Dime. ¿Te has colado por Gerry?.- el muy maldito, me preguntaba en tono burlon.
-No lo sé. Pero me gusta muchismo.
-Bien. –se tensó.- ¿Sabes que el papá de Tanya no es dueño de absolutamente nada, no?
-No me interesan esas cosas. Edward. No soy tan hipócrita como tú y tu noviecita.- espeté.
-La madre de Tanya esta en psiquiátrico. Él no está separado, ni viudo..¿entiendes? Su mujer esta incapacitada; pero esto no quiere decir que esté libre.
Mi corazón se paró unos momentos y mueca de horror se instaló en mi rostro.
-Gerry ha tenido miles de aventuras. No te creas que vas a ser diferente a todas ellas. Una mucama como tú…con un hombre que tiene todo lo que se le antoje.
La lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas. Miré a Edward con autentico odio lo abofeteé.
-Estoy harta que me dejes a la altura del betun, maldito bastardo. – Vienes aquí para insultarme y contarme todas esas cosas horribles sobre el hombre que me desea y le gusto. Todo para hacerme caer de mi nube. Pues no me interesan tus intrigas Edward Cullen. Y ahora largo de mi habitación y te agradecería no verte mientras trabaje en tu casa. Te odio y te odiaré hasta el final de mis días.
-Eso es mucho tiempo.- espertó duro.
-No lo suficiente para ti.
MY LOVE IS OVER
CAPITULO 7
Un gruñido se escapó de sus labios y me cogió con fuerza de los hombros.
-¿No te das cuenta de que estas cometiendo un error?.- Me miraba a los ojos de una manera insistente. Era como si su alma hubiese sumergido y pudiera verla a traves de sus ojos. Estaba realmente preocupado por mi.-Ese hombre no es para ti.
-¿Y quien lo es, entonces?.- pregunté indignada; intentando zafarme de sus poderosas manos que aferraban mis hombros, con fuerza.
-Él no. Desde luego.
Bajé la mirada y dí dos pasos hacia atrás.
-Te ruego que te vayas; Edward. Te lo suplico. Cada vez que te veo o te oígo; me haces daño.
No sé si lo haces a propósito o no. La verdad; no me importa. Pero dejame de una maldita vez en paz.
Edward abrió la ventana de mi cuarto y saltó; corrí hacia ella, asustada; para asomar mi rostro. Se habia levantado con una gracia desmedida del salto y caminaba entre la arboleda.
Cerré la ventana con el ceño fruncido.
A partir de mañana seria una semana muy dura.
Al dia siguiente entraría a trabajar como interina en casa de los Cullen.
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-Bella que bien que estes aquí ya..- Alice me llevó hacia un lado de la cocina.- ¿es verdad que sales con el papá de Tanya?.- sus ojos chispeantes, rebosaban de felicidad.
Le sonreí antes de contestarle y me quité el auricular de ipod que descansaba en mi oído.
-Si.
-¡Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!.- la pequeña duende comenzó a saltar alrededor de la mesa de la cocina.
Edward; estaba desayunando sin miranos , se levantó de pronto y se marchó sin decir nada.
Fue él, el que me abrió la puerta cuando la aporraceé a las siete de la mañana. Me miró de arriba abajo y sin decirme ni un “ buenos días” me dejó pasar; para comenzar mis tareas.
Antes de aparecer Alice;me habia ofrecido a prepararle el desayuno; pero él , habia negado con la cabeza y habia hecho un gesto de desprecio con su mano; para que no me acercara a su espacio.
Aún no entendía aquel odio fluctuoso que Edward Cullen me prodigaba…
…..Pero desde luego mi aversión hacia él; si que era fundada.
Alice miró como su hermano se marchaba y volvió sus ojos hacia mí.
-¿Qué le ocurre a Edward? .- Alice se sentó en una de las sillas y comenzó a prepararse unas tostadas con mantequilla.
-Ni idea. Tu hermano es un arrogante, Alice. ¿Qué te voy a decir que no sepas?
-Quizas haya algo que no sepamos ninguna de las dos.- me respondió enigmática.
La miré con una ceja alzada y me marché con la bayeta y el cubo de la fregona al patio exterior.
Tenia una larga mañana por delante, antes de que ellos volvieran de sus respectivos lugares de estudio y trabajo.
Toqué con fuerza en la habitación de Edward.
Sabia que todavía estaba por la casa; y aquello me ponía los nervios de punta.
“La leonera” ; como yo llamaba a su habitación. Tendría que estar como unos autenticos zorros.
-¿Edward?.- mi voz sonó mas grave de lo normal.
No contestó nadie y abrí la puerta con sigilo.
Asomé la cabeza y luego parte del cuerpo.
Me recordé a mi misma, a una de aquellas películas de comedia americana, haciendo este gesto. Su voz me dio un susto de muerte. ¡Mamonazo!
-¿Se puede saber que coño…?
Abrí mucho los ojos…
…Pero mucho.
