MARCADA
CAPITULO 14
Bella Pov
Como la brisa acariciando mi pecho.
Sí; la respiración de Edward , era algo parecido a eso.
Mientras besaba mi cuello y me miraba, pidiendo permiso con sus ojos ; para continuar…me sentía como en casa.
Aquel hogar que nunca tuve. Que siempre me fue negado.
Acaricié su cabello con vehemencia y suspiré, presa del goce de sus caricias.
-Es…increíble.- pensé en voz alta.
Edward pestañeó y fue hacia mi boca para penetrarme con su lengua, avida de deseo, al igual que mi cuerpo.
Rememoré a Michael Newthon, aquel hombre que me hizo mujer hacia siglos…Esto era diferente. Algo muy intimo habia salido a flote en mi. Mi alma. Él era como una pieza elemental de mi..como si fuera yo misma.
Me estremecí ante este pensamiento y me tensé.
Él lo notó y cesó de acariciarme.
-¿Qué ocurre?.- me preguntó, con la respiración, algo acelerada.- No quieres que siga…
-Sí.- alcé mis manos hacia su rostro y lo obligué a mirarme a los ojos.
-No sé lo que me ocurre contigo, Edward. Pero es algo superior a mi mente. Te deseo, es algo superior a mi. Por favor…
Se abalanzó hacia mi y con su cuerpo encima del mio, siguió la labor tan bien emprendida. Besos hermosos. Caricias que hacian que mi cuerpo volara.
Al ver su cuerpo desnudo jadeé. Era perfecto. Perfecto hasta la saciedad.
Mordí mi labio inferior y erguí mi cuerpo ligeramente para demandar mas caricias y besos.
Su pecho endiabladamente sexy, tenia una mata de bello cobrizo que me hizo suspirar; pero algo nuevo en él me asombró. Debajo de aquella bella pelambrera cobriza, habían unas letras grabadas a fuego…muy parecidas a las de mi espalda.
Entendí al sentir el fuego correr dentro de mi.
Y también entendí perfectamente las letras entrelazadas que se unian en su pecho.
“Isabella “.
Miré sus ojos dorados con intensidad y sonreí. Él era para mi, aunque todavía no entendía bien por qué.
Los besos de Edward viajaron por mi abdomen lentamente, acompañados por suaves jadeos involuntarios de mi. De vez en cuando notaba sus labios estirarse en una bonita sonrisa. Él, al igual que yo estaba encantado con aquella situación.
Desnuda y completamente excitada acarició mi pubis con maestria, haciendo dibujos imaginarios en él.
-Eres tan perfecta…- susurró.
Su dedo índice bajó por la hendidura de mi sexo y abrí los ojos por completo.
Habia comenzado una danza con su falange en mi sexo que me hacia mover las caderas de manera completamente involuntaria.
Besó mi vientre, mientras tocaba esa parte de feminidad que tenia abotargada.
Nunca en todos mis años habia sentido una cosa parecida.
Con Michael, habia sido todo duro y sin placer.
Siempre con la firme idea de tener descendencia. Gracias a Dios nunca tuve hinchado el vientre por un hijo suyo. Tampoco lo deseé.
Los ojos de Edward me hacian el amor. Sus pupilas clavadas en las mias, centelleaban de absoluto deseo.
Armonizó sus movimientos en mi sexo ayudándose con la mano al completo. Oí un sonido, deliciosamente excitante. Sus dedos en mi sexo, ávido de flujos y rezumante de excitación. Hubo un momento que me perdí por completo y sentí explotar.
Sus labios se encargaron de tapar mi boca y sin parar de recorrer mi clítoris con su dedo índice, jadeaba al igual que yo, preso de una total excitación.
-Voy a probarte; mi reina.- jadeó, al separarse de mis labios.
Bajó por mi cuerpo y sentí su cabeza entre mis piernas. Suspiró, haciéndome notar, aquel aliento frio, en mi sexo.
Comenzó lamiendo la cara interior de mis muslos. Volviendome loca literalmente. Queria que profundizara en mi, con lo que fuera.
Lamidas como pequeños latigazos, crearon en mi, a una total demente de caricias. Me revolvía, haciéndole emitir ligeras risas divertidas que me enfebrecían y me cabreaban al mismo tiempo.
Hasta que la punta de su lengua rozó mi clítoris.
Paralicé mi cuerpo. Era delicioso. Él esperó aquella reacción y me miró desde aquella perpectiva tan fantástica.
Era colosalmente bello. Ahora me estaba dando cuenta. Aquel cabello desordenado, sus labios, sus ojos, aquella fuerte mandibula y la blancura de su piel era técnicamente perfecta.
Volvió a su tarea y creí morir cuando succionó delicadamente aquella parte mia que sobresalía ligeramente de mi sexo. Ladeé varias veces la cabeza, victima del total placer que me envolvía.
