CAPITULO DIEZ
Bella cayó sentada en aquel rincón. Bajo la tenue luz de la lámpara de pie. Quedó tensa, mirando al frente sin saber si maldecirlo o bendecirlo.
Edward la hacia sentirse de nuevo como una adolescente de 16 años , aquel hombre le hacia añorar sus jóvenes años de adolescencia.
Pero solo tenia 23 , y lo que no podia perdonarle a Mike es que por su culpa, se sentía vieja. Acabada , como destruida.
-Bella….
-Sí, mamá.
-¿De quien son estas flores?
Lo dijo.
No mentia, pero aquella mentira suya era como…si endulzara un poco los temores de su madre.
-De Mike.
-Oh, gracias a Dios.
-Mamá, ven aquí; siéntate.
Reneé obedecedió.
Era menuda y delgada como su hija. Una dama que aún resultaba joven, y que sin embargo, a veces el pensar en el porvenir de su hija, aunque jamás se lo manifestaba a ella, se sentía tremendamente anciana.
-Dime, Bella.
-Tú…¿Tú quieres que me case?
Reneé parecía nerviosa.
-No es eso.
-¿No?
-Dí lo que tú sabes y yo ignoro mamá.
-Bella por favor.
-Dilo mamá. De nada vale cubrirse la cara con una careta. La verdad está dentro. ¿A quien se le oculta? Los de fuera no importan. Y los de dentro, los que llevan la careta saben lo que tapan y saben que sufren aunque lo tapen.
-Sí, hija es cierto. Pero…
-¿Pero? –No sé que decirte, Bella. Dí tú, si es que tienes algo que decir. Yo sólo pienso en que después de cinco años… de tener Mike la carrera terminada, una posición casi desahogada, sin nada que le impida casarse… pues deberíais casaros. Claro que yo no sé quien tiene la culpa de esta demora.
-Yo no la tenía.
-Dices tenía.
-Sí es que ahora…probablemente la tenga.
-¡Bella!
-Nunca me cansaré sin amor; sin desear al hombre con el que compartiré mi lecho, sin que me haga suspirar cada vez que su aliento roce mi cara…
-Bella por favor…
-Vale mamá , te lo diré de otra manera, nunca me cansaré sin cariño, sin amor, sin ilusión…
-Tenias todo eso.
-Tú lo has dicho. Tambien una persona tiene salud y un dia, no sabe nunca porque, deja de tenerla…Se muere mamá. Y la pena es que por mucho que inventen, jamás se podrá resucitar a un muerto.
-Bella, no te entiendo.
La hija se puso de pie. Una mueca distendió el suave dibujo de sus labios.
-No me he quitado el abrigo. Ni he sentido que cuelgo al hombro mi bolso de paseo.- se despojó de ambas cosas.- Habrá que comer digo yo..
-Bella.- titubeaba su madre,como si temiera lastimar demasiado, aquella sensibilidad hipersensible de su hija.- Bella, querida…
-Dí, mamá.
-Quiere decir eso que tú…
-No te detengas mamá. Las dos estamos sin caretas, Esa dejala para la calle, si bien te advierto que a mi en la calle… también me estorba.
-Te veo rara, Bella, como herida, como lastimada, como escéptica .
-Un poco de todo mamá. Sólo un poco. Lo que me asusta es que…todos esos pocos.. vayan en aumento. ¿Por qué no dejamos las cosas así, mamá? Sin volverlas a mencionar y nos vamos a comer.
La madre la siguió pasillo abajo.
¡Era tan linda, Bella!
Tan delicada, tan sensible..No era voluble. Algo nacía en el corazón de Bella o algo moría. Moría la ilusión del amor de Mike y nacía el ardoroso clamor de Edward en su pausado corazón.
Reneé . después más tarde cuando Bella se fue a la cama, se lo contó todo a su amiga Esme Cullen, por teléfono.
Esme, llegó al salón suspirando, meneando la cabeza, sentía la amagura de su amiga como si fuese la suya propia.
Tendido en un sofá, con las piernas en alto y fumando, repantigado y feliz se hallaba Edward.
-¿Qué ocurre, mamá? ¿Qué te cuenta tu amiga Reneé?
La dama se sentó no lejos del largo sofá, donde su hijo se hallaba tendido.
-Me hablaba sobre Bella , tu profesora.
-Ah.- quedaba tenso, con todos los sentidos en guardia.
-Parece que Mike le mandó un gran ramo de flores.
Edward, elevó una ceja interrogante.
