martes, 5 de abril de 2011

My Lovve Is Over

Dime. ¿Te has colado por Gerry?.- el muy maldito, me preguntaba en tono burlon.
-No lo sé. Pero me gusta muchismo.
-Bien. –se tensó.- ¿Sabes que el papá de Tanya no es dueño de absolutamente nada, no?
-No me interesan esas cosas. Edward. No soy tan hipócrita como tú y tu noviecita.- espeté.
-La madre de Tanya esta en psiquiátrico. Él no está separado, ni viudo..¿entiendes? Su mujer esta incapacitada; pero esto no quiere decir que esté libre.
Mi corazón se paró unos momentos y mueca de horror se instaló en mi rostro.
-Gerry ha tenido miles de aventuras. No te creas que vas a ser diferente a todas ellas. Una mucama como tú…con un hombre que tiene todo lo que se le antoje.
La lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Miré a Edward con autentico odio lo abofeteé.
-Estoy harta que me dejes a la altura del betun, maldito bastardo. – Vienes aquí para insultarme y contarme todas esas cosas horribles sobre el hombre que me desea y le gusto. Todo para hacerme caer de mi nube. Pues no me interesan tus intrigas Edward Cullen. Y ahora largo de mi habitación y te agradecería no verte mientras trabaje en tu casa. Te odio y te odiaré hasta el final de mis días.
-Eso es mucho tiempo.- espertó duro.
-No lo suficiente para ti.
MY LOVE IS OVER
CAPITULO 7

