Caminó hasta posicionarse en mi espalda y noté como el agua se movía; podia notar su aliento en mi cuello, la respiración de él como la mia; era algo errática; pero lo fue mucho mas ,cuando noté su firme mano rozando mi pecho; comenzando por la espalda y acabando en la cresta ardiente; infladamada por el deseo de mas.
-Sientate como estaba antes Bella. Quiero lavarte yo mismo.
Hice caso y su cuerpo se amoldó al mio,al sentarme de nuevo en la tina.
Los dos; desnudos, Edward detrás mio, apoyando su mentón en mi hombro, y yo temblando de deseo y de anticipación a lo que vendría después..
LA HERMANA ISABELLA
.-Capitulo 16.-
Mis nervios estaban a flor de piel; y no habia manera de disimular aquella reacción.
La reacción que producía la cercanía de mi recién adquiridido esposo.
La calidez de su respiración; me nubló completamente la razón y cerré los ojos; presa del miedo, del deseo y de la ansiedad.
-Hablame de ti….- me dijo; notando como paseaba su mentón por mi hombro y cuello; en un movimiento ascendente; increíblemente placentero.- Quiero saberlo todo de ti….que me tengas confianza, que no haya secretos entre nosotros dos. Lo quiero todo de ti…hasta tu alma; quiero que hasta eso, me entregues.
Tragué combulsivamente; victima de sus suaves toques.
Bajé la mirada, abrumada y observé mis piernas; terriblemente blancas y finas en comparación con las suyas.
En un movimiento súbito; encogió sus piernas que quedaban a ambos lados de las mias y me atrapó más férreamente sobre sus caderas; sintiendo toda su masculinidad en donde la espalda pierde su nombre.
-Yo…ya te he dicho que me intimidas; y la verdad este no es el mejor momento….- dije; llevándome las manos al rostro; que me ardia; literalmente.
Su suave risa; me hizo estremecerme nuevamente; cerrando los ojos y aprisionando el labio, enfrebrecida.
-Pues yo creo que este…es un momento magnifico. ¿Sabes Bella? El momento de la unión del hombre y la mujer es el mas intimo y sensorial.-Sus suaves manos comenzaron a acariciarme el vientre y ascencian de manera lenta y torturadora hacia el despliegue de mis pechos hinchados.- Habrá veces que por motivos puramente de trabajo, no nos veamos en todo el dia y es aquí, donde tendremos que solucionar muchos de los problemas que nos aconteceran.
-¿Aquí?.- mi voz salió de mis cuerdas vocales temerosa. Sus manos habían llegado a las cimas de mis pechos y jugueteaba con sus dedos en ellas. Las atormentaba y las dejaba, las atormentaba y las dejaba….
Gemí.
Besó mi cuello; notando el ardor de su saliva en mi piel; lo dulce que podia ser su contacto…
-Aquí o donde sea….todo se puede arreglar, querida mía…si hay confianza; el amor, si no lo sientes; quizás llegará un dia; en que pueda ganármelo.
No dije nada. Estaba a merced de sus caricias que cada vez se volvia mas y mas intimas.
-Bella….- Mi nombre en sus labios me pareció tan sensual que me erizó la piel y mis pezones despertados a la sexualidad por sus caricias, se irguieron mas; hasta hacerme casi daño.
-¿Si?
-Date la vuelta. Quiero verte el rostro. Emborracharme de tu cuerpo. Llevo días como un demente pensando en esto…- Sentí como se pasaba la mano por su cabello hermoso; y giré mi rostro para mirarlo.
Edward Cullen era impactante al natural. Ahora lo tenia con las mejillas encendidas; el pelo húmedo y la mirada oscurecida por el deseo….era tan, tan pecaminoso ternerlo asi; entre mis piernas y deseoso de mis caricias..
Moví mi cuerpo; haciendo que se derramase el agua de la tina y me apoyé con las rodillas en la dura porcelana; observando su pecho ancho y viril, levemente tapado por una bruma de vello castaño.
Me infundé el suficiente valor para mirarlo al rostro y me quedé embelesada por su belleza.
Sus ojos penetrantes; miraban mi rostro, intentando comprender la situación en la que me encontraba.
Edward sabia perfectamente de mis diálogos internos y lo agradecí infinitamente.
Su respiración ; se habia transformado al girarme y estar expuesta totalmente para él.
-¿Sabes lo vulnerable que me siento teniéndote cerca; mi vida?.- La pregunta; salió de su boca como un susurro ronco y cerré los ojos al sentir su boca en mis ojos. Besando mis parpados, mis mejillas, mi cuello…
Sus manos habían atrapado la cintura y arremetía dulcemente contra su torso; ahogando gemidos de placer cada vez que su piel y mi piel, hacian contacto.
-No tengas miedo.- me dijo.- ¿Confias en mi?.- su boca se despegó de la mía para preguntar tan solo esto. Miré sus ojos embebidos en deseo y asentí ciega por sus besos.
Sonrió y besó mi frente.
Una de sus manos bajó hacia mis muslos y los separó delicadamente. Su boca; maestra de maestras, me hacia perder el conocimiento cada vez que su lengua hacia contacto con la mía. Cayendo hacia una espiral de deseo del que no dejaba de caer y caer.
La caricia mas intima surgió de repente y me tensé.
Miré sus ojos verdes y me ahogué en su dicha. Como bien me habia dicho ; tenia que confiar en él. Todo lo que viniese de él, seria hermoso.
Me abandoné a sus labios de nuevo y sentí sus dedos entre los pliegues de mi centro; hinchado y adolorido de placer.
Con infinita delicadeza rozó sus dedos por aquella cresta descarada y temblé; noté como su boca se estiró en una sonrisa y volvió a retomar mi boca sin contemplaciones.
Una y otra vez; con una calma pasmosa; se dedicó a acariciarme por aquella zona. Haciendo que mis piernas temblaran; sujetándome y descargando en él todo su peso.
-Maravillosa….- me dijo, separando alguno de los mechones de cabello que se habían quedado pegados a mi rostro a causa de la humedad de el agua.- Basta de juegos.- Cogió todo mi peso y se levantó de la tina; pareciendo un Titan, con aquellos tremendo brazos recorriendo mis pernas y torso.
Noté como una mueca de dolor transformó su rostro, al apoyar la pierna con la que cojeaba con todo su peso y el mio.
Paseé mis dedos por aquellas arrugas entre medio de las cejas y su rostro bello se relajó; regalándome una preciosa sonrisa.
La casa estaba completamente desierta y no habia miedo que alguno de los empleados nos viera.
La puerta de la habitación de matrimonio estaba abierta. Antes de pasar el umbral buscó mi mirada y pasó; dejando mis pies en el suelo.
Me dejó allí plantada como una imbécil y desapareció de mi vista.
No tardó un segundo en volver.
Sin decir nada; se arrodilló y secó mis pies con delicadeza, ascendiendo dolorosamente, secando todas las partes de mi cuerpo. Todas; absolutamente todas.
Al llegar al cabello ; lo estrujó sacando toda la humedad y paseó un peine de puntas anchas por él. Admiraba todos sus movimientos embelesada. Deseando hacer lo mismo con él.
Cuando hubo acabado; sin necesidad de decir nada; yo hice lo mismo con él y me perdí en su atlético cuerpo de hombre.
Admirando todos los perfiles de su maravilloso cuerpo; asombrándome de mi misma y de la poca vergüenza de la que hacia gala; delante de mi marido.
-Ya esta bien.- espetó; cuando estaba acariciando su cabello; embebiéndome de él, de su textura y olor.
Tomó mi mano y la besó, tirando la toalla al suelo, acercándome a él y notando como todas las fibras de mi ser adquirían una nueva vitalidad puramente sexual.
Desnudos.
Acariciándome en toda la intensidad de la palabra; buscó con su boca mis pezones erguidos hasta el dolor para calmarlos.
Gemí, acercando su cabeza a ellos para que siguiera con aquella placentera tarea. Gemí su nombre y él miró mis ojos, oscuros debajo de aquellas pestañas largas.
Me cargó sobre su hombro; haciéndome reir y descargó mi cuerpo en la mullida y amplia cama.
-Me gusta tu piel….me encanta…- susurró; antes de abrirme las piernas y reptar entre ellas para observar descaradamente mi centro con un rugido hambriento.
-No…Edward.- Intenté cerrar las piernas; pero él sujetó una de ellas; acariciándola suavemente.
-Confia en mi, preciosa.
Cerré lo los ojos y esperé.
El primer toque de su boca en mis labios mas intimos, me hizo levantar las caderas ante el contacto. Sus ojos se encontraron con los míos y volvió a posicionar su boca en mi centro sin perder contacto visual.
Era indescriptible. Maravilloso….
Su lengua rápida e hiriente de placer, lamia aquel botoncito prohibido que hacia que emergiera mas y mas en la dicha de ser amada por Edward.
Chupó mis pliegues con devoción, haciéndome caer en la mas desconocida de las dichas.
Un nudo de inmensas dimensiones, comenzó a formarse en mi bajo vientre y mientras ayudaba a Edward en aquella deliciosa tarea, me arqueaba de manera insconciente, haciendo que su boca estuviese casi engullendo mi sexo.
Exploté. Exploté, agarrando su cabello y tirando de sus mechones extremadamente suaves y tentadores.
Deseando besarlo, morderlo. Hacerle todo lo que me habia hecho él a mi.
Estaba completamente deshinibida . Veia a Edwad como un igual y ya no tenia miedo.
El miedo habia desaparecido y habia dado paso a la confianza y el descaro de agasajarlo con el mas tortuoso de los placeres.
Jadeante y con la sonrisa por bandera, su boca buscó la mía y pude sentir el gusto de mi sexo en sus labios.
Me excité; abriendo nuevamente las piernas y enrollando las caderas de mi hombre, para que me hiciera suya.
-No deseo hacerte daño, mi vida.- me dijo sin parar de besarme.
-Estoy segura que no lo harás.- le susurré, besándolo sin medida, recreándome de su cuerpo perfecto y de su hinchada anatomía.
Sus dedos viajaron hasta mi centro y metió primero un dedo y luego otro; haciendo que me contrajera de goce.
Los dedos agiles de Edward emitían ondas de erotismo a todo mi cuerpo y me sentía la mujer mas femenina y voluptuosa de la capa de la tierra.
Volví a quebrarme en esa delicida infinita del orgasmo y entre espasmos y jadeos, sentí la dura punta roma del hombre que me estaba haciendo ver las estrellas y todo el universo.
Una estocada certera y morí.
-Lo siento…agh…mi amor…¿Te duele?.- Preguntó sin moverse dentro de mí.
-No.- mentí. Maravillada ante aquella palabra que habían pronunciado sus labios; alcé unos centimentros la cabeza para hacer posesión de su boca y balancear levemente las caderas, para animarlo a continuar.
Un gemido sensual, me afectó en gran medida al salir de sus labios y volví a balancearme.
-Oh…Bella..- susurró, cogiendo mi rostro y besándolo con adoracion.- Eres mía, mía y solo mía, pequeña deslenguada.
Estaba en casa. En sus brazos, en aquella cama…
Comenzó a moverse lentamente; sacando toda la extensión de su miembro y haciéndolo entrar y salir de mí.
Era maravilloso; la ternura, el control que estaba teniendo Edward en aquellos momentos.
Gemí de goce y lo apreté con las piernas para que se zambullera mas a fondo.
Lo comprendió y comenzó a embestirme con mas ritmo y celeridad, haciendo que echara la cabeza hacia atrás preso del placer.
El dolor habia dado paso a una locura nueva y radiante.
La presión de aquel eje en mi cuerpo me hacia perder la voluntad y me hacia sentirme una muñeca entre sus brazos.
Besos, palabras casi incomprendidas…
Caricias, miradas llena de algo mas profundo que el deseo y un terrible y hermoso estallido complices; los dos.
En aquel momento comprendí lo vulnerable que era Edward en aquellos momentos.
Con el rostro relajado, su boca besando la mía, sus manos paseándose avariciosas por mis pechos y su respiración agitada a causa del orgasmo…era un angel.
Acaricié su frente y sonreí ,él abrió sus ojos y besó mi frente. Parecia dichoso.
-¿Complacida, amor?.- susurró, con los ojos entre cerrados.
-Inmensamente.
Besó mi nariz y abandonó su intimidad de la mia para ponerse a mi lado. Allí me acercó a él y me abrazó dejándome la cabeza a la altura de su pecho.
-Ha sido maravilloso; Edward.- le dije jugando con su vello entre mis dedos.-
Se rió.
-Te voy a vestir de amor toda mi vida. Te enseñaré a beber de él. Te sembraré y tú germinarás….no te asustes… confía en mi. Tengo todo un mundo preparado para ti. Solo espero enseñarte a amarme….¿Bella?
Me habia quedado muda con aquellas palabras. Busqué sus ojos y me recosté con la barbilla en su pecho.
-Quiero enseñarte a amarme….-susurró con los ojos suplicantes de amor.
Continuará….
sábado, 30 de abril de 2011
miércoles, 27 de abril de 2011
Casanova
CASANOVA
Capitulo 10.-
-¿Qué coño me estas diciendo? Y habla en cristiano.
Me miró con los ojos muy abiertos y tragó fuerte.
-No…¿No lo sabias?...
La aparté del camino y fui en busca de Bella.
Cuando estuve a su lado; la cogí de un codo e hice que se girara para mirarme.
-Me vas a contar lo del viajecito…..
Ella me enseñó todos los dientes y sorbió de una cañita; la bebida de sus labios.
-Ah…si….me voy mañana a las islas. Cuatro días. Voy a probar lo que es ser lo que tú eres pero en mujer. Llevo conmigo a la mejor en eso.- Su vista se paró en Rosalie Hale y yo lo ví todo, muy, muy rojo…
……………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Bella Pov
Fantastico….el aire de las islas era auténticamente renovador.
Miré suspicaz a Rosalie que se hallaba acomodaba en una esterilla a mi lado.
Los rayos del sol nos bañaban por completo y adormiladas y confusas por las horas de avión;hacia ya unas ocho horas, nos habíamos quedado somnolientas tiradas en la arena de la playa.
Suspiré…
Era claramente un hecho que debia de casarme con Edward Cullen; aquel fastidioso individuo al que habia entregado mi virginidad sin saberlo.
Se me encongió el corazón.
Un siseo me sacó de mis pensamientos…
-¿Pero has visto eso?.- la voz de Rosalie; sonaba hambrienta. Levanté la cabeza levemente y pude ver a un tiparraco de casi dos metros que se paseaba como un baywach por la playa.
-Un buen ejemplar…- dije sin mucho ánimo.
-El mejor sin duda. ¿Has visto que brazos?.- Volví a mirar el rostro de Rose y ensanché una gran sonrisa.
-Pues parece que no le has pasado desapercibida…
-Ains…Bella…yo a ese tio me lo tiro…
-¡Dios, Rose! ¿Es que no piensas en otra cosa?...
Rosalie Hale; me miró con desdén e imitó un mohín muy típico de Alice Brandon.
-Eres odiosa Bella. No sé como no te comes vivo a Edward Cullen..sin duda está para eso y para mucho mas.
Sorpresivamente un pinchazo de celos me invadió y fruncí el ceño; enfadada conmigo misma.
- Yo no me como vivo a nadie…y menos a Edward Cullen.
-Pues eres imbécil….Ese tipo hace semanas que no se le ve con nadie. Es mas, según dicen los periódicos mas sensacionalistas; ya se duda hasta de su virilidad…
-….
Noté como se formaban arruguitas en mi entrecejo de fustracion.
Me levanté de la tumbona y fui hacia hacia el chiringuito mas próximo; que estaba a unos breves metros.
-Un jugo por favor.- reclamé al camarero, sin mirarlo.
Oí el sonido de el cubito en el cristal y acerqué el brazo a la barra para coger mi bebida.
-Desde luego, verte en traje de baño de dos piezas es mucho mas de lo que esperaba….
No…
No podia ser.
¡Edward!
-¿Edward?.- Mi mandibula cayó y mi boca se quedó abierta por la sorpresa.
Él muy condescendiente de “ mi prometido” la cerró, suavemente y emitió una suave carcajada.
-¿Sorprendida?.- volvió a reir.- Por tu cara; puedo decir que mucho.
Achiqué mis ojos; infundándole un odio que no sentía en aquellos momentos y comencé a vociferar.
-¡Son mis vacaciones!
-Y las mias.- dijo con tranquilidad.
-¿No hay mas lugares paradisiacos en el mundo?.- espeté con los ojos como brasas.
-Por lo visto el mundo es un pañuelo, gatita.- Sus ojos volaron hacia mis labios y fue bajando.
Noté como comenzaba a sonrojarme y bufé. ¡Aquel hombre no tenia ninguna clase de pudor!
-Me voy con Rose….
Una mano tibia me sujetó el codo y giré mi rostro hacia él.
En ese momento me dí cuenta del poco atuendo que llevaba Edward en aquel momento.
Su pecho estaba al descubierto y una maraña; sensual y descarada bajaba del centro de su cuello hasta la cinturilla del bañador…una exquisita de maraña de color cobrizo.
Un estremecimiento de anticipación y deseo me embriagó y mi piel se erizó completamente.
Mis ojos viajaron hacia su boca; realmente sensual. Sacó la lengua lentamente y la paseó por sus labios de una manera que tendría que estar completamente prohibida.
-¿Tienes frio, Bella?.- su voz sonó mas ronca de lo habitual. Recordé los jadeos roncos en aquella habitación de hotel y mi rostro se encendió mas; si cabía.
-No.
Delicadamente, me arrastró hacia su pecho y sentí mis pezones erectos en su atlético y hermoso pecho….ahora sabía a lo que se refería..
Rozó suavemente su boca en mi cuello y luego ascendió hasta mi oído.
-Pues llevas razón. Te noto muy, muy caliente…
Me desaté de su brazos como pude y alcé mi mano para propinarle una bofetada. No tuve éxito porque su fuerte brazo me lo impidió.
-No cariño, no. En publico no quiero que me sodomices…lo prefiero en privado, digamos que es mas…¿Cómo diría? Intimo….
-¡Apartate de mi vista! ¡No quiero verte hasta el mismo dia de la boda! ¿entiendes? Y no intentes monopolizarme…porque voy a hacer lo que quiera y con quien quiera…
-Eso lo veremos….- dijo repentinamente serio; con una mirada que me hizo volver a estremecerme.- ¿Sigues teniendo frio Bella o acaso es que hay demasiado ardor entre nosotros? ¿Quizas deberíamos plantearnos apagar este fuego, no?
-Cerdo….
Me marchaba, dejando el jugo y a Edward Cullen en la barra de aquel chiringuito de playa..
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-¡Ni se te ocurra ponerte eso, Bella!.- Noté como la prenda que habia escogido para la cena, me desaparecía de las manos y en su lugar aparecia una lencería que era apenas visible.
-¿Qué es esto, Rose?.- pregunté alzando una ceja.
-Por si las moscas.- murmulló; mientras enderezaba sus pechos debajo del vestido de licra negro que se ajustaba a su piel.
-Por si las moscas….- siseé.
-Mira. He conocido al hombre de mi vida. ¿lo recuerdas?.- Rose me miró y comprendió seguidamente que no tenia ni idea de a quien se refería.- Tiene un amigo; y vamos a cenar con ellos esta noche. Es tu oportunidad Bella. ¿No querías probar un poco de ambrosia ante de casarte? Pues aquí tienes la oportunidad. Vistete como si fueras a comerte el mundo…¡Porque si no, te mato!
Comprendí y asentí.
Cogí con mis dedos como si fueran pinzas aquella invisible lencería y la llevé hacia el baño, para ponérmela después de ducharme.
Mientras el agua corria por mi cuerpo, me sentí culpable de no haberle dicho a Rosalie que me habia encontrado con Edward en la playa.
Edward estaba allí…y yo me sentía enfurecida, nerviosa, asustada e imbécilmente perturbada con la idea de verlo.
La imagen de su pecho atlético volvió a mí, sin paños frios y volví a sentir aquel calor parecido al del preludio del acto.
Aquel acto que habia practicado con Edward…aquello que habia sido lo mas maravillosamente alucinante que habia sentido en mi vida.
En la oscuridad y dormida; habia pensado que era un sueño y habia sido todo real…muy real.
Paseé mis dedos por mis labios y cerré los ojos.
No intenté buscar en mi memoria su rostro; porque lo tenia marcado a fuego y me sentí humedecer.
Maldita sea…lo deseaba…deseaba a mi futuro esposo, aquel Casanova que repudiaba y odiaba hasta las mismas entrañas de mi ser.
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
-No te bajes el vestido; tonta. Estas preciosa. Tienes unas piernas de infarto. La verdad no sé como las tapas. Y ese tono de piel….- Rose caminaba a prisa hacia el salón comedor.
Yo la seguía como el cordero que iba al matadero; no me inspiraba nada de confianza aquel atuendo que llevaba puesto. Me faltaba un palmo para que se me viesen las bragas.
El vestido azul consistía en unas mangas vaporosas que se ajustaban a mis codos y muñecas. El cuerpo también era vaporoso; pero lo increíblemente sensual del vestido eran las dos presillas doradas que hacian de cuello, dejando los hombros al descubierto; eso sin contar con lo extremadamente corto que era .
Los tacones eran otro cantar. Por poco me mato antes de salir de la habitación…con el zócalo.
-Mira…ahí está…¿no esta buenísimo, Bella? No..no lo digas…¿Y su amigo?
Ví horrorizada como Rose emprendía paso ligero hacia el mastodonte de casi dos metros.
Bajé la mirada aturdida y crucé los dedos esperando que el amigo del bravucón no fuera tan ogro y llegué hasta ellos un poco cohibida.
-Emmet. Esta es mi amiga Bella, la chica de la que te hablé.
Puse los ojos en blanco. ¿Por qué no se meteria Rose; la lengua en el culo?
-Hola Bella.- La voz suave y amigable del hombre no me intimidó como creí en un primer momento.
Rose lo miraba enbobada y babeando; solo le faltaba dar saltitos y vueltas como un perro a su alrededor.
-Van a servir la mesa; deberíamos sentarnos.-La voz de Emmet me hizo volverme a su rostro y sonreí.
-Si vamos.- Increible. Ahora iba hacer de aguanta velas….carabina…¿mas adjetivos?
-¿Y tu amigo?.- preguntó Rose; algo mas seria.
Emmet alzó la cabeza; como dando la entrada a alguien, volví mi vista para ver a quien se dirigía…
…unos increíbles ojos verdes impactaron en los míos y mi corazón saltó.
Era Edward. El amigo de Emmet era Edward…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-Vaya…..que casualidad.-Rosalie me dio un codazo.- ¿Sabias que Edward es el prometido de Bella?
Negué con la cabeza. Rose debia de tener todas sus neuronas en huelga aquella noche. ¿Era mas que obvio, no?
Y tampoco me extrañaba nada que aquel hombre que mi amiga se comia con la mirada ,fuese uno de los matones de su “ familia mafiosa”
Emmet no dijo nada y Edward me cogió suavemente por la cintura para hacerme caminar.
-Vamos querida. ¿No querras que se enfrie la cena?.- sentí sus dedos abrasadores en mi piel, mandando miles de descargas de placer por mi cuerpo…aquello no iba por buen camino…Dios sabia que no….
Caminamos hacia un rincón del salón; separado por un par de biombos.
-Ven Bella. Nosotros cenaremos aquí.- Miré el rostro de Edward que hacia un gesto a Emmet. El mastodonde se llevó a mi amiga, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y yo no quería avanzar…no quería estar con él…a solas.
-Si no andas, mi quería novia, cogeré ese maravilloso cuerpo que tienes y me lo pondré al hombro. Y para tu información no cenaremos en este rinconcito tan intimo, sino que te llevaré como un autentico hombre de las cavernas hacia mi habitación…¿Lo prefieres?
Su sonrisa; me dejó alelada y sin respiración; cerré los ojos un momento y comprendí.
Una suave carcajada, me puso los vellos de punta y el suave roce de su dedos con mi cintura, me hizo suspirar.
-¿Cansada?.- dijo; al separar una de las dos sillas y esperar a que me sentara.
-De verte.- espeté.
Se sentó delante mio y me dí cuenta de lo intimo de aquel encuentro.
Una mesa redonda, velas , una luz tenue y embriagadora…la música clásica al fondo.
Era el preludio de una noche de pasión desenfrenada….
Me deshice automáticamente de esa idea.
-He pedido algo especial para esta noche. ¿Te importa?.- No quería mirarlo y contemplé el dibujo del mantel sombría.
-No. Estando tú a mi lado; todo me caerá igual de mal.
Otra vez el sonido masculino y viril de su risa.
Volví a alterarme. Tenia los nervios a flor de piel.
-Relajate Bella; se supone que estas de vacaciones.
-Sí. Lo estoy, pero tú estas dispuesto a boicoteármelas.
-No.- lo miré y parpadeé un par de veces.
Rezumaba hombría por todos los poros de su piel.
Llevaba una blusa blanca; con los dos botones superiores abiertos; dejando aquel vello que me traia por la calle de la amargura.
Su cabello despeinado; era el marco perfecto de su rostro; de bellas y sensuales facciones…y aquellas cejas….pobladas …y aquellos ojos….
-Yo de ti esperaría a la comida. Yo no soy comestible…por ahora.- dijo serio; intentando llegar hacia mi con su mano; debajo de la mesa.
-Eres un descarado…y no me metas mano…- le dije echa una furía, por haberme pillado in fraganti.
Levantó ambas manos y nos sirvieron los platos en ese mismo momento.
La cena, fue silenciosa; pero la tensión se podia cortar con un cuchillo.