Pero continuó tendido allí como un manso y cómodo cordero.
-Pero según parece a Bella no le hicieron mucha ilusión.
-¿No? Caramba pues son novios veteranos.
-Sí, pero…
-¿Pero?
-Reneé, opina y esto es lo que la destroza, que Bella está desilusionada. Que ni las flores son capaces de renovar las esperanzas y las ilusiones que existían antes.
-¿Antes? ¿Cuándo?
-Cuando empezó a ser la novia de Mike.
-Le conozco.
-¿Los ves…juntos?
-Claro; aún hoy. Parecian estar en un funeral. Un funeral de parientes, si quieres, pero al fin y al cabo un funeral. Parece mentira que esa muchacha tenga dos años, menos que yo. Diablo, si al verla tan hermosa, uno diría que acaba de hacer la primera comunión.
-No seas ganso, haciendo definiciones, Edward.
-Perdona. Pero es que la pureza de su cara eso te hace pensar…sin embargo cuando la ves junto a ese…maricón.
-¡Edward!
Joder, mamá, ¿Cómo te explicas que todavía no la haya tocado en cinco años de relaciones?
-¿Y como sabes tu eso, hijo?.- espetó su madre con la cara descompuesta.
-No te hagas la tonta mamá, todo Forks lo sabe. Sólo te digo que cuando la veo con ese…me da pena. Eso es lo que me da.- Y después de una estudiada pausa.- ¿dices que Reneé está inquieta?
-No he dicho inquieta, Edward. Eso te lo inventaste tú. He dicho deseperada y triste.
-¡Caramba! Aún después de … recibir flores de su novio, no sé porque Bella …ha de sentirse tan desilusionada. ¿Tendrá un amante, mamá?
-Que mentalidad, la tuya, Edward.
-Pues…vale, no he dicho nada…
-Que no se te ocurra pensar eso de Bella.
-Se me ocurre pensar infinidad de cosas con Bella…
-¿Qué has dicho, hijo?
-Es que no me explico ¿sabes? Que reciba flores de su novio, aunque a mí el novio, no me gusta ni un pelo y se sienta desilusionada. A lo mejor no ama al novio y resulta que como en los libros de psicología tiene una doble vida.
-Edward, parece que tomas este tema a broma.
¡Que vá ¡ lo estaba tomando muy en serio.
Tanto es así que iba a llamarla.
Ojalá él pudiera ilusionar de nuevo aquel vacio de vida de su profesora.
Se tiró en el sofá y levantó un poco la manga del jersey.
-Me voy a la cama, mamá y no piense que tomo a broma las cuestiones de Bella Swan y su..
-Edward.
-No lo iba a decir, aunque naturalmente, sigo pensando que lo es. Te decía que no lo toma a broma. Uno conoce a Bella y le toma afecto…es preciosa.
Esme no se fijó en la forma que tenia su hijo de decir aquello de “preciosa”. No se le pasaba por la mente que Edward estuviera enamorado de la hija de su mejor amiga.
-Buenas noches, mamá.
-Ve, ve. Corre a descansar hijo. Y a ver si cambias de vestimenta, pareces un bohemio, a ver si comienzas a vestir de traje cuando entres en la fábrica. Es por eso que quiero verte ya en Alemania.
-¿Ves mamá, lo que te quiero decir?
-¿Qué he de ver?
-La diferencia entre tu mentalidad y la mia. Yo no hago señor a alguien que lleva unas ropas elegantes. Yo le llamo señor al individuo desnudo o vestido que lo es o no lo es…
-No empieces con tus teorías..
-Puafff… la ropa. Como si la ropa hiciera al hombre. ¿ Cuando comprenderas que el hombre da categoría a las ropas?
-Descansa y duerme, Edward.
Sin llamarla a ella… no.
Rosas de Mike… para morirse de risa. Como si Mike tuviese alcance para enviar flores a Bella.
Bella no se habia desvestido todavía y tendida en la cama, miraba al frente, aunque no veía nada.
Sombras difusas en la oscuridad, porque ni la luz quiso encender para evitar no solo verse a si misma, si no cuantos fantasmas pudieras surgir de su propia figura.
Fue cuando sonó el timbre del teléfono.
Movió sus dedos y después de mano y luego giró el brazo con pereza.
En aquellos momentos se sentía como en paz consigo misma, con la mente vacia, la oscuridad en los ojos, el corazón inquieto.
-Diga.
-Soy yo.
Bella giró de costado y se puso de lado en la cama con el auricular agarrado con las dos manos y pegado al oído.