Un gruñido se escapó de sus labios y me cogió con fuerza de los hombros.
-¿No te das cuenta de que estas cometiendo un error?.- Me miraba a los ojos de una manera insistente. Era como si su alma hubiese sumergido y pudiera verla a traves de sus ojos. Estaba realmente preocupado por mi.-Ese hombre no es para ti.
-¿Y quien lo es, entonces?.- pregunté indignada; intentando zafarme de sus poderosas manos que aferraban mis hombros, con fuerza.
-Él no. Desde luego.
Bajé la mirada y dí dos pasos hacia atrás.
-Te ruego que te vayas; Edward. Te lo suplico. Cada vez que te veo o te oígo; me haces daño.
No sé si lo haces a propósito o no. La verdad; no me importa. Pero dejame de una maldita vez en paz.
Edward abrió la ventana de mi cuarto y saltó; corrí hacia ella, asustada; para asomar mi rostro. Se habia levantado con una gracia desmedida del salto y caminaba entre la arboleda.
Cerré la ventana con el ceño fruncido.
A partir de mañana seria una semana muy dura.
Al dia siguiente entraría a trabajar como interina en casa de los Cullen.
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-Bella que bien que estes aquí ya..- Alice me llevó hacia un lado de la cocina.- ¿es verdad que sales con el papá de Tanya?.- sus ojos chispeantes, rebosaban de felicidad.
Le sonreí antes de contestarle y me quité el auricular de ipod que descansaba en mi oído.
-Si.
-¡Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!.- la pequeña duende comenzó a saltar alrededor de la mesa de la cocina.
Edward; estaba desayunando sin miranos , se levantó de pronto y se marchó sin decir nada.
Fue él, el que me abrió la puerta cuando la aporraceé a las siete de la mañana. Me miró de arriba abajo y sin decirme ni un “ buenos días” me dejó pasar; para comenzar mis tareas.
Antes de aparecer Alice;me habia ofrecido a prepararle el desayuno; pero él , habia negado con la cabeza y habia hecho un gesto de desprecio con su mano; para que no me acercara a su espacio.
Aún no entendía aquel odio fluctuoso que Edward Cullen me prodigaba…
…..Pero desde luego mi aversión hacia él; si que era fundada.
Alice miró como su hermano se marchaba y volvió sus ojos hacia mí.
-¿Qué le ocurre a Edward? .- Alice se sentó en una de las sillas y comenzó a prepararse unas tostadas con mantequilla.
-Ni idea. Tu hermano es un arrogante, Alice. ¿Qué te voy a decir que no sepas?
-Quizas haya algo que no sepamos ninguna de las dos.- me respondió enigmática.
La miré con una ceja alzada y me marché con la bayeta y el cubo de la fregona al patio exterior.
Tenia una larga mañana por delante, antes de que ellos volvieran de sus respectivos lugares de estudio y trabajo.
Toqué con fuerza en la habitación de Edward.
Sabia que todavía estaba por la casa; y aquello me ponía los nervios de punta.
“La leonera” ; como yo llamaba a su habitación. Tendría que estar como unos autenticos zorros.
-¿Edward?.- mi voz sonó mas grave de lo normal.
No contestó nadie y abrí la puerta con sigilo.
Asomé la cabeza y luego parte del cuerpo.
Me recordé a mi misma, a una de aquellas películas de comedia americana, haciendo este gesto. Su voz me dio un susto de muerte. ¡Mamonazo!
-¿Se puede saber que coño…?
Abrí mucho los ojos…
…Pero mucho.
Edward, casi estaba como su madre lo echó al mundo; no era así porque sus partes pudendas ; las tapaba una “toallita” nótese el sarcasmo de la palabra en cuestión; que las cubría.
Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza y noté como la sangre se agolpaba en la parte mas visible de mi cuerpo: mi rostro.
“Vaya con Edward” pensé. ¡Ji! “Está buensimo”
-Yo…yo…- quise apartar la mirada y me encontré con un poster gigantesco de la ultima conejita del playboy…..-Pensé que la habitación estaba desocupada; pero ya me marcho. Lo siento.- Volví a mirarlo; con la cara ardiendo.
-No tienes porque marcharte. Limpia. No me molestas lo mas minimo.- espetó con indiferencia; llevándose una de sus manos hacia su cabello mojado.
“ Joder…si esta bueno; si”
Y entonces, el muy sinvergüenza se quitó la toalla y se giró a uno de los cajones de la cómoda para coger algo de ropa interior.
Mi rostro estallaba; literalmente.
Comencé a quitar las sábanas de su cama y abrí una de las ventanas; para que la habitación se ventilara. Puse el ipod a todo volumen y comencé a hacer mis tareas , intentando no ver cada vez que cerraba los ojos el trasero de Edward; duro y firme. Me mordí el labio inferior ; en un acto reflejo y sonreí ante mi falta de decoro.
Risueña y sin perder la sonrisa , continué con mis labores.
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-Bella; la cena; deliciosa. Tienes unas manos de oro.- Emmet; partía el pan con sus manos y mojaba trozos de él; en la salsa que habia hecho para la cena.- Bendito el hombre que se case contigo.
-Bella tiene novio.- Alice, suspiró y me miró con picardía bebiendo un sorbo de agua.
-¿A si? ¿Y quien es? ¿Lo conozco?.- Emmet dejó de comer para mirar a Alice con suspicacia.
-Si. Nunca imaginarias quien es él.
Emmet cerró los ojos y una sonrisa emergió de sus labios perfectos.
-¿Y bien? ¿lo adivinas?
Él negó con la cabeza y prosiguió con el pan y la salsa.
-Iba a decir una tontería.- dijo a duras penas; con los carrillos llenos de pan.
-Dila.- sugirió Alice.- Quizas no te alejas demasiado.
Miró a Edward que comía en silencio, ajeno a la conversación.
-Edward.- farfulló.
Se oyerón fuertes toses y Alice se levantó para darle fuertes golpes a su hermano en la espalda.
A mi se me escapó un plato; ya que estaba fregando, y éste se partió en mil pedazos.
Edward se levantó como pudo, y se sirvió un vaso de agua asestándole una mirada foribunda a su hermano Emmet.
-Casi me lo cargo. Fijate lo que acabo de decir. Eso me pasa por decir en voz alto mis pensamientos.
-Es Gerry; el padre de Tanya…cof, cof, cof… - Edward; le dirigió una mirada envenenada a su hermano.- ¿de donde has sacado la idea que podia ser yo?.- Siseaba entre dientes; como una maldita víbora que era.
Emmet no lo hizo caso a a su hermano y siguió el jueguito conmigo.
