viernes, 25 de marzo de 2011

El Picadero de Edward

EL PICADERO DE EDWARD

CAPITULO PRIMERO

Era una casa pequeña. Como banda sonora habitual tenia el sonido de los trenes que pasaban a una velocidad increíble , cada dos o tres horas.
Lo terrible era acostumbrarse al sonido; pero una vez acostumbrado, dormías tranquilamente y ya podia caer una bomba que no te enterabas.
Aquella casa fue la única herencia que percibió Edward cuando su madre murió; un alquiler de renta antigua, en el que podia vivir con independencia y darse sus homenajes sin que sus hermanos se vieran implicados.
Habia estudiado marqueting y dirección de empresa; pero actualmente estaba en la calle; cobrando la prestación del paro y vagabundeando todo lo que diera lugar.
No tenia dinero para pegarse sus festivales nocturno; como lo hacia cuando disponía de suficiente dinero para hacerlo y ahora; juntaba a su pequeño circulo de amistades alrededor de la fogata de la chimenea y se liaban una serie incontables de porros antes de que las ganas de beber y las de follar aparecieran.
Aquella noche era una de tantas.
Habian quedados todos para pedir unas pizzas y fumar. Alec se encargaba de la marihuana,Carmen de la bebida, Jane de los condones, Sam de la música, y Tanya de poner caliente al personal; como siempre…Edward ponía la casa y aquello ya era bastante.
Mientras se duchaba se revolvió el cabello algo aturdido; todavía no recuperado de la noche anterior. Ensanchó sus labios en una bella sonrisa y negó con la cabeza recordando el paso de Jane por los labios de Tanya.
Edward se llevó la mano al rostro y enjabonó la barba cobriza que tapaba sus delicadas facciones de veinteañero.
Salió de la ducha ; sin secarse con una toalla si quiera y llegó con sus piernas agiles y atléticas hacia la puerta. Habian picado al timbre.
Abrió sin ningún pudor y se maravilló ante la cachonda presencia de Tanya y sus tetas siliconadas que intentaban saltar de su escote y repostar en su boca para succionarlas, tal y como a ella le gustaba.
-Deberia de estar prohibido salir a recibir así a la puerta, Edward. La señora Cope está paseando al perro ¿No temes que le de un infarto a la pobre ancianita?.- el eco burlón de Tanya hizo que Edward emitiera una mueca hosca.
-Pasa; llegas un poco pronto, ¿no?.- Edward la dejó pasar y cerró la puerta tras de ella.-No es que me importe demasiado; pero voy a vestirme. Ya sabes…como en tu casa; Tanya.
Ella movió ligeramente la cabeza; asintiendo y miró el trasero bien formado de Edward relamiéndose gustosa.
No tuvo que esperar mucho para volver a verlo aparecer; vestido con unos jeans desgastados y una camiseta negra de pico que se adhería a su pecho firme como una segunda piel.
-Esta noche seremos mas. ¿No te importa no?.- Tanya valoró su reacción y agitó su melena despreocupadamente.
-¿Amigos tuyos?.- preguntó él; encendiendo un cigarrillo y caminando hacia el grueso ventanal del comedor que daba hacia la via del tren.
-Sí. Hoy me he encontrado con un amigo de instituto. Me he alegrado mucho de verlo. Ya sabes eso siempre da alegría; después de tanto tiempo. Se ha casado con la friki de clases.¡No lo puedo creer! ¡Isabella Swan!.
Edward se volvió para mirarla entrecerrando los ojos.
-¿Te lo quieres follar?.- preguntó con absoluta normalidad.
-Si. Me gustaría. Me gustaría mucho.
Edward caminó hacia ella y abrió la licorera del mueble. Cogió un vaso de tubo y se llenó dos dedos de whisky.
-Una de dos; o sale huyendo de aquí esta noche o se divorcia de su mujer; la friki.
-No voy a asustarlo; Edward. No pretendo que se queden hasta el final de la cena…tú ya me entiendes…eso es mucho mas intimo…
Edward sonrió con tristeza y acarició su suave y mullida barba de varias semanas.
-Tus amigos son mis amigos; ya lo sabes. Hay que avisar a los chicos; para que no se desmadren. Ya sabes lo que ocurre cuando nos fumamos el decimo porro….
Tanya se levantó y caminó hacia él con una sonrisa cómplice.
Se colgó a su cuello y lamió sus labios con deseo.
-El sexo es lo mas maravilloso del mundo, y es tan bueno compartirlo con las personas que quieres…dar placer y que te lo den…doy gracias de haberte encontrado …- Lo besó con furia y llevó su mano libre a la bragueta; la abrió y sacó con una maniobra digna de una escapista la polla dura y lacerante de Edward.- Esto…es maravilloso..¿no crees?.- Comenzó a masajear el miembro duro y el hombre cerró los ojos victima del placer.
-Mas rápido Tanya… - susurró mientras se apoyaba en una pared y notaba como sus piernas se debilitaban a causa de la friccion.