Las miradas juguetonas de Edward estaban haciendo trizas mis nervios y tenia un nudo en el estomago que me hacia imposible poder comer bocado.
-Otra vez tendré presente que no me puedo adelantar a tu opinión. No te ha gustado lo que he escogido.- su mirada preocupada; me dio algo de ternura y una débil sonrisa se escapó de mis labios.
-No. No es culpa de la comida. Está estupenda. Eres tú.- solté.
Su ceño se frunció y puso mas vino en mi copa; haciendo que me relajase por instantes.
-¿Te pongo nerviosa? Me temo que tu provocas muchas emociones en mi también…
Me sentí valiente.
-¿Si?
-Si.- soltó el cuchillo y el tenedor y su mirada penetró en la mia; sin dilación.- Estoy tratando de no mirarte para poder soportar la enorme erección que tengo encima.
Tragué en seco y cogí la copa que estaba de vino a rebosar; bebiéndola de un trago.
Continuará….
Bueno chicas…espero les haya gustado. En el próximo habrá lemmon y fuertecito ok?
Capitulo 10.-
-¿Qué coño me estas diciendo? Y habla en cristiano.
Me miró con los ojos muy abiertos y tragó fuerte.
-No…¿No lo sabias?...
La aparté del camino y fui en busca de Bella.
Cuando estuve a su lado; la cogí de un codo e hice que se girara para mirarme.
-Me vas a contar lo del viajecito…..
Ella me enseñó todos los dientes y sorbió de una cañita; la bebida de sus labios.
-Ah…si….me voy mañana a las islas. Cuatro días. Voy a probar lo que es ser lo que tú eres pero en mujer. Llevo conmigo a la mejor en eso.- Su vista se paró en Rosalie Hale y yo lo ví todo, muy, muy rojo…
……………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Bella Pov
Fantastico….el aire de las islas era auténticamente renovador.
Miré suspicaz a Rosalie que se hallaba acomodaba en una esterilla a mi lado.
Los rayos del sol nos bañaban por completo y adormiladas y confusas por las horas de avión;hacia ya unas ocho horas, nos habíamos quedado somnolientas tiradas en la arena de la playa.
Suspiré…
Era claramente un hecho que debia de casarme con Edward Cullen; aquel fastidioso individuo al que habia entregado mi virginidad sin saberlo.
Se me encongió el corazón.
Un siseo me sacó de mis pensamientos…
-¿Pero has visto eso?.- la voz de Rosalie; sonaba hambrienta. Levanté la cabeza levemente y pude ver a un tiparraco de casi dos metros que se paseaba como un baywach por la playa.
-Un buen ejemplar…- dije sin mucho ánimo.
-El mejor sin duda. ¿Has visto que brazos?.- Volví a mirar el rostro de Rose y ensanché una gran sonrisa.
-Pues parece que no le has pasado desapercibida…
-Ains…Bella…yo a ese tio me lo tiro…
-¡Dios, Rose! ¿Es que no piensas en otra cosa?...
Rosalie Hale; me miró con desdén e imitó un mohín muy típico de Alice Brandon.
-Eres odiosa Bella. No sé como no te comes vivo a Edward Cullen..sin duda está para eso y para mucho mas.
Sorpresivamente un pinchazo de celos me invadió y fruncí el ceño; enfadada conmigo misma.
- Yo no me como vivo a nadie…y menos a Edward Cullen.
-Pues eres imbécil….Ese tipo hace semanas que no se le ve con nadie. Es mas, según dicen los periódicos mas sensacionalistas; ya se duda hasta de su virilidad…
-….
Noté como se formaban arruguitas en mi entrecejo de fustracion.
Me levanté de la tumbona y fui hacia hacia el chiringuito mas próximo; que estaba a unos breves metros.
-Un jugo por favor.- reclamé al camarero, sin mirarlo.
Oí el sonido de el cubito en el cristal y acerqué el brazo a la barra para coger mi bebida.
-Desde luego, verte en traje de baño de dos piezas es mucho mas de lo que esperaba….
No…
No podia ser.
¡Edward!
-¿Edward?.- Mi mandibula cayó y mi boca se quedó abierta por la sorpresa.
Él muy condescendiente de “ mi prometido” la cerró, suavemente y emitió una suave carcajada.
-¿Sorprendida?.- volvió a reir.- Por tu cara; puedo decir que mucho.
Achiqué mis ojos; infundándole un odio que no sentía en aquellos momentos y comencé a vociferar.
-¡Son mis vacaciones!
-Y las mias.- dijo con tranquilidad.
-¿No hay mas lugares paradisiacos en el mundo?.- espeté con los ojos como brasas.
-Por lo visto el mundo es un pañuelo, gatita.- Sus ojos volaron hacia mis labios y fue bajando.
Noté como comenzaba a sonrojarme y bufé. ¡Aquel hombre no tenia ninguna clase de pudor!
-Me voy con Rose….
Una mano tibia me sujetó el codo y giré mi rostro hacia él.
En ese momento me dí cuenta del poco atuendo que llevaba Edward en aquel momento.
Su pecho estaba al descubierto y una maraña; sensual y descarada bajaba del centro de su cuello hasta la cinturilla del bañador…una exquisita de maraña de color cobrizo.
Un estremecimiento de anticipación y deseo me embriagó y mi piel se erizó completamente.
Mis ojos viajaron hacia su boca; realmente sensual. Sacó la lengua lentamente y la paseó por sus labios de una manera que tendría que estar completamente prohibida.
-¿Tienes frio, Bella?.- su voz sonó mas ronca de lo habitual. Recordé los jadeos roncos en aquella habitación de hotel y mi rostro se encendió mas; si cabía.
-No.
Delicadamente, me arrastró hacia su pecho y sentí mis pezones erectos en su atlético y hermoso pecho….ahora sabía a lo que se refería..
Rozó suavemente su boca en mi cuello y luego ascendió hasta mi oído.
-Pues llevas razón. Te noto muy, muy caliente…
Me desaté de su brazos como pude y alcé mi mano para propinarle una bofetada. No tuve éxito porque su fuerte brazo me lo impidió.
-No cariño, no. En publico no quiero que me sodomices…lo prefiero en privado, digamos que es mas…¿Cómo diría? Intimo….
-¡Apartate de mi vista! ¡No quiero verte hasta el mismo dia de la boda! ¿entiendes? Y no intentes monopolizarme…porque voy a hacer lo que quiera y con quien quiera…
-Eso lo veremos….- dijo repentinamente serio; con una mirada que me hizo volver a estremecerme.- ¿Sigues teniendo frio Bella o acaso es que hay demasiado ardor entre nosotros? ¿Quizas deberíamos plantearnos apagar este fuego, no?
-Cerdo….
Me marchaba, dejando el jugo y a Edward Cullen en la barra de aquel chiringuito de playa..
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-¡Ni se te ocurra ponerte eso, Bella!.- Noté como la prenda que habia escogido para la cena, me desaparecía de las manos y en su lugar aparecia una lencería que era apenas visible.
-¿Qué es esto, Rose?.- pregunté alzando una ceja.
-Por si las moscas.- murmulló; mientras enderezaba sus pechos debajo del vestido de licra negro que se ajustaba a su piel.
-Por si las moscas….- siseé.
-Mira. He conocido al hombre de mi vida. ¿lo recuerdas?.- Rose me miró y comprendió seguidamente que no tenia ni idea de a quien se refería.- Tiene un amigo; y vamos a cenar con ellos esta noche. Es tu oportunidad Bella. ¿No querías probar un poco de ambrosia ante de casarte? Pues aquí tienes la oportunidad. Vistete como si fueras a comerte el mundo…¡Porque si no, te mato!
Comprendí y asentí.
Cogí con mis dedos como si fueran pinzas aquella invisible lencería y la llevé hacia el baño, para ponérmela después de ducharme.
Mientras el agua corria por mi cuerpo, me sentí culpable de no haberle dicho a Rosalie que me habia encontrado con Edward en la playa.
Edward estaba allí…y yo me sentía enfurecida, nerviosa, asustada e imbécilmente perturbada con la idea de verlo.
La imagen de su pecho atlético volvió a mí, sin paños frios y volví a sentir aquel calor parecido al del preludio del acto.
Aquel acto que habia practicado con Edward…aquello que habia sido lo mas maravillosamente alucinante que habia sentido en mi vida.
En la oscuridad y dormida; habia pensado que era un sueño y habia sido todo real…muy real.
Paseé mis dedos por mis labios y cerré los ojos.
No intenté buscar en mi memoria su rostro; porque lo tenia marcado a fuego y me sentí humedecer.
Maldita sea…lo deseaba…deseaba a mi futuro esposo, aquel Casanova que repudiaba y odiaba hasta las mismas entrañas de mi ser.
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
-No te bajes el vestido; tonta. Estas preciosa. Tienes unas piernas de infarto. La verdad no sé como las tapas. Y ese tono de piel….- Rose caminaba a prisa hacia el salón comedor.
Yo la seguía como el cordero que iba al matadero; no me inspiraba nada de confianza aquel atuendo que llevaba puesto. Me faltaba un palmo para que se me viesen las bragas.
El vestido azul consistía en unas mangas vaporosas que se ajustaban a mis codos y muñecas. El cuerpo también era vaporoso; pero lo increíblemente sensual del vestido eran las dos presillas doradas que hacian de cuello, dejando los hombros al descubierto; eso sin contar con lo extremadamente corto que era .
Los tacones eran otro cantar. Por poco me mato antes de salir de la habitación…con el zócalo.
-Mira…ahí está…¿no esta buenísimo, Bella? No..no lo digas…¿Y su amigo?
Ví horrorizada como Rose emprendía paso ligero hacia el mastodonte de casi dos metros.
Bajé la mirada aturdida y crucé los dedos esperando que el amigo del bravucón no fuera tan ogro y llegué hasta ellos un poco cohibida.
-Emmet. Esta es mi amiga Bella, la chica de la que te hablé.
Puse los ojos en blanco. ¿Por qué no se meteria Rose; la lengua en el culo?
-Hola Bella.- La voz suave y amigable del hombre no me intimidó como creí en un primer momento.
Rose lo miraba enbobada y babeando; solo le faltaba dar saltitos y vueltas como un perro a su alrededor.
-Van a servir la mesa; deberíamos sentarnos.-La voz de Emmet me hizo volverme a su rostro y sonreí.
-Si vamos.- Increible. Ahora iba hacer de aguanta velas….carabina…¿mas adjetivos?
-¿Y tu amigo?.- preguntó Rose; algo mas seria.
Emmet alzó la cabeza; como dando la entrada a alguien, volví mi vista para ver a quien se dirigía…
…unos increíbles ojos verdes impactaron en los míos y mi corazón saltó.
Era Edward. El amigo de Emmet era Edward…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-Vaya…..que casualidad.-Rosalie me dio un codazo.- ¿Sabias que Edward es el prometido de Bella?
Negué con la cabeza. Rose debia de tener todas sus neuronas en huelga aquella noche. ¿Era mas que obvio, no?
Y tampoco me extrañaba nada que aquel hombre que mi amiga se comia con la mirada ,fuese uno de los matones de su “ familia mafiosa”
Emmet no dijo nada y Edward me cogió suavemente por la cintura para hacerme caminar.
-Vamos querida. ¿No querras que se enfrie la cena?.- sentí sus dedos abrasadores en mi piel, mandando miles de descargas de placer por mi cuerpo…aquello no iba por buen camino…Dios sabia que no….
Caminamos hacia un rincón del salón; separado por un par de biombos.
-Ven Bella. Nosotros cenaremos aquí.- Miré el rostro de Edward que hacia un gesto a Emmet. El mastodonde se llevó a mi amiga, mirándome con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro y yo no quería avanzar…no quería estar con él…a solas.
-Si no andas, mi quería novia, cogeré ese maravilloso cuerpo que tienes y me lo pondré al hombro. Y para tu información no cenaremos en este rinconcito tan intimo, sino que te llevaré como un autentico hombre de las cavernas hacia mi habitación…¿Lo prefieres?
Su sonrisa; me dejó alelada y sin respiración; cerré los ojos un momento y comprendí.
Una suave carcajada, me puso los vellos de punta y el suave roce de su dedos con mi cintura, me hizo suspirar.
-¿Cansada?.- dijo; al separar una de las dos sillas y esperar a que me sentara.
-De verte.- espeté.
Se sentó delante mio y me dí cuenta de lo intimo de aquel encuentro.
Una mesa redonda, velas , una luz tenue y embriagadora…la música clásica al fondo.
Era el preludio de una noche de pasión desenfrenada….
Me deshice automáticamente de esa idea.
-He pedido algo especial para esta noche. ¿Te importa?.- No quería mirarlo y contemplé el dibujo del mantel sombría.
-No. Estando tú a mi lado; todo me caerá igual de mal.
Otra vez el sonido masculino y viril de su risa.
Volví a alterarme. Tenia los nervios a flor de piel.
-Relajate Bella; se supone que estas de vacaciones.
-Sí. Lo estoy, pero tú estas dispuesto a boicoteármelas.
-No.- lo miré y parpadeé un par de veces.
Rezumaba hombría por todos los poros de su piel.
Llevaba una blusa blanca; con los dos botones superiores abiertos; dejando aquel vello que me traia por la calle de la amargura.
Su cabello despeinado; era el marco perfecto de su rostro; de bellas y sensuales facciones…y aquellas cejas….pobladas …y aquellos ojos….
-Yo de ti esperaría a la comida. Yo no soy comestible…por ahora.- dijo serio; intentando llegar hacia mi con su mano; debajo de la mesa.
-Eres un descarado…y no me metas mano…- le dije echa una furía, por haberme pillado in fraganti.
Levantó ambas manos y nos sirvieron los platos en ese mismo momento.
La cena, fue silenciosa; pero la tensión se podia cortar con un cuchillo.
Las miradas juguetonas de Edward estaban haciendo trizas mis nervios y tenia un nudo en el estomago que me hacia imposible poder comer bocado.
-Otra vez tendré presente que no me puedo adelantar a tu opinión. No te ha gustado lo que he escogido.- su mirada preocupada; me dio algo de ternura y una débil sonrisa se escapó de mis labios.
-No. No es culpa de la comida. Está estupenda. Eres tú.- solté.
Su ceño se frunció y puso mas vino en mi copa; haciendo que me relajase por instantes.
-¿Te pongo nerviosa? Me temo que tu provocas muchas emociones en mi también…
Me sentí valiente.
-¿Si?
-Si.- soltó el cuchillo y el tenedor y su mirada penetró en la mia; sin dilación.- Estoy tratando de no mirarte para poder soportar la enorme erección que tengo encima.
Tragué en seco y cogí la copa que estaba de vino a rebosar; bebiéndola de un trago.
Continuará….
Bueno chicas…espero les haya gustado. En el próximo habrá lemmon y fuertecito ok?
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Casanova
lunes, 25 de abril de 2011
Retrato En Sepia
RETRATO EN SEPIA
Capitulo 3
- Tu abuela murió, Isabella. Hace dos años….pero yo creía…..-Jacob,al decir esto. Miró a Edward con dureza y sus labios hicieron una mueca de desagrado.
Achiqué los ojos al mirar de nuevo a Edward.
-Tenia todo el derecho a saber….- dije algo alterada.
-Chicos…este no es lugar para hablar de estos temas; porque no vais al despacho y nos relajamos todos un poco….¿Edward? ¿Isabella?.- Jacob nos miró a ambos y yo giré mi cuerpo para caminar hacia la casa.
Un silbido insinuante, me hizo reir mentalmente…
-Jacob; no seas grosero.- espetó Edward, seco. Tajante.
-No.- Jacob, chasqueó la lengua.- Voy a ser como tú…un amargado…
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
La puerta del despacho de la abuela se cerró dejando a Tanya Delaní; señora de Cullen, esperando tras aquella puerta junto con su hermano; Jacob.
-¿Y bien?.- encaré a mi tio Edward, con toda la falta de escrupulos que habia tenido él,desde el primer momento en que supe de su existencia.
Él se quitó la chaqueta del frac y la dejó sobre el respaldo de la silla que seguidamente arrastró para poder descansar su cuerpo en ella.
Miró mis ojos y con un ademan de lo mas señorial, me hizo una seña para que yo también tomara asiento al otro lado de la gruesa mesa de madera de caoba.
-La abuela murió hace un año y medio.- dijo sin ningún sentimiento.- Ahora yo soy el que administro todo su patrimonio. Pensé que era mejor para ti, que siguieras tus estudios sin preocuparte por lo que acontencía por aquí. Total tu madre nunca lo hizo. ¿Por qué lo ibas a hacer tú?.- una risa cruel cruzó su rostro y en el mío se tuvieron que ver los primeros síntomas de crispación.
-Todo es una suposición, querido tio. .-achiqué los ojos e hice una mueca de desagrado.-¡Debiste avisarme!.- Dí un fuerte golpe a la mesa, él cerró los ojos lentamente y torció la boca.
-Calma querida sobrina. ¿Lo has hecho adrede , no? ¿Sabias que me casaba hoy con Tanya y has venido a echar por la borda todos mis planes?.- abrió los ojos y los plantó en los míos; amenazadores.- No voy a permitir que te salgas con la tuya y me despojes de lo que tu madre nunca quiso…
Aquel hombre de facciones de Dios y de voz de actor de doblaje; me causó ira, indignación y también repulsión…no pude hacer otra cosa que enderezarme de aquella silla; que ya pertenecía a él y apoyarme con las palmas de las manos en la pulida mesa; para encararlo como se merecía.
-No quiero nada de esto….aunque no tuviese ni una libra; mendigaría por la calle antes de pedírtelo a ti; amado tio Edward….
Edward Cullen acercó su rostro al mio y su aliento ligeramente amizclado me turbó.
-¿Tienes alguien que te mantenga?.- preguntó en un tono claramente sexual.
Me separé de él y alcé el mentón; sacando el orgullo de los Swan por montera.
-Éstas.- dije enseñándole mis manos.- Haria cualquier cosa antes de rogar a un Cullen que me cobijara en su pobredumbre y sus ínfulas de grandeza. Por encima de todo soy una Swan y lo de Cullen mi madre se encargó de no enseñármelo jamás. Ahora me voy. Te deseo toda la felicidad del mundo junto a Tanya Denalí ….si eso es lo que esperas….
Me dí media vuelta y caminé hacia la puerta , cerrada a cal y canto.
-Adios Isabella Swan; espero volver a verte en otras circunstancias.- su voz me dio repulsión y abrí la puerta sin mirar hacia atrás.
-¿Edward?.- la voz de Tanya , entrando a la misma vez que yo salía del despacho, me hizo girarme y sonreir de manera grotesca.
Ella lo abrazaba y besaba aquel cabello extraño que tenia; mientras los ojos de él no se separaban ni un momento de los míos.
Caminé dignamente, hasta que el agarre de una fuerte manaza me paró la marcha.
-¿Dónde vas?.- Era Jacob, parecía realmente preocupado por mí.
-A Londres.
-¿A Londres? Yo pensaba que vivirías aquí…esta es tu casa también…
-NO; nunca lo fue. Ademas.- miré ligeramente hacia atrás.- No soportaría tener que ver el rostro impávido de mi tio, todos los días. Sabes perfectamente que nunca nos hemos llevado muy bien….adios Jake, me alegra haberte visto. Espero verte algún dia; en otras circunstancias.
Me fui de allí, intentando no llorar ; pero no fue asi.
Y no era de amor o de perdida ; mis lagrimas eran de indignación.
¿Podia haber una persona mas cruel que aquella?
¿Y si yo no hubiera tenido nada con lo que mantenerme?
¿Qué hubiera sido de mi?
Sin duda aquel hombre no quería tenerme cerca; porque por algún motivo me temía…
…Pero en aquel momento era todavía muy joven para comprenderlo todo.
Tenia que pasar el debido tiempo y que éste pusiera a cada uno en su lugar.
………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Cinco años después…..
-Quiero que se publiquen en menos de un año; Bella. La gente espera las secuelas como agua de Mayo…tienes que hacer un esfuerzo. Me lo debes.
Miré el rostro de Jasper Hale y suspiré, enfrentándome al portátil que descansaba en la mesita de mi biblioteca.
-Tú lo que quieres es que no tenga vida social; Jazz….¿sabes lo que me estas pidiendo?.- puse los ojos en blanco y sostuve mi cabeza entre mis dos manos.- Dos libros en un años….quiere que me muera pegada al portátil Jazz. Si…seguro…
La risa angelical de Jasper Hale me hizo levantar la vista e imitarlo.
Era fantástico.
Un buen amigo, un buen jefe y un buen editor…
-Te he visto escribir; Bella y sé que conforme la idea va fluyendo; no paras de escribir...y las ideas son sugestivas y enloquecen al publico femenino. ¿Qué mas quieres que te diga? ¿Quieres que me clave de rodillas y te suplique? Porque sabes que lo haré.
Negué con la cabeza sin perder la sonrisa.
-Sabes que me cuesta hacer esta novela. …
-Si; ya. Pero también debes de comprender, que se han vendido miles de ejemplares. ¡Bella, vamos por la undécima edición! Nunca en mi vida hubiera pensado que una novela romantica pudiese vender tanto..¡Y no hemos traduccido todavía! Las editoriales mas importantes de otros países, ya se han interesado por los derechos de la obra.
-Tengo decenas de novelas y tiene que ser precisamente esa…
Jasper se sentó en la mesa y me elevó el mentón con una extraña sonrisa.
-Cuando lanzamos el libro al mercado, ¿teniamos nuestras dudas, eh , Bella? Un hombre malhumorado, ruin, pero peligrosamente bello y sensual. ¿No apostamos demasiado por él verdad? En la época en que vivimos, siempre pensé que las mujeres habían dejado de interesarse por ese tipo de hombres y justo vas tú y demuestras todo lo contrario….
-No me lo recuerdes…
Me habia basado en aquel cruel hombre que a veces me perseguía por las noches en mis sueños.
Edward…no podia si quiera recordarlo como mi tio.
Aquel personaje no era nada para mi… simplemente un retrato en sepia de algo que se quedó congelado en el tiempo y no evolucionó.
Habia escrito decenas de novelas con amantes amorosos que se entregaban a las heroínas con la pasión del un ardiente amor.
Pero por lo visto mi multitud de seguidoras; preferían un hombre como Edmund; el alterego de Edward; nada caballeroso, ruin, desvergonzado, cruel y narcisista…y claro; terriblemente sexy.
La heroína de la novela se llamaba Rebecca y como diminutivo; habia adquirido Becca. ¿Era demasiado obvio o no?
Gracias a Dios; nadie sabia mi verdadero nombre; ya que firmaba con un pseudónimo para guardar mi identidad.
“Ceres Portman”
Un poco resbuscado lo sé. Lo ingenié mientras iba alternando una película de Nathalie Porthman y un manga. El titulo del manga era Ceres no se qué… y voilá. Mi pseudónimo.
Vivia en un barrio Londinense de clase media e intentaba pasar completamente desapercibida.
En estos años ha pasado de todo…
Mi amiga Angela se ha casado y se ha marchado fuera de Londres; y sus hermanos se han evaporado de mis vidas como por arte de magia.
Todo lo que alguna vez me importó; ya casi no existía. Como todo lo que iba pasando en mi vida…
-¿Qué me dices, Bella? ¿Lo intentarás?
-Que remedio. ¿Me das otra opción?
Una gran sonrisa apareció por su bello rostro y entonces, lo miré sin ningún remilgo.
Jasper era un hombre realmente guapo.
Sus ojos azules, eran intensos y su cabello color miel, era ligeramente ondulado y largo.
Su rostro era técnicamente perfecto…pero era demasiado edulcorado para mí…
-No.- se levantó de la mesa de trabajo y besó mi coronilla con fuerza.- Ala, ya puedes encerrarte en tu fortaleza y comenzar a escribir como una posesa.
“Fortaleza”…
Mi rostro debió cambiar en el acto, porque el rostro de Jasper se volvió serio y me acarició la mandibula con afecto.
-¿Ocurre algo Bella?
-No…un mal presentimiento. Nada mas…fuera; corre. Ves a pasarlo bien por mí….siempre lo haces…
Su risa sincera me hizo reir a mi también y le levanté de mi silla cuando se oyó la puerta.
Tenia el culo cuadrado de estar allí sentada.
Dí varias vuelta y me asomé a un gran ventanal; para ver la marcha de Jasper.
Me llevé la mano a la cabeza y bufé…seguro que parecía un espantajo…
Salí de la biblioteca y fui hacia el lavabo. Me preparé una buena ducha y me dejé acariciar por el agua limpia de la alcachofa.
Oí el teléfono un par de veces y dejé que sonara.
A la tercera vez ; rogué por que no fuera nada grave. Era demasiada insistencia.
Al salir de la ducha; observé la imagen del espejo.
¿Qué quedaba de aquella chica, que habia abandonado La Fortaleza?
Nada…
Envolví mi cuerpo en una gran toalla y volví a oir el repiqueteo del teléfono.
Caminé sobre el parquet; tranquila y descolgué el aparato para contestar.
-¿Si?
-¿Isabella Swan Cullen?
Me quedé algo petrificada. No utilizaba nunca aquel apellido…debia ser una cosa legal…
-Si.- tragué en seco y esperé.
-Soy el abogado de su abuela; la señora Esme Cullen. Debe de estar presente en unos en la Fortaleza, serán solo unos días…hay una clausula del testamento que no se abrió por no estar usted presente y no tener la mayoría de edad….
-Yo…no quiero nada de los Cullen. No lo necesito.- dije con la voz entrecortada.
-Es la ultima voluntad de su abuela; señorita. ¿Se la va a usted a negar?
