P L U G G E D
Capitulo Tercero
Vamos Bella. No sabes lo que estas diciendo…- Tanya se habia puesto a mi lado e intentaba sacarme del foco de la discordia.
-No.- corté tajante.- Jake me ha invitado a esta mesa. Y no voy a hacerle un desagravio.
Jake me cogió de la cintura ; en una acto de posesión, algo incoherente y me susurró.
-¿De qué conoces a Edward?
-Él, fue el imbécil que me quitó el taxi.
Jake miró al gilipollas y maldeció entre dientes.
-¿Sabes que vas a tener que trabajar codo con codo con él?.- volvió a susurrarme.
-Me están dando ganas de vomitar; Jake. Sacame de aquí.
Jacob se levantó alzándome de un codo y sin volvernos si quiera nos alejamos de aquella mesa; hacia un lugar desconocido. Otra vez, me habia sacado de un apuro , Mi caballero andante….
Era una estancia pequeña; sin ningún colorido y minimalista.
En ella habia una pequeña cocina y unos taburetes que recorrían una bonita mesa lacada en blanco; como toda la pequeña cocina.
-Sientate.- me ordenó Jake.- ¿Te gusta la comida china?.- Ya tenia el celular en su oído y me miraba con el atisbo de una sonrisa.
-Si.- Le dije. Estaba bastante abotargada. Mi mente solamente daba vueltas alrededor de la idea, de que aquel hombre que me caia como una mierda, era mi jefecito. Desde luego mis braguitas de la suerte, se habían cansado de hacer su labor.
--Bien.- Jacob, comenzó a hablar con la persona que tenia al otro lado del celular y recargué mi cabeza entre mis manos; agobiada.
-Bella…
La mano del hombre estaba acariciando mi coronilla y me sonreía de una manera dulce.
-No te preocupes Jake. Creo que puedo con esto.
¡Mentira! ¡Que coño iba a poder con esto!
Seguro que el maldito imbécil aquel, me las hacia pasar de todos los colores; para mi desgracia.
Las patas del taburete de al lado hicieron un ruido de arrastre y noté la presencia de Jake, muy cerca mio.
-Edward …es Edward. A veces suele ser un poco borde. Pero no es mal tio. Si haces tu trabajo bien; no lo veras si quiera. Él con quien se entiende bien es con Tanya. No quiero que temas nada. Eso si.- Jake me miraba profundamente a los ojos.- Si tienes alguna problema con él; quiero que me lo hagas saber. Yo me encargaré de bajarle los humos.
Asentí y tragué fuertemente. Estaba aterrada.
-Esta bien Jake. Gracias.
-Quiero que te sientas segura en la empresa. Mira; me he tomado la libertad esta mañana de llamar a tu abuelo y…
-¡A mi abuelo!.- grité; levantándome de sopetón del taburete y tumbándolo al suelo.- ¿?Tú…Tú…sabes quien soy?
Jake me sonrió; de manera dulce y tranquilizarora. Buscó mis hombros y me abrazó fraternalmente.
-Nunca hubiera pensado que tú eras Isabella…el eterno problema de tu abuelo Aro. – Jake comenzó a reir y aquello me hizo sacar humo por las orejas.- No; no te tenses, pequeña. Tan solo mi padre y yo sabemos quien eres realmente, y no vamos a decir nada. No te preocupes.
Respiré hondo. Realmente aquel hombre me infundaba tranquilidad…por el momento.
-Entonces.- suspiré; apartándome de su pecho y mirándolo a los ojos.- ¿Mi jefe no sabe nada, no?
-No.- Jake se llevó una de sus manos a su cabello negro azabache y suspiró.- Por el momento. Aunque no sé hasta que punto te pueda garantizar que Edward no se entere. Solo me queda, pensar que cuando lo haga tú te habras ganado el estar sentada en esa silla; por méritos propios.
-Mh….que tranquilidad.- ironicé.
El celular de Jake volvió a sonar y me envolví como una ostra, en mis pensamientos.
-Bella; voy a bajar al vestíbulo. Ya han traido la comida. No te fuges, ¿ok?.-Me volvió a sonreir de aquella manera suya, tan tierna.
-No. Estoy muerta de hambre; no te preocupes.
Cuando Jake subió comimos amenamente y hablando de cosas sin importancia; aparentemente.
Sobre gustos, amigos y cosas comunes que increíblemente nos gustaba a hacer a ambos.
La hora de la comida; fue corta. Demasiado corta, y cuando caminé hacia aquella puerta blanca lacada, de secretaria principal mis piernas danzaban inquietas sin voluntad. Mis malditos nervios se hacian dueños de mi, de nuevo.
-Vaya…Bella…¿Dónde te has metido? Estaba preocupada por ti. Ven, quitate la chaqueta.- Tanya que estaba sentada en su mesa, se acercó a mi, e hizo resbalar la chaqueta sobre mis hombros llevándola de nuevo a aquel perchero insufriblemente feo.
