MY LOVE IS OVER
CAPITULO 6
Sentir los labios de Gerard , en los míos, me abrasó literalmente.
Sus manos envolviendo mi cintura y su cuerpo terriblemente pegado al mio. Me hicieron suspirar mentalmente. Aquel hombre podia hacer que me perdiera en aquellos besos, sin deparar ni en el sitio ni el lugar
-Te pido respeto; papá.- La voz de Tanya, hizo que separara su boca de la mia , y antes de dirigir una mirada hacia ella. Me sonrió con ternura y me acararició el labio inferior con su dedo índice; no pude hacer otra cosa que cerrar los ojos y dejarme llevar por aquel sensual toque que enervaba todas las células nerviosas de mi cuerpo.
Su cabeza se giró, para mirar a Tanya que estaba firmemente apoyada en el hombro de su novio: Edward Cullen.
-El mismo que me tienes tú a mi; supongo. Cuando has entrado por la puerta, te has abalanzado al cuello de Edward como si yo no estuviera presente. ¿Me pides que no sea efusivo con mi querida Bella, cuando tú te comportas de una manera tan indiscreta?
La hija de Gerard, bajó la mirada y se mordió el labio; tal y como yo hacia en las ocasiones donde la tensión se adueñaba de mi.
-¿Van a salir a cenas?.- La voz de Edward, era melodiosa. Y me perturbó en gran medida; pues él no utilizaba ese tono,normalmente.
Gerard asintió y me miró los labios con aquellos ojos verdes; que deberían estar prohibidos.
-Si. Voy a invitar a Bella a cenar. – dijo mirándome.
-Seria…seria bueno que comenzaramos a unir lazos..¿no creeis? Ya que Tanya es tu hija y Bella es…- Edward apretó la mandibula, antes de soltar la palabra que le quemaba en la boca.- tu novia.
Gerard rió; sin dejar de mirarme ni un momento.
-Desde luego, todavía no se lo he pedido: pero sin duda, seria bueno que comenzásemos a tener buenas aptitudes los unos con los otros.- Dejó de mirarme y volvió la vista hacia los dos novios que nos miraban atónitos. Tanya con la boca abierta y Edward con la mandibula tan tensa que parecía que le iban a saltar todos los dientes.- Si Bella gusta….¿Que opinas querida? ¿Quieres que tengamos la compañía de Tanya y Edward en nuestra primera cita?
-No.
Los ojos de Gerard, chispearon de una manera deliciosa y sus labios entregados, me besaron la frente, abrazandome y recargando mi cabeza en su pecho.
-Mi dama ha elegido.- dictó de maneral territorial.- Otro dia será bueno para eso. De momento, iremos nosotros solos a cenar.- Se separó de mí, lentamente y me agarró la mano para arrastrarme corriendo hacia la puerta de la entrada; pasando delante de su hija y su yerno con cara de circunstacia.
Yo era feliz y él parecía serlo también.
-Que les aproveche.- La voz de Edward, llegó mi oídos como un eco..un eco algo extraño. Ya que notaba una nota de tristeza en su voz.
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-Eres una mala influencia para mi. Desde luego.- reí ante aquello y volví a llevarme la copa de vino espumoso a los labios.
Su risa; hizo que mirara por enésima vez su boca. Aquella maravillosa boca que me habia besado en la mansión Cullen.
Aquel hombre era espectacular. Sus ojos reflejaban con vehemencia su personalidad encantadora y su bondad. Su barba, algo cerrada le hacia ver terriblemente varonil y acrecentaba el par de ojos verdes que habia debajo de aquellas cejas castañas.
-Si me sigues mirando así, no voy a poder seguir siendo un caballero; Bella. Te lo aseguro.- Me hablaba con un deje ronco que no dejó dudas al respecto. Me deseaba ¡Siiiiii!! ¡Dios mio, Isabella Swan, si todo va bien vas a perder la virginidad con este hombre maravilloso!
No pude contener el rubor de mi rostro, ante aquella voz cargada de promesas y bajé la mirada.
Nos hallábamos en un pequeño restaurant de Port Angeles ; “La Bella Italia”.
Habia pedido una mesa algo reservada; dándole al camarero una buena propina.
Habiamos saciado nuestro apetito y en los postres, Gerard, acabó pidiendo un vino afrutado para la tarta de cerezas que solicitamos.
El vino se me habia subido a la cabeza. Pero estaba completamente en mis cabales. No iba a alanzarme sobre él ni nada por el estilo…aunque lo estaba deseando de manera demente.