Me quedé un tiempo pensando.
Edward me habia negado saber de su muerte a su debido momento y también me habia negado lo que por derecho propio era mío….¿Que perdia al volver de nuevo?
-No. – dije, y volví a tragar.- ¿Cuándo se lee el documento?
-En tres días señorita Swan. ¿Entonces, puedo contar con usted?
-Por supuesto.
-Se lo comunicaré al señor Cullen, entonces.
-¿Él, él también va estar presente?
-Se los requiere a los dos señorita. A los dos únicos parientes vivos de la señora.
-Bien. Hasta dentro de tres días entonces.
-Adios, pase un buen dia señorita.
Colgué.
Caminé temblorosa hacia el sillón y me senté.
Debia llamar a Jasper y decirle que me marchaba…mañana mismo….
Continuará…
Capitulo 3
- Tu abuela murió, Isabella. Hace dos años….pero yo creía…..-Jacob,al decir esto. Miró a Edward con dureza y sus labios hicieron una mueca de desagrado.
Achiqué los ojos al mirar de nuevo a Edward.
-Tenia todo el derecho a saber….- dije algo alterada.
-Chicos…este no es lugar para hablar de estos temas; porque no vais al despacho y nos relajamos todos un poco….¿Edward? ¿Isabella?.- Jacob nos miró a ambos y yo giré mi cuerpo para caminar hacia la casa.
Un silbido insinuante, me hizo reir mentalmente…
-Jacob; no seas grosero.- espetó Edward, seco. Tajante.
-No.- Jacob, chasqueó la lengua.- Voy a ser como tú…un amargado…
…………………………………………………………………………………………………………………………………..
La puerta del despacho de la abuela se cerró dejando a Tanya Delaní; señora de Cullen, esperando tras aquella puerta junto con su hermano; Jacob.
-¿Y bien?.- encaré a mi tio Edward, con toda la falta de escrupulos que habia tenido él,desde el primer momento en que supe de su existencia.
Él se quitó la chaqueta del frac y la dejó sobre el respaldo de la silla que seguidamente arrastró para poder descansar su cuerpo en ella.
Miró mis ojos y con un ademan de lo mas señorial, me hizo una seña para que yo también tomara asiento al otro lado de la gruesa mesa de madera de caoba.
-La abuela murió hace un año y medio.- dijo sin ningún sentimiento.- Ahora yo soy el que administro todo su patrimonio. Pensé que era mejor para ti, que siguieras tus estudios sin preocuparte por lo que acontencía por aquí. Total tu madre nunca lo hizo. ¿Por qué lo ibas a hacer tú?.- una risa cruel cruzó su rostro y en el mío se tuvieron que ver los primeros síntomas de crispación.
-Todo es una suposición, querido tio. .-achiqué los ojos e hice una mueca de desagrado.-¡Debiste avisarme!.- Dí un fuerte golpe a la mesa, él cerró los ojos lentamente y torció la boca.
-Calma querida sobrina. ¿Lo has hecho adrede , no? ¿Sabias que me casaba hoy con Tanya y has venido a echar por la borda todos mis planes?.- abrió los ojos y los plantó en los míos; amenazadores.- No voy a permitir que te salgas con la tuya y me despojes de lo que tu madre nunca quiso…
Aquel hombre de facciones de Dios y de voz de actor de doblaje; me causó ira, indignación y también repulsión…no pude hacer otra cosa que enderezarme de aquella silla; que ya pertenecía a él y apoyarme con las palmas de las manos en la pulida mesa; para encararlo como se merecía.
-No quiero nada de esto….aunque no tuviese ni una libra; mendigaría por la calle antes de pedírtelo a ti; amado tio Edward….
Edward Cullen acercó su rostro al mio y su aliento ligeramente amizclado me turbó.
-¿Tienes alguien que te mantenga?.- preguntó en un tono claramente sexual.
Me separé de él y alcé el mentón; sacando el orgullo de los Swan por montera.
-Éstas.- dije enseñándole mis manos.- Haria cualquier cosa antes de rogar a un Cullen que me cobijara en su pobredumbre y sus ínfulas de grandeza. Por encima de todo soy una Swan y lo de Cullen mi madre se encargó de no enseñármelo jamás. Ahora me voy. Te deseo toda la felicidad del mundo junto a Tanya Denalí ….si eso es lo que esperas….
Me dí media vuelta y caminé hacia la puerta , cerrada a cal y canto.
-Adios Isabella Swan; espero volver a verte en otras circunstancias.- su voz me dio repulsión y abrí la puerta sin mirar hacia atrás.
-¿Edward?.- la voz de Tanya , entrando a la misma vez que yo salía del despacho, me hizo girarme y sonreir de manera grotesca.
Ella lo abrazaba y besaba aquel cabello extraño que tenia; mientras los ojos de él no se separaban ni un momento de los míos.
Caminé dignamente, hasta que el agarre de una fuerte manaza me paró la marcha.
-¿Dónde vas?.- Era Jacob, parecía realmente preocupado por mí.
-A Londres.
-¿A Londres? Yo pensaba que vivirías aquí…esta es tu casa también…
-NO; nunca lo fue. Ademas.- miré ligeramente hacia atrás.- No soportaría tener que ver el rostro impávido de mi tio, todos los días. Sabes perfectamente que nunca nos hemos llevado muy bien….adios Jake, me alegra haberte visto. Espero verte algún dia; en otras circunstancias.
Me fui de allí, intentando no llorar ; pero no fue asi.
Y no era de amor o de perdida ; mis lagrimas eran de indignación.
¿Podia haber una persona mas cruel que aquella?
¿Y si yo no hubiera tenido nada con lo que mantenerme?
¿Qué hubiera sido de mi?
Sin duda aquel hombre no quería tenerme cerca; porque por algún motivo me temía…
…Pero en aquel momento era todavía muy joven para comprenderlo todo.
Tenia que pasar el debido tiempo y que éste pusiera a cada uno en su lugar.
………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Cinco años después…..
-Quiero que se publiquen en menos de un año; Bella. La gente espera las secuelas como agua de Mayo…tienes que hacer un esfuerzo. Me lo debes.
Miré el rostro de Jasper Hale y suspiré, enfrentándome al portátil que descansaba en la mesita de mi biblioteca.
-Tú lo que quieres es que no tenga vida social; Jazz….¿sabes lo que me estas pidiendo?.- puse los ojos en blanco y sostuve mi cabeza entre mis dos manos.- Dos libros en un años….quiere que me muera pegada al portátil Jazz. Si…seguro…
La risa angelical de Jasper Hale me hizo levantar la vista e imitarlo.
Era fantástico.
Un buen amigo, un buen jefe y un buen editor…
-Te he visto escribir; Bella y sé que conforme la idea va fluyendo; no paras de escribir...y las ideas son sugestivas y enloquecen al publico femenino. ¿Qué mas quieres que te diga? ¿Quieres que me clave de rodillas y te suplique? Porque sabes que lo haré.
Negué con la cabeza sin perder la sonrisa.
-Sabes que me cuesta hacer esta novela. …
-Si; ya. Pero también debes de comprender, que se han vendido miles de ejemplares. ¡Bella, vamos por la undécima edición! Nunca en mi vida hubiera pensado que una novela romantica pudiese vender tanto..¡Y no hemos traduccido todavía! Las editoriales mas importantes de otros países, ya se han interesado por los derechos de la obra.
-Tengo decenas de novelas y tiene que ser precisamente esa…
Jasper se sentó en la mesa y me elevó el mentón con una extraña sonrisa.
-Cuando lanzamos el libro al mercado, ¿teniamos nuestras dudas, eh , Bella? Un hombre malhumorado, ruin, pero peligrosamente bello y sensual. ¿No apostamos demasiado por él verdad? En la época en que vivimos, siempre pensé que las mujeres habían dejado de interesarse por ese tipo de hombres y justo vas tú y demuestras todo lo contrario….
-No me lo recuerdes…
Me habia basado en aquel cruel hombre que a veces me perseguía por las noches en mis sueños.
Edward…no podia si quiera recordarlo como mi tio.
Aquel personaje no era nada para mi… simplemente un retrato en sepia de algo que se quedó congelado en el tiempo y no evolucionó.
Habia escrito decenas de novelas con amantes amorosos que se entregaban a las heroínas con la pasión del un ardiente amor.
Pero por lo visto mi multitud de seguidoras; preferían un hombre como Edmund; el alterego de Edward; nada caballeroso, ruin, desvergonzado, cruel y narcisista…y claro; terriblemente sexy.
La heroína de la novela se llamaba Rebecca y como diminutivo; habia adquirido Becca. ¿Era demasiado obvio o no?
Gracias a Dios; nadie sabia mi verdadero nombre; ya que firmaba con un pseudónimo para guardar mi identidad.
“Ceres Portman”
Un poco resbuscado lo sé. Lo ingenié mientras iba alternando una película de Nathalie Porthman y un manga. El titulo del manga era Ceres no se qué… y voilá. Mi pseudónimo.
Vivia en un barrio Londinense de clase media e intentaba pasar completamente desapercibida.
En estos años ha pasado de todo…
Mi amiga Angela se ha casado y se ha marchado fuera de Londres; y sus hermanos se han evaporado de mis vidas como por arte de magia.
Todo lo que alguna vez me importó; ya casi no existía. Como todo lo que iba pasando en mi vida…
-¿Qué me dices, Bella? ¿Lo intentarás?
-Que remedio. ¿Me das otra opción?
Una gran sonrisa apareció por su bello rostro y entonces, lo miré sin ningún remilgo.
Jasper era un hombre realmente guapo.
Sus ojos azules, eran intensos y su cabello color miel, era ligeramente ondulado y largo.
Su rostro era técnicamente perfecto…pero era demasiado edulcorado para mí…
-No.- se levantó de la mesa de trabajo y besó mi coronilla con fuerza.- Ala, ya puedes encerrarte en tu fortaleza y comenzar a escribir como una posesa.
“Fortaleza”…
Mi rostro debió cambiar en el acto, porque el rostro de Jasper se volvió serio y me acarició la mandibula con afecto.
-¿Ocurre algo Bella?
-No…un mal presentimiento. Nada mas…fuera; corre. Ves a pasarlo bien por mí….siempre lo haces…
Su risa sincera me hizo reir a mi también y le levanté de mi silla cuando se oyó la puerta.
Tenia el culo cuadrado de estar allí sentada.
Dí varias vuelta y me asomé a un gran ventanal; para ver la marcha de Jasper.
Me llevé la mano a la cabeza y bufé…seguro que parecía un espantajo…
Salí de la biblioteca y fui hacia el lavabo. Me preparé una buena ducha y me dejé acariciar por el agua limpia de la alcachofa.
Oí el teléfono un par de veces y dejé que sonara.
A la tercera vez ; rogué por que no fuera nada grave. Era demasiada insistencia.
Al salir de la ducha; observé la imagen del espejo.
¿Qué quedaba de aquella chica, que habia abandonado La Fortaleza?
Nada…
Envolví mi cuerpo en una gran toalla y volví a oir el repiqueteo del teléfono.
Caminé sobre el parquet; tranquila y descolgué el aparato para contestar.
-¿Si?
-¿Isabella Swan Cullen?
Me quedé algo petrificada. No utilizaba nunca aquel apellido…debia ser una cosa legal…
-Si.- tragué en seco y esperé.
-Soy el abogado de su abuela; la señora Esme Cullen. Debe de estar presente en unos en la Fortaleza, serán solo unos días…hay una clausula del testamento que no se abrió por no estar usted presente y no tener la mayoría de edad….
-Yo…no quiero nada de los Cullen. No lo necesito.- dije con la voz entrecortada.
-Es la ultima voluntad de su abuela; señorita. ¿Se la va a usted a negar?
Me quedé un tiempo pensando.
Edward me habia negado saber de su muerte a su debido momento y también me habia negado lo que por derecho propio era mío….¿Que perdia al volver de nuevo?
-No. – dije, y volví a tragar.- ¿Cuándo se lee el documento?
-En tres días señorita Swan. ¿Entonces, puedo contar con usted?
-Por supuesto.
-Se lo comunicaré al señor Cullen, entonces.
-¿Él, él también va estar presente?
-Se los requiere a los dos señorita. A los dos únicos parientes vivos de la señora.
-Bien. Hasta dentro de tres días entonces.
-Adios, pase un buen dia señorita.
Colgué.
Caminé temblorosa hacia el sillón y me senté.
Debia llamar a Jasper y decirle que me marchaba…mañana mismo….
Continuará…
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miércoles, 20 de abril de 2011
No Creo En El Amor
CAPITULO 10
EDWARD POV
Durante las noches siguientes seguí frecuentando su habitación.
No podía contenerme y la acariciaba suavemente, mientras dormía.
Una de las noches que salimos mis hermanos y yo, oímos mucho follon en unos de los pubs donde transitábamos normalmente.
-¿Qué pasa en la terraza, Paul?.- pregunté al dueño del antro.
-La nieta de los Swan, esta celebrando su dia, el dia de su santo, vamos. Y la están poniendo hasta arriba de sangría( bebida con vino, casera, y frutas partidas) .- Se oyeron fuertes risotadas que me hicieron apretar la mandibula de la tensión.- ¿Las ois? Jajajajajajajaj!!subid si quereis, a ellas no les desagradará que estéis arriba.
Alice cuchicheó algo a Jasper y le dio la mano , dirigiéndose hacia las escaleras.
Emmet y Rosalie me miraban interrogantes; esperando mi reacción.
-Vamos.- les dije, pasándome la mano por el cabello desordenado.
-Shhhh!! Los Cullen, suben los Cullen…Bella, deja de beber así…
La miré profundamente mientras bebía directamente de la jarra aquel liquido color carmín con tropezones, le resbalaban de los labios las gotas e intentaba limpiarlas con su mano.
Iba preciosa, con un top azul de tirantes y unos jeans de un tono parecido, en sus pies llevaba unas sensuales sandalias que dejaban ver sus blancos piececitos.
Al vernos paró en seco de beber y bajó la mirada hacia el suelo.
-¿Hoy es tu dia,Bella? Soy Alice Cullen, encantada de conocerte.- Mi hermana Alice le brindó su mano y ella se levantó y la cogió duditativa.
-Gracias, Alice, un gusto conocerte. ¿Quereis sentaros con nosotros?.- dijo ella ofreciéndonos los dos sofás de dos plazas que habían libres.
La parte de arriba del pub era una habitacioncita con varios sofás, uno dispuesto de frente al otro; entre medio había una mesita. Las paredes estaban pintadas por un artista del pueblo. Y en el techo una bola con muchos cristalitos que daba vueltas.
La iluminación era la justa en aquellos momentos, ténue y cálida en tonos marrones.
Emmet cogió dos de los sillones y los movió hacia las demás chicas. Se presentaron todas y Alice nos presentó al resto.
Intentaba por todos los medios que mi mirada se encontrara con la de Bella; pero parecía que aquella muchacha me rechazaba de plano.
Una de las chicas le hablaba en susurros y ella no despegaba la vista del suelo y asentía con timidas sonrisas. Hubo un momento que nos encontramos con las miradas, y ella la apartó rápidamente. Maldecí interiormente…
-Chicos probad la sangría, está buenísima la ha hecho la tia de Bella y la verdad es que …. Esta deliciosa.- La chica llamada Jessica se relamió los labios y mis hermanos y yo nos miramos, sonriendo ante tal afirmación.
-Bebamos entoces.- sentencié yo.- Cogí un vaso de plástico y miré a Bella para que me diera de su jarra.- ¿Me das un poco?.- le pregunté con el tono lo más sugerente posible.
Ella con sus manos temblorosas cogió la jarra y me puso aquel liquido asqueroso en el vaso, rocé su mano ligeramente y ambos nos miramos. No podía mas con aquella carga. Ella tenia que ser mia aquella misma noche, porque sencilla y llanamente ; no lo podía soportar. Toda ella me llamaba de tal manera que se hacia imposible que mi garganta y el bulto de mis pantalones se apaciguara.
Me revolví inquieto y ella miró el bulto de entre mis piernas, subió su mirada y se encontró rápidamente con la mia.
La tensión sexual se cortaba en el ambiente.
Si tengo que ser sincero; lo pasamos realmente bien, aquella noche. Muchas de las chicas se fueron marchardo y no quedamos prácticamente las parejas a excepción de Angela.
Ella no se había marchado porque Bella le tenia fuertemente apretada la mano. Susurraban palabras incoherentes como “ Si..no…me voy…no te vayas…estoy nerviosísima…madre mia Bella no deja de mirarte…no te vayas…”
Me rasqué la cabeza y las miré a ambas.
- ¿Tienes prisa Angela? Mis hermanos van de camino hacia el rio, si quieres te pueden dejar. –Me dirigí a Bella.- ¿Tu deseas marcharte también?.- deseaba por todos los medios que no se marchara ; pero no la podía obligar a estar con nosotros ; de sobra sabia la reacción lógica que tenían los humanos hacia nosotros. Nos temian.
-No.- me sorprendí gratamente.- Deseo estar aquí; estoy bien aquí.- dijo con total convicción mirándome.
-Bueno Bella, encantado de conocerte. Nos vamos Edward. ¿Te dejamos con la princesita entonces?.- Emmet estaba siendo cuidadoso en sus palabras; normalmente era un bruto de cuidado.
-Sí.-admití, sin dejar de mirala.
-Bien, pues nos vamos a casa ¿vienes Angela?.- La chica miró a Bella con cara reprimida y contuvo el aliento antes de asentir con la cabeza. Creo que tendría el viaje mas terrorífico de su vida antes de llegar a su casa. Parecia un cervatillo, aterrorizado por un depredador. Si, claro, eso es lo que somos.
Todos se despidieron con un beso para Bella. Pude ver claramente sus caras de deseo al besarla; olia tan bien, que era sencillamente imposible no morderla y beber hasta saciarse.
Al fin nos quedamos solos; salté de sofá y me puse a su lado, buscándola con la mirada.
-Estaba deseando estar así, contigo.-le dije
Ella levantó la vista y sonrió levemente sonrojada.
-¿Asi? ¿Solos?
-Sí.-afirmé.
Un mutismo absoluto fue dueño de la situación y quise controlarlo ; saliendo de él.
-¿Estas estudiando Bella?
-Sí.-me dijo, retorciéndose las manos intranquila.- Estudio en Forks, en la península de Olympic, hago el segundo año de bachiller.
Yo moví la cabeza ligeramente y le sonreí.
-Yo hago el primer tercer año en la universidad; medicina. Es algo con lo que he crecido; ya sabes mi padre es médico.
- Ya.
-¿Oye Bella?.- me acerqué más a ella juntando nuestras caderas.- ¿Te pongo nerviosa?
Ella miró hacia el suelo por enésima vez y admitió con la cabeza.
-Si te he de ser franco… a mi también me afectas terriblemente.- Le cogí las manos, y no té su rechazo a la frialdad de las mismas.- Me gustas, me gustas muchísimo.
Ella me miró directamente a los ojos y tensó su cuerpo perfecto.
-Yo…no hago otra cosa que pensar en ti. Edward.
En mi rostro debió de aparecer un sentimiento de dicha; porque ella me apretó aún mas las manos y las subió hacia sus labios dándome un beso con ellos.
Un estremecimiento lacerante me invadió la entrepierna y jadeé.
-Estoy loco por ti…Bella…no sabes hasta que punto…- Y me lancé sobre ella para besarla con una pasión acumulada por años.
Noté como abria su boca lentamente para recibirme y rocé su lengua con la mia. Nos abrazamos para estar aún mas unidos , la cogí en volandas y la senté encima mio, para sentir su cuerpo sobre el mio.
El sabor de sus labios me puso la polla más rígida que un hierro y ella debió sentirla; porque se separó de mi, con los brazos alrededor de mi cuello y me susurró jadeante.
-He soñado con esto,desde el mismo dia en que te conocí…vamos a algún lado Edward, necesito hacer mi sueño realidad.
Yo la miré intensamente , la cogí , la dispuse en el suelo y abandonamos el pub; cogidos de la mano. Ya fuera , le abrí la puerta de mi coche y ella se sentó en él.
Una vez dentro se abalanzó sobre mi y me beso con tal lujuria, que empezamos a tocarnos más íntimamente.
-Espera.- le dije.- Aquí no, quiero estar tranquilo. Deseo hacerte lo que no has imaginado en la vida Bella y este no es sitio.
Ella se separó de mi, temblorosa y se acomodó de nuevo en el sillón.
Puse las llaves en el contacto y nos marchamos de allí volando literalmente.
-¿Dónde me llevas, Edward?.- me dijo en un murmullo.
-Vamos al cielo, Bella, al cielo…
Continuará….
EDWARD POV
Durante las noches siguientes seguí frecuentando su habitación.
No podía contenerme y la acariciaba suavemente, mientras dormía.
Una de las noches que salimos mis hermanos y yo, oímos mucho follon en unos de los pubs donde transitábamos normalmente.
-¿Qué pasa en la terraza, Paul?.- pregunté al dueño del antro.
-La nieta de los Swan, esta celebrando su dia, el dia de su santo, vamos. Y la están poniendo hasta arriba de sangría( bebida con vino, casera, y frutas partidas) .- Se oyeron fuertes risotadas que me hicieron apretar la mandibula de la tensión.- ¿Las ois? Jajajajajajajaj!!subid si quereis, a ellas no les desagradará que estéis arriba.
Alice cuchicheó algo a Jasper y le dio la mano , dirigiéndose hacia las escaleras.
Emmet y Rosalie me miraban interrogantes; esperando mi reacción.
-Vamos.- les dije, pasándome la mano por el cabello desordenado.
-Shhhh!! Los Cullen, suben los Cullen…Bella, deja de beber así…
La miré profundamente mientras bebía directamente de la jarra aquel liquido color carmín con tropezones, le resbalaban de los labios las gotas e intentaba limpiarlas con su mano.
Iba preciosa, con un top azul de tirantes y unos jeans de un tono parecido, en sus pies llevaba unas sensuales sandalias que dejaban ver sus blancos piececitos.
Al vernos paró en seco de beber y bajó la mirada hacia el suelo.
-¿Hoy es tu dia,Bella? Soy Alice Cullen, encantada de conocerte.- Mi hermana Alice le brindó su mano y ella se levantó y la cogió duditativa.
-Gracias, Alice, un gusto conocerte. ¿Quereis sentaros con nosotros?.- dijo ella ofreciéndonos los dos sofás de dos plazas que habían libres.
La parte de arriba del pub era una habitacioncita con varios sofás, uno dispuesto de frente al otro; entre medio había una mesita. Las paredes estaban pintadas por un artista del pueblo. Y en el techo una bola con muchos cristalitos que daba vueltas.
La iluminación era la justa en aquellos momentos, ténue y cálida en tonos marrones.
Emmet cogió dos de los sillones y los movió hacia las demás chicas. Se presentaron todas y Alice nos presentó al resto.
Intentaba por todos los medios que mi mirada se encontrara con la de Bella; pero parecía que aquella muchacha me rechazaba de plano.
Una de las chicas le hablaba en susurros y ella no despegaba la vista del suelo y asentía con timidas sonrisas. Hubo un momento que nos encontramos con las miradas, y ella la apartó rápidamente. Maldecí interiormente…
-Chicos probad la sangría, está buenísima la ha hecho la tia de Bella y la verdad es que …. Esta deliciosa.- La chica llamada Jessica se relamió los labios y mis hermanos y yo nos miramos, sonriendo ante tal afirmación.
-Bebamos entoces.- sentencié yo.- Cogí un vaso de plástico y miré a Bella para que me diera de su jarra.- ¿Me das un poco?.- le pregunté con el tono lo más sugerente posible.
Ella con sus manos temblorosas cogió la jarra y me puso aquel liquido asqueroso en el vaso, rocé su mano ligeramente y ambos nos miramos. No podía mas con aquella carga. Ella tenia que ser mia aquella misma noche, porque sencilla y llanamente ; no lo podía soportar. Toda ella me llamaba de tal manera que se hacia imposible que mi garganta y el bulto de mis pantalones se apaciguara.
Me revolví inquieto y ella miró el bulto de entre mis piernas, subió su mirada y se encontró rápidamente con la mia.
La tensión sexual se cortaba en el ambiente.
Si tengo que ser sincero; lo pasamos realmente bien, aquella noche. Muchas de las chicas se fueron marchardo y no quedamos prácticamente las parejas a excepción de Angela.
Ella no se había marchado porque Bella le tenia fuertemente apretada la mano. Susurraban palabras incoherentes como “ Si..no…me voy…no te vayas…estoy nerviosísima…madre mia Bella no deja de mirarte…no te vayas…”
Me rasqué la cabeza y las miré a ambas.
- ¿Tienes prisa Angela? Mis hermanos van de camino hacia el rio, si quieres te pueden dejar. –Me dirigí a Bella.- ¿Tu deseas marcharte también?.- deseaba por todos los medios que no se marchara ; pero no la podía obligar a estar con nosotros ; de sobra sabia la reacción lógica que tenían los humanos hacia nosotros. Nos temian.
-No.- me sorprendí gratamente.- Deseo estar aquí; estoy bien aquí.- dijo con total convicción mirándome.
-Bueno Bella, encantado de conocerte. Nos vamos Edward. ¿Te dejamos con la princesita entonces?.- Emmet estaba siendo cuidadoso en sus palabras; normalmente era un bruto de cuidado.
-Sí.-admití, sin dejar de mirala.
-Bien, pues nos vamos a casa ¿vienes Angela?.- La chica miró a Bella con cara reprimida y contuvo el aliento antes de asentir con la cabeza. Creo que tendría el viaje mas terrorífico de su vida antes de llegar a su casa. Parecia un cervatillo, aterrorizado por un depredador. Si, claro, eso es lo que somos.