-He comido con Jake.- dije en un murmullo.
-Ya. Nos quedamos atónitos al verte marcharte con él. ¿Eres su novia o algo asi?
Me la quedé mirando perpleja “ ¿Su novia; o algo asi?”
-No. Me trajo esta mañana muy amablemente hacia la oficina; después de que un imbécil me robara el taxi en mis narices.- dije alzando la voz un poco.
Tanya se llevó una mano a la boca y comenzó a reir; desproporcionadamente.
-Ya. Pero creo que se te olvida omitir otra serie de acontecimientos.- volvió a reir. –¿Sabes porque estaba Edward esta mañana de tan mala ostia?
Negué con la cabeza.
-Por ti. No te voy a repetir las palabras que salieron de sus perfec…- Tanya cerró los ojos abruptamente y volvió a hablar.- de sus labios. Pero creeme querida cuando te digo ; que no eran palabras bonitas sobre tu persona.
La ira; hizo presa en mi.
-¿Qué clase de palabras? Porque yo tengo las justas para él.
La puerta del despacho continuo, se abrió; y de ella apareció una figura de la cual yo quería escapar; como humo de tabaco.
Me quedé allí parada. y bajé la vista al suelo; como una gilipollas de mierda.
-Tanya. Quiero los balances de Shioquin; para mañana a primera hora.- oí.
-Esta bien; Edward. Pero sabes que todavía no hemos comenzado con esa empresa. Es nueva y todos los expedientes están atrasados por culpa de la falta de pagos de sus antiguos dueños. Son como papeles fantasmas.
Caminé hacia mi mesa e hice caso omiso a aquella conversación.
-Pues los quiero materializados y físicos. Me da igual como lo hagas. Los quiero mañana a mi primera hora en mi despacho. Tengo reunión a las doce en punto con Jasper Hale, y no quiero que le falte ni un punto a la i.
“ Será mierda el tio…¡Claro como él no debia hacerlo! Serguro que se marchaba en breve a su casita, se repantigaba en el sofá. Y ahí me las den todas”
-Yo…sabes que tengo que salir temprano. Tengo cita con la profesora de Elizabeth….
-Ya…¡Tú!.- su voz una octava mas alta de lo normal, no me dejó indiferente, pero no lo miré, ni tan siquiera.
-Bella…- la voz de Tanya me hizo volverme hacia ella.
-¿Me puedes mirar cuando te hable?.- La voz del ogro; dura y visceral, hizo que girara mi campo de visión, hacia él.
Y ahí estaba. Majestuosamente vestido; claro que teniendo billetes que entraban por la ventana, cada vez que la abría; era muy normal. Su cabello despeinado, de un tono extrañamente cobrizo, mandibula fuerte, ojos verdes, perturbadores y mas que perfectos. Sus labios eran, jodidamente bellos, algo sonrosados, como si se estuviese morreando con alguien hacia muy poco tiempo, y su cuerpo atlético, se podia adivinar perfectamente , debajo de aquella camisa blanca, que llevaba puesta.
Me habia quedado algo embelesada ¿no?
Si. El tio me habia impactado. Estaba mas que bueno, el jodido por culo. Me reí mentalmente.
Pero todo era pura fachada. Ya que su carácter dejaba mucho que desear y solo por eso. Para mi era escoria humana.
Relamí mis labios. Y anté ello; alcancé a ver el principio de una sonrisa en sus labios…pero no. Aquello no era posible.
-Tengo un nombre, señor Cullen. – atajé; volviendo la mirada hacia mi ordenador.
-¿Se puede saber de donde habeis sacado a esta…?.- La voz de él se endureció y cerré los ojos. “ Bella…por el amor de Dios, muérdete la lengua, muérdete la lengua”
-Edward. Sabe hacer su trabajo.- la voz de Tanya, era calmante. Como música para la béstia que tenia a breves metros.
-Que se quede a hacer los balances de Shoquin. ¿Es la nueva, no? Pues que prueba su valía.- la voz de él se hizo mas dulce, como un arrullo. Pero como si me costara ubicar las palabras en mi cerebro y enterder, salté de la silla como poseída.
-¿Yo?.- Pregunté, alzando la voz, más de lo que debería. Claro; señores, no podia obviar que aquel cabronazo, era mi jefe; saliera el sol, por donde saliese.
-Si, tú. Y no hay nada mas que hablar.- Espetó, mirando mis ojos intensamente. Acobardandome. El muy hijo de puta.
-Esta bien.- bajé la cabeza y volví a sentarme en mi silla giratoria.
Respiré, bueno. Casi bufé y me desabroché los botones de la camisa, sobre mis muñecas. Alzando ésta hasta los codos y preparándome física y mentalmente, para lo que me venia encima.
El silencio se habia adueñado del lugar y miré los rostros que me miraban fijamente.
