miércoles, 5 de enero de 2011

Son Flores Para Bella

CAPITULO 6

A las seis de la tarde, Bella salía de casa y su madre iba tras ella.
-Si en vez de llevar impermeable, llevaras abrigo…
-Voy conduciendo mama, y el abrigo me agobia.
-¿No vas a ver hoy a Mike?
¿Mike?
Seguro.
-Espero que si.
-Oye no me has dicho nada de Edward.
-Ah…
Alto, flaco, indiscreto, ingénuo…
-Es un crio.
-Eso ya lo sé.
-No me parece que ese jovencito esté capacitado para llevar los asuntos de su padre fallecido.
-Oh, no, te equivocas. Como ingeniero veras como responde.
Bella se ponía los guantes bajo el porche. Miró a su madre con curiosidad.
-Oye mamá. ¿Qué clase de persona es Esme Cullen?
-Estupenda.
-Pero…¿para su hijo? No será mandona,autoritaria y gobernadora…vamos, parecida a la madre de Mike.
-En modo alguno.- se enfadó Reneé, como si fuese cosa suya.- Esme jamás sojuzgó a su hijo. Estaria bueno. Edward siempre ha sido un chico muy comunicativo, alegre y e independiente.
-Tambien ingenuo.
- Es posible. Pero eso no quiere decir que el chico no esté capacitado para defender sus intereses.
Bella lo dudaba mucho.
Meneó la cabeza y se drigió a su pequeña camioneta.
-Bella ¿porqué me preguntas eso?
-No sé, mamá. Edward me pareció una criaturita inocente, eso es todo.
-No creo que a Edward le perjudique ser asi.
-Es posible, pero un hombre de su edad necesita madurar mamá.
-Es que tú has crecido demasiado deprisa, por dentro y por fuera.
-Tal vez. Hasta la noche.
-Hasta la noche, hijita.
Subió Bella a su camioneta y la puso en marcha. Salió de su pequeño jardín dando vuelta a la diminuta glorieta y cuando tomaba la dirección recta de la calle, vió a Edward que le hacia señas para que parase.
Frunció el ceño.
A ella los niños le fastidiaban.
Edward parecía tener capacidad intelectual para el idioma, pero para la vida se le antojaba que seguía en pañales.
De todos modos y por eso mismo, detuvo la camioneta y asomó la cabeza por la ventanilla.
-¿Qué te ocurre, Edward?
Cosa rara.
Edward, a quien antes consideraba un mirón, a la sazón le parecía que la miraba, porque en realidad no sabia a ciencia cierta, que un hombre al mirar insistentemente a una mujer intenta o parece intentar provocarla.
-Veras, me gustaría subir a tu lado. Tengo que pedirte perdón.
-¿Perdón?
-Por lo de ayer.
-Pero hombre…
-Me parece que me porté como un mal educado.
-Sube. Te advierto que voy a dar una clase. Pero si a ti no te importa volver a pie…
-Gracias.- y se deslizó dentro de la camioneta.
Hubo que encoger un poco las piernas.
Era muy alto y la camioneta, apenas si le daba cabida dentro.
-Soy demasiado grande para este tipo de autos.- comentó avergonzado.
Pero lo cierto es que procuraba arrimar su pierna a la de Bella.
Esta puso el auto en marcha y miró de soslayo a su alumno.
-No tomo en cuenta lo que me dices de Mike; Edward. Tú tranquilo.
-Piensas que soy un tonto.
-Un tonto, no. Necesitas madurar. Despues cuando madures o te enamores, veras como lo ves todo de otro color.
-¿Qué color?
-Edward, Edward; no seas inocente. Lo veras de un color cualquiera, pero te aseguro que distinto al que ves hoy.
-Es posible.De todos modos, dime ¿Es hermoso enamorarse?
-Vamos.- se echó a reir Bella,.- lo que tú deseas es que además de tu profesora de idiomas, sea también tu profesora sentimental, ¿Es eso, Edward?
Edward, entornó los parpados.
De haberlo visto sus “ amigas”, le hubieran llamado embustero o falso.
Pero para bien, Edward, solo veía a Bella y Bella lo estaba viendo como el quería que lo viese.
-Uno no sabe, nada de nada.
-Ya se nota.
-Y teme meter la pata con las chicas. Ya sabes. Un piensa y desea estar con mujeres, pero tiene una timidez que espanta.
Bella soltó una mano del volante y la puso sobre la de Edward.
-Eres un crio.- dijo.- Un crio estupendo, Edward, pese a que un dia te consideré de otra manera.
-¿De que manera, Bella?
La joven se echó a reir.
Olia muy bien. Iba vestido con un estilo sport muy armonioso.
Edward, mojó los labios con su lengua.
Despues pausadamente repitió:
-¿De que manera, Bella?
-No sé como un hombre maduro. Tienes que aprender mucho , Edward. Pero yo no voy a poder enseñarte nada.- detuvo la chevy.- Aquí tengo mis clases.
-¿Te espero?
-¿Cómo vas a esperarme criatura? Tardaré en bajar una hora y después tengo otra clase y luego me reúno con mi novio.
-Es lo que me parece peor.
-¿Qué dices?
Edward, descendió.
- Nada…nada. Te veré en tu casa a la hora de siempre, Bella. Perdona por mis meteduras de pata. Pero es que soy asi…