Todos se despidieron con un beso para Bella. Pude ver claramente sus caras de deseo al besarla; olia tan bien, que era sencillamente imposible no morderla y beber hasta saciarse.
Al fin nos quedamos solos; salté de sofá y me puse a su lado, buscándola con la mirada.
-Estaba deseando estar así, contigo.-le dije
Ella levantó la vista y sonrió levemente sonrojada.
-¿Asi? ¿Solos?
-Sí.-afirmé.
Un mutismo absoluto fue dueño de la situación y quise controlarlo ; saliendo de él.
-¿Estas estudiando Bella?
-Sí.-me dijo, retorciéndose las manos intranquila.- Estudio en Forks, en la península de Olympic, hago el segundo año de bachiller.
Yo moví la cabeza ligeramente y le sonreí.
-Yo hago el primer tercer año en la universidad; medicina. Es algo con lo que he crecido; ya sabes mi padre es médico.
- Ya.
-¿Oye Bella?.- me acerqué más a ella juntando nuestras caderas.- ¿Te pongo nerviosa?
Ella miró hacia el suelo por enésima vez y admitió con la cabeza.
-Si te he de ser franco… a mi también me afectas terriblemente.- Le cogí las manos, y no té su rechazo a la frialdad de las mismas.- Me gustas, me gustas muchísimo.
Ella me miró directamente a los ojos y tensó su cuerpo perfecto.
-Yo…no hago otra cosa que pensar en ti. Edward.
En mi rostro debió de aparecer un sentimiento de dicha; porque ella me apretó aún mas las manos y las subió hacia sus labios dándome un beso con ellos.
Un estremecimiento lacerante me invadió la entrepierna y jadeé.
-Estoy loco por ti…Bella…no sabes hasta que punto…- Y me lancé sobre ella para besarla con una pasión acumulada por años.
Noté como abria su boca lentamente para recibirme y rocé su lengua con la mia. Nos abrazamos para estar aún mas unidos , la cogí en volandas y la senté encima mio, para sentir su cuerpo sobre el mio.
El sabor de sus labios me puso la polla más rígida que un hierro y ella debió sentirla; porque se separó de mi, con los brazos alrededor de mi cuello y me susurró jadeante.
-He soñado con esto,desde el mismo dia en que te conocí…vamos a algún lado Edward, necesito hacer mi sueño realidad.
Yo la miré intensamente , la cogí , la dispuse en el suelo y abandonamos el pub; cogidos de la mano. Ya fuera , le abrí la puerta de mi coche y ella se sentó en él.
Una vez dentro se abalanzó sobre mi y me beso con tal lujuria, que empezamos a tocarnos más íntimamente.
-Espera.- le dije.- Aquí no, quiero estar tranquilo. Deseo hacerte lo que no has imaginado en la vida Bella y este no es sitio.
Ella se separó de mi, temblorosa y se acomodó de nuevo en el sillón.
Puse las llaves en el contacto y nos marchamos de allí volando literalmente.
-¿Dónde me llevas, Edward?.- me dijo en un murmullo.
-Vamos al cielo, Bella, al cielo…
Continuará….
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No creo en el amor
martes, 19 de abril de 2011
No Creo En El Amor
Capitulo 9
Edward salió de la cocina, dándome una ultima mirada de complicidad; fue hacia el salón a despedirse de Emily y Jared.
¿Porque no podía apartarme de él? Una parte de mi, lo odiaba implacablemente y otra lo deseaba hasta la locura.
¿Cómo haría si Jake llegaba pronto aquella noche? ¿Edward le había dicho que le dejara la ventana abierta? ¿La ventana?
Todo era una serie de incongruencias que no tenían sentido alguno.
Vagué sin rumbo por toda la casa hasta la hora de cenar. Estaba hablando con Ben por el teléfono fijo, cuando oí un pitido en el móvil. Lo miré despreocupadamente y entrecerré los ojos al ver que era de Jake.
“Bells, he salido esta tarde fuera del Estado, llegaré mañana sobre las seis. Lo siento “.
Podia ser más sutil,¿Un mensaje? ¿No podía llamarme para decírmelo? ¿O ya estaba fornicando con la otra, quien quiera que fuese?.
Solté el mobil como si me quemara y me entregué de lleno a la conversación que entablaba con Ben.
Por otra parte, esta noche vería a Edward y la verdad, no tenia idea de cómo reaccionaria, parecía una adolescente, estaba terriblemente nerviosa y tenia mariposas en el estomago.
Los niños cenaron y los acosté de seguida, respirando de alivio al no preguntarme por su padre.
Me duché y me rasuré pulcramente y mientras lo hacia, me acaricié levemente las dos marcas del muslo. Todavía visibles.
Salí de la ducha con la caricia de la toalla, que me envolvía suavemente y dí un salto, al verlo allí parado, frente a mí. Esperandome.
Sus ojos vagaron sobre mi cuerpo, meticulosamente y cerró los ojos fuertemente, como si se estuviera conteniendo de hacer cualquier cosa.
-Bella…no sabes el efecto que causas en mi.- Me dijo con la voz ronca y dura.
Estaba paralizada, no lo esperaba tan pronto. Pero mi cuerpo lo reconoció rápidamente. Mi sexo, falto de orgasmos, se contrajó de placer al observarlo.
Reprimí un gemido y él caminó lentamente hacia mi .
-Si no quieres hablar, no hables, amor. Tu cuerpo lo hace por ti.- Deshizo el nudo de la toalla y ésta cayó a mis pies. Sus ojos avariciosos, viajaron por todos los rincones de mi cuerpo sin ningún tipo de pudor. Lo miraba inquieta. Él era tan joven…
-Eres tan perfecta que me das miedo…Bella…amor.- Y comenzó a dar suaves besos por mi hombro, mi mandibula, mi clavicula… Cuando llegó a los pechos, su tacto frio me hizo separarme irremediablemente unos milímetros de su toque. Él lo percibió y rió amargamente.
-¿Quieres que pare, Bella?- Me preguntó mirándome a los ojos insistentemente.
Yo negué con la cabeza rotunda y me rendí en sus brazos: coloqué mis brazos alrededor de su cuello y tomé la iniciativa del beso. Me coloqué de puntillas sobre mis pies ya que era tan alto que no alcanzaba a su boca.
EDWARD POV
Habia trotado casi todo el mundo en su busca.
Nunca debí dejarla sola, nunca debí de abandonarla a su suerte.
Nunca debí decirle que no la amaba.
Nunca debí borrarle la memoria de la manera que lo hice.
Nunca debí de implantarle recuerdos nuevos en su mente.
Nunca debí dejarla que conociera a Jacob Black y la arrastrara a una vida tan monótona.
Pero yo, hice todo aquello y llevaba años pagando las consecuencias.
Cuando la conocí en el pueblo donde veraneaba, creí que sufría un desquiciado cuadro sintomático a causa de beber sangre del mismo tipo de animal continuamente.
Pero no era aquello; era su sangre.
Era exquisita. Dulce y aromatica. Se me hacia la boca agua de tan solo pensar en ella.
Estaba con sus abuelos de vacaciones de verano. Y mi padre era el médico del lugar. Los abuelos de ella eran mayores y ella los acompañaba continuamente a ver a mi padre.
Yo, para su desgracia, un dia de los que llegó estaba allí. Y fue cuando la conocí.
Fui grosero; lo admito. Pero mi padre, más que nadie entendía lo que me había pasado. Aquella muchacha, era mi cantante. Su poderosa fragancia me embriagaba de tal manera que mi mente deliraba. Queria estar lejos y cerca de ella al mismo tiempo.
Cuando Carlisle me la presentó junto a sus abuelos, les dije hola y me fuí como si apestaran todos ellos.
Pero ya era tarde; su olor había entrado en mis fosas nasales y en mi cuerpo sin vida y había dejado una marca de fuego.
Pero había algo más. Habia otro olor que no me había pasado por alto.
El olor de su excitación al mirarme la primera vez. La había excitado, y yo había reaccionado a eso y mi falo se había hinchado de satisfacción. ¿Es que era ella la persona que había intentado encontrar en toda mi larga travesia desde mi conversión?
¿Una humana insignificante y débil?
Habia tenido sexo con muchas mujeres; humanas y de mi espécie, pero no había sido totalmente satisfactorio para mi.
En nuestro mundo existen las parejas perfectas. Sexualmente; es como una llamada. Nuestra hembra, nos brinda el olor de su intimidad sólo a nosotros en este caso: a su compañero.
No es completa con nadie nada más que con él.
No es mujer sin su hombre y el hombre no es hombre sin su mujer.
Se me erizó el bello al pensar en aquella muchachita y me fui con el rabo entre las piernas, (nunca mejor dicho) y traté de consolarme como pude.
En las noches de verano, ella salía con sus amigas y yo con mis hermanos.
La observaba desde lejos y veía que le costaba entablar una conversación; me dio ternura su actitud, y me asombré a mi mismo al pensar que después de tanto tiempo, tenia sentimientos de empatía con algún ser humano.
Mis hermanos tenían sus reservas sobre mi caso, pero trataban de no sacarme el tema. Estaba sufriendo terriblemente.
Me costaba aspirar su aroma.
Pero lo que más me costaba era no tirarme sobre ella y saciar mi polla dentro de ella.
Era la primera vez que me ocurria esto y me tenia tan extrañado como cabreado.
En una de las fiestas populares que se celebraban, coincidí cerca de ella. Debió sentir mi presencia y se puso nerviosa, se le cayó un vaso de bebida sobre mi.
-Oh… lo siento.. de verdad- Me dijo ruborizándose hasta la raíz de su salvaje pelo oscuro.
-No te preocupes.- Le dije.- Se secará….¿Tú eres Bella no?
No había deparado en sus increíbles ojos color café y me sumergí en ellos, perdiendo la noción de la conversación.
-Si. Tu Edward.- Me dijo tocándose el pelo y haciendo que absorbiera la suave fragancia de éste.
Le sonreí y le dediqué una sonrisa plena, enseñándola todos mis dientes.
En ese momento, estaba feliz y excitado por tenerla tan cerca mio.
La invité a otro trago y ella me lo aceptó , se me escapó de las manos aquella noche, en la plaza del pueblo.
Los vampiros no dormimos. Porque eso es lo que soy, un vampiro.
Estaba en casa y ésta se me caia encima. Los gemidos de placer de todos los habitantes de ella me hicieron abandonarla y marcharme a cazar. Todos follaban a estas horas. ¿No me respetaban o que?
Yo era el único que no tenia esposa, consorte, compañera…. Bella….
Su imagen volvia a mi y su olor hinchaba mi rabo hasta reventar.
Le haría una visita.
Corrí como un loco sintiendo su fragancia y me paré delante de su casa como un demente.
Escalé como pude la fachada y me metí en su habitación gracias a una hoja abierta de su ventana; hacia calor y en aquel pueblo no había temor de nada.
Lastima de ellos; no saber con quien estaban viviendo.
Y allí estaba ella casi desnuda: con una camistita de tirantes y unas braguitas de algodón blancas, me relamí de gusto y me sostuve apoyándome en la pared con un brazo.
Se revolvía inquieta, y sudaba. Quise tocarla, para apaciguar su calor.
Un murmullo apenas audible hizo que pegara mi oído a su boca y rápidamente entendí el porqué de su inquietud. El olor de su centro me enbargó y su boca emitió un gemido.
-Mmmmm…Edwardddd.
La miré con intensidad y le acaricié su sexo por encima de sus braguitas con mi dedo frio. Ella estalló y yo me estremecí de deseo. Le plante un suave beso en su escote y me largué de su habitación. No quería hacerla mia, así de aquella manera.
Queria tenerla con todas sus facultades, para saber si era verdad aquella leyenda que decía que tu verdadera esposa te hace alzanzar el cielo de una manera, imposible de imaginar.
Volví a mi hogar con una ilusión nueva en mi vida…si se podía decir vida… Descargué mi falo, en el lavabo pensando en ella y me fui a leer el libro del Pendulo de Focault, que había causado estragos alquel año en las editoriales.
Continuará…
Edward salió de la cocina, dándome una ultima mirada de complicidad; fue hacia el salón a despedirse de Emily y Jared.
¿Porque no podía apartarme de él? Una parte de mi, lo odiaba implacablemente y otra lo deseaba hasta la locura.
¿Cómo haría si Jake llegaba pronto aquella noche? ¿Edward le había dicho que le dejara la ventana abierta? ¿La ventana?
Todo era una serie de incongruencias que no tenían sentido alguno.
Vagué sin rumbo por toda la casa hasta la hora de cenar. Estaba hablando con Ben por el teléfono fijo, cuando oí un pitido en el móvil. Lo miré despreocupadamente y entrecerré los ojos al ver que era de Jake.
“Bells, he salido esta tarde fuera del Estado, llegaré mañana sobre las seis. Lo siento “.
Podia ser más sutil,¿Un mensaje? ¿No podía llamarme para decírmelo? ¿O ya estaba fornicando con la otra, quien quiera que fuese?.
Solté el mobil como si me quemara y me entregué de lleno a la conversación que entablaba con Ben.
Por otra parte, esta noche vería a Edward y la verdad, no tenia idea de cómo reaccionaria, parecía una adolescente, estaba terriblemente nerviosa y tenia mariposas en el estomago.
Los niños cenaron y los acosté de seguida, respirando de alivio al no preguntarme por su padre.
Me duché y me rasuré pulcramente y mientras lo hacia, me acaricié levemente las dos marcas del muslo. Todavía visibles.
Salí de la ducha con la caricia de la toalla, que me envolvía suavemente y dí un salto, al verlo allí parado, frente a mí. Esperandome.
Sus ojos vagaron sobre mi cuerpo, meticulosamente y cerró los ojos fuertemente, como si se estuviera conteniendo de hacer cualquier cosa.
-Bella…no sabes el efecto que causas en mi.- Me dijo con la voz ronca y dura.
Estaba paralizada, no lo esperaba tan pronto. Pero mi cuerpo lo reconoció rápidamente. Mi sexo, falto de orgasmos, se contrajó de placer al observarlo.
Reprimí un gemido y él caminó lentamente hacia mi .
-Si no quieres hablar, no hables, amor. Tu cuerpo lo hace por ti.- Deshizo el nudo de la toalla y ésta cayó a mis pies. Sus ojos avariciosos, viajaron por todos los rincones de mi cuerpo sin ningún tipo de pudor. Lo miraba inquieta. Él era tan joven…
-Eres tan perfecta que me das miedo…Bella…amor.- Y comenzó a dar suaves besos por mi hombro, mi mandibula, mi clavicula… Cuando llegó a los pechos, su tacto frio me hizo separarme irremediablemente unos milímetros de su toque. Él lo percibió y rió amargamente.
-¿Quieres que pare, Bella?- Me preguntó mirándome a los ojos insistentemente.
Yo negué con la cabeza rotunda y me rendí en sus brazos: coloqué mis brazos alrededor de su cuello y tomé la iniciativa del beso. Me coloqué de puntillas sobre mis pies ya que era tan alto que no alcanzaba a su boca.
EDWARD POV
Habia trotado casi todo el mundo en su busca.
Nunca debí dejarla sola, nunca debí de abandonarla a su suerte.
Nunca debí decirle que no la amaba.
Nunca debí borrarle la memoria de la manera que lo hice.
Nunca debí de implantarle recuerdos nuevos en su mente.
Nunca debí dejarla que conociera a Jacob Black y la arrastrara a una vida tan monótona.
Pero yo, hice todo aquello y llevaba años pagando las consecuencias.
Cuando la conocí en el pueblo donde veraneaba, creí que sufría un desquiciado cuadro sintomático a causa de beber sangre del mismo tipo de animal continuamente.
Pero no era aquello; era su sangre.
Era exquisita. Dulce y aromatica. Se me hacia la boca agua de tan solo pensar en ella.
Estaba con sus abuelos de vacaciones de verano. Y mi padre era el médico del lugar. Los abuelos de ella eran mayores y ella los acompañaba continuamente a ver a mi padre.
Yo, para su desgracia, un dia de los que llegó estaba allí. Y fue cuando la conocí.
Fui grosero; lo admito. Pero mi padre, más que nadie entendía lo que me había pasado. Aquella muchacha, era mi cantante. Su poderosa fragancia me embriagaba de tal manera que mi mente deliraba. Queria estar lejos y cerca de ella al mismo tiempo.
Cuando Carlisle me la presentó junto a sus abuelos, les dije hola y me fuí como si apestaran todos ellos.
Pero ya era tarde; su olor había entrado en mis fosas nasales y en mi cuerpo sin vida y había dejado una marca de fuego.
Pero había algo más. Habia otro olor que no me había pasado por alto.
El olor de su excitación al mirarme la primera vez. La había excitado, y yo había reaccionado a eso y mi falo se había hinchado de satisfacción. ¿Es que era ella la persona que había intentado encontrar en toda mi larga travesia desde mi conversión?
¿Una humana insignificante y débil?
Habia tenido sexo con muchas mujeres; humanas y de mi espécie, pero no había sido totalmente satisfactorio para mi.
En nuestro mundo existen las parejas perfectas. Sexualmente; es como una llamada. Nuestra hembra, nos brinda el olor de su intimidad sólo a nosotros en este caso: a su compañero.
No es completa con nadie nada más que con él.
No es mujer sin su hombre y el hombre no es hombre sin su mujer.
Se me erizó el bello al pensar en aquella muchachita y me fui con el rabo entre las piernas, (nunca mejor dicho) y traté de consolarme como pude.
En las noches de verano, ella salía con sus amigas y yo con mis hermanos.
La observaba desde lejos y veía que le costaba entablar una conversación; me dio ternura su actitud, y me asombré a mi mismo al pensar que después de tanto tiempo, tenia sentimientos de empatía con algún ser humano.
Mis hermanos tenían sus reservas sobre mi caso, pero trataban de no sacarme el tema. Estaba sufriendo terriblemente.
Me costaba aspirar su aroma.
Pero lo que más me costaba era no tirarme sobre ella y saciar mi polla dentro de ella.
Era la primera vez que me ocurria esto y me tenia tan extrañado como cabreado.
En una de las fiestas populares que se celebraban, coincidí cerca de ella. Debió sentir mi presencia y se puso nerviosa, se le cayó un vaso de bebida sobre mi.
-Oh… lo siento.. de verdad- Me dijo ruborizándose hasta la raíz de su salvaje pelo oscuro.
-No te preocupes.- Le dije.- Se secará….¿Tú eres Bella no?
No había deparado en sus increíbles ojos color café y me sumergí en ellos, perdiendo la noción de la conversación.
-Si. Tu Edward.- Me dijo tocándose el pelo y haciendo que absorbiera la suave fragancia de éste.
Le sonreí y le dediqué una sonrisa plena, enseñándola todos mis dientes.
En ese momento, estaba feliz y excitado por tenerla tan cerca mio.
La invité a otro trago y ella me lo aceptó , se me escapó de las manos aquella noche, en la plaza del pueblo.
Los vampiros no dormimos. Porque eso es lo que soy, un vampiro.
Estaba en casa y ésta se me caia encima. Los gemidos de placer de todos los habitantes de ella me hicieron abandonarla y marcharme a cazar. Todos follaban a estas horas. ¿No me respetaban o que?
Yo era el único que no tenia esposa, consorte, compañera…. Bella….
Su imagen volvia a mi y su olor hinchaba mi rabo hasta reventar.
Le haría una visita.
Corrí como un loco sintiendo su fragancia y me paré delante de su casa como un demente.
Escalé como pude la fachada y me metí en su habitación gracias a una hoja abierta de su ventana; hacia calor y en aquel pueblo no había temor de nada.
Lastima de ellos; no saber con quien estaban viviendo.
Y allí estaba ella casi desnuda: con una camistita de tirantes y unas braguitas de algodón blancas, me relamí de gusto y me sostuve apoyándome en la pared con un brazo.
Se revolvía inquieta, y sudaba. Quise tocarla, para apaciguar su calor.
Un murmullo apenas audible hizo que pegara mi oído a su boca y rápidamente entendí el porqué de su inquietud. El olor de su centro me enbargó y su boca emitió un gemido.
-Mmmmm…Edwardddd.
La miré con intensidad y le acaricié su sexo por encima de sus braguitas con mi dedo frio. Ella estalló y yo me estremecí de deseo. Le plante un suave beso en su escote y me largué de su habitación. No quería hacerla mia, así de aquella manera.
Queria tenerla con todas sus facultades, para saber si era verdad aquella leyenda que decía que tu verdadera esposa te hace alzanzar el cielo de una manera, imposible de imaginar.
Volví a mi hogar con una ilusión nueva en mi vida…si se podía decir vida… Descargué mi falo, en el lavabo pensando en ella y me fui a leer el libro del Pendulo de Focault, que había causado estragos alquel año en las editoriales.
Continuará…
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No creo en el amor
Demon Prince
DEMON PRINCE
Me marcho Alice. Te dejo sola. Te espero en la camioneta.-
Pasó delante de Edward; al que ni siquiera miró y salió del restaurant algo intimidada por la presencia de aquel hombre.
Algo habia hecho click en su cerebro, al verlo.
Tambien, abruptamente recordó la sesión de espiritismo.
Y recordó el nombre de aquel con el que ella se casaria: Edward I
Al pasar por el umbral de la puerta del restaurant, negó con la cabeza y se llevó la mano a las cejas; a modo de visera. El sol se ponía…..
CAPITULO 7
-Podias haber sido un poco mas galante con la hemana de Josephine, ¿no te parece hermano?.- Preguntó Alice a Edward, mientras él se acercaba lentamente a la silla que habia ocupado Bella y fruncía el entrecejo extrañado, por el ligero efluvio escondido de la chica.
-No tengo porqué.- Hizo un ademán con la mano, y se sentó frente a su hermana.- Te dije que no le quitaras el ojo de encima a Jo. ¿Qué haces con la hermana? ¿te gusta o que?.- una sonrisa pecaminosa se escapó de su sensual boca y Alice sonrió a su receptor.
-Si me gusta. Me gusta mucho. Y a ti también debería gustarte. Es hermana de tu “ amiga”….
Edward volvió a sentir el ligero efluvio de la esencia real de Bella y su corazón cabalgó algo mas rápido de lo normal.
Alice que observaba a su hermano con atención, sonrió interiormente.
La verdadera esencia de Bella estaba en el ambiente y a Edward no debía de pasarle inadvertida.
Ella la sentía. ¿Cómo no iba a sentirla él? La pequeña y frágil humana estaba predestinada para él desde el momento en que nació, tal y como mandaban los cánones.
-He abandonado el Sabbath; Alice. ¿Sabes porque lo he hecho?.- La mirada foribunda de Edward, estremeció a su hermana. Edward era bondadoso con ella; pero sabia perfectamente todo lo que estaba ocurriendo con la negatividad de su padre con respecto a Jo, no ayudaba en absoluto a que los hermanos tuviesen aquella complicidad de antaño.
-No….
-He tenido una visión. A veces ha ocurrido. Pero eso es asunto tuyo. Quisiera que me ayudases a comprender…
-Dime que has visto; Edward.- preguntó su hermana, entrelazando las manos y apoyando en ellas su gracioso mentón.
-He visto a Jo, con el humano que anda con su hermana. – sentenció Edward.
-¿Sabes que fueron amantes antes de que tú la reclamaras como tuya?.- Alice, quiso despejar algunas cartas; festejando la incomodidad de su hermano, por aquella conversación.
-¡No digas tonterías, Alice! ¡Fui el primer macho para Jo! ¿De donde has sacado eso?.- Edward, estaba realmente enfurecido y apretaba los puños con tal intensidad que se marcaban las venas perfectamente en los nudillos.
-No hay peor ciego que el que no quiere ver, Edward. Tú no fuiste el primero. Y lo sabes…¿o es que acaso no sabes diferenciar a una virgen de la que no lo es?
-Ella…sangró.- susurró él, desviando la mirada hacia la calle.
-Eso no es suficiente; Edward. Puede que la chica estuviese punto de tener el periodo y al hacerla tuya, forzaste esa situación….Preguntale a ella…a ver que te dice…
-No dudo de Jo…
-Ese es tu problema Edward….y no es por darle la razón a papá. ¿Pero te has dado cuenta que no es la mujer del que se te habló en un primer momento?
-No…pero tiene muchas semejanzas…además fue su esencia la que me llamó. Yo pasaba por allí de casualidad.- espetó Edward algo duro. Intentando zanjar la conversación.
-Realmente…la amas….
-Sí.
Alice bajó la mirada y parpadeó un par de veces confirmando sus temores. Su hermano iba a sufrir el linchamiento de todos los demonios si aquella fulana lo degradaba. Y eso era justo lo que Jo debia de hacer, para que él se diera cuenta de quien era realmente.
Edward volvió a mirar hacia la calle y observó con atención, como la hermana de Jo, se metia un pequeño inhalador en su boca y apretaba un par de botones que habia en la base.
Sus cejas se juntaron y miró a Alice interrogante.
-Bella es asmática.- le dijo mirándolo fijamente a los ojos.-¿Es bonita a que si?.- Lo tentó ella.
-Es diferente a Jo. Pero yo no diria que es bonita. Tiene un halo de santidad que me repugna…debe ser un dechado de virtudes….
-Es magnifica. Te lo aseguro…y muy apetitosa…
Edward miró a su hermana con picardia y le sonrió abiertamente.
-En realidad te gusta, hermanita….
-Mucho.- suspiró Alice.
Llegaría el dia que Edward le gruñiría , al recordar aquella conversación.