-Tú…
-Verás, por un segundo, después de cerrarme en mi habitación, pensé “¿Estará Bella, muy enfadada conmigo por haberle enviado flores?”
-No lo estoy,Edward.- tenia Bella una vocecilla suave, sensible, como palpitante.- Pero si me gustaría saber…que celebras con el envio…
-Eso es lo que te tiene inquieta ¿verdad?
-No tratándose de ti, no. A decir verdad te empiezo a conocer y te creo capaz de mandar flores a una profesora solo, por desagraviarla de algo, que aunque no sea real, imaginas tú.
-Cierto.Pero en este caso no es así.
-¿No?
Se iba animando.
Que cosa más rara aquel caso suyo.
Se sentía deprimida y de repente, oir una voz humana,calida, tan personal y sensual como la de Edward la llenaba por cada rincón de su ser.
La tranquilizaba y al mismo tiempo la enervaba. No pensaba en Mike,cuando estaba con él…y si lo hacia, era sin ningún tipo de preocupación; como si no fuera nada suyo, como si ella fuera…de Edward.
-No.Bella. Te vi esta tarde, te vi con Mike,¿recuerdas?
-Por supuesto y eso…¿Qué tiene que ver?
-No lo sé. De repente sentí como una sensación de agobio, de pequeñez ajena. Como si todos, incluyéndome a mi, fuésemos marionetas de circo, movidas por un resorte… Hasta me pareció que tenias puesta una careta. ¿Ves que tontería?
-Sigue.- dijo, ella embelesada escuchando su voz.
-Y sentí angustia. Entonces al salir de aquella discoteca y despedirme de mi amiga, caminé pensativo. No sé si pensaba. No sé si en realidad estabas en mi mente o ya formas parte de ella. Lo que si sé , es que de repente sentí una ansiedad tremenda por alegrar tu rostro perfecto,Bella de quitarte aquel velo de luto..
-Pero.. Edward… que niño eres…
- No creas que soy un niño, Bella soy un hombre…
-Para mi edad, la tuya.
-No digas memeces, Bella.- sonaba rara la vos de Edward, como vibrante,como aireada.- Para estudiar alemán, considerame como gustes, para tratarme a mi, como persona por favor, no me trates como a un niño de teta, que hace mucho que pasé por esa faceta.
-Me estas reflejando una imagen de mi misma, desoladora Edward.
-Bella,cierra los ojos, un segundo. ¿estas en la cama?
-Sí.
-Fijate si soy ingenuo, pero en este instante, perdóname, por favor, me gustaría estar contigo ahí. Haciendote el amor, Bella…
Ella enmudeció y sintió un calor desconocido por su cuerpo virgen y se tapó la boca en un jadeo sordo de placer.
Imaginar que aquel hombre… mitad niño , podia hacerla mujer, la puso mas nerviosa de lo esperado y le tembló la voz al volver a hablar por el teléfono.
-Edward, me voy a enfadar.
-¿Nunca me veras como un hombre?
Hacia un tiempo que habia comenzado a verlo, pero le daba miedo…y como era Edward de hombre…era espectacular.
-Eres mi alumno.- contestó sin mucha credibilidad.
-Esta bien. Te diré una cosa ya que no quieres ser concreta en ninguna respuesta. Me gustaría enamorarme de ti, hasta volverme loco con tan solo pensar en ti, me gustaría hacerte inmensamente feliz y que no se borrara esa sonrisa de tu rostro, si…esa que he visto en contadas ocasiones, Bella, quitar esa horrible sombra de tu cara. Besar tus labios, devorarlos, amarlos, caer rendido ante tu cuerpo, ahí en tu cama, haciéndote el amor, hasta quedar postrados ante el cansancio de nuestros extasis de pasión, robarte esa joya que tienes entre la piernas y devorarla sin cansacio…hacerte mia de una manera completamente pura; pero a la vez salvaje…y que te dieras cuenta que hace mucho tiempo que dejé ser el niño bobo que acabó el bachillerato.
Cortó.
No esperó respuesta.
Bella quedó estupefacta y sin respiracion.
holaaa ahhhhhhhhhh estee edwardd me re fascinaaa...el capitulo estuvo espectacularr...guauu la conversacion por telefono me matooo ajaj las cosas que le dijo edward fuee magnificooo por diosss...bella despiertaa de una vezzz...y creo que con todo lo que le dijo ya tiene que dejar de verlo como un niñoooo...besosssss y noss leemos!!!!
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