La Señora Newton hacia cuentas.
Su hijo andaba en torno a ella.
Ella ya sabia que Mike deseaba decirle algo, pero apañado estaba su hijo si esperaba que ella le preguntase.
-Dame ese libro, Michael.
-Sí, mamá , pero tengo que irme.
-¿Y que esperas?
-Es que voy a encontrarme con Bella.
-¿Bella? Ah, si, tu novia.
-Mi novia de cinco años mamá.
-¿Cinco ya? Como corre el tiempo. Ve, hijo ,ve, no le hagas esperar. Me parece una buena chica Bella.
Mike se animó.
Le entregó el libro y como la madre volvia a hacer números, se acomodó a su lado.
Intentó varias veces de decirle que quería casarse con Bella, pero otras tantas; cerró los labios.
Y eso que su madre siempre le escuchaba con atención. Pero el negocio…si, si, el negocio acaparaba demasiado tiempo de su madre.
Tal vez él debiera echarle una mano, pero no siempre podía.
-Mike…¿No habras tenido relaciones con esa chica no?
Mike, se sorprendió y negó con la cabeza como un niño pequeño, al que han pillado haciendo una fechoría.
-Esa niña, debe ir virgen al altar. Una vez casados tanto tú como ella dejareis de ser célibes con libertad y podréis tener hijos sin estar fuera del matrimonio.
-Sí mama…
-Luego vendrán los hijos. Lloran por la noche. Uno no duerme.- A Mike se le encogía la nariz.- Va uno rendido al trabajo y encima no da el presupuesto para hacer una vida mas o menos comoda.
Mike estaba menguado.
No tenia nada que decir.
Pero entendía que su madre llevaba toda la razón.
El matrimonio, los hijos.
-No obstante.- volvía a decir mamá.- lo mejor de todo es el matrimonio.
Otra vez se animaba Mike.
Se le hacia tarde.
Era el momento en que podía perdirle a su madre que lo acompañara a casa de Bella a pedir su mano.
Pero…
Tenia que pensarlo un poco mas.
Bella debia comprender.
Seguro que comprendería.
-¿A dónde vas sin abrigo,Mike?. Hijo.- dejaba el libro y levantaba el cuello del gabán de su hijo.- Abrigate. Cuando regreses te tendré preparado un buen vaso de leche caliente con coñac para que tomes después de la comida. Hala, hala, no hagas esperar a Bella.
¡Pobre chiquita!
Nada, que no había forma.
Pero no es que le impidera su madre hablar.
Es que vivía tan cómodo.
Es que le daba tanto miedo el matrimonio.
Es que vivía tan agusto.
-¿No te vas?
-Sí mamá.
-¿A que hora volveras hijo?
-A Las nueve y media.
-Tendré encendida la chimenea. Y tus zapatillas junto al fuego. Hasta luego querido mio.
Mike, se fue al fin.
Otro dia.
Sí, mañana, pasado…
Cualquier otro dia le hablaría a su madre sobre la petición de mano de Bella.
Claro que Bella estaba tan fría… Antes no era así. Era más fogosa. Cuando empezaron claro.
La deseaba tanto…. Y ambos ponían una barrera en medio. Él por el miedo a su madre y ella con su frialdad absoluta.
Bella era una chica apasiónate, atractiva, deliciosamente femenina… a la vez no era soñadora, ni tenia fantasia, ni la cegaba el amor. Bella pisaba en tierra firme y conocía bien la realidad de la vida, y la realidad para Bella era cosa seria.
Nunca perdia los estribos, ni se dejaba dominar por las bajas pasiones.
Pensando así, Mike respiró fuerte, como si le faltara el aire y tratara por todos los medios de atraparlo.
Él quería a Bella. La quería profundamente. Tenia que hablarle a su madre, decirle que deseaba casarse con ella cuanto antes. Al fin y al cabo él ganaba lo suficiente para mantener un hogar. Claro que al no tener su madre más hijo que él, era una crueldad dejar sola a la madre. Su madre siempre lo decía al referirse al matrimonio de él y Bella; “ Viviremos todos juntos, aquí, eso me gustaría mucho”
Su madre era formidable. Tendria que decirle que había que pedir la mano de Bella y decidir la boda.
Cruzó la calle y rescostó su esbelta figura en la puerta de la cafetería. Allí en el rincón de siempre estaba Bella. Tenia expresión ausente.
De un tiempo a aquella parte, Bella casi siempre tenia esa expresión. Antes era más jovial, mas juguetona, mas imaginativa.
No es que él se cansase de Bella¡Oh no que disparate! Pero… hubiera preferido que Bella siguiese como antes.
De todos modos era una tontería, él amaba a Bella y tenia que casarse con ella. Su madre tenia toda la razón. El matrimonio merece la pena.
Su madre era estupenda y él no acaba de explicarse, por que él no se atrevía a decirle a su madre que había que pedir la mano de Bella y decidir la boda.
“ Se lo diré esta noche”, pensó para si.
Sí decididamente aquella noche le hablaría. Mamá se pondría contenta. Bella podía ayudarla mucho y así los tres juntos vivirían muy felices.
¿Y Reneé Swan? Bueno, Reneé era una mujer que estaba habitualemente a vivir sola, puesto que su hija le hacia poca compañía. Ella no se espantaría por quedarse sola. Además los dos, Bella y él, podían pasar a verla una o dos veces al mes…
Eso seria lo ideal.
Avanzó sorteando las mesas. Bella lo oyó llegar y le miró vagamente. Por un segundo, Mike pensó que si Bella lo veria, aunque tuviese los ojos color café fijos en él. Así de ausente era la mirada de Bella.
-Hola.
-Hola.- respondió Bella y su voz parecía llegar de otro mundo.

1 comentario:

  1. holaaa me encantoo el capitulooo este edward me encantaa y buenoo mikee no parecee mal chicoo pero no es para bellaaaaa...que lo deje y se quede con edwarddddd...jee!!!! ya quiero saber que pasa en la proximaa claseeee....nos leemos en el siguienteee"""" besoss!!!!

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