-Bella has vuelto mi vida de cabeza. – llenó una pizca mas de vino, mi copa y luego vació la botella en la suya, alzó las cejas y me sonrió.- Fui a Forks para comprar algunos terrenos y afincarme aquí por temporadas y ahora….ahora solamente puedo pensar en estar cerca de ti….- Su mano viajó hacia la mia y acarició con premura mis dedos, algo nerviosos.- Te has metido en mi cuerpo como las esporas; Bella. Creando en mi, algo que pensé habia perdido hace mucho, mucho tiempo…. Ilusion, pasión…puedes pensar que estoy loco por aventurarme a decir todo esto, sin apenas conocernos; pero pienso que la vida esta mandándome otra oportunidad para ser feliz…y quiero intentarlo. ¿Querrias…querrías ayudarme?
Su mano ya se habia apoderado de la mia y la sujetaba fuerte, causando estragos en mi.
-¿Y que puedo hacer yo?.- Pude alcanzar a decir, mientras miraba como su mano, acariciaba, lentamente la mia.
-Dejame que te mime. Que te quiera…que te ame…- Aquel hombre que tenia frente a mi, se habia puesto terriblemente serio y me escrutaba con la mirada, intento adivinar mis pensamientos.- Bella…dime algo; cualquier cosa. Pero dime algo.
Tragué en seco y me mordí el labio nerviosa. Sus ojos volaron hacia mi boca y cerró fuertemente los ojos; como intentando controlar algún tipo de reacción.
-Me gustas.- le dije, en un murmullo.-Me gustas, mucho.
Él no cambió ni un apice el gesto de su rostro. Sin soltarme la mano, chasqueó los dedos y el camarero, vino de seguida.
-La cuenta; por favor.- dijo roncamente; con sus ojos perdidos en los míos.
Al traer la cuenta, él pagó con tarjeta y nos levantamos ambos detrás del camarero, que nos miraba con gesto serio.
Gerard, al salir del restaurant me tomó de la mano, jovial; y me llevó a su coche, mientras corriamos; pues habia comenzado a llover de manera alarmante.
Al llegar al auto, me ajusté bien el cinturón y noté su agarre en la cintura, para atraerme hacia él.
-Ven aquí, preciosa. Llevo un rato queriendo hacer esto.- Sus labios demandantes, me abrieron la boca. Los besos de Gerard eran como azotes de adrenalina que corrian por mi cuerpo, haciéndome estremecer.
No sé en que momento llegué a estar a horcajadas en su cuerpo. El volante me raspaba el final de la espalda; pero no me importaba.
Su boca viajaba hacia mis pechos; mientras que yo no podia contener todo el ardor que soportaba mi cuerpo.
Nunca habia sido tan cabeza loca como para hacer lo que estaba haciendo en aquellos momentos. Me sentía libre en los brazos de aquel hombre. Sensual y deshinibida.
Sus manos habian viajado debajo de mi blusa. Sus manos fuertes, eran abrasadoras en mi piel y ante el simple toque, jadeé, mirándolo con pasión.
Buscó los pezones henchidos y los acarició con miedo al principio, hasta que seguidamente; apartó la tela que los envolvía para tenerlos entre sus dedos, que los atendían como ellos querían ser atendidos. Con fervor, con vehemente, con pasión.
Su boca en ellos, me hizo gemir; lo cual esto llevó a una reacción en cadena.´El también lo hizo y ambos comenzamos a rozar nuestras caderas, hambrientos de algo que podia mas que nosotros.
Descendió al ombligo con sus manos; apartando el pantalón, y tanteando mi húmedo centro por encima de mis braguitas.
-Quiero darte placer; pequeña…
Su voz ronca, me erizó la piel. Era tan sensual, que podia tener un orgasmo con su voz, únicamente.
-Pero es que yo…
Miró mis ojos, con plenitud, mientras aplacó mi sed con sus labios.
Sus dedos se movían hábiles, apartando las braguitas y tanteando mi virtud con una exquisitez deliciosa.
Me sentí crecer en sus brazos y me abandoné completamente a sus caricias.
Enterrando sus dedos en mi, ví literalmente las estrellas y al acariciar mi hinchado clitaros, maldecía, entre mis labios, mi hermosura y mi cuerpo de diosa…
Cuando me atenazó el tercero de mis orgasmo. Me dejé caer en su hombre izquiero y suspiré , besando su cuello, lamiendo la loción tan apetitosa de su piel.