Edward, casi estaba como su madre lo echó al mundo; no era así porque sus partes pudendas ; las tapaba una “toallita” nótese el sarcasmo de la palabra en cuestión; que las cubría.
Mi corazón comenzó a palpitar con fuerza y noté como la sangre se agolpaba en la parte mas visible de mi cuerpo: mi rostro.
“Vaya con Edward” pensé. ¡Ji! “Está buensimo”
-Yo…yo…- quise apartar la mirada y me encontré con un poster gigantesco de la ultima conejita del playboy…..-Pensé que la habitación estaba desocupada; pero ya me marcho. Lo siento.- Volví a mirarlo; con la cara ardiendo.
-No tienes porque marcharte. Limpia. No me molestas lo mas minimo.- espetó con indiferencia; llevándose una de sus manos hacia su cabello mojado.
“ Joder…si esta bueno; si”
Y entonces, el muy sinvergüenza se quitó la toalla y se giró a uno de los cajones de la cómoda para coger algo de ropa interior.
Mi rostro estallaba; literalmente.
Comencé a quitar las sábanas de su cama y abrí una de las ventanas; para que la habitación se ventilara. Puse el ipod a todo volumen y comencé a hacer mis tareas , intentando no ver cada vez que cerraba los ojos el trasero de Edward; duro y firme. Me mordí el labio inferior ; en un acto reflejo y sonreí ante mi falta de decoro.
Risueña y sin perder la sonrisa , continué con mis labores.
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-Bella; la cena; deliciosa. Tienes unas manos de oro.- Emmet; partía el pan con sus manos y mojaba trozos de él; en la salsa que habia hecho para la cena.- Bendito el hombre que se case contigo.
-Bella tiene novio.- Alice, suspiró y me miró con picardía bebiendo un sorbo de agua.
-¿A si? ¿Y quien es? ¿Lo conozco?.- Emmet dejó de comer para mirar a Alice con suspicacia.
-Si. Nunca imaginarias quien es él.
Emmet cerró los ojos y una sonrisa emergió de sus labios perfectos.
-¿Y bien? ¿lo adivinas?
Él negó con la cabeza y prosiguió con el pan y la salsa.
-Iba a decir una tontería.- dijo a duras penas; con los carrillos llenos de pan.
-Dila.- sugirió Alice.- Quizas no te alejas demasiado.
Miró a Edward que comía en silencio, ajeno a la conversación.
-Edward.- farfulló.
Se oyerón fuertes toses y Alice se levantó para darle fuertes golpes a su hermano en la espalda.
A mi se me escapó un plato; ya que estaba fregando, y éste se partió en mil pedazos.
Edward se levantó como pudo, y se sirvió un vaso de agua asestándole una mirada foribunda a su hermano Emmet.
-Casi me lo cargo. Fijate lo que acabo de decir. Eso me pasa por decir en voz alto mis pensamientos.
-Es Gerry; el padre de Tanya…cof, cof, cof… - Edward; le dirigió una mirada envenenada a su hermano.- ¿de donde has sacado la idea que podia ser yo?.- Siseaba entre dientes; como una maldita víbora que era.
Emmet no lo hizo caso a a su hermano y siguió el jueguito conmigo.
-Vaya, vaya…vaya..Nuestra Bellita tiene un hombre que la haga jadear…
-¡Emmet!.-grité.
Levantó el trasero de la silla y llevó el plato al fregadero. Me miró divertido y me guiñó un ojo.
-¿Qué te parece Edward? ¡Fúria de Titanes! El padre contra el yerno.- comenzó a reir sonoramente y aparecieron los colores en mi rostro de nuevo.- No te sonrojes; Bells. Me alegro por ti; de verdad. Pero creo que Gerry es algo mayor para ti.
Emmet acarició una de mis mejillas y se marchó a grandes zancadas.
El timbre sonó y Edward se reclinó en mesa mientras yo seguía fregando los platos.
-¿No piensas abrir?.- preguntó.
Lancé una de mis miradas asesinas y Alice que nos miraba silenciosa; marchó a abrir la puerta, sin omitir una sola palabra.
-No me trates como tu puta criada; Edward.- Le advertí con el cepillo de lavar los platos; zarandeándolo. Varias chispas de espuma se esparcieron por su rostro y me llevé la mano a la boca divertida.
-Es lo que eres ¿no?.- soltó el imbécil.
-¿Edward?
Tanya.
¡Biennnnn! ¡Bella! Ya estamos todos.
Bajé la cabeza y me dediqué a mi tarea mientras que oía como se chupaban la boca aquellos dos.
Me sentí incomoda. Pero ellos tenían toda la casa para frotarse, magrearse y babearse. ¿Por qué tenían que hacerlo delante mio?
-¡Ups!.- Alice entró en la cocina y Edward se separó de “ su lapa”; para cogerla por la cintura y llevársela a Dios sabe donde.
Antes de cruzar el umbral de la puerta; Tanya se volvió.
-Bella.
Giré mi rostro.