-Alice….Se que es algo personal y no debo meterme…¿Has creado vinculo con ella? He podido sentir algo.- Preguntó Edward algo mas serio.
-Si. Lo he creado.
-¿La deseas entoces?.- Edward alzó las cejas y valoró la situación.- A Aro no le gustará nada tu adquisición.
-Apuesto a que si….
-No me has contestado…¿La deseas?.- volvió a preguntar Edward, algo incomodo.
-Deseo tener una relaccion mucha mas estrecha con ella; por supuesto.
Alice hablaban con la boca pequeña.
Estaba hablando demasiado, y no quería ver a su hermano el dia de mañana como un fiero ogro a sus espaldas cada vez que ayudara a Bella a bañarse, a vestirse o simplemente en compañía de ella.
-No entiendo lo que puedes ver en ella…
-Tiene un efluvio estupendo, cuando no esta marcado por la medicina que toma…¿no te has dado cuenta, hermano?
-No.- mintió Edward.
Alice abrió mucho los ojos y se levantó de la silla para ir en busca de Bella que ya llevaba suficiente rato sola en la calle.
-¿Nos acompañas Edward? – sugirió Alice.
-Sabes perfectamente que no puedo. Si no; iría. He abandonado el Sabbath.
-¿Y entonces, cuando haras acto de presencia en casa de tu futura suegra?.- preguntó Alice mientras caminaba hacia la salida, junto con Edward.
-Mañana por la noche iré a visitar a Jo; pero no le digas nada. Es una sorpresa.
Alice sonrió y le dio un beso fugaz en la mejilla, se despidió de él con la mano al salir a la acera de con concurrida calle y caminó hacia Bella que se hallaba esperándola con paciencia.
Edward observó como los ojos de Bella lo miraron un segundo. No supo porqué se sintió intimidado. El rostro de su hermana Alice también se giró para dedicarle una mirada reprobatoria, él giró y caminó hasta la esquina mas cercana, desapareciendo en el acto.
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
-Carlisle ha estado aquí.- la sonrisa venenosa de Jo, aguijoneó a Bella en el corazón, muy hondo.- No ha querido esperarte.
Jo, pasaba la carne a su hermana y la miraba a hurtadillas.
Le fastidiaba horriblemente que Bella estuviese cada dia mas hermosa. Su blanca piel conjuntaba perfectamente con aquellos sonrosados colores que de vez en cuando burbujeaban en su piel.
-Acabo de hablar con él y no me ha dicho nada.- dijo ella, sumida en sus pensamientos.
-Oh.- Jo, se llevó la mano a la boca y giró su rostro hacia Alice, que miraba la escena
complacida. ¿Podia ser alguien tan malvado con su propia sangre?
Bella sintió morir. Sus peores temores iban tomando forma.
Despues de haber vuelto de Port Angeles con la pizpireta de Alice; habia llamado a Carlisle y lo habia notado algo mas serio de lo habitual.
Ella le habia hablado de Jo y de su vuelta y él habia callado y asentido tímidamente.
Le hubiera gustado verle el rostro; ya que la breve conversación se habia mantenido por teléfono.
Él habia ido a su casa…y habia visto a Jo…
¿Por qué no le habia dicho nada? ¿Qué debia de esconder?
Sintió el agujero en el pecho; tan conocido para ella y se le quitaron las ganas de comer.
-Yo…Lo siento. No tengo ganas de comer. Ha sido un dia muy ajetreado y estoy cansada. Me voy a la cama.- Se levantó de la silla y solamente Alice, la miró.
La pequeña súcubo, arrastró la silla y la siguió malhumorada.
--¿Qué ocurre Bella?.- Le siseó, mientras subían las escaleras.
-No tengo hambre Alice. Es cierto.- susurró ella, perdida en aquel mar de dudas que la arrastraba.
-No. No es cierto. – Habian llegado al piso de arriba y Alice le sujetó el hombro y le alzó el mentón con una manita.- ¿Es por ese hum..hombre, no? ¿Carlisle?- preguntó.
Bella se creyó fundir en los ojos color oro de aquella compañera que le estaba haciendo tanto bien , desde la llegada de Jo.
Era ella la única que se preocupaba por ella, ya que su madre solamente tenia ojos para su hermana, y su hermana…no quería pensar en Jo. No de la manera en la que estaba pensando.
Asintió débilmente, bajando los ojos.
Notó como las lagrimas iban rebosando de ellos, y entonces la pequeña duende la abrazó.
Bella se sintió intimidada; pero a la misma vez encontró calor en aquel gesto.
-Ese hombre no es para ti; Bella. Creéme, no lo es.- le dijo Alice, acariciando aquel cabello caoba que envidiaba.
-Yo….yo lo amo…y tengo miedo.- se oyeron pasos y volvieron su vista.
Allí estaba Jo, con una sonrisa ladina en su rostro y mirándolas a ambas.
-Bella…mamá ha cambiado mis cosas a tu habitación…Espero no te molestes, pero siempre me ha gustado mas la tuya. Ese ventanal que hay en mi cuarto es horrible. Las ramas del abeto de enfrente dan contra el cristal y no me han dejado dormir en toda la noche…¿ No te molesta,no?
-No.-susurró.
¿Qué mas daba?
-Buenas noches Bella. Ah…- Jo, se llevó una de las manos a su cadera y sonrió.- Supongo que Carlisle no te habrá dicho nada, porque ha sido algo incomodo. Yo salía de la ducha….
Bella sintió como se le paralizaba el corazón.
Carlisle habia visto desnuda a Jo….
….Habría recordado sus acaloradas luchas nocturnas.
Aquellas que ella se negaba a escuchar desde la habitación de al lado.
Notó el apretón de Alice en una de sus manos y el arrastre hacia la habitación que siempre habia sido de Jo.
Alice cerró la puerta y se mordió la lengua con fuerza.
Odiaba a aquella mujer, ¡La odiaba!
Bella desmadejada y herida se ovilló en la cama y Alice fue a su encuentro acariciando su rostro, tibiamente.
-No llores, Bella….no lo merecen. Ninguno de los dos.
-Oh…Alice, siento tanto dolor…aquí.- le dijo Bella, señalando su roto corazón.Alice, la miró con los ojos tristes y la abrazó con fuerza.- El pecho me arde y me siento rota…Jo, ha venido a algo mas que a despedirse de nosotras…ya no me queda la menor duda…también quiere quitarme a Carlisle…
Alice, notó como la respiración de Bella se aceleraba y presintió que estaba siendo victima de otro ataque de asma.
Nadie se enteraría si aplicaba un poco de su don en aquella humana perfecta.
La mecíó delicadamente entre sus manos, tarareando una de las nanas que Edward habia compuesto para ella y cuando la tuvo casi insconciente abrió delicadamente el capullo de su boca y se acercó a ella para inhalar aquel mal, momentáneamente.
Aspiró con profundidad y lo expulsó en una acentuada tos ronca.
Se levantó del lecho y la desnudó, admirando el cuerpo níveo de su cuñada y su perfecta piel, le acarició el cuerpo con las suaves sabanas de algodón y se despidió de ella abriendo la ventana sordamente. Era una noche calurosa y Bella habia comenzado a sudar.
Antes de salir del habitáculo, aspiró con satisfacción. Era una pena que Edward no visitara a Jo, aquella noche y se diera de bruces con la esencia pura de Isabella….el destino planeaba en su contra.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………
Edward estaba agotado.
El Sabbath, habia sido algo perturbador después de aquella visión.
Despues de haber hablado con su hermana, habia vuelto a él y habia seguido haciendo lo que de él se esperaba.
La tentación de ver a Jo, le aguijoneó su entre pierna y suspiró.
¿Qué mas daba hoy que mañana?
Se rió mentalmente y se desmaterializó, llegando a si , aquella casa a las afueras de Forks.
Notó como se tambaleaba. Algo extrañado, y acobardado ,subió entre las tuberías a la habitación de Jo. La ventana estaba abierta.
Las fuerzas le faltaban. La esencia de Jo, al volver con su familia se habia hecho mucho mas fuerte de lo que él recordaba, volvió a tambalearse y en la oscuridad se acercó al lecho.
Aspiró con violencia y se sintió rendido.
Rendido de amor….
Continuará….
Ups!!! No me maten!!!! Ajjajajjajajaj!! ¿les gustó?
Me marcho Alice. Te dejo sola. Te espero en la camioneta.-
Pasó delante de Edward; al que ni siquiera miró y salió del restaurant algo intimidada por la presencia de aquel hombre.
Algo habia hecho click en su cerebro, al verlo.
Tambien, abruptamente recordó la sesión de espiritismo.
Y recordó el nombre de aquel con el que ella se casaria: Edward I
Al pasar por el umbral de la puerta del restaurant, negó con la cabeza y se llevó la mano a las cejas; a modo de visera. El sol se ponía…..
CAPITULO 7
-Podias haber sido un poco mas galante con la hemana de Josephine, ¿no te parece hermano?.- Preguntó Alice a Edward, mientras él se acercaba lentamente a la silla que habia ocupado Bella y fruncía el entrecejo extrañado, por el ligero efluvio escondido de la chica.
-No tengo porqué.- Hizo un ademán con la mano, y se sentó frente a su hermana.- Te dije que no le quitaras el ojo de encima a Jo. ¿Qué haces con la hermana? ¿te gusta o que?.- una sonrisa pecaminosa se escapó de su sensual boca y Alice sonrió a su receptor.
-Si me gusta. Me gusta mucho. Y a ti también debería gustarte. Es hermana de tu “ amiga”….
Edward volvió a sentir el ligero efluvio de la esencia real de Bella y su corazón cabalgó algo mas rápido de lo normal.
Alice que observaba a su hermano con atención, sonrió interiormente.
La verdadera esencia de Bella estaba en el ambiente y a Edward no debía de pasarle inadvertida.
Ella la sentía. ¿Cómo no iba a sentirla él? La pequeña y frágil humana estaba predestinada para él desde el momento en que nació, tal y como mandaban los cánones.
-He abandonado el Sabbath; Alice. ¿Sabes porque lo he hecho?.- La mirada foribunda de Edward, estremeció a su hermana. Edward era bondadoso con ella; pero sabia perfectamente todo lo que estaba ocurriendo con la negatividad de su padre con respecto a Jo, no ayudaba en absoluto a que los hermanos tuviesen aquella complicidad de antaño.
-No….
-He tenido una visión. A veces ha ocurrido. Pero eso es asunto tuyo. Quisiera que me ayudases a comprender…
-Dime que has visto; Edward.- preguntó su hermana, entrelazando las manos y apoyando en ellas su gracioso mentón.
-He visto a Jo, con el humano que anda con su hermana. – sentenció Edward.
-¿Sabes que fueron amantes antes de que tú la reclamaras como tuya?.- Alice, quiso despejar algunas cartas; festejando la incomodidad de su hermano, por aquella conversación.
-¡No digas tonterías, Alice! ¡Fui el primer macho para Jo! ¿De donde has sacado eso?.- Edward, estaba realmente enfurecido y apretaba los puños con tal intensidad que se marcaban las venas perfectamente en los nudillos.
-No hay peor ciego que el que no quiere ver, Edward. Tú no fuiste el primero. Y lo sabes…¿o es que acaso no sabes diferenciar a una virgen de la que no lo es?
-Ella…sangró.- susurró él, desviando la mirada hacia la calle.
-Eso no es suficiente; Edward. Puede que la chica estuviese punto de tener el periodo y al hacerla tuya, forzaste esa situación….Preguntale a ella…a ver que te dice…
-No dudo de Jo…
-Ese es tu problema Edward….y no es por darle la razón a papá. ¿Pero te has dado cuenta que no es la mujer del que se te habló en un primer momento?
-No…pero tiene muchas semejanzas…además fue su esencia la que me llamó. Yo pasaba por allí de casualidad.- espetó Edward algo duro. Intentando zanjar la conversación.
-Realmente…la amas….
-Sí.
Alice bajó la mirada y parpadeó un par de veces confirmando sus temores. Su hermano iba a sufrir el linchamiento de todos los demonios si aquella fulana lo degradaba. Y eso era justo lo que Jo debia de hacer, para que él se diera cuenta de quien era realmente.
Edward volvió a mirar hacia la calle y observó con atención, como la hermana de Jo, se metia un pequeño inhalador en su boca y apretaba un par de botones que habia en la base.
Sus cejas se juntaron y miró a Alice interrogante.
-Bella es asmática.- le dijo mirándolo fijamente a los ojos.-¿Es bonita a que si?.- Lo tentó ella.
-Es diferente a Jo. Pero yo no diria que es bonita. Tiene un halo de santidad que me repugna…debe ser un dechado de virtudes….
-Es magnifica. Te lo aseguro…y muy apetitosa…
Edward miró a su hermana con picardia y le sonrió abiertamente.
-En realidad te gusta, hermanita….
-Mucho.- suspiró Alice.
Llegaría el dia que Edward le gruñiría , al recordar aquella conversación.
-Alice….Se que es algo personal y no debo meterme…¿Has creado vinculo con ella? He podido sentir algo.- Preguntó Edward algo mas serio.
-Si. Lo he creado.
-¿La deseas entoces?.- Edward alzó las cejas y valoró la situación.- A Aro no le gustará nada tu adquisición.
-Apuesto a que si….
-No me has contestado…¿La deseas?.- volvió a preguntar Edward, algo incomodo.
-Deseo tener una relaccion mucha mas estrecha con ella; por supuesto.
Alice hablaban con la boca pequeña.
Estaba hablando demasiado, y no quería ver a su hermano el dia de mañana como un fiero ogro a sus espaldas cada vez que ayudara a Bella a bañarse, a vestirse o simplemente en compañía de ella.
-No entiendo lo que puedes ver en ella…
-Tiene un efluvio estupendo, cuando no esta marcado por la medicina que toma…¿no te has dado cuenta, hermano?
-No.- mintió Edward.
Alice abrió mucho los ojos y se levantó de la silla para ir en busca de Bella que ya llevaba suficiente rato sola en la calle.
-¿Nos acompañas Edward? – sugirió Alice.
-Sabes perfectamente que no puedo. Si no; iría. He abandonado el Sabbath.
-¿Y entonces, cuando haras acto de presencia en casa de tu futura suegra?.- preguntó Alice mientras caminaba hacia la salida, junto con Edward.
-Mañana por la noche iré a visitar a Jo; pero no le digas nada. Es una sorpresa.
Alice sonrió y le dio un beso fugaz en la mejilla, se despidió de él con la mano al salir a la acera de con concurrida calle y caminó hacia Bella que se hallaba esperándola con paciencia.
Edward observó como los ojos de Bella lo miraron un segundo. No supo porqué se sintió intimidado. El rostro de su hermana Alice también se giró para dedicarle una mirada reprobatoria, él giró y caminó hasta la esquina mas cercana, desapareciendo en el acto.
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
-Carlisle ha estado aquí.- la sonrisa venenosa de Jo, aguijoneó a Bella en el corazón, muy hondo.- No ha querido esperarte.
Jo, pasaba la carne a su hermana y la miraba a hurtadillas.
Le fastidiaba horriblemente que Bella estuviese cada dia mas hermosa. Su blanca piel conjuntaba perfectamente con aquellos sonrosados colores que de vez en cuando burbujeaban en su piel.
-Acabo de hablar con él y no me ha dicho nada.- dijo ella, sumida en sus pensamientos.
-Oh.- Jo, se llevó la mano a la boca y giró su rostro hacia Alice, que miraba la escena
complacida. ¿Podia ser alguien tan malvado con su propia sangre?
Bella sintió morir. Sus peores temores iban tomando forma.
Despues de haber vuelto de Port Angeles con la pizpireta de Alice; habia llamado a Carlisle y lo habia notado algo mas serio de lo habitual.
Ella le habia hablado de Jo y de su vuelta y él habia callado y asentido tímidamente.
Le hubiera gustado verle el rostro; ya que la breve conversación se habia mantenido por teléfono.
Él habia ido a su casa…y habia visto a Jo…
¿Por qué no le habia dicho nada? ¿Qué debia de esconder?
Sintió el agujero en el pecho; tan conocido para ella y se le quitaron las ganas de comer.
-Yo…Lo siento. No tengo ganas de comer. Ha sido un dia muy ajetreado y estoy cansada. Me voy a la cama.- Se levantó de la silla y solamente Alice, la miró.
La pequeña súcubo, arrastró la silla y la siguió malhumorada.
--¿Qué ocurre Bella?.- Le siseó, mientras subían las escaleras.
-No tengo hambre Alice. Es cierto.- susurró ella, perdida en aquel mar de dudas que la arrastraba.
-No. No es cierto. – Habian llegado al piso de arriba y Alice le sujetó el hombro y le alzó el mentón con una manita.- ¿Es por ese hum..hombre, no? ¿Carlisle?- preguntó.
Bella se creyó fundir en los ojos color oro de aquella compañera que le estaba haciendo tanto bien , desde la llegada de Jo.
Era ella la única que se preocupaba por ella, ya que su madre solamente tenia ojos para su hermana, y su hermana…no quería pensar en Jo. No de la manera en la que estaba pensando.
Asintió débilmente, bajando los ojos.
Notó como las lagrimas iban rebosando de ellos, y entonces la pequeña duende la abrazó.
Bella se sintió intimidada; pero a la misma vez encontró calor en aquel gesto.
-Ese hombre no es para ti; Bella. Creéme, no lo es.- le dijo Alice, acariciando aquel cabello caoba que envidiaba.
-Yo….yo lo amo…y tengo miedo.- se oyeron pasos y volvieron su vista.
Allí estaba Jo, con una sonrisa ladina en su rostro y mirándolas a ambas.
-Bella…mamá ha cambiado mis cosas a tu habitación…Espero no te molestes, pero siempre me ha gustado mas la tuya. Ese ventanal que hay en mi cuarto es horrible. Las ramas del abeto de enfrente dan contra el cristal y no me han dejado dormir en toda la noche…¿ No te molesta,no?
-No.-susurró.
¿Qué mas daba?
-Buenas noches Bella. Ah…- Jo, se llevó una de las manos a su cadera y sonrió.- Supongo que Carlisle no te habrá dicho nada, porque ha sido algo incomodo. Yo salía de la ducha….
Bella sintió como se le paralizaba el corazón.
Carlisle habia visto desnuda a Jo….
….Habría recordado sus acaloradas luchas nocturnas.
Aquellas que ella se negaba a escuchar desde la habitación de al lado.
Notó el apretón de Alice en una de sus manos y el arrastre hacia la habitación que siempre habia sido de Jo.
Alice cerró la puerta y se mordió la lengua con fuerza.
Odiaba a aquella mujer, ¡La odiaba!
Bella desmadejada y herida se ovilló en la cama y Alice fue a su encuentro acariciando su rostro, tibiamente.
-No llores, Bella….no lo merecen. Ninguno de los dos.
-Oh…Alice, siento tanto dolor…aquí.- le dijo Bella, señalando su roto corazón.Alice, la miró con los ojos tristes y la abrazó con fuerza.- El pecho me arde y me siento rota…Jo, ha venido a algo mas que a despedirse de nosotras…ya no me queda la menor duda…también quiere quitarme a Carlisle…
Alice, notó como la respiración de Bella se aceleraba y presintió que estaba siendo victima de otro ataque de asma.
Nadie se enteraría si aplicaba un poco de su don en aquella humana perfecta.
La mecíó delicadamente entre sus manos, tarareando una de las nanas que Edward habia compuesto para ella y cuando la tuvo casi insconciente abrió delicadamente el capullo de su boca y se acercó a ella para inhalar aquel mal, momentáneamente.
Aspiró con profundidad y lo expulsó en una acentuada tos ronca.
Se levantó del lecho y la desnudó, admirando el cuerpo níveo de su cuñada y su perfecta piel, le acarició el cuerpo con las suaves sabanas de algodón y se despidió de ella abriendo la ventana sordamente. Era una noche calurosa y Bella habia comenzado a sudar.
Antes de salir del habitáculo, aspiró con satisfacción. Era una pena que Edward no visitara a Jo, aquella noche y se diera de bruces con la esencia pura de Isabella….el destino planeaba en su contra.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………
Edward estaba agotado.
El Sabbath, habia sido algo perturbador después de aquella visión.
Despues de haber hablado con su hermana, habia vuelto a él y habia seguido haciendo lo que de él se esperaba.
La tentación de ver a Jo, le aguijoneó su entre pierna y suspiró.
¿Qué mas daba hoy que mañana?
Se rió mentalmente y se desmaterializó, llegando a si , aquella casa a las afueras de Forks.
Notó como se tambaleaba. Algo extrañado, y acobardado ,subió entre las tuberías a la habitación de Jo. La ventana estaba abierta.
Las fuerzas le faltaban. La esencia de Jo, al volver con su familia se habia hecho mucho mas fuerte de lo que él recordaba, volvió a tambalearse y en la oscuridad se acercó al lecho.
Aspiró con violencia y se sintió rendido.
Rendido de amor….
Continuará….
Ups!!! No me maten!!!! Ajjajajjajajaj!! ¿les gustó?
Etiquetas:
Demon Price
miércoles, 13 de abril de 2011
Marcada
MARCADA
CAPITULO 15
Edward comenzó a tener combulsiones. No sabia que hacer. Pensé en Carlisle y quise ir a buscarlo pero la mano de Edward me agarró con fuerza.
-Bella….¿Dime porque tengo este dolor insufrible en la espalda? .- su respiración agitada, me hizo acariciar su dulce cabeza y una lagrima sanguinolienta cayó sobre su brazo. Ël me miró interrogante algo más calmado.
-Edward….te han crecido…alas….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-¡No te lo voy a permitir! ¡Y lo sabes, Azazel! ¡Es mi hija, y no hay decálogo que diga quien es y lo que el futuro tiene previsto para ella….
-Eres absurda ; Navit. Ella ya ha encontrado a Edward, es cuestión de tiempo que todo el mecanismo se ponga en marcha.
-¡Nooo!¡No lo permitiré! ¿Entiendes, Azazel? No quiero ningún peso en los hombros de
Isabella; no lo permitiré.
Azazel miró de arriba abajo a la que un dia fue una de sus innumerables amantes…sólo que esta habia sido sutilmente diferente…un ángel.
El mas bello angel que recordó…
-Concebiran un demonio casi perfecto, que aniquilará todas las subespecies del planeta.
-El Decálogo ha sido un invento poderoso en los manos de esos monstruos necesitados de sangre…- Azazel, rió con ganas, y cruzó los brazos sobre su pecho poderoso.-Ha sido una de las mejores patrañas alimentadas con el pasar de los años…eso sin contar esos absurdos manuscritos que dicen haber encontrado en el mar muerto….
-Es aberrante.- Navit, se abrazó a si misma desconsolada.- Son hermanos…..
El demonio, volvió a reir.
-Si, lo son, pero te olvidas que ella es tu hija. Y él es hijo de una humana…
-¿Edward es hijo de una humana?.- Navit alzó las cejas, atenta.
-Angel estúpido….millones de hembras humanas fueron inseminadas por mí. Fui un íncubo también; para tu información. Me colaba en las habitaciones de aquellas mujeres y les dejaba mi semilla en su vientre, sin que ellas supieran ni tan siquiera que eran hijos de un autentico demonio. – Azazel, se rascó la frente algo desconcertado.- Ese chico tuvo demasiad suerte… se me escapa completamente como se convirtió en vampiro. Pero sin duda, cuando se una a Isabella, tanto uno como otro se alzaran contra el mundo que es para lo que fueron destinados; nada mas creados: Concebir aquel que creara la destrucción en la tierra. Ese niño cuando se convierta en hombre, será el ser mas terrorífico que ha pisado la tierra…
-“Él”, no lo permitirá.- Navit, habia palidecido mas de lo normal y sus labios temblaban inseguros al hablar.
-¿Él? ¿Dónde esta “Él” ahora, Navit?.- Azazel se contrajo al carcajearse con fuerza.- Se ha olvidado de sus marionetas; los angeles, y ahora mima y perdona a los seres humanos; sin importar el daño que han podido hacer….¿Y vosotros? ¿Y vuestra alma? Está perdida en algún momento del tiempo y del espacio…
-No me importa donde esté mi alma….es de sobra conocido que los vampiros no tenemos alma…
Azazel se acercó a la que fue un dia su amante y le acarició el blanco rostro con delicadeza.
-Tu alma debe ser diferente; desde luego…fuiste un angel…aunque ya no lo recuerdes.
-Perdí mi alma en el momento que fui alimentada con sangre humana. Sabes muy bien que es así.- Navit se dio la vuelta, aún la hería profundamente que Azazel la hubiese utilizado para tener un hijo, un hijo diferente…- Me marcho. Espero no volver a verte jamás.
Caminó sin rumbo y cerró los ojos; la niebla volvia a envolverla y suspiró llena de temor.
Tenia que hacer algo;
¿Dónde se habían metido sus alas?
¿Isabella todavía no las habia encontrado?
¿Dónde estaba aquel muchacho al que mordió y cedió sus alas en el momento de la transformación?
Caminó deprisa; lo mas deprisa que pudo y llegó a su destino, con la certeza de que el hechicero no se encontraba en la reserva.
-Billy se ha marchado; Navit.- Sam, habia salido de los árboles, y habia adquirido su humanidad de un maravilloso salto.- Han pedido el Decálogo en Volterra; por lo visto la elegida ya ha sido encontrada.
Navit se echó las manos a la boca emocionada.
-¿Volterra?.- susurró.
-Sí, el viejo, Jake, Embry…Todos han marchado para allá.
Navit hizo un gesto de desesperación con los brazos; estaba todo perdido.
-El Decalogo es falso; Sam.- inquirió muy segura de lo que estaba diciendo.