-Me tienes encandilado. Bella.
-¿Si?.- dije, arrastrando las palabras por su cuello.
-Me has hecho un regalo maravilloso…
-¿Cómo lo has…?
-Podia imaginar que eres virgen. Pero lo que no se me habia pasado por la cabeza es que ningún hombre te habia acariciado tan íntimamente. Me has dado un regalo, que dudo mucho pueda olvidar.
Suspiré y sonreí, besando su hombro fuerte y desnudo.
-He querido que seas tú.
-Gracias.- Buscó mi rostro y me besó lentamente. Haciendome estremecer nuevamente,
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Despues de dejarme a varias cuadras de mi casa y esperar pacientemente, a que le hiciera una llamada perdida para darle la señal que ya habia llegado sana y salva, nunca pensé que mi sueño se volveria en una tórrida pesadilla.
Papá ya se habia acostado y la casa estaba en un completo silencio.
Me quité las manoletinas y subí las escaleras hacia mi habitación . Abrí la puerta y cerré la puerta seguidamente , muy despacio, para que Charlie no despertase.
Al volverme, una sombra larga , me tapó la boca con una mano y poco después, me arrastró hacia la mesita de noche; donde allí, abrió el interruptor de la lamparilla y pude ver el rostro de mi raptor.
-¡Edward!.- mascullé entre sus dedos, intentando morder alguna de sus falanges.
-Mira Bella. Te voy a soltar. Pero con cuidado. No quiero que grites ¿ok? He venido en son de paz….
Lo miré extrada y poco a poco sus dedos dejaron de hacer presión en mis labios.
-¿Qué quieres maldito psicópata? ¿Qué haces en mi casa a estas horas?.- susurré, con ira en mi voz.
Él soltó una risita nerviosa y se sentó en mi cama. Tocó el colchón, en una clara invitación para que me sentase a su lado y yo caminé hacia él, sin fiarme para nada de la situación.
-He venido a hacer un trato contigo.
Alcé una ceja y volvi mi cara hacia otro lado.
-Eres increíble Cullen…¿Qué clase de trato? ¿Y como coño has subido hasta mi habitación sin que Charlie se entere?
-Vayamos por partes. Bella. Dime una cosa. Y sé completamente sincera. ¿Te has enamora de Gerard?
Parpadeé un par de veces alucinada. ¿Pero qué coño…?
-Y a ti que mierda te importa…
-Quizas me importe mas de lo que debería.
--No entiendo por qué.- hice un mohín con mis labios y aparté mis ojos de los suyos. Me turbaba la mirada de Edward.
-Dime. ¿Te has colado por Gerry?.- el muy maldito, me preguntaba en tono burlon.
-No lo sé. Pero me gusta muchismo.
-Bien. –se tensó.- ¿Sabes que el papá de Tanya no es dueño de absolutamente nada, no?
-No me interesan esas cosas. Edward. No soy tan hipócrita como tú y tu noviecita.- espeté.
-La madre de Tanya esta en psiquiátrico. Él no está separado, ni viudo..¿entiendes? Su mujer esta incapacitada; pero esto no quiere decir que esté libre.
Mi corazón se paró unos momentos y mueca de horror se instaló en mi rostro.
-Gerry ha tenido miles de aventuras. No te creas que vas a ser diferente a todas ellas. Una mucama como tú…con un hombre que tiene todo lo que se le antoje.
La lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Miré a Edward con autentico odio lo abofeteé.
-Estoy harta que me dejes a la altura del betun, maldito bastardo. – Vienes aquí para insultarme y contarme todas esas cosas horribles sobre el hombre que me desea y le gusto. Todo para hacerme caer de mi nube. Pues no me interesan tus intrigas Edward Cullen. Y ahora largo de mi habitación y te agradecería no verte mientras trabaje en tu casa. Te odio y te odiaré hasta el final de mis días.
-Eso es mucho tiempo.- espertó duro.
-No lo suficiente para ti.
Continuará…..
holaa hhh excelente el capiii guauuu bueno la confesion de edward sobre gerard me dejoo pensandoo para mi es verdad lo que el dijo no se no me fioo de ese hombree aunque edward tiene cero tacto para decir las cosasss que chicooo brutoo jajaaj por que siempre arruina las cosas con bellaa....bueno vermeos que pasa en el proximo a ver si bella le pregunta algo a gerard o no== tu me conocess aunque este edward sea medio cabron ajaj yo quiero queeste con bella aunque bella tiene que ponerlo en vereda je!!!
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