-Edward….
-¿Si?.- su voz ronca, al separarse de mi sexo me hizo perder aún mas la cordura y apretar las caderas en su cuello para obligarle a continuar.
Volvió a soltar una risita, muy pagado de si mismo y retorcí la almohada con mis dedos cuando él volvió a recrearse en la labor.
Lamió mis flujos y penetró con un vaivén celestial su lengua en mi sexo; envistiéndome y haciéndome volar como un ángel. Cuando volví a explotar por sus suaves y desgarrantes lamidas; besó ardorosamente mi sexo con los labios abiertos y enjugó todos mis jugos con su boca.
Subió lentamente hacia mi rostro y sentí su dura virilidad en mi vientre desnudo. La miré sin reservas y la toqué mirando sus ojos como el oro liquido.
Sabia lo que debia hacer. Así que cogí su miembro viril y lo empujé lentamente en mi entrada. Movió sus caderas para entrar en mi de manera lenta. Extraordinariamente lenta. Sintiendo cada pliegue y cada centimentro de nuestra unión. Nuestros ojos unidos, de la misma manera que estaban nuestros sexos, se cerraron y presos de placer, jadeamos cuando llegó a toda la profundidad.
-Moriría ahora mismo, Bella.
Embestidas lentas pero certeras hicieron que mis piernas se engarzaran en sus caderas. El sonido de nuestras caderas chocando y nuestros jadeos, inundaban aquella habitación de un sensual aroma que hizo que aún me excitara más; si eso era posible.
Apretaba sus hombros, con una fiereza desconocida. Alzó mis piernas sobre sus hombros, para adentrarse mas en mi cuerpo, ahora mas deprisa y con mas fuerza, me sentí morir.
El orgasmo me azotó , sin que Edward me diera tregua.
Cuando los últimos espasmos sacudieron mi cuerpo, giró mi cuerpo y me puso con la boca pegada a la almohada, no me dio tiempo a preguntar. Me penetró de una sola estocada y grité de placer.
ÉL al igual que yo, emitia roncos jadeos con cada ida y venida , y al igual que él,sonreía ante tal grado de afinidad.
Edward era un magnifico amante; de aquello no habia duda. Con cada nueva postura, obligaba a mi cuerpo a gozar y rendirme.
Su gruesa virilidad, apunto de reventar, sentida en mi con un placer sin limites se doblegó, haciéndome gritar a mi también; presa de un orgasmo colosal, uno de tantos de aquel bendito dia.
Sus colmillos crecieron de manera descomunal al abandonarse completamente al placer.
Sabia lo que aquello significaba. Ofrecí mi cuello con una sonrisa en los labios y él apresó éste con toda la locura del momento.
Sentí sus colmillos clavarse en la carne, también sentí la maravillosa sensación. Parecia estar besándome delicadamente.
Lentamente, lamiendo ligeramente aquella herida; se apartó de mi y me besó en la boca, haciéndome probar mi propia sangre. Llevandome también hacia el imperioso deseo del hambre.
Edward vió el destello en mis ojos y me elevó ligeramente hasta su cuello, blanco y fuerte. Mis colmillos crecieron y abrí la boca entorno al cuello de mi fabuloso amante.
Nunca, en mis largos años de existencia, probé una sangre tan exquisita. Mezclada con el suave hedor de nuestra practica sexual me hizo lamer y succionar, con locura aquella sangre divina que entraba en mi cuerpo.
Noté a Edward tensarse y su cuerpo se endureció de golpe.
Algo estaba ocurriendo. Y no era bueno.
Me aparté de él y el se levantó con la mirada asustada.
-¿Qué pasa, Edward?.- pregunté nerviosa, siguiendo su cuerpo que andaba hacia atrás, mirándome con cara de horror.
Se clavó de rodillas al suelo y su cabeza dio de bruces en el suelo. Su espalda quedó expuesta para mi y me llevé las manos a la boca.
Edward comenzó a tener combulsiones. No sabia que hacer. Pensé en Carlisle y quise ir a buscarlo pero la mano de Edward me agarró con fuerza.
-Bella….¿Dime porque tengo este dolor insufrible en la espalda? .- su respiración agitada, me hizo acariciar su dulce cabeza y una lagrima sanguinolienta cayó sobre su brazo. Ël me miró interrogante algo más calmado.
-Edward….te han crecido…alas….
Continuará…
holaa cada dia medejass masss atrapadaaa je si es posible con esta historiaaaa esta buenisimaaaa ..ahhhh le crecieronn alasss guauuuu!!! me encanto el capii guauu que momento hottttt el de edward y bellaaa je se entregaron a la pasion! y bella vio su nombre en el pecho de edward...ahhh voy a estar esperando el proximooo capi para ver que sucedera!!!! besotes y nos leemos!
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