-Pero…
-No; Sam. Lo sé de muy buena mano. Es falso….
-¿Entonces? No entiendo nada, Navit.
Navit miró a Sam con expresión cansada.
Sam no debería de tener mas de veinte años. Y ella era ya tan vieja… aunque su aspecto de adolescente la hiciera pasar por una niña, sus experiencias vividas y todos los años a sus espaldas le hacian sentirse vieja y cansada.
-Vamos a Volterra. ¿Quieres? Tengo que contarte una larga historia…y creo que la creeras; puesto que tú mismo eres algo sobrenatural.- dijo Navit, desesperanzada.
Caminó hacia él, alzo la vista y le tocó el hombro desnudo, siguiéndolo hacia el campamento.
Seria un viaje muy, muy largo….
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Bella Pov
Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo.
Unas hermosas alas de color blanco, habían salido de la espalda de Edward plegadas a lo largo de su espalda.
Su cuerpo desnudo, adolorido y conmocionado intentaba levantarse del suelo.
-Espera; Edward. Esto…esto no es lógico…- dije sin pensar, sin dejar de mirar las alas perfectamente plegadas.- Voy a llamar a Carlisle.
Su voz me detuvo.
-No. No lo llames. Esto tiene que tener algo que ver con nuestra unión…si no no me lo explico…¿Qué eres tú Bella? ¿Qué mi cuerpo ha reaccionado asi?.- Su mirada de oro liquido, compujida, me taladraba mi muerto corazón.
Me puse a su altura y le cogí las manos, intentando alzar su cuerpo.
Entre nuestros cuerpos desnudos, nació la química anterior. Y como si la mente no existiese y solamente nuestros instintos; nos besamos, con ardor mientras nuestras manos se separaban para dar placer a nuestros respectivos cuerpos.
Un breve segundo, sus labios se apartaron de los míos; solamente para susurrar.
-Creo…creo que estamos en celo; mi amor. Si no esto es incomprensible…cuando te tengo cerca, no hay alas, no hay decálogo no hay nada…solo tú y yo…
Lo miré, sin verlo; ciega completamente de deseo y me envolví en sus caderas para que me llevara a la cama de nuevo, sin dilación.
Continuará….
CAPITULO 15
Edward comenzó a tener combulsiones. No sabia que hacer. Pensé en Carlisle y quise ir a buscarlo pero la mano de Edward me agarró con fuerza.
-Bella….¿Dime porque tengo este dolor insufrible en la espalda? .- su respiración agitada, me hizo acariciar su dulce cabeza y una lagrima sanguinolienta cayó sobre su brazo. Ël me miró interrogante algo más calmado.
-Edward….te han crecido…alas….
…………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-¡No te lo voy a permitir! ¡Y lo sabes, Azazel! ¡Es mi hija, y no hay decálogo que diga quien es y lo que el futuro tiene previsto para ella….
-Eres absurda ; Navit. Ella ya ha encontrado a Edward, es cuestión de tiempo que todo el mecanismo se ponga en marcha.
-¡Nooo!¡No lo permitiré! ¿Entiendes, Azazel? No quiero ningún peso en los hombros de
Isabella; no lo permitiré.
Azazel miró de arriba abajo a la que un dia fue una de sus innumerables amantes…sólo que esta habia sido sutilmente diferente…un ángel.
El mas bello angel que recordó…
-Concebiran un demonio casi perfecto, que aniquilará todas las subespecies del planeta.
-El Decálogo ha sido un invento poderoso en los manos de esos monstruos necesitados de sangre…- Azazel, rió con ganas, y cruzó los brazos sobre su pecho poderoso.-Ha sido una de las mejores patrañas alimentadas con el pasar de los años…eso sin contar esos absurdos manuscritos que dicen haber encontrado en el mar muerto….
-Es aberrante.- Navit, se abrazó a si misma desconsolada.- Son hermanos…..
El demonio, volvió a reir.
-Si, lo son, pero te olvidas que ella es tu hija. Y él es hijo de una humana…
-¿Edward es hijo de una humana?.- Navit alzó las cejas, atenta.
-Angel estúpido….millones de hembras humanas fueron inseminadas por mí. Fui un íncubo también; para tu información. Me colaba en las habitaciones de aquellas mujeres y les dejaba mi semilla en su vientre, sin que ellas supieran ni tan siquiera que eran hijos de un autentico demonio. – Azazel, se rascó la frente algo desconcertado.- Ese chico tuvo demasiad suerte… se me escapa completamente como se convirtió en vampiro. Pero sin duda, cuando se una a Isabella, tanto uno como otro se alzaran contra el mundo que es para lo que fueron destinados; nada mas creados: Concebir aquel que creara la destrucción en la tierra. Ese niño cuando se convierta en hombre, será el ser mas terrorífico que ha pisado la tierra…
-“Él”, no lo permitirá.- Navit, habia palidecido mas de lo normal y sus labios temblaban inseguros al hablar.
-¿Él? ¿Dónde esta “Él” ahora, Navit?.- Azazel se contrajo al carcajearse con fuerza.- Se ha olvidado de sus marionetas; los angeles, y ahora mima y perdona a los seres humanos; sin importar el daño que han podido hacer….¿Y vosotros? ¿Y vuestra alma? Está perdida en algún momento del tiempo y del espacio…
-No me importa donde esté mi alma….es de sobra conocido que los vampiros no tenemos alma…
Azazel se acercó a la que fue un dia su amante y le acarició el blanco rostro con delicadeza.
-Tu alma debe ser diferente; desde luego…fuiste un angel…aunque ya no lo recuerdes.
-Perdí mi alma en el momento que fui alimentada con sangre humana. Sabes muy bien que es así.- Navit se dio la vuelta, aún la hería profundamente que Azazel la hubiese utilizado para tener un hijo, un hijo diferente…- Me marcho. Espero no volver a verte jamás.
Caminó sin rumbo y cerró los ojos; la niebla volvia a envolverla y suspiró llena de temor.
Tenia que hacer algo;
¿Dónde se habían metido sus alas?
¿Isabella todavía no las habia encontrado?
¿Dónde estaba aquel muchacho al que mordió y cedió sus alas en el momento de la transformación?
Caminó deprisa; lo mas deprisa que pudo y llegó a su destino, con la certeza de que el hechicero no se encontraba en la reserva.
-Billy se ha marchado; Navit.- Sam, habia salido de los árboles, y habia adquirido su humanidad de un maravilloso salto.- Han pedido el Decálogo en Volterra; por lo visto la elegida ya ha sido encontrada.
Navit se echó las manos a la boca emocionada.
-¿Volterra?.- susurró.
-Sí, el viejo, Jake, Embry…Todos han marchado para allá.
Navit hizo un gesto de desesperación con los brazos; estaba todo perdido.
-El Decalogo es falso; Sam.- inquirió muy segura de lo que estaba diciendo.
-Pero…
-No; Sam. Lo sé de muy buena mano. Es falso….
-¿Entonces? No entiendo nada, Navit.
Navit miró a Sam con expresión cansada.
Sam no debería de tener mas de veinte años. Y ella era ya tan vieja… aunque su aspecto de adolescente la hiciera pasar por una niña, sus experiencias vividas y todos los años a sus espaldas le hacian sentirse vieja y cansada.
-Vamos a Volterra. ¿Quieres? Tengo que contarte una larga historia…y creo que la creeras; puesto que tú mismo eres algo sobrenatural.- dijo Navit, desesperanzada.
Caminó hacia él, alzo la vista y le tocó el hombro desnudo, siguiéndolo hacia el campamento.
Seria un viaje muy, muy largo….
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Bella Pov
Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo.
Unas hermosas alas de color blanco, habían salido de la espalda de Edward plegadas a lo largo de su espalda.
Su cuerpo desnudo, adolorido y conmocionado intentaba levantarse del suelo.
-Espera; Edward. Esto…esto no es lógico…- dije sin pensar, sin dejar de mirar las alas perfectamente plegadas.- Voy a llamar a Carlisle.
Su voz me detuvo.
-No. No lo llames. Esto tiene que tener algo que ver con nuestra unión…si no no me lo explico…¿Qué eres tú Bella? ¿Qué mi cuerpo ha reaccionado asi?.- Su mirada de oro liquido, compujida, me taladraba mi muerto corazón.
Me puse a su altura y le cogí las manos, intentando alzar su cuerpo.
Entre nuestros cuerpos desnudos, nació la química anterior. Y como si la mente no existiese y solamente nuestros instintos; nos besamos, con ardor mientras nuestras manos se separaban para dar placer a nuestros respectivos cuerpos.
Un breve segundo, sus labios se apartaron de los míos; solamente para susurrar.
-Creo…creo que estamos en celo; mi amor. Si no esto es incomprensible…cuando te tengo cerca, no hay alas, no hay decálogo no hay nada…solo tú y yo…
Lo miré, sin verlo; ciega completamente de deseo y me envolví en sus caderas para que me llevara a la cama de nuevo, sin dilación.
Continuará….
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martes, 12 de abril de 2011
The Priest
THE PRIEST
CAPITULO 3
-Llegamos.- dijo serio, y tragando la saliva que se agolpaba en su garganta.
Bajaron los dos a la vez y tocaron a la puerta esperando que su mamá abriese.
Un silbido escapó de los labios de Emmet.
Edward alzó la vista para encontrarse con una de las maravillas del mundo: Isabella Swan.
-¡Hola tío Edward!.- los brazos níveos de la muchacha se alzaron y abarcaron el cuello del sacerdote, mientras éste tragaba con dificultad.
Era demasiado tentadora para su bienestar.
-Hola pequeña.- susurró él, muy cerca de su cuello, de el que inhaló, y se prendió el fuego del hombre que yacía en su interior.
Hubo un carraspeo y Bella miró al acompañante de Edward.
Su rostro se puso colorado de inmediato. Era el hombre mas atractivo que habia visto en su vida.
Sonrió nerviosa, mordiéndose un labio y bajó la cabeza; dando unos pasitos hacia atrás, mientras se oia la voz de Charlie y Esme que salian también a recibir a los invitados.
-Querido….- la voz de Esme, protectora y dedicada a su hijo, incomodó de alguna manera, al sacerdote, que habia visto la reacción de Bella con respecto a Emmet.
-Mamá.- sonrió.- ¿te acuerdas de Emmet McCarty?.- Edward, puso uno de sus brazos en el hombro de su amigo y su sonrisa se volvió mas amplia; contagiando a Emmet.
-¡Maldito Bribon! ¿Cómo no me voy a acordar de ti? Si erais prácticamente carne y uña….pasad, pasad…
Bella se quedó detrás de los chicos, admiraba las fuertes espaldas de Emmet con una mirada totalmente nueva para ella.
Aquellos tonificados músculos que se apreciaban debajo de aquel suéter de cuello alto, habían dado un fogonazo de calor en su interior.
Se sintió apenas mareada y caminó detrás de ellos, algo ida.
Ya en la mesa, ayudó a Esme a servir todos los platos.
De vez en cuando lanzaba miradas a Emmet, quien alguna vez que otra, también la estaba mirando a ella.
Un dolor mágico pero agotador; comenzó nacer en su interior…
-¿Entonces…en que trabajas Emmet?.- Charlie, comía tarta de fresa. La favorita de Edward, con autentica glotonería.
-Tengo una empresa constructora. El alcaide, me ha pedido que de el visto bueno a un terreno, antes de llegar a la reserva; allá en La Push. Hay varios metros que pueden ser edificables….
-No tenia ni idea…- susurró Charlie pensativo.
-Bueno, en realidad señor Swan. Esto es un secreto. Aún se tiene que firmar en las cortes. Todo depende de que el presupuesto sea aceptado.
-Mmmm….-Charlie no paraba de comer.
-Newthon, no piensa nada mas que hacer dinero…la ermita lleva años sin ser restaurada y un dia se nos va a caer el techo mientras doy la misa.- siséo Edward sin dejar de mirar el plato.
Isabella se fijó en el ceño fruncido de su tío.
Edward parecía estar de mal humor y no entendía el porqué.
Hacia varios días que no se veian y ella y él siempre habían congeniado a la perfeccion.
Incluso, habia dormido varias veces con él en su pequeña habitación de la sacristía, cuando ella se quedaba muy tarde con él, ayudándole con el preparado de la misa del dia siguiente.
Claro que de aquello, hacia ya muchos años. Tres o cuatro, quizás.
Los últimos años, Edward parecía haberse ido alejando sin que ella supiera el porqué.
De todos los miembros de la familia Cullen; Edward y Alice eran quizás los que mas amaba, mas incluso que a la propia Esme.
Aprovechó que estaba a su lado para acariciarle la mano; como siempre lo hacía.
-Tío Edward…¿Qué te ocurre?.- le susurró Bella al oído.
Edward se paralizó ante el contacto de la joven y dejó de respirar, cerró un momento los ojos y se recreó en el momento como si hubiese sido una eternidad.
-Nada.- le sonrió apenas, mirándola a los ojos.- ¿Por qué , pequeña?
Ella frunció el ceño, ante la atenta mirada de él; bajó la mirada, buscando algo entre sus manos nerviosas.
-Te veo algo serio, preocupado. Quiero que estes feliz. ¿Sabes que te quiero tío?.- al decir esto ella lo miró a los ojos y parpadeó un par de veces para tratar de contener las lagrimas.- Sufro si tú sufres. Te echo de menos…
La mano de Edward se deslizó hacia su muñeca; le dio la vuelta y se la llevó a sus labios perfectos, dándole un suave beso que hizo que Isabella, se revolviera inquieta en la silla.
Edward le sonrió de una manera completamente nueva para ella y sus ojos se posaron en su madrastra, que miraba la situación, con seriedad. Esme, se veia en realidad bastante molesta.
La cena fue amena y Charlie y Emmet, se cayeron respectivamente bien.
Al salir de casa de los Swan, Emmet, se volvió hacia su amigo, antes de llegar al aparcamiento para coger el auto.
-Tu sobrina es preciosa, Edward.- sentenció, serio.
Edward se envaró y su mandibula crujió de pura impotencia.
-Sí. Ella es única.- le dijo, y siguió caminado, dejado a su amigo callado, unos metros mas atrás.
Subió al coche y arrancó esperando a Emmet, que entrara en el volvo.
-Me gusta. Me preguntaba si no te importaría que saliese con ella.- esto lo dijo mirando el salpicadero, con un brillo de ojos especial.
Edward se revolvió y lo miró endemoniadamente cabreado.
-¡Es que no has visto que es una cria! ¡Metete con las de tu edad! Isabella necesita un chico de su edad…
-Me gusta, Edward…y con tu consentimiento o no. Voy a verla seguido; de ello puedes estar seguro.
Edward bufó y apresó las manos en el volante, indignado, fustrado y sumamente enojado.
-Ella no es de las que estas acostumbrado, Emmet. Isabella es pura, blanca, virginal…
-¡Basta de adjetivos! ¿crees que no me he dado cuenta? Quiero conocerla, que ella me conozca a mi. Las cosas podrían ser serias con Isabella Swan.
-¿Cómo de serias?.- Edward miró a su amigo, con los ojos como platos; a punto del paro cardiaco.
-Tan serias como para hacerla mi novia y casarme con ella…
-Estas loco.- siseó, Edward, antes de poner en marcha el auto y manejar como un loco, hasta el departamento de Emmet.
Cuando su amigo bajó del auto, lo miró de manera inquisitiva.
-Edward, si no supieras que eres cura. Juraría que estas enamorado de ella….espero que no sea así, porque las vas a pasar muy, muy mal. Isabella Swan, un dia, será Isabella McArty. Espero que esa idea vaya entrando en tu cabeza mas pronto que tarde.
Cerró la puerta del auto y se volteó para adentrarse en el jardín del mueble urbano de aquella comunidad.
Edward lo observó sin pestañear.
Maldijo entre dientes, y puso en marcha el auto como un loco…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
DOS AÑOS Y MEDIO DESPUES…
-No puedo creer que no venga, Alice. Me prometió que lo haría……- Isabella enjugaba las lagrimas en el hombro de su tia, maestra y mejor amiga, Alice Cullen.
-Yo tampoco comprendo, Bella. Pero mira…te estas poniendo como unos zorros… ¿Tú crees que llevo horas contigo aquí metida, para que ahora se te corra el maquillaje por culpa de mi hermano?
Bella negó con la cabeza y sonrió, sin que esta sonrisa le llegara a los ojos.
El vestido blanco, brillaba de manera hipnotica, bajo los rayos del sol de aquella mañana.
El dia parecía feliz de verla; pero ella creía que el que Edward, no estuviese presente en el que se decía, el dia mas feliz de su vida; hacia que se encontrara sola y destruida.
Aquella noche, habia tenido el presentimiento que él no aparecería.
Aunque se lo habia prometido la ultima vez que habia hablado con él por teléfono.
Flash Back
-Dime que vendrás tio Edward. Por favor…la fundación puede estar sin ti varios días….Necesito que tú oficies la boda….
-Isabella…te prometo que iré…pero si por algún motivo no puedo hacerlo, quiero decirte que deseo que seas inmensamente feliz con Emmet….
-Tío….
-No llores pequeña. No quiero que derrames una sola lagrima por mi. Debes estar feliz en estos momentos…¡Te casas, pequeña!
-Quiero que estes conmigo, tío. Que compartas mi felicidad…hace demasiado tiempo que no te veo..
-Creéme, ha sido lo mejor.- dijo Edward en un murmullo casi inaudible..
-¿Qué?
-Nada, pequeña. Te prometo que haré todo lo posible por estar ahí contigo acompañándote….Te quiero Bella.
Fin del Flash Back
Bella recordó la intensidad de aquella frase y sus ojos volvieron a derramar lágrimas.
Algo no estaba bien en aquel maldito corazón suyo. ¡Debia de estar feliz! Como le dijo tío Edward, y lo estaría, por él y por todas las personas que la amaban; que eran muchas.
Unos golpes en la puerta de su habitación, la hicieron girarse.
-¡Oh, Bella, estas preciosa!.- Esme, corría hacia ella y le daba dos suaves besos en las mejillas.-¿Pero porque lloras, preciosa? ¿Qué te pasa?
-Echo de menos a Tío Edward…
Esme se puso rigida, y se obligó a abrazarla con el ceño fruncido.
Edward se habia marchado a Sierra Leona, hacia ya dos años.
Una fuerte discursion con Emmet habia sido la gota que habia colmado el vaso..y ella lo sabia.
Allí de misionero, ayudaba a aquellas pobres gentes a hacer su vida mas fácil e inculcarles la fé en el cristianismo.
-Aún puede llegar, Bella. No llores por favor….vas fastidiar todo el trabajo de Alice.
La mujercita que se habia sentado en la cama; para admirar a su madre y a Bella, suspiró.
-No hay manera; mamá. Está emperrada con Edward. Te juro que si no se presenta y Bella aparece en las fotos del álbum con el maquillaje hecho un desastre, le clavaré, estas uñas.- dijo Alice, levantando las palmas de las manos, para enseñar sus uñitas pintadas de rojo sangre.- en sus preciosos ojos verdes.
Bella miró a su tia y casi se carcajeó.
-Venga nena, tu padre te espera.
-Sí.- espetó Bella algo mas segura.
-Espera; el velo. Tengo que ponerte el velo.
Una vez que Alice la tuvo preparada, salieron. Esme y Alice, primero y luego Bella, acompañada de su padre, que esperaba en la puerta sumamente nervioso.
-Estas preciosa…Bella.- susurró su padre, maravillado al verla.
-Gracias papá.- Isabella se ruborizó y clavó la mirada en el suelo.
Bajaron los peldaños de la escalera y Bella observó la maravillosa decoración que habían hecho en un pequeña y humilde casa.
Y allí estaban todos…
Aro, Zafrina, Rosalie, que la miraba con adoracion, Jasper el marido Alice, Esme….todos a excepción de Edward…todos…
Cuando pasó el umbral de la entrada de la casa, para ir a parar al jardín; del brazo su padre, el corazón le dio un vuelco.
La sonrisa apareció en su rostro y se soltó del brazo de su padre para correr a los brazos del hombre en el que habia pensado durante días…
Él que estaba parado , junto a Emmet.
Edward Cullen, vió como se acercaba su angel, corriendo y su corazón se contrarjo de dolor, ella se veía tan feliz que corría, hacia los brazos de Emmet sin esperar a dar el sí quiero , se quedó sin aliento cuando los brazos de Bella lo envolvieron por la cintura y su cabeza se recargó en su pecho suspirando de felicidad.
-Gracias Edward….gracias…..
Edward le besó la coronilla con el impedimento de aquella fina capa de blonda blanca y ella alzó la cabeza para mirarle los ojos.
Se sonrieron ambos…
-He venido a oficiar tu boda ¿recuerdas?.- dijo él de manera divertida.
-Si.- le dijo ella imitándolo.
Edward se separó de ella y caminó hacia el pequeño estrado.
Isabella se quedó parada mirándolo.
Habia engordado levemente y se veía mas musculoso; aun mas hombre de lo que recordaba.
Su piel estaba mas bronceada y con esto sus ojos se veian aún mas verdes e insolentes.
Aquel cabello cobrizo suyo se veía salvaje y terriblemente sexy. Bella tragó en seco y giró su rostro para contemplar a su futuro marido….Emmet….
Continuará…
CAPITULO 3
-Llegamos.- dijo serio, y tragando la saliva que se agolpaba en su garganta.
Bajaron los dos a la vez y tocaron a la puerta esperando que su mamá abriese.
Un silbido escapó de los labios de Emmet.
Edward alzó la vista para encontrarse con una de las maravillas del mundo: Isabella Swan.
-¡Hola tío Edward!.- los brazos níveos de la muchacha se alzaron y abarcaron el cuello del sacerdote, mientras éste tragaba con dificultad.
Era demasiado tentadora para su bienestar.
-Hola pequeña.- susurró él, muy cerca de su cuello, de el que inhaló, y se prendió el fuego del hombre que yacía en su interior.
Hubo un carraspeo y Bella miró al acompañante de Edward.
Su rostro se puso colorado de inmediato. Era el hombre mas atractivo que habia visto en su vida.
Sonrió nerviosa, mordiéndose un labio y bajó la cabeza; dando unos pasitos hacia atrás, mientras se oia la voz de Charlie y Esme que salian también a recibir a los invitados.
-Querido….- la voz de Esme, protectora y dedicada a su hijo, incomodó de alguna manera, al sacerdote, que habia visto la reacción de Bella con respecto a Emmet.
-Mamá.- sonrió.- ¿te acuerdas de Emmet McCarty?.- Edward, puso uno de sus brazos en el hombro de su amigo y su sonrisa se volvió mas amplia; contagiando a Emmet.
-¡Maldito Bribon! ¿Cómo no me voy a acordar de ti? Si erais prácticamente carne y uña….pasad, pasad…
Bella se quedó detrás de los chicos, admiraba las fuertes espaldas de Emmet con una mirada totalmente nueva para ella.
Aquellos tonificados músculos que se apreciaban debajo de aquel suéter de cuello alto, habían dado un fogonazo de calor en su interior.
Se sintió apenas mareada y caminó detrás de ellos, algo ida.
Ya en la mesa, ayudó a Esme a servir todos los platos.
De vez en cuando lanzaba miradas a Emmet, quien alguna vez que otra, también la estaba mirando a ella.
Un dolor mágico pero agotador; comenzó nacer en su interior…
-¿Entonces…en que trabajas Emmet?.- Charlie, comía tarta de fresa. La favorita de Edward, con autentica glotonería.
-Tengo una empresa constructora. El alcaide, me ha pedido que de el visto bueno a un terreno, antes de llegar a la reserva; allá en La Push. Hay varios metros que pueden ser edificables….
-No tenia ni idea…- susurró Charlie pensativo.
-Bueno, en realidad señor Swan. Esto es un secreto. Aún se tiene que firmar en las cortes. Todo depende de que el presupuesto sea aceptado.
-Mmmm….-Charlie no paraba de comer.
-Newthon, no piensa nada mas que hacer dinero…la ermita lleva años sin ser restaurada y un dia se nos va a caer el techo mientras doy la misa.- siséo Edward sin dejar de mirar el plato.
Isabella se fijó en el ceño fruncido de su tío.
Edward parecía estar de mal humor y no entendía el porqué.
Hacia varios días que no se veian y ella y él siempre habían congeniado a la perfeccion.
Incluso, habia dormido varias veces con él en su pequeña habitación de la sacristía, cuando ella se quedaba muy tarde con él, ayudándole con el preparado de la misa del dia siguiente.
Claro que de aquello, hacia ya muchos años. Tres o cuatro, quizás.
Los últimos años, Edward parecía haberse ido alejando sin que ella supiera el porqué.
De todos los miembros de la familia Cullen; Edward y Alice eran quizás los que mas amaba, mas incluso que a la propia Esme.
Aprovechó que estaba a su lado para acariciarle la mano; como siempre lo hacía.
-Tío Edward…¿Qué te ocurre?.- le susurró Bella al oído.
Edward se paralizó ante el contacto de la joven y dejó de respirar, cerró un momento los ojos y se recreó en el momento como si hubiese sido una eternidad.
-Nada.- le sonrió apenas, mirándola a los ojos.- ¿Por qué , pequeña?
Ella frunció el ceño, ante la atenta mirada de él; bajó la mirada, buscando algo entre sus manos nerviosas.
-Te veo algo serio, preocupado. Quiero que estes feliz. ¿Sabes que te quiero tío?.- al decir esto ella lo miró a los ojos y parpadeó un par de veces para tratar de contener las lagrimas.- Sufro si tú sufres. Te echo de menos…
La mano de Edward se deslizó hacia su muñeca; le dio la vuelta y se la llevó a sus labios perfectos, dándole un suave beso que hizo que Isabella, se revolviera inquieta en la silla.