-Tienes una piel preciosa, Bella.- Tanya se habia quedado con cara de babosa y me miraba como si fuera comestible.- ¿Qué te parece; Edward?.- La pregunta, era casi hiriente, para mi. ¡Y a mi que me importaba lo que dijera el gilipollas de mi jefe!
Miré hacia el ogro y su madibula algo tensa crujió ; casi lo pude oir. Hizo un gesto extraño con sus labios y sin despedirse, abrió la puerta del despacho, para marcharse al suyo. ¡Menudo transtornado!
-Vaya…lo has dejado sin palabras, Bella.- Tanya rió por lo bajo.- Y eso que solo ha visto parte de tus brazos…no quiero ni pensar…
-¡Pues no pienses!.- grité; dejándola con un pasmo de narices.- Dame esos putos balances, que me pondré a trabajar para el puto orgro de mierda que es mi jefe.
Algo se habia apoderado de mi. Si. Pero la reacción de Tanya fue salvaje. Comenzó a reir con ganas y no paró hasta bien entrada la tarde. Seguro que cuando parase, le dolería los musculos de la barriga hasta pasados unos días.
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Las siete y media de la tarde.
Putada, no. Putadón.
Tanya hacia rato que se habia marchado y yo mordía el bolígrafo de que me habia regalado Rose.
Ya no sabia por donde pillar aquello.
Todos los documentos estaban desordenados y a papel. Debia pasarlos a la computadora central de la empresa y luego imprimirlos. En sí, no era un trabajo difícil, pero el problema venia, cuando algunos de estos documentos estos documentos estaban incompletos y debia de hacer unas previsiones sobre los demás meses.
Bueno…total, una cosa de manicomio.
Unos toques en la puerta, me hicieron levantar la cabeza. ¿Quién podría ser?
El mierda de Cullen. No. Estaba en el despacho continuo, el maldito todavía no se habia marchado. Parecia como si estuviera vigilando si acaba el puto trabajo.
Levanté mi trasero en forma rectacular; ya. Porque no debia de estar de otra manera; y abrí la puerta.
-Bella. Pensaba que ya no estabas.- La presencia de Jake, me hizo emitir una pequeña carcajada.
-Pasa Jake; si quieres. Pero aun no salgo; tengo trabajo para rato. Mi jefe, me ha dado unas horitas extras para la empresa…
-¿Qué es esto?.- Jake se acercó a mi escritorio y miró los papeles cejijunto.
-Mi trabajo.
Su rostro se volvió una mascara de frialdad y me miró de nuevo.
-Son los balances de Shioquin…
-¡Bingo!.- salté.
-Pero esto…. Esto deberías hacerlo hecho con Tanya; es mucho trabajo para ti.
-El jefe no opina lo mismo.- Apunté mi dedo índice hacia el despacho continuo.
-He venido a invitarte a una copa. Nos llevaremos este trabajo a casa. Te ayudaré.
Se sentó en mi mesa y estuvo escribiendo Dios sabe qué en el pc.
Y yo allí parada, como una lela, mirándolo. ¿Habia oído bien?
La puerta del al lado se abrió y Jake, se levantó con una enigmática sonrisa dirigida a mi.
Edward , giró su rostro hacia mi y luego hacia Jake.
Llevaba el maletín en su mano y su chaqueta de empresario inmaculada sobre uno de sus hombros, al entrar, algo en su rostro parecía haber cambiado, pero al ver a Jake su mirada se endureció al mirarnos.
-Jake. ¿Qué haces? ¿Se puede saber?.- su voz, lacerante, me hizo tragar en seco y cerrar los ojos….pobre Jake…
-Edward. Me llevo a Bella a tomar algo. Y no; no te preocupes. Los balances serán presentados para mañana a primera hora. Hermano; creo que es una putada hacerle esto a Bella. Es su primer dia y después de todo, esta muerta de miedo por tu culpa. – Jake se levantó de la mesa.
Caminó hacia Edward y le tocó la espalda, con afecto.
-Venga, Edward. Es una buena chica. Ademas,¿Le podias haber dicho que podia llevarse el trabajo a casa?
Edward, apretó los labios y dejó escapar una sonrisa, algo fingida, si no lo era totalmente.
-No caí en la cuenta.- dijo serio.
Su rostro voló hacia el mio, y algo en mi, dio un vuelco.
Su mirada recorría mis suaves ondas.
Mi rostro.
Mis labios.
Bajé la mirada, completamente turbada y sentí mi cara arder.
-Nos vemos en casa; Jake.- dijo, caminando hacia mi, y pasando de largo para abrir la puerta y cerrarla con algo de fuerza.
Entonces, recopilé información.
Era lenta..muy lenta.
Jake y Edward; eran hermanos…..
Continuará.
holaaa jajaajj este edward es todoo un ogrooo pero por que sera asi habra una razonnn??!!! el capii me emncanto y son hermanos edward y jakeee ohhhhh que genial!!!! je! yy quien es elizabeth¿????!! la hija de edwardddd mmm me dejas intrigadaaa!!! besos y nos leemos!! adios!
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