-Venga, nena…no sé porque eres tan reticente a todo lo que se refiere a mis amistades. – Jacob se habia parado enfrente de su mujer y la miraba como una cachorrito desamparado.
-Nunca me ha gustado esa mujer. Era una imbécil y me trataba fatal…aunque también tú lo hacias y mira lo que hago casada contigo. No me parece que vayamos a casa ¿De quien?
-De su rollo.
-¡Santo Dios, de su rollo! ¿No debería de saltar la alarma dentro de tu cabeza?.
-Yo no pienso mal de todo y de todos; Bella.
-Claro; por supuesto. Debe ser deformación profesional.
Edward le rozó levemente los labios con la lengua.
-¡Puaj! ¡Jake! Sabes que no me gustan esas guarradas. Cariño, amor….
-Vale, vale…perdona.
-¿Qué hora es?.- preguntó ella, abrochándose el pantalón tejano; con despreocupación.
-Las ocho.- Jake se habia sentando en la cama y la observaba mientras se ponía aquel grueso sueter de lana dos tallas mas grande que ella.
-Ya estoy.
-Podias al menos haberte arreglado un poco. Parece que quieres darle a enterder a Tanya que sigues siendo la misma friki que en el instituto.
Bella lo miró atónita.
-Quizás lo sea, y tú no te hayas dado cuenta…imbécil.
Jake se levantó y caminó hacia ella vacilante.
-Perdona; Bella. Pero….mira como vas. Vamos a reencontrarnos con la beldad del instituto y tu pareces que has salido de La Ponia;solo te faltan los esquíes para llevar completo el traje. Nena, te podias haber maquillado al menos.
-No.- Bella no lo miraba. No debia de demostrarle lo muy dolida que estaba con él. Era Jake el que le haría sentirse incomoda frente a Tanya Denali.
-Sabes que me importa una mierda el ir mas o menos arreglada. Y en lo que a ti respecta creo que nunca te ha importado.
-Nena.- intentó besarla.
-No. La has cagado Jake. Y por tu bien no la cagues mas esta noche porque dormiras en el sofá; junto a Norma ósea; que tú mismo.
Norma era su perrita yorshire.
Jake dudó en ir aquella noche a la cita con Tanya y su “ rollo”. Pero algo le dijo que aquella noche cambiaria su vida, y no le dijo nada a su mujer.
Se pusieron los abrigos y cogieron la furgoneta de Bella para ir hasta las afueras de la ciudad.



-No creo que me empalme esta noche; Tanya, ósea que si te quieres follar al tal Jake, no me importará lo mas minimo. Creo que si me gusta como te trabaja le diré a Jane que me la chupe.
Tanya se subió las bragas y se levantó del cuerpo de Edward, habían follado como conejos a horcajadas y se le habia corrido parte del maquillaje. Se lamió la comisura de la boca y sonrió al bello semental que estaba tumbado en el sofá.
-Quizá la friki de Isabella Swan se arrastre para chupártela. – le dijo en un susurro.
-Quizas….seria interesante…
El timbre de la puerta sonó y Tanya se recompuso un poco la ropa antes de llegar a la puerta.
Eran los chicos.
-Pasad, cabrones y no folleis ni os mameis hasta que Edward o yo os avisamos.- les dijo al entrar.- Hoy vienen invitados y no sabemos si le gustan nuestras costumbres.
-¿No son folla-amigos?.- Jane con su voz de Angel, hizo reir a la mayoría con su pregunta.
-Lo tenemos que averiguar.-espetó Tanya, mirando a Edward que salía revolviendo su cabello; un gesto sexy por naturaleza.- Portaros bien ¿ si?
Todos asintieron y tomaron asiento esperando a los nuevos protagonista de aquel reservado circulo.
El sonido de la puerta los sobresaltó y fue Edward quien se encargó de abrir la puerta.
-Hola.- Dijo Jake sonriente, al ver al hombre que abria la puerta.- ¿Tú debes ser el compañero de Tanya?.- le ofreció su mano y Edward la apretó sin ganas.- Soy Jake y esta es mi esposa, Isabella. ¿Bella?
Bella se habia quedado tras de él y miraba la fachada de la casa con curiosidad. Desde luego aquella casa no tenia jardín y estaba demasiado descuidada. Para nada eran una pareja tradicional, salió de las sombras al oir su diminutivo de los labios de Jake y miró al hombre que estaba apostado en el umbral de la puerta.
-Edward.- inquirió el hombre con la mirada fría; congela al mirarla.
Ella no dijo nada y le apretó la mano a Jake; para que saltaran las alarmas de la conciencia.
Edward pudo ver el nerviosismo de la joven y suspiró.
-Pasad. Ya estamos todos.
Jake entró con Bella y el hombre, no deparó nada mas, que en la hermosa figura de Tanya que se abalanzó sobre ellos para abrazarlos.
-Isabella…no has cambiado nada..sigues tan…tan…
-No lo arregles.- dijo ella, intentando quitársela de encima.
Se separó de ellos dos y se abrió la gruesa cazadora para colgarla en algún perchero. Una mano le sujetó la prenda y ella se volvió con furía.
-Hola. Soy Jane. Encantada.
-Hola.- Bella se sintió intimidada y buscó refugio cerca del fuego.
Sintió una presencia a sus espaldas pero no hizo caso. Jake hablaba animosamente con Tanya y se habia olvidado de ella por completo.
-¿Cerveza o brandy?.- una voz hermosa irrumpió en sus pensamientos contradictorios.
Se volvió y vió al hombre barbudo que habia abierto la puerta.
Le sonrió apenas sin mirarlo a los ojos.
-Cerveza.
Continuará….

1 comentario:

  1. holaa nuevaa historiaaaa....mmmm me encantooo el primer capiiiiyy edwardd jaja es terrible y jake no me gusta mucho como trata a bellaaa...peroo buee que el se quede con tania y que bella no se preocupe que estaaaa edwarddd ja!!!! me gustoooo muchoo el comienzooo noss leemos en el siguiente...adios!!

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