Edward le sonrió de una manera completamente nueva para ella y sus ojos se posaron en su madrastra, que miraba la situación, con seriedad. Esme, se veia en realidad bastante molesta.
La cena fue amena y Charlie y Emmet, se cayeron respectivamente bien.
Al salir de casa de los Swan, Emmet, se volvió hacia su amigo, antes de llegar al aparcamiento para coger el auto.
-Tu sobrina es preciosa, Edward.- sentenció, serio.
Edward se envaró y su mandibula crujió de pura impotencia.
-Sí. Ella es única.- le dijo, y siguió caminado, dejado a su amigo callado, unos metros mas atrás.
Subió al coche y arrancó esperando a Emmet, que entrara en el volvo.
-Me gusta. Me preguntaba si no te importaría que saliese con ella.- esto lo dijo mirando el salpicadero, con un brillo de ojos especial.
Edward se revolvió y lo miró endemoniadamente cabreado.
-¡Es que no has visto que es una cria! ¡Metete con las de tu edad! Isabella necesita un chico de su edad…
-Me gusta, Edward…y con tu consentimiento o no. Voy a verla seguido; de ello puedes estar seguro.
Edward bufó y apresó las manos en el volante, indignado, fustrado y sumamente enojado.
-Ella no es de las que estas acostumbrado, Emmet. Isabella es pura, blanca, virginal…
-¡Basta de adjetivos! ¿crees que no me he dado cuenta? Quiero conocerla, que ella me conozca a mi. Las cosas podrían ser serias con Isabella Swan.
-¿Cómo de serias?.- Edward miró a su amigo, con los ojos como platos; a punto del paro cardiaco.
-Tan serias como para hacerla mi novia y casarme con ella…
-Estas loco.- siseó, Edward, antes de poner en marcha el auto y manejar como un loco, hasta el departamento de Emmet.
Cuando su amigo bajó del auto, lo miró de manera inquisitiva.
-Edward, si no supieras que eres cura. Juraría que estas enamorado de ella….espero que no sea así, porque las vas a pasar muy, muy mal. Isabella Swan, un dia, será Isabella McArty. Espero que esa idea vaya entrando en tu cabeza mas pronto que tarde.
Cerró la puerta del auto y se volteó para adentrarse en el jardín del mueble urbano de aquella comunidad.
Edward lo observó sin pestañear.
Maldijo entre dientes, y puso en marcha el auto como un loco…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
DOS AÑOS Y MEDIO DESPUES…
-No puedo creer que no venga, Alice. Me prometió que lo haría……- Isabella enjugaba las lagrimas en el hombro de su tia, maestra y mejor amiga, Alice Cullen.
-Yo tampoco comprendo, Bella. Pero mira…te estas poniendo como unos zorros… ¿Tú crees que llevo horas contigo aquí metida, para que ahora se te corra el maquillaje por culpa de mi hermano?
Bella negó con la cabeza y sonrió, sin que esta sonrisa le llegara a los ojos.
El vestido blanco, brillaba de manera hipnotica, bajo los rayos del sol de aquella mañana.
El dia parecía feliz de verla; pero ella creía que el que Edward, no estuviese presente en el que se decía, el dia mas feliz de su vida; hacia que se encontrara sola y destruida.
Aquella noche, habia tenido el presentimiento que él no aparecería.
Aunque se lo habia prometido la ultima vez que habia hablado con él por teléfono.
Flash Back
-Dime que vendrás tio Edward. Por favor…la fundación puede estar sin ti varios días….Necesito que tú oficies la boda….
-Isabella…te prometo que iré…pero si por algún motivo no puedo hacerlo, quiero decirte que deseo que seas inmensamente feliz con Emmet….
-Tío….
-No llores pequeña. No quiero que derrames una sola lagrima por mi. Debes estar feliz en estos momentos…¡Te casas, pequeña!
-Quiero que estes conmigo, tío. Que compartas mi felicidad…hace demasiado tiempo que no te veo..
-Creéme, ha sido lo mejor.- dijo Edward en un murmullo casi inaudible..
-¿Qué?
-Nada, pequeña. Te prometo que haré todo lo posible por estar ahí contigo acompañándote….Te quiero Bella.
Fin del Flash Back
Bella recordó la intensidad de aquella frase y sus ojos volvieron a derramar lágrimas.
Algo no estaba bien en aquel maldito corazón suyo. ¡Debia de estar feliz! Como le dijo tío Edward, y lo estaría, por él y por todas las personas que la amaban; que eran muchas.
Unos golpes en la puerta de su habitación, la hicieron girarse.
-¡Oh, Bella, estas preciosa!.- Esme, corría hacia ella y le daba dos suaves besos en las mejillas.-¿Pero porque lloras, preciosa? ¿Qué te pasa?
-Echo de menos a Tío Edward…
Esme se puso rigida, y se obligó a abrazarla con el ceño fruncido.
Edward se habia marchado a Sierra Leona, hacia ya dos años.
Una fuerte discursion con Emmet habia sido la gota que habia colmado el vaso..y ella lo sabia.
Allí de misionero, ayudaba a aquellas pobres gentes a hacer su vida mas fácil e inculcarles la fé en el cristianismo.
-Aún puede llegar, Bella. No llores por favor….vas fastidiar todo el trabajo de Alice.
La mujercita que se habia sentado en la cama; para admirar a su madre y a Bella, suspiró.
-No hay manera; mamá. Está emperrada con Edward. Te juro que si no se presenta y Bella aparece en las fotos del álbum con el maquillaje hecho un desastre, le clavaré, estas uñas.- dijo Alice, levantando las palmas de las manos, para enseñar sus uñitas pintadas de rojo sangre.- en sus preciosos ojos verdes.
Bella miró a su tia y casi se carcajeó.
-Venga nena, tu padre te espera.
-Sí.- espetó Bella algo mas segura.
-Espera; el velo. Tengo que ponerte el velo.
Una vez que Alice la tuvo preparada, salieron. Esme y Alice, primero y luego Bella, acompañada de su padre, que esperaba en la puerta sumamente nervioso.
-Estas preciosa…Bella.- susurró su padre, maravillado al verla.
-Gracias papá.- Isabella se ruborizó y clavó la mirada en el suelo.
Bajaron los peldaños de la escalera y Bella observó la maravillosa decoración que habían hecho en un pequeña y humilde casa.
Y allí estaban todos…
Aro, Zafrina, Rosalie, que la miraba con adoracion, Jasper el marido Alice, Esme….todos a excepción de Edward…todos…
Cuando pasó el umbral de la entrada de la casa, para ir a parar al jardín; del brazo su padre, el corazón le dio un vuelco.
La sonrisa apareció en su rostro y se soltó del brazo de su padre para correr a los brazos del hombre en el que habia pensado durante días…
Él que estaba parado , junto a Emmet.
Edward Cullen, vió como se acercaba su angel, corriendo y su corazón se contrarjo de dolor, ella se veía tan feliz que corría, hacia los brazos de Emmet sin esperar a dar el sí quiero , se quedó sin aliento cuando los brazos de Bella lo envolvieron por la cintura y su cabeza se recargó en su pecho suspirando de felicidad.
-Gracias Edward….gracias…..
Edward le besó la coronilla con el impedimento de aquella fina capa de blonda blanca y ella alzó la cabeza para mirarle los ojos.
Se sonrieron ambos…
-He venido a oficiar tu boda ¿recuerdas?.- dijo él de manera divertida.
-Si.- le dijo ella imitándolo.
Edward se separó de ella y caminó hacia el pequeño estrado.
Isabella se quedó parada mirándolo.
Habia engordado levemente y se veía mas musculoso; aun mas hombre de lo que recordaba.
Su piel estaba mas bronceada y con esto sus ojos se veian aún mas verdes e insolentes.
Aquel cabello cobrizo suyo se veía salvaje y terriblemente sexy. Bella tragó en seco y giró su rostro para contemplar a su futuro marido….Emmet….
Continuará…
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The Priest
lunes, 11 de abril de 2011
Plugged
PLUGGED
CAPITULO 4
-Venga, Edward. Es una buena chica. Ademas,¿Le podias haber dicho que podia llevarse el trabajo a casa?
Edward, apretó los labios y dejó escapar una sonrisa, algo fingida, si no lo era totalmente.
-No caí en la cuenta.- dijo serio.
Su rostro voló hacia el mio, y algo en mi, dio un vuelco.
Su mirada recorría mis suaves ondas.
Mi rostro.
Mis labios.
Bajé la mirada, completamente turbada y sentí mi cara arder.
-Nos vemos en casa; Jake.- dijo, caminando hacia mi, y pasando de largo para abrir la puerta y cerrarla con algo de fuerza.
Entonces, recopilé información.
Era lenta..muy lenta.
Jake y Edward; eran hermanos…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
A partir de aquella noche después de tomar una copa en un bar de ambiente en la esquina; frente a mi apartamento; Jake pasó a formar parte de mi unsulsa lista de amistades.
Se portó magníficamente bien conmigo; haciéndome ver que debia de estar serena y confiada.
Todo se debia hacer con una serie de pautas; que él me explicó, de muy buena gana.
El apartamento no fue de su gusto. Aunque, no dijo ni palabra. Pero sus ojos lo delataron, cuando piso el umbral de la puerta.
Al dia siguiente ; después de escapar de la oficina y de los gritos enfurecidos de Edward Cullen, quien sabe a quien. El abuelo llamó por teléfono.
Su voz sonaba mas alegre de lo habitual y me felicitó por mi trabajo con tan solo dos días de fe en él.
Habia llamado a Jake y le habia dicho maravillas de mi…La verdad es que este chico era como el hermano que nunca tuve; me mimaba hasta ese punto y yo me seguía segura y poderosa a su lado.
Por estricto deseo del abuelo a la semana siguiente, un camión de mudanzas me esperaba en la puerta. Me trasladaba a un edificio de alto estanding en una de las zonas mas caras de todo el estado.
Desubicada y algo intimidada; repasé cada contorno de la habitación con mis dedos; las ornamentaciones en cada columna eran colosales y la decoración algo barroca, pero excepcional.
En el gigantesco edificio, habia cuatro puertas por rellano y pensé que tal vez tendría la gran suerte de que la persona que daba con el tabique de al lado de mi apartamento; fuese una persona responsable y no hiciese juergas nocturnas ni formase demasiado jaleo….
….Pero aquello no era así.
La persona que tenia al lado era un lascivo sinvergüenza que se pasaba la mayor parte de las noches haciendo gozar a un sinfín de mujeres.
¿Qué porque sé que es un hombre?
Despues de casi un mes de vivir en este apartamento he sabido reconocer los gemidos roncos de él.
Un mes prácticamente con unas ojeras que me llegaban a los pies.
Aquel maldito me estaba matando; lo habia probado todo.
Tapones para los oídos…
… la primera noche fue bien. Lo peor es que no oí el despertador y aquella mañana llegué tarde al trabajo.
Como si fuera una niña pillada haciendo campana en clase. Edward Cullen me amonestó hasta las ocho de la tarde , taquigrafiando una serie de cartas que podia haber hecho él con los cojones….
Descartado; nada de tapones en los oídos.
Pildoras para dormir.
Eran de valeriana y me las tomaba a pares; la primera noche que las tomé, me fueron de puta madre; pero señores, a otro dia no paraba de visitar a nuestro querido amigo (Sr. Roca). El wáter …
Estuve casi todo el dia sentada en la sillita de la reina.
Descartado; nada de píldoras de valeriana.
Infusiones….
…toda la noche meando…
Descartado.
Practicamente me quedaba dormida en mi mesa de trabajo; y aquello estaba haciendo que mi carácter se volviese agrio y maleducado.
Alguna noche que otra hubiese querido armarme de valor y tocar aquella puerta vecina para poner a parir a la taladradora humana que parara de una jodida vez, de hacer hoyos, ya ¡De una puta vez! ¡Maldita sea, que carácter, me estoy forjando!
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
-¿Bella?.- la voz de Tanya hizo que abriese los ojos y la mirara con los ojos como platos.
-¡Que?
-¿Qué es esto?.- se acercó a mi mesa y dobló sus piernas para estar a mi altura. Sus dulces ojos azules me miraron apenas, recorrió con sus dedos suaves uno de los surcos oscurecidos de mis ojeras.
-Ni me preguntes. Mi maldito vecino se pasa toda la noche follando…y los gritos de sus amantes no me dejan dormir…estoy pensando seriamente en llamar a mi ab…
Tragué en seco y parpadeé.
Habia faltado el canto de un duro para que dijera que era la nieta de Aro…
-¿Quién dices..qué?...
-Nada, que estoy pensando en cambiarme de edificio…
Tanya me miró de una manera extraña y el atisbo de una sonrisa apareció en sus labios.
-¿No será que estas celosa?
Dejé rodar la silla de ruedas hacia atrás; para separarme algo de ella.
-¿Qué dices…?
-¿Cuánto tiempo hace que no te echan un buen polvo; Bella?
Noté como la sangre de mi cuerpo recorría rauda y veloz hacia mi rostro; bajé la mirada y busqué algo entre mis manos; moviéndolas inseguras.
-¡Ay Dios, Bella! ¿No seras virgen todavía?.- Tanya se irguió y me miró como si fuera culpable de un asesinato.- ¡21 años ; Bella, 21, años!
La puerta se abrió y ya no sabia que hacer; si mandarla a tomar por culo o esconderme debajo de la mesa del despacho…
-¿Qué coño son esos gritos?.- La voz de Edward Cullen, hizo que mi espina dorsal se estremeciera.
Tanya se giró hacia Edward y le palmeó el rostro de manera juguetona.
-Nada; Edward. Cosa de chicas. Falsa alarma. No te preocupes.
-No admito un puto grito en esta oficina; ¿entendido?.- sus ojos volaron a los míos ¿Me lo estaba diciendo a mi? Puto maricon de mierda; si se la pasaban dando ordenes a gritos…
-Desde luego no predica con el ejemplo; ni muchísimo menos.- siseé.
¿Qué clase de espíritu rebelde me habia poseído en aquellos instantes?
Aunque me moria de miedo; sentí mi cuerpo relajarse ; con necesidad de continuar.
Edward Cullen avanzó hacia mí, un par de pasos y casi me rugió.
-¿Qué has dicho…?
-Un jefe que se jacte de ello; tiene que ser el primero en cumplir al dedillo las normas que la empresa dicta. Y usted, con todos mis respetos no lo hace. Dista mucho de ser un jefe recatado y juicioso. Se la pasa pegando gritos y atemorizando a sus empleados. ¿sabe como lo llaman? El ogro. Y la verdad es que el mote se lo ha ganado a pulso…
Conforme mis palabras salian de mis labios; la liberación de ellas me hizo sentirme viva y fuerte. La mirada de odio del foribundo de mi jefe, me taladraba.
Busqué a Tanya con la mirada; y allí estaba ella, con la mano en la boca; pretendiendo solapar una carcajada.
Respiré con fuerza y alcé mi cabeza. Miré el reloj y dispuse mi mesa, para marcharme de la oficina.
Aquellos dos; mirándome como embelesados; no movían un musculo.
Caminé hacia la puerta sin volverme; cuando alcancé la puerta; me volví ligeramente y sonreí a Tanya.
-Hasta mañana Tanya. Y ¿sabes? Creo que esta noche pondré en su sitio al semental ese….
Tanya no pudo soportarlo mas y doblegó su cuerpo para carcajearse con ganas.
Cuando cerré la puerta, y caminé por el pasillo de asistencia de dirección; aún retumbaban en las paredes las carcajadas contagiosas de ella.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
-Anda, sal un ratito; Bella. – la voz de Rosalie, se volvió un susurró a traves de la línea telefónica.- He conocido a un chico…¡Y tiene una amigo!, va, venga, arreglate. Te espero donde siempre; dentro de una hora. Tiempo suficiente para embaduznarte con una capa de maquillaje y ponerte esos leggins que te regalé en tu ultimo cumpleaños.
Hice una mueca de repulsión con los labios.
-No me los pondré mas. Hacen que recuerde al imbécil de Demetri…y su chiste…
La voz de Rosalie se volvió seria.
-¿Hizo un chiste a costa de tus leggins? Ese tio es un pervertido…¿Qué fue lo que te dijo?
-Que sabia leer los labios….
Hubo una pausa en la conversación telefónica.
-¡Menudo hijo de puta!....aunque; debes de admitir que el chiste tiene su gracia…no me habia fijado si “se podían leer los labios”.- y soltó una carcajada que hizo que me despegara el teléfono de la oreja.
-No voy a salir; Rose. Diviertete con ese chico al que has conocido. Mañana me espera un dia de aquellos que hacen historia….hoy dejé al ogro de mi jefe con la palabra en la boca; después de haberle dicho algo de lo que pensaba de él. Si no tengo la carta de despido…me las hará pasar de todos los colores. Mi cuerpo y mi mente se esta preparando para eso…
-¿Tú…?
-Si Rose; No sé que clase de persona se apoderó de mi…pero me gustaría que me hubieras visto…- sofoqué una sonrisa recordando el incidente.
-Mi Bellita se está transformando en una tiburón ejecutiva…- soltó Rose con voz melosa.
-No te burles. Ese tio me tiene hasta donde gotea la jarra; Rose….odio al sexo masculino…..En estos momentos hay dos hombres que hacen que mi vida sea una mierda. El ogro de mi jefe y el mastodonte de mi vecino que debe tener un rabo como un mástil..
Las risas de Rosalie, me contagiaron su humor.
-¿No seras que necesitan que alguien te clave el “mástil” Bella?
Me quedé muda unos segundos; recordando la frase de Tanya; tan parecida a la de Rose.
-Quizas lleves razón…pero hoy no es buen dia , para salir al pantano….debo de tirar las botas de agua entonces….
-Sí….debes dejar que te pique, alguna serpiente, Bells…
-Ok..ok…ahora voy a cepillarme los dientes y a meterme en la cama…presiento que mi sueño no durará mucho , antes que el insaciable de mi vecino comience a bombear coño ajeno…
-Vale, Bella. Nos vemos este fin de semana. Lo has prometido. No calzaras las botas anti serpientes….
-Sí. Rose. Si.
Colgué.
Era un chiste nuestro, lo del pantano y las serpientes.
No le daba coba a ningún tio para llevarme a la cama y aquello lo habíamos bautizado como,” calzarse botas de agua para que no te muerdan en el pantano”…
Una tontería; lo sé. Pero me hizo sonreir, al terminar de lavarme los dientes y meterme en mi adorada camita.
Era una noche realmente calurosa.
El aire acondicionado; estaba estropeado. ¡Como no! Mi suerte no podia ser mejor…
Mañana le diría al señor de mantenimiento que solucionara el problema.
Me destapé agobiada y me quedé en shorts y una pequeña camisetita de tirantas; color crema que me trasparentaba mis sonrosados e inflamados pezones.
Me tumbé de nuevo boca arriba y suspiré.
Agobiada, busqué en el cajón de la mesita de noche una goma para el pelo y enrollé éste en una cola revuelta para buscar algo de frescor en mi cuello.
Casi me estaba quedando dormida, cuando comencé a escuchar la traviata de todas las putas noches.
Miré el reloj; como poseída y dudé.
Encendí la lamparilla de mi habitación y no calcé mis pies ni siquiera con las chinelas.
Salí hacia el descansillo y piqué como una energúmena, el timbre del odioso que no me dejaba dormir con sus folladas; todas las malditas noches.
Desepesperada; porque no me abrían la puerta; le dí un puntapié; llena de ira e indignación.
En ese momento la puerta se abrió y mi pie, fue parar justo en la base blanda de sus cojones, tapados con unos sexys bóxers rojos, rematados en negro por las costuras.
El tio, comenzó a soltar improperios a diestro y siniestro y yo me quedé mirando su paquete como si estuviese viendo la octava maravilla del mundo. ¿Todo aquello que habia allí escondido era de verdad?
Tragué y busqué el rostro del majadero follador con mis ojos.
-¡Túuuuu!.- rugió, mirándome a los ojos con su mirada nadando en la ira.
Mis ojos se abrieron como platos y como acto reflejo los achiqué, torciendo la boca.
No podia ser verdad; joder…no….
-Llevo un maldito mes sin poder dormir; por tu culpa, Edward Cullen. No digo que no folles; pero por lo menos tapa la boca de tus amiguitas para respetar el descanso vecinal….conmigo lo hacen….
Me giré en redondo y caminé hacia mi habitación, cerré la puerta con tranquilidad y suspiré.
Era victima de aquel hombre por todos los frentes.
En la oficina…
En mi propio hogar…
Al recostarme, vino a mi mente el enorme paquete del semental Cullen y sonreí….
Aquella noche, dormí como hacia tiempo que no lo hacia…
Por lo menos el maldito, respetó mi sueño….
…aunque dudaba mucho que pasara otro dia mas trabajando en Cullen Ltd.
Continuará…
CAPITULO 4
-Venga, Edward. Es una buena chica. Ademas,¿Le podias haber dicho que podia llevarse el trabajo a casa?
Edward, apretó los labios y dejó escapar una sonrisa, algo fingida, si no lo era totalmente.
-No caí en la cuenta.- dijo serio.
Su rostro voló hacia el mio, y algo en mi, dio un vuelco.
Su mirada recorría mis suaves ondas.
Mi rostro.
Mis labios.
Bajé la mirada, completamente turbada y sentí mi cara arder.
-Nos vemos en casa; Jake.- dijo, caminando hacia mi, y pasando de largo para abrir la puerta y cerrarla con algo de fuerza.
Entonces, recopilé información.
Era lenta..muy lenta.
Jake y Edward; eran hermanos…..
………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
A partir de aquella noche después de tomar una copa en un bar de ambiente en la esquina; frente a mi apartamento; Jake pasó a formar parte de mi unsulsa lista de amistades.
Se portó magníficamente bien conmigo; haciéndome ver que debia de estar serena y confiada.
Todo se debia hacer con una serie de pautas; que él me explicó, de muy buena gana.
El apartamento no fue de su gusto. Aunque, no dijo ni palabra. Pero sus ojos lo delataron, cuando piso el umbral de la puerta.
Al dia siguiente ; después de escapar de la oficina y de los gritos enfurecidos de Edward Cullen, quien sabe a quien. El abuelo llamó por teléfono.
Su voz sonaba mas alegre de lo habitual y me felicitó por mi trabajo con tan solo dos días de fe en él.
Habia llamado a Jake y le habia dicho maravillas de mi…La verdad es que este chico era como el hermano que nunca tuve; me mimaba hasta ese punto y yo me seguía segura y poderosa a su lado.
Por estricto deseo del abuelo a la semana siguiente, un camión de mudanzas me esperaba en la puerta. Me trasladaba a un edificio de alto estanding en una de las zonas mas caras de todo el estado.
Desubicada y algo intimidada; repasé cada contorno de la habitación con mis dedos; las ornamentaciones en cada columna eran colosales y la decoración algo barroca, pero excepcional.
En el gigantesco edificio, habia cuatro puertas por rellano y pensé que tal vez tendría la gran suerte de que la persona que daba con el tabique de al lado de mi apartamento; fuese una persona responsable y no hiciese juergas nocturnas ni formase demasiado jaleo….
….Pero aquello no era así.
La persona que tenia al lado era un lascivo sinvergüenza que se pasaba la mayor parte de las noches haciendo gozar a un sinfín de mujeres.
¿Qué porque sé que es un hombre?
Despues de casi un mes de vivir en este apartamento he sabido reconocer los gemidos roncos de él.
Un mes prácticamente con unas ojeras que me llegaban a los pies.
Aquel maldito me estaba matando; lo habia probado todo.
Tapones para los oídos…
… la primera noche fue bien. Lo peor es que no oí el despertador y aquella mañana llegué tarde al trabajo.
Como si fuera una niña pillada haciendo campana en clase. Edward Cullen me amonestó hasta las ocho de la tarde , taquigrafiando una serie de cartas que podia haber hecho él con los cojones….
Descartado; nada de tapones en los oídos.
Pildoras para dormir.
Eran de valeriana y me las tomaba a pares; la primera noche que las tomé, me fueron de puta madre; pero señores, a otro dia no paraba de visitar a nuestro querido amigo (Sr. Roca). El wáter …
Estuve casi todo el dia sentada en la sillita de la reina.
Descartado; nada de píldoras de valeriana.
Infusiones….
…toda la noche meando…
Descartado.
Practicamente me quedaba dormida en mi mesa de trabajo; y aquello estaba haciendo que mi carácter se volviese agrio y maleducado.
Alguna noche que otra hubiese querido armarme de valor y tocar aquella puerta vecina para poner a parir a la taladradora humana que parara de una jodida vez, de hacer hoyos, ya ¡De una puta vez! ¡Maldita sea, que carácter, me estoy forjando!
………………………………………………………………………………………………………………………………………………
-¿Bella?.- la voz de Tanya hizo que abriese los ojos y la mirara con los ojos como platos.
-¡Que?
-¿Qué es esto?.- se acercó a mi mesa y dobló sus piernas para estar a mi altura. Sus dulces ojos azules me miraron apenas, recorrió con sus dedos suaves uno de los surcos oscurecidos de mis ojeras.
-Ni me preguntes. Mi maldito vecino se pasa toda la noche follando…y los gritos de sus amantes no me dejan dormir…estoy pensando seriamente en llamar a mi ab…
Tragué en seco y parpadeé.
Habia faltado el canto de un duro para que dijera que era la nieta de Aro…
-¿Quién dices..qué?...
-Nada, que estoy pensando en cambiarme de edificio…
Tanya me miró de una manera extraña y el atisbo de una sonrisa apareció en sus labios.