Era Tanya. Se dirigía a mi, en un tono moderado. Aquello era muy extraño.
-Dentro de un rato vendrá papá a verte.- Una leve sonrisa, se dibujó en los labios de Tanya y yo la imité.
¡Gerard vendría verme!!!!
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Los días fueron pasando sin niguna pena y con mucha gloria.
Gerard venia a verme todas las noches; acompañado de su hija o bien volvia a buscarla; después del audible revolcón con Edward.
A veces; me sorprendia con el oído pegado a la pared, escuchando los jadeos de ella.
Sí; Lo sé. Soy una pervertida; pero es que estaba completamente achicharrada, quemada, caliente…¿ que mas adjetivos podia utilizar?
Todas las malditas noches tenia que escuchar como antes de que Gerard viniera a verme, o al mediodía, o a la tarde, los grititos de placer de su hija; mientras el poderoso falo de Edward Cullen la envestía con fuerza.
Me daba pura envidia.
Me imaginaba que algún dia , Gerard, se posicionaría encima de mi cuerpo y me poseería con la demencia con la que Edward le hacia el amor a Tanya.
Los golpes con el cabecero de la cama sobre la pared; ya eran de vergüenza torera.
Mi habitación de descanso estaba justo al lado de la de él; por deseo expreso de Alice que estaba en la continúa y aquello estaba llevándome a la locura sexual.
A veces mis breves encuentros con Gerard se reducían a tenues caricias que eran interrumpidas por la aparición de su hija con el estúpido de Edward que buscaba con su mirada algún signo de lujuria en mis ojos oscuros.
-Vamos a celebrar.- susurro una noche de viernes; mientras cogía mis manos y las llevaba a sus labios, con deliciosa ternura.
-¿Qué?.- pregunté ansiosa, mientras escuchaba los pasos de su hija y Edward que se paraban ante nosotros.
-Cuando quieras nos vamos; papá.- dijo Tanya, de manera escueta.
Mi relaccion con ella se habia vuelto mas cordial. Totalmente lo contrario que con Edward; que cada dia que pasaba estaba mas y mas imposible.
-Tanya. ..me preguntaba si serias tan amable de…- Gerard no acabó la frase; dejando a su hija que la terminara;mirando mis ojos amablemente.
-Venir a mi fiesta de cumpleaños; Bella. Es este fin de semana.
Sonreí a Tanya y asentí ligeramente sin mirar si quiera a Edward.
-Será un honor. Muchas gracias Tanya.- me levanté del sofá donde estábamos sentados Gerard y yo, y le dí un fuerte abrazo que ella imitó.
-Toma.- me susurró ella en el oído mientras notaba como me metía algo en el bolsillo de la bata de hacer las tareas.- Envuélvete de bombón para papá; le encantará.
La miré ruborizada y ví como se marchaban; no sin antes saborear los labios de Gerard; haciéndome caer en el precipicio de placer.
Cuando cerré la puerta y volví mi rostro; Edward ya no estaba y saqué de mi bolsillo el paquetito que Tanya me habia metido allí.
Subí las escaleras para tener un poquito de intimidad y entré en mi habitación; desenvolví aquel paquetito.
Me quedé congelada.
Era un body de lo mas escandaloso.
Me reí ; recordando la frase de Tanya Envuélvete de bombón para papá”
Quité mis ropas con anticipación desesperada, y me embutí aquel body que dejaba muy poco a la imaginación.
Miré mi cuerpo virgen el el espejo de cuerpo entero y me ruboricé.
Solté mi cabello; que llevaba recogido en una maltrecha coleta y acerqué mi cuerpo al espejo para observarme mejor; Estaba realmente sexy.
Me miré de costado, de frente, por detrás. Calcé también unos tacones que tenia por debajo de la cama perdidos y entonces oí un carraspeo.
Joder…no….
La puerta de la habitación no estaba totalmente cerrada….y allí estaba Edward, con los labios fruncidos en una expresión que no supe descifrar y el cuerpo tenso.
-¿Qué mierdas haces ahí como un pasmarote Cullen?¡ Largo!.- le grité; mientras caminaba hasta la puerta e intentaba cerrarla. Sus fuertes manos me lo impidieron y me encontré en una desastrosa situación; con Edward, vestida de guerra y en mi habitación.
-Llevas razón.- susurró con la voz pastosa; casi ronca, mirándome como un poseído.-No sé lo que hago mirándote como un pasmarote…- alargo su brazo a mi cintura y antes de que me diera cuenta sus labios abarcaron los míos en un beso voraz….
Continuará.
holaa ahhh como lo puedess dejarrrr asiiii eres malaaa rosita ajajajjj...es que quiero saber que pasaaa ...yo creo que edward trata a asi a bella por que le gustaa y no soporta que este con gerry y aparte no sabe comportarsee o demostrar sus sentimientos o no los quiere demostrar y por eso la trata asii ...yo quieroooo que eten juntoss ajajajaj!!!!! beostes y nos leemos!!!
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