñes…
-No; ni sueñes tú, que vas a ser el único que me ha tocado; Cullen.
Se desprendió de él con fuerza y se volvió hacia la camioneta sin mirar hacia atrás.
Edward se quedó allí parado sin saber que decir, y con ganas de partirle la boca a alguien.
Continuará…

1 comentario:

  1. holaa jee me re gustooo el capiii esto es una batalla ajaj bella no quieree casarce ni ahiii creo que dejo a edward sin palabrassss ...que haraa sera cierto lo de la fiesta y edward la seguiraaa::::me encantaaa como va esta historiaaa...noss leemos en el proximo capii!!!

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