-¿No será que estas celosa?
Dejé rodar la silla de ruedas hacia atrás; para separarme algo de ella.
-¿Qué dices…?
-¿Cuánto tiempo hace que no te echan un buen polvo; Bella?
Noté como la sangre de mi cuerpo recorría rauda y veloz hacia mi rostro; bajé la mirada y busqué algo entre mis manos; moviéndolas inseguras.
-¡Ay Dios, Bella! ¿No seras virgen todavía?.- Tanya se irguió y me miró como si fuera culpable de un asesinato.- ¡21 años ; Bella, 21, años!
La puerta se abrió y ya no sabia que hacer; si mandarla a tomar por culo o esconderme debajo de la mesa del despacho…
-¿Qué coño son esos gritos?.- La voz de Edward Cullen, hizo que mi espina dorsal se estremeciera.
Tanya se giró hacia Edward y le palmeó el rostro de manera juguetona.
-Nada; Edward. Cosa de chicas. Falsa alarma. No te preocupes.
-No admito un puto grito en esta oficina; ¿entendido?.- sus ojos volaron a los míos ¿Me lo estaba diciendo a mi? Puto maricon de mierda; si se la pasaban dando ordenes a gritos…
-Desde luego no predica con el ejemplo; ni muchísimo menos.- siseé.
¿Qué clase de espíritu rebelde me habia poseído en aquellos instantes?
Aunque me moria de miedo; sentí mi cuerpo relajarse ; con necesidad de continuar.
Edward Cullen avanzó hacia mí, un par de pasos y casi me rugió.
-¿Qué has dicho…?
-Un jefe que se jacte de ello; tiene que ser el primero en cumplir al dedillo las normas que la empresa dicta. Y usted, con todos mis respetos no lo hace. Dista mucho de ser un jefe recatado y juicioso. Se la pasa pegando gritos y atemorizando a sus empleados. ¿sabe como lo llaman? El ogro. Y la verdad es que el mote se lo ha ganado a pulso…
Conforme mis palabras salian de mis labios; la liberación de ellas me hizo sentirme viva y fuerte. La mirada de odio del foribundo de mi jefe, me taladraba.
Busqué a Tanya con la mirada; y allí estaba ella, con la mano en la boca; pretendiendo solapar una carcajada.
Respiré con fuerza y alcé mi cabeza. Miré el reloj y dispuse mi mesa, para marcharme de la oficina.
Aquellos dos; mirándome como embelesados; no movían un musculo.
Caminé hacia la puerta sin volverme; cuando alcancé la puerta; me volví ligeramente y sonreí a Tanya.
-Hasta mañana Tanya. Y ¿sabes? Creo que esta noche pondré en su sitio al semental ese….
Tanya no pudo soportarlo mas y doblegó su cuerpo para carcajearse con ganas.
Cuando cerré la puerta, y caminé por el pasillo de asistencia de dirección; aún retumbaban en las paredes las carcajadas contagiosas de ella.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………
-Anda, sal un ratito; Bella. – la voz de Rosalie, se volvió un susurró a traves de la línea telefónica.- He conocido a un chico…¡Y tiene una amigo!, va, venga, arreglate. Te espero donde siempre; dentro de una hora. Tiempo suficiente para embaduznarte con una capa de maquillaje y ponerte esos leggins que te regalé en tu ultimo cumpleaños.
Hice una mueca de repulsión con los labios.
-No me los pondré mas. Hacen que recuerde al imbécil de Demetri…y su chiste…
La voz de Rosalie se volvió seria.
-¿Hizo un chiste a costa de tus leggins? Ese tio es un pervertido…¿Qué fue lo que te dijo?
-Que sabia leer los labios….
Hubo una pausa en la conversación telefónica.
-¡Menudo hijo de puta!....aunque; debes de admitir que el chiste tiene su gracia…no me habia fijado si “se podían leer los labios”.- y soltó una carcajada que hizo que me despegara el teléfono de la oreja.
-No voy a salir; Rose. Diviertete con ese chico al que has conocido. Mañana me espera un dia de aquellos que hacen historia….hoy dejé al ogro de mi jefe con la palabra en la boca; después de haberle dicho algo de lo que pensaba de él. Si no tengo la carta de despido…me las hará pasar de todos los colores. Mi cuerpo y mi mente se esta preparando para eso…
-¿Tú…?
-Si Rose; No sé que clase de persona se apoderó de mi…pero me gustaría que me hubieras visto…- sofoqué una sonrisa recordando el incidente.
-Mi Bellita se está transformando en una tiburón ejecutiva…- soltó Rose con voz melosa.
-No te burles. Ese tio me tiene hasta donde gotea la jarra; Rose….odio al sexo masculino…..En estos momentos hay dos hombres que hacen que mi vida sea una mierda. El ogro de mi jefe y el mastodonte de mi vecino que debe tener un rabo como un mástil..
Las risas de Rosalie, me contagiaron su humor.
-¿No seras que necesitan que alguien te clave el “mástil” Bella?
Me quedé muda unos segundos; recordando la frase de Tanya; tan parecida a la de Rose.
-Quizas lleves razón…pero hoy no es buen dia , para salir al pantano….debo de tirar las botas de agua entonces….
-Sí….debes dejar que te pique, alguna serpiente, Bells…
-Ok..ok…ahora voy a cepillarme los dientes y a meterme en la cama…presiento que mi sueño no durará mucho , antes que el insaciable de mi vecino comience a bombear coño ajeno…
-Vale, Bella. Nos vemos este fin de semana. Lo has prometido. No calzaras las botas anti serpientes….
-Sí. Rose. Si.
Colgué.
Era un chiste nuestro, lo del pantano y las serpientes.
No le daba coba a ningún tio para llevarme a la cama y aquello lo habíamos bautizado como,” calzarse botas de agua para que no te muerdan en el pantano”…
Una tontería; lo sé. Pero me hizo sonreir, al terminar de lavarme los dientes y meterme en mi adorada camita.
Era una noche realmente calurosa.
El aire acondicionado; estaba estropeado. ¡Como no! Mi suerte no podia ser mejor…
Mañana le diría al señor de mantenimiento que solucionara el problema.
Me destapé agobiada y me quedé en shorts y una pequeña camisetita de tirantas; color crema que me trasparentaba mis sonrosados e inflamados pezones.
Me tumbé de nuevo boca arriba y suspiré.
Agobiada, busqué en el cajón de la mesita de noche una goma para el pelo y enrollé éste en una cola revuelta para buscar algo de frescor en mi cuello.
Casi me estaba quedando dormida, cuando comencé a escuchar la traviata de todas las putas noches.
Miré el reloj; como poseída y dudé.
Encendí la lamparilla de mi habitación y no calcé mis pies ni siquiera con las chinelas.
Salí hacia el descansillo y piqué como una energúmena, el timbre del odioso que no me dejaba dormir con sus folladas; todas las malditas noches.
Desepesperada; porque no me abrían la puerta; le dí un puntapié; llena de ira e indignación.
En ese momento la puerta se abrió y mi pie, fue parar justo en la base blanda de sus cojones, tapados con unos sexys bóxers rojos, rematados en negro por las costuras.
El tio, comenzó a soltar improperios a diestro y siniestro y yo me quedé mirando su paquete como si estuviese viendo la octava maravilla del mundo. ¿Todo aquello que habia allí escondido era de verdad?
Tragué y busqué el rostro del majadero follador con mis ojos.
-¡Túuuuu!.- rugió, mirándome a los ojos con su mirada nadando en la ira.
Mis ojos se abrieron como platos y como acto reflejo los achiqué, torciendo la boca.
No podia ser verdad; joder…no….
-Llevo un maldito mes sin poder dormir; por tu culpa, Edward Cullen. No digo que no folles; pero por lo menos tapa la boca de tus amiguitas para respetar el descanso vecinal….conmigo lo hacen….
Me giré en redondo y caminé hacia mi habitación, cerré la puerta con tranquilidad y suspiré.
Era victima de aquel hombre por todos los frentes.
En la oficina…
En mi propio hogar…
Al recostarme, vino a mi mente el enorme paquete del semental Cullen y sonreí….
Aquella noche, dormí como hacia tiempo que no lo hacia…
Por lo menos el maldito, respetó mi sueño….
…aunque dudaba mucho que pasara otro dia mas trabajando en Cullen Ltd.
Continuará…
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viernes, 8 de abril de 2011
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CAPITULO 3
Bella Pov
A lo largo de las horas, los días y los meses…nunca me habia sentido tan sola, como en aquellos tristes momentos de mi despertar.
La poca familia que esperaba que saliese de mi trance, se habia marchado para no volver a verla jamás y la única pieza que se encontraba a salvo en todo aquel juego, no quería verla ni en pintura.
En aquel hospital, pasaba los días y las horas; como ya he dicho, con la certeza de que cuando saliese de allí, tendría que encarar la realidad; por muy desgarradora que esta me pareciese.
No quería visitas de ninguna clase. Me eran suficientes, la atención de aquellos médicos que se entregaban con absolutismo a mi cuerpo.
Lo masajeaban, hacian ejercicios con mis musculos agarrotados y los mas importante. Me restablecían las conexiones inútiles de mi cerebro medio marchito.
Aún recordaba aquella escena en el lavabo del restaurant. Grabada a fuego en mi mente, saltaba como un resorte cada dos por tres. Y también saltaba la risa diabólica de Tanya y la mirada interrogante de su marido.
El innombrable. Ya que la simple idea de murmurar su nombre, me abria un enorme agujero en el pecho y me hacia jadear.
Rosalie Hale, una chica de mi edad, aproximadamente. Se dedicaba a asesorarme en el campo de la psicología. Intentaba por todos lo medios de hacerme hablar de lo que me causaba aquel bloqueo mental…pero no hubo manera. Si hablaba en alto sobre el tema, era mucho mas doloroso, casi como encararlo , como si la realidad mediera de nuevo un bofetón y desease morir nuevamente.
Morir.
¿Qué hacia yo viva?
¿Qué clase de función, tenia yo en la vida, para seguir con vida?
Ninguna.
Un despropósito; sin duda.
…………………………………………………………………………………………………………
-Venga, Isabella. No seas testaruda. Sabes que puedes calzártelos.- Rosalie Hale, me habia regalado unos preciosos zapatos de tacon ; muy parecidos a los suyos.- Son la ultima moda. – los acercó a mi, y yo alargué la mano para alcanzarlos.
Eran preciosos.
De una tonalidad rota…como yo. Blanco roto.
-¿Tú crees que sea buena idea calzarme esto? Sabes que soy una patosa consumada. Lo sabes; Rosalie. Creo que los guardaré y me los probaré en otro momento.
Rosalie agitó su melena dorada; como rayos de sol e hizo un aspaviento con los brazos.
-Mira. Si no te los pruebas tú, lo haré yo misma..osea…
-No. Vale. Espera, que me quite esto.- saqué mis zapatillas deportivas con rápidez y cogí uno de los bellos zapatos para calzármelos.
-Levanta; Bella.- susurró Rosalie con un deje de asombro en su voz.
Levanté mi trasero de aquel sillón , de aquella blanca clínica, y Rosalie torció la boca en una sensual sonrisa.
-Tienes unas piernas magnificas Bella.
La miré con sorna.
-Que me lo digas tú, no sé si ponerme a reir o a llorar..Rosalie.
Caminé con dificultad; por culpa del zapato, ya que mi cuerpo, dada mi juventud se habia portado maravillosamente bien y mis musculos respondían a la perfeccion. Me miré en el espejo de luna del armario y levanté levemente el camisón para admirar, esas piernas que según Rosalie “eran unas piernas magnficas”
Puse los ojos en blanco.
-Desde luego, Rose, me miras con muy buenos ojos.- quité el zapato de mi pie y paseé por la habitación hasta llegar a ella.
-Eres tú la que no te ves con claridad; querida. Hemos discutido mucho sobre eso.- me reprendió seria.
-Waouuu…Rose; no empecemos. Por favor.
-Está bien…está bien…¿y ahora que harás?.- Se acomodó en la cama y me miró con una sombra de tristeza en sus ojos.
Me senté junto a ella y le cogí una de sus manos.
-Rosalie…tengo dos manos. Y gracias a Dios no me da miedo trabajar. ¿Tú crees que puedo pedir algo mas a la vida, que estar sana y fuerte para conseguir un buen empleo?.- Miré sus ojos color miel y suspiré. Rosalie Hale se habían convertido en algo mas que en una amiga, para mi. Era como mi hermana, aquella que siempre tuve y que no sentí como tal.
-Pero, Bella, ¿mientras tanto? ¿Qué haras? Carlisle me ha coment…
-No.- atajé dura.- No quiero la ayuda de Edward Cullen. Y por ende, la de mi hermana. No la necesito. No ahora. Seria destructivo para mi.
-Pero ellos son la única familia que tienes; Bella.- me dijo ella, suavemente.
-Familia. La familia es la gente que te apoya y te levanta en los malos momentos. La sangre en las venas se evapora cuando no hay devoción ni solemnidad por tus seres queridos, tú eres mi familia, Jasper es mi familia y hasta Alice es mi familia. Ustedes me han alentado en mis momentos mas duros y cuando he caído, han sido ustedes los que me han levantado. ¿Tú crees que yo puedo irme a vivir tranquilamente con una mujer que pensó en desconectarme el mismo dia que mis padres fueron enterrados? ¿Qué calidad cristiana es esa? ¿Amor de hermana? Lo dudo; Rose. Es una arpía. Siempre lo fue. No me quiso ver ni en pintura. Siempre se burló de mi y de mi aspecto infantil. Ella era esbelta, bella y los chicos no hacian otra cosa que bailarle el agua. Llegó Edward y todo empeoró. …
Rosalie se removió inquieta y eso hizo que las alertas estallaran en mi cerebro.
-¿Hay algo que no sé, Rose?.- pregunté algo histérica.
-Alice viene hoy con Edward….
Me levanté de su lado; nerviosa.
-¡No! .- Salté de su lado y la miré con los ojos desorbitados.
Rose se levantó muy despacio y se acercó a mi con una fingida sonrisa de tranquilidad.
-Bella…
Comencé a llorar.
Un interruptor en mi cerebro hizo que saliese todo a la luz…absolutamente todo de nuevo..y con aquello mas dolor e indicision.
-¿No lo entiendes, Rosalie?
Ella negó y me abrazó con ternura.
-Pero estoy aquí para escucharte; pequeña Bella. Cuentame, que ocurrió….dejame comprender tu falta de ilusión por la vida….
Hipé. Moqueaba. Estaba en una crisis de llanto total.
-Cuando…cuando…cuando lo ví la primera vez. Creí que habia muerto y un angel me habia llevado al cielo entre sus brazos.- hipé.- Sabes lo torpe que puedo llegar a ser con mis pies. Pues de menuda; aún lo era mucho mas. Bajaba los escalones de mi casa; cuando unos de mis pies, se descontroló y casi fui a parar al piso. Pero no fue así….él estaba allí con sus fuertes brazos , para sujetarme. Ya te digo, que al abrir los ojos pensé que de la tremenda ostia que me habia dado, habia muerto y entre sus brazos me tenia el mas maravilloso de los angeles. Fue cuando oí la voz de Tanya, cuando me dí cuenta de la dura realidad.
-Esta es torpe de mi hermana Isabella. La dos pies izquierdos.
Sus ojos me observaron con curiosidad y torció su boca en una fabulosa sonrisa. Ahí caí rendida a sus pies….hasta ahora.
-¿Quieres que llame a Alice y le diga que no venga?.- Rosalie, me hablaba desesperada. Tan rota como me sentía yo.
-Por favor.
……………………………………………………………………………………………………………………….
Edward Pov
Conducia mi volvo; algo nervioso.
Muy nervioso; a ser verdad.
Alice me habia forzado a ir al hospital y aquello me tenia irritadísimo.
Las niñas iban en el asiento de la parte de atrás; junto con mi hermana pequeña Alice, y yo manejaba el coche como un loco; sin persar en mis pasajeros.
Todavía me preguntaba a mi mismo que hacia yendo hacia allí. Pero Alice llevaba toda la razón. Isabella estaba sola y desamparada y dada mi situación. Era bastante beneficioso para los dos, que aceptara mi proposición.
Las niñas tendrían a una madre buena y amable,según Alice y yo…yo no sabia lo que iba a ganar de todo aquello.
Isabella, no tiene ni idea de lo que ha cambiado su entorno en estos meses.
Tanya ya no existía. Se habia empotrado con un árbol en la carretera de Seattle, hacia un mes y medio…y yo, muy lejos de estar destrozado, me desenvolvía mucho mejor con la casa y las niñas, que antes la perdida de mi desquiciada mujer.
-No estes tenso Edward. Isabella dirá que si. – Miré a Alice por el retrovisor. Ella me observaba con una expresión en los ojos, indescifrable.- Los únicos parientes vivos que tiene son estas dos niñas…y has hecho muy bien en traerlas. Si duda en casarse contigo. Las niñas le harán cambiar de opinión.
Continuará…..
CAPITULO 3
Bella Pov
A lo largo de las horas, los días y los meses…nunca me habia sentido tan sola, como en aquellos tristes momentos de mi despertar.
La poca familia que esperaba que saliese de mi trance, se habia marchado para no volver a verla jamás y la única pieza que se encontraba a salvo en todo aquel juego, no quería verla ni en pintura.
En aquel hospital, pasaba los días y las horas; como ya he dicho, con la certeza de que cuando saliese de allí, tendría que encarar la realidad; por muy desgarradora que esta me pareciese.
No quería visitas de ninguna clase. Me eran suficientes, la atención de aquellos médicos que se entregaban con absolutismo a mi cuerpo.
Lo masajeaban, hacian ejercicios con mis musculos agarrotados y los mas importante. Me restablecían las conexiones inútiles de mi cerebro medio marchito.
Aún recordaba aquella escena en el lavabo del restaurant. Grabada a fuego en mi mente, saltaba como un resorte cada dos por tres. Y también saltaba la risa diabólica de Tanya y la mirada interrogante de su marido.
El innombrable. Ya que la simple idea de murmurar su nombre, me abria un enorme agujero en el pecho y me hacia jadear.
Rosalie Hale, una chica de mi edad, aproximadamente. Se dedicaba a asesorarme en el campo de la psicología. Intentaba por todos lo medios de hacerme hablar de lo que me causaba aquel bloqueo mental…pero no hubo manera. Si hablaba en alto sobre el tema, era mucho mas doloroso, casi como encararlo , como si la realidad mediera de nuevo un bofetón y desease morir nuevamente.
Morir.
¿Qué hacia yo viva?
¿Qué clase de función, tenia yo en la vida, para seguir con vida?
Ninguna.
Un despropósito; sin duda.
…………………………………………………………………………………………………………
-Venga, Isabella. No seas testaruda. Sabes que puedes calzártelos.- Rosalie Hale, me habia regalado unos preciosos zapatos de tacon ; muy parecidos a los suyos.- Son la ultima moda. – los acercó a mi, y yo alargué la mano para alcanzarlos.
Eran preciosos.
De una tonalidad rota…como yo. Blanco roto.
-¿Tú crees que sea buena idea calzarme esto? Sabes que soy una patosa consumada. Lo sabes; Rosalie. Creo que los guardaré y me los probaré en otro momento.
Rosalie agitó su melena dorada; como rayos de sol e hizo un aspaviento con los brazos.
-Mira. Si no te los pruebas tú, lo haré yo misma..osea…
-No. Vale. Espera, que me quite esto.- saqué mis zapatillas deportivas con rápidez y cogí uno de los bellos zapatos para calzármelos.
-Levanta; Bella.- susurró Rosalie con un deje de asombro en su voz.
Levanté mi trasero de aquel sillón , de aquella blanca clínica, y Rosalie torció la boca en una sensual sonrisa.
-Tienes unas piernas magnificas Bella.
La miré con sorna.
-Que me lo digas tú, no sé si ponerme a reir o a llorar..Rosalie.
Caminé con dificultad; por culpa del zapato, ya que mi cuerpo, dada mi juventud se habia portado maravillosamente bien y mis musculos respondían a la perfeccion. Me miré en el espejo de luna del armario y levanté levemente el camisón para admirar, esas piernas que según Rosalie “eran unas piernas magnficas”
Puse los ojos en blanco.
-Desde luego, Rose, me miras con muy buenos ojos.- quité el zapato de mi pie y paseé por la habitación hasta llegar a ella.
-Eres tú la que no te ves con claridad; querida. Hemos discutido mucho sobre eso.- me reprendió seria.
-Waouuu…Rose; no empecemos. Por favor.
-Está bien…está bien…¿y ahora que harás?.- Se acomodó en la cama y me miró con una sombra de tristeza en sus ojos.
Me senté junto a ella y le cogí una de sus manos.
-Rosalie…tengo dos manos. Y gracias a Dios no me da miedo trabajar. ¿Tú crees que puedo pedir algo mas a la vida, que estar sana y fuerte para conseguir un buen empleo?.- Miré sus ojos color miel y suspiré. Rosalie Hale se habían convertido en algo mas que en una amiga, para mi. Era como mi hermana, aquella que siempre tuve y que no sentí como tal.
-Pero, Bella, ¿mientras tanto? ¿Qué haras? Carlisle me ha coment…
-No.- atajé dura.- No quiero la ayuda de Edward Cullen. Y por ende, la de mi hermana. No la necesito. No ahora. Seria destructivo para mi.
-Pero ellos son la única familia que tienes; Bella.- me dijo ella, suavemente.
-Familia. La familia es la gente que te apoya y te levanta en los malos momentos. La sangre en las venas se evapora cuando no hay devoción ni solemnidad por tus seres queridos, tú eres mi familia, Jasper es mi familia y hasta Alice es mi familia. Ustedes me han alentado en mis momentos mas duros y cuando he caído, han sido ustedes los que me han levantado. ¿Tú crees que yo puedo irme a vivir tranquilamente con una mujer que pensó en desconectarme el mismo dia que mis padres fueron enterrados? ¿Qué calidad cristiana es esa? ¿Amor de hermana? Lo dudo; Rose. Es una arpía. Siempre lo fue. No me quiso ver ni en pintura. Siempre se burló de mi y de mi aspecto infantil. Ella era esbelta, bella y los chicos no hacian otra cosa que bailarle el agua. Llegó Edward y todo empeoró. …
Rosalie se removió inquieta y eso hizo que las alertas estallaran en mi cerebro.
-¿Hay algo que no sé, Rose?.- pregunté algo histérica.
-Alice viene hoy con Edward….
Me levanté de su lado; nerviosa.
-¡No! .- Salté de su lado y la miré con los ojos desorbitados.
Rose se levantó muy despacio y se acercó a mi con una fingida sonrisa de tranquilidad.
-Bella…
Comencé a llorar.
Un interruptor en mi cerebro hizo que saliese todo a la luz…absolutamente todo de nuevo..y con aquello mas dolor e indicision.
-¿No lo entiendes, Rosalie?
Ella negó y me abrazó con ternura.
-Pero estoy aquí para escucharte; pequeña Bella. Cuentame, que ocurrió….dejame comprender tu falta de ilusión por la vida….
Hipé. Moqueaba. Estaba en una crisis de llanto total.
-Cuando…cuando…cuando lo ví la primera vez. Creí que habia muerto y un angel me habia llevado al cielo entre sus brazos.- hipé.- Sabes lo torpe que puedo llegar a ser con mis pies. Pues de menuda; aún lo era mucho mas. Bajaba los escalones de mi casa; cuando unos de mis pies, se descontroló y casi fui a parar al piso. Pero no fue así….él estaba allí con sus fuertes brazos , para sujetarme. Ya te digo, que al abrir los ojos pensé que de la tremenda ostia que me habia dado, habia muerto y entre sus brazos me tenia el mas maravilloso de los angeles. Fue cuando oí la voz de Tanya, cuando me dí cuenta de la dura realidad.
-Esta es torpe de mi hermana Isabella. La dos pies izquierdos.
Sus ojos me observaron con curiosidad y torció su boca en una fabulosa sonrisa. Ahí caí rendida a sus pies….hasta ahora.
-¿Quieres que llame a Alice y le diga que no venga?.- Rosalie, me hablaba desesperada. Tan rota como me sentía yo.
-Por favor.
……………………………………………………………………………………………………………………….
Edward Pov
Conducia mi volvo; algo nervioso.
Muy nervioso; a ser verdad.
Alice me habia forzado a ir al hospital y aquello me tenia irritadísimo.
Las niñas iban en el asiento de la parte de atrás; junto con mi hermana pequeña Alice, y yo manejaba el coche como un loco; sin persar en mis pasajeros.
Todavía me preguntaba a mi mismo que hacia yendo hacia allí. Pero Alice llevaba toda la razón. Isabella estaba sola y desamparada y dada mi situación. Era bastante beneficioso para los dos, que aceptara mi proposición.
Las niñas tendrían a una madre buena y amable,según Alice y yo…yo no sabia lo que iba a ganar de todo aquello.
Isabella, no tiene ni idea de lo que ha cambiado su entorno en estos meses.
Tanya ya no existía. Se habia empotrado con un árbol en la carretera de Seattle, hacia un mes y medio…y yo, muy lejos de estar destrozado, me desenvolvía mucho mejor con la casa y las niñas, que antes la perdida de mi desquiciada mujer.
-No estes tenso Edward. Isabella dirá que si. – Miré a Alice por el retrovisor. Ella me observaba con una expresión en los ojos, indescifrable.- Los únicos parientes vivos que tiene son estas dos niñas…y has hecho muy bien en traerlas. Si duda en casarse contigo. Las niñas le harán cambiar de opinión.
Continuará…..
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