jueves, 10 de marzo de 2011

Invisible

INVISIBLE
PREFACIO

Ya está; ya todo acabó.
Me habia encerrado dentro del lavabo del hotel de cinco estrellas donde organizaban la boda.
Rememoré la entrada a la iglesia, y cerré los ojos fuertemente. Me temblaban tanto las piernas que no sé como no caí estrepitosamente al suelo…algo muy normal en mi. Pero no lo hice, quería que él me recordara haciendo algo bien; aunque no tuviese ojos para mi…como nunca los habia tenido. Nunca…
Sujetaba la cola del vestido de novia de mi hermana Tanya. Me habían vestido como al resto de las damas de honor. Estabamos espantosas.
Yo y la hermana de él parecía que habíamos salido de un puesto de feria, imitando a las muñecas chochonas.
Un horrible vestido color amarillo nos envolvía y unos gruesos lazos de raso a modo de diadema se ajustaba a nuestras cabezas.
Edward estaba embelesado. Mirando como entraba mi hermana y sonriendo, suspiré y volví a soñar despierta. Imaginando que era a mi, a la que miraba asi.
¡mentira, Isabella! Me decía una voz dentro de la cabeza. ¡El nunca se ha fijado en ti, ni lo hará, o ¿es que no te has visto? Eres fea, ordinaria, absolutamente normal. ¡Eres invisible, Isabella Swan, invisible!
Anduve durante toda la recepción de un lado para otro, sin saber donde acomodarme.
La hermana de Edward habló unas palabras conmigo; pero yo, no quería saber nada de nadie.
Buscaba a los novios con la mirada y me recreaba en él. Besaba a Tanya y pensaba que era a mi, a quien lo hacia.
Durante la comida me sentaron en la mesa principal junto a mis padres. No comí apenas.
Fue una boda preciosa. Tenia que ser justa . Tanya era bella y hacia una pareja hermosa con Edward.
Parecian sacados de un catalogo de moda.
Hicieron varias fotos y en una de ellas, él me llamó para que me pusiera a su lado. Me cogió de la cintura y puso su rostro cerca del mio con una ensanchada sonrisa.
Claro que Tanya al mismo tiempo; se hacia otra de la misma guisa; junto a Alice.
Despues de repartir los típicos recordatorios de boda; reparé en que los novios no estaban en salón y fui hacia los lavabos.
Entonces algo me llamó poderosamente la atención.
El lavabo de las chicas estaba levemente abierto, y podia ver en él, unas piernas perfectas que se ajustaban perfectamente a una cadera fuerte y atlética. Levanté la mirada y me llevé la mano a la boca. Eran ellos dos. Jadeaban, se besaban y decían palabras sin sentido. No sabia mucho acerca del sexo; pero sabia que es lo que estaba ocurriendo en aquel servicio.
Podia ver como el miembro duro de Edward llenaba las piernas de mi hermana y la hacia morderse los labios aturdida.
Llevaba algo entre las manos y se cayó.
Hizo algo de ruido y ellos pararon de mecerse.
Paralizada y rota de dolor por algo que no comprendía noté la dolorosa bofetada que me pegó Tanya al llegar hacia mi.
-¡Retrasada! ¿Qué se supone que hacias espiando,? – las palabras de mi hermana, las oia lejanas, ya que solo podia tener ojos para Edward quien me miraba avergonzado, intentado subir sus pantalones. Antes de darme cuenta, otra bofetada impactó en la otra mejilla.- ¡Isabella, ver oir y callar, entiendes?!
No dije nada.
Me volví de nuevo hacia el banquete y me senté esperando que acabara el evento.
Las cucharas de postre junto con los pequeños cuchillos estaban pulcramente colocados. Aturdida, miré mi rostro en la fina cuchara de plata, que era un espejo aterrador.
Simple, aniñada, sin apenas curvas….¿En que país habia estado viviendo? Mi hermana era perfecta y yo…yo era imperfecta ; ni siquiera llegaba al nivel de normal…uff.
Mis 15 años en otras niñas de mi edad eran completamente diferentes.
Yo seguía sin curvas y con el rostro lleno de pecas.
-Isabella.- la voz de mis sueños me llamó y creí morirme en aquellos momentos.
Lo miré y me perdí en sus hipnotizantes ojos esmeraldas. Me sonreía algo turbado y me acarició levemente con unos de sus dedos níveos.
-Edward.- su nombre se escapó de mis labios como una locura enfermiza.
-Solo quiero que comprendas que lo que viste…es una de las maneras de profesar a tu hermana el amor tan grande que siento por ella.- Me dijo cariñoso, acariciándome.
Yo asentí y pesteñeé para encubrir un lagrima siniestra de uno de mis ojos.
-¿Qué le has dicho Edward?.- Tanya se colgaba de su cuello y le daba besos en la boca sin cortarse un pelo.- ¿No te has dado cuenta?
Él rió y me miró negando.
-¿Se lo digo Isabella?.- Tanya me miraba con los ojos inyectados en alcohol y suspiró.
-Eres su amor platónico . Lo supe cuando leí el diario ese que tiene escondido en la caja de zapatos de debajo de su cama.
Mi corazón se paralizó y todo se relentizó.
La mirada asombrada de Edward.
El gesto burlón de Tanya
La mirada preocupada de Alice….
Cogí uno de los cuchillos y me lancé como una bala hacia los lavabos.
Ajusté el pestillo y me desbordé entre lágrimas.
Era la mayor vergüenza de mi vida….Él lo sabia…él lo sabia….
Abrí el agua de el agua caliente y puse la tapa al subidero.
Tenia que escapar. Huir. Como la cobarde que era.
Rocé las muñecas con la parte afilada; primero una ; ah…dolió…y luego la otra…no dolió tanto.
Solté el cuchillo repleto de sangre y metí ambas manos dentro del sumidero.
Llegaria un momento que me desvanecería y rebotaria en el mármol de lavamanos; pero aquello para mi no tenia ninguna importancia.
Edward lo sabia…mi invisibilidad…habia sido descubierta.

1 comentario:

  1. holaaa nuevaa historiaa que intensooo ha sidoo el primerrrr capiii guauu y bella estara bienn??!! espero que la encuentrennnn yy estee bienn...taniaa una malditaa como siempreee la detestooooo ahhhhhhhh... y edward casadooo con ellaaa hahhhhh no lo toleroo ajjaajaj buenoo me encantoo este comienzoooo!!!!!!! besos y nos leemosss!!!!

    ResponderEliminar