-Vaya, vaya…vaya..Nuestra Bellita tiene un hombre que la haga jadear…
-¡Emmet!.-grité.
Levantó el trasero de la silla y llevó el plato al fregadero. Me miró divertido y me guiñó un ojo.
-¿Qué te parece Edward? ¡Fúria de Titanes! El padre contra el yerno.- comenzó a reir sonoramente y aparecieron los colores en mi rostro de nuevo.- No te sonrojes; Bells. Me alegro por ti; de verdad. Pero creo que Gerry es algo mayor para ti.
Emmet acarició una de mis mejillas y se marchó a grandes zancadas.
El timbre sonó y Edward se reclinó en mesa mientras yo seguía fregando los platos.
-¿No piensas abrir?.- preguntó.
Lancé una de mis miradas asesinas y Alice que nos miraba silenciosa; marchó a abrir la puerta, sin omitir una sola palabra.
-No me trates como tu puta criada; Edward.- Le advertí con el cepillo de lavar los platos; zarandeándolo. Varias chispas de espuma se esparcieron por su rostro y me llevé la mano a la boca divertida.
-Es lo que eres ¿no?.- soltó el imbécil.
-¿Edward?
Tanya.
¡Biennnnn! ¡Bella! Ya estamos todos.
Bajé la cabeza y me dediqué a mi tarea mientras que oía como se chupaban la boca aquellos dos.
Me sentí incomoda. Pero ellos tenían toda la casa para frotarse, magrearse y babearse. ¿Por qué tenían que hacerlo delante mio?
-¡Ups!.- Alice entró en la cocina y Edward se separó de “ su lapa”; para cogerla por la cintura y llevársela a Dios sabe donde.
Antes de cruzar el umbral de la puerta; Tanya se volvió.
-Bella.
Giré mi rostro.
Era Tanya. Se dirigía a mi, en un tono moderado. Aquello era muy extraño.
-Dentro de un rato vendrá papá a verte.- Una leve sonrisa, se dibujó en los labios de Tanya y yo la imité.
¡Gerard vendría verme!!!!
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Los días fueron pasando sin niguna pena y con mucha gloria.
Gerard venia a verme todas las noches; acompañado de su hija o bien volvia a buscarla; después del audible revolcón con Edward.
A veces; me sorprendia con el oído pegado a la pared, escuchando los jadeos de ella.
Sí; Lo sé. Soy una pervertida; pero es que estaba completamente achicharrada, quemada, caliente…¿ que mas adjetivos podia utilizar?
Todas las malditas noches tenia que escuchar como antes de que Gerard viniera a verme, o al mediodía, o a la tarde, los grititos de placer de su hija; mientras el poderoso falo de Edward Cullen la envestía con fuerza.
Me daba pura envidia.
Me imaginaba que algún dia , Gerard, se posicionaría encima de mi cuerpo y me poseería con la demencia con la que Edward le hacia el amor a Tanya.
Los golpes con el cabecero de la cama sobre la pared; ya eran de vergüenza torera.
Mi habitación de descanso estaba justo al lado de la de él; por deseo expreso de Alice que estaba en la continúa y aquello estaba llevándome a la locura sexual.
A veces mis breves encuentros con Gerard se reducían a tenues caricias que eran interrumpidas por la aparición de su hija con el estúpido de Edward que buscaba con su mirada algún signo de lujuria en mis ojos oscuros.
-Vamos a celebrar.- susurro una noche de viernes; mientras cogía mis manos y las llevaba a sus labios, con deliciosa ternura.
-¿Qué?.- pregunté ansiosa, mientras escuchaba los pasos de su hija y Edward que se paraban ante nosotros.
-Cuando quieras nos vamos; papá.- dijo Tanya, de manera escueta.
Mi relaccion con ella se habia vuelto mas cordial. Totalmente lo contrario que con Edward; que cada dia que pasaba estaba mas y mas imposible.
-Tanya. ..me preguntaba si serias tan amable de…- Gerard no acabó la frase; dejando a su hija que la terminara;mirando mis ojos amablemente.
-Venir a mi fiesta de cumpleaños; Bella. Es este fin de semana.
Sonreí a Tanya y asentí ligeramente sin mirar si quiera a Edward.
-Será un honor. Muchas gracias Tanya.- me levanté del sofá donde estábamos sentados Gerard y yo, y le dí un fuerte abrazo que ella imitó.
-Toma.- me susurró ella en el oído mientras notaba como me metía algo en el bolsillo de la bata de hacer las tareas.- Envuélvete de bombón para papá; le encantará.
La miré ruborizada y ví como se marchaban; no sin antes saborear los labios de Gerard; haciéndome caer en el precipicio de placer.
Cuando cerré la puerta y volví mi rostro; Edward ya no estaba y saqué de mi bolsillo el paquetito que Tanya me habia metido allí.
Subí las escaleras para tener un poquito de intimidad y entré en mi habitación; desenvolví aquel paquetito.
Me quedé congelada.
Era un body de lo mas escandaloso.
Me reí ; recordando la frase de Tanya Envuélvete de bombón para papá”
Quité mis ropas con anticipación desesperada, y me embutí aquel body que dejaba muy poco a la imaginación.
Miré mi cuerpo virgen el el espejo de cuerpo entero y me ruboricé.
Solté mi cabello; que llevaba recogido en una maltrecha coleta y acerqué mi cuerpo al espejo para observarme mejor; Estaba realmente sexy.
Me miré de costado, de frente, por detrás. Calcé también unos tacones que tenia por debajo de la cama perdidos y entonces oí un carraspeo.
Joder…no….
La puerta de la habitación no estaba totalmente cerrada….y allí estaba Edward, con los labios fruncidos en una expresión que no supe descifrar y el cuerpo tenso.
-¿Qué mierdas haces ahí como un pasmarote Cullen?¡ Largo!.- le grité; mientras caminaba hasta la puerta e intentaba cerrarla. Sus fuertes manos me lo impidieron y me encontré en una desastrosa situación; con Edward, vestida de guerra y en mi habitación.
-Llevas razón.- susurró con la voz pastosa; casi ronca, mirándome como un poseído.-No sé lo que hago mirándote como un pasmarote…- alargo su brazo a mi cintura y antes de que me diera cuenta sus labios abarcaron los míos en un beso voraz….
Continuará.

1 comentario:

  1. holaa ahhh como lo puedess dejarrrr asiiii eres malaaa rosita ajajajjj...es que quiero saber que pasaaa ...yo creo que edward trata a asi a bella por que le gustaa y no soporta que este con gerry y aparte no sabe comportarsee o demostrar sus sentimientos o no los quiere demostrar y por eso la trata asii ...yo quieroooo que eten juntoss ajajajaj!!!!! beostes y nos leemos!!!

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