martes, 11 de enero de 2011

La Hermana Isabella

CAPITULO 11

Narrador
-¿Has mandado a un mensajero para dar la joya de esposamiento a tu futura esposa?.- Emmet McArty se dejó caer en la lujosa silla victoriana y se hechó a reir.- Eres tremendo, de verdad. ¿No te preocupa lo más minimo, que esa chica, piense que todo esto es un simple tratado comercial,no?.- Miraba a Edward con los ojos muy abiertos, y casi no pestañeaba, al seguir con la mirada, el irregular andar de su futuro suegro.
Edward, se dio la vuelta y un gesto altivo se dibujó en su rostro.
-No te tomes tantas confianzas, Emmet McArty…todavía no eres el marido de mi hija….- Hizo un ademán con la mano.- Ademas…que importa, lo que ella piense. Seguro que ella siente el mismo “particular deseo” que yo, en todo esto. Ella se casará, con el viudo de su medio hermana y yo gano, las tierras que nunca pensé en albergar entre mis propiedades…Tanya amaba esas tierras casi tanto como respirar.- Se rascó la nariz inquieto y volvió a mirar a su futuro yerno.- Rosalie fue concebida en aquella casa. Allí fue nuestra luna de miel y los días mas felices que nunca soñaré siquiera tener mas… Si la medio hermana de Tanya se casa con otro que no sea yo, las perderemos y no voy a permitir eso….
-Pensaba que si alguna vez te habías replanteado casarte, habia sido con Victoria….
Edward elevó una ceja, y una mueca de dolor inundó su rostro.
-No…ella no.
Emmet , enderezó la espalda y puso más atención a las palabras del hombre.
-No…ella no. ¿Qué quiere decir eso, Edward?
-Nada…- él suspiró y volvió a erguirse, sobre sus dos fuertes piernas.- Esa muchacha, sabe perfectamente que este matrimonio es de profunda conveniencia; tanto por mi parte como por la de ella…
-Tengo entendido que vive sola en aquella casa. Por lo que he podido oir , es una mujer de armas tomar…le dice al herrero como debe trabajar, al entrenador de halcones; como se debe hacer para que éste sea más dócil, administra la finca… el administrador está que hecha humo…. No va a ser sencilla de domesticar, suegro.
-Eso cambiará totalmente cuando yo la despose. Y el control de todo; por supuesto lo llevaré yo. Ella se limitará a cuidar de las niñas y bordar…
-Claro.- Habia un deje de socarronería en aquella palabra de Emmet.- Tambien me han dicho que es muy bonita… y que tiene varios admiradores en la región…¿no tienes curiosidad? Yo la tendría…
-Ninguna. Me es indiferente. Es un mero trámite, esa mujer y yo, somos y seremos unos completos desconocidos y yo no voy a hacer nada que haga pensar lo contrario.
Emmet sacó un cigarrillo de la pitillera y lo encendió con una sonrisilla de diablo en su rostro.
-Rosalie y yo, vamos a ir a la fiesta de los Mallory. Ella estará allí, la ha invitado uno de sus incontables admiradores…el chico de los Newton. Michael, se ha prendado de ella, el muy loco…y por lo que se ve, todavía tiene esperanzas el muy tonto de que ella se retracte de” el tratado comercial” que teneis ambos… ¿Vienes a conocer a tu futura mujercita?.
Edward Cullen parpadeó un par de veces asombrado…¿Es que aquel hombre no le tenia ningún respeto? Desde luego su hija no se lo tenia, y Emmet habia seguido sus pasos a pies juntillas..
-¿Qué edad tiene ese muchacho.. Michael, dices?.- preguntó sin mover un músculo de su cuerpo.
-La verdad no lo sé; pero es mucho mas joven que tú…y él es hijo único. Cuando su padre muera; que Dios lo acoja en su seno dentro de mucho tiempo…Ese niñato va a estar podrido de millones…es un buen partido; como puedes ver… ¿sabes lo que me extraña de todo esto?
-¿Qué? .- inquirió Edward, levemente alterado.
-Que ella haya aceptado, siendo como dicen que es… Por lo que me han contado, es un hombre en el cuerpo de una mujer y por lo visto ¡que mujer! No es solamente Michael Newton el que anda loco detrás de sus pasos, también lo están….
Edward caminó unos pasos, apoyando su cuerpo atlético en el bastón y lo encaró con una terrible desazón.
-Está bien. Iré.
Emmet sonrió de nuevo por lo bajo y se levantó , sacudiendo sus pantalones.
-Voy a saludar a mi novia. ¿Te importa? Estoy ansioso de verla…tienes un ángel en tu casa querido suegro…
-Si, si…un ángel, sobre todo eso..
-Un bendito angel…..- rió quedamente. Como si le hubieran contado un chiste, inexistente para Edward, ya que él no encontraba nada de aquello ni un ápice de chistoso.



Angela Pov

La señora es una bendición para esta casa.
Nos ayuda en lo que puede y trabaja con sus propias manos el campo, recoge los frutos y ayuda a los maestros de armas a sacar mayor partido a sus espadas.
Tiene a todo el mundo metido en el bolsillo.
Yo soy su doncella

La ayudo a peinarse, bañarse y vestirse…me ha costado mucho, pero al fin lo hace de buena gana, ya que un dia debí decirle muy a pesar mio que no tenia caso que yo siguiera en la casa solariera si no hacia ninguna labor.
Ella me sonrió de la manera más dulce y se dejó hacer.
La señora tiene un cabello espeso y suave. No le hacen falta muchas ornamentaciones, toda ella es la sencillez personificada; eso es su mayor atracción.
Aquí todos suspiran por ella; incluso mi hermano pequeño Nahuel.
¿Por qué tenia que casarse con aquel hombre que no mostraba ningún interés en ella?
Ella no habia dudado ni un segundo , cuando llegó el mensajero, con carta de sus albaceas legales.
Me contó, mientras la aseaba, en la blanca tina; que un apuesto caballero, que habia sido el marido de su hermana la habia pedido en matrimonio.
La verdad es que la señora se veía feliz por ello; pero a la vez una sombra de tristeza, nublaba sus maravillosos ojos color café.
Mi señora podría casarse con quien ella quisiese, no con un hombre que ya tenia hijas que casi rozaban la edad de ella… El señor Edward Cullen…coronel del ejercito…basto militar con decenas de medallas al honor y al coraje en la batalla.
-Angela.- la voz de mi señora me bajó de las nubes, para seguir paseando el peine por su castaño cabello.
-¿Si señora?.- pregunté mirándola al frente, en el espejo.
-No te esmeres demasiado, no hace falta. Es una fiesta sin ningún tipo de significado para mi…en esa fiesta no hay nadie al que deba de dejar con la boca abierta..
-Señora, está bellísima…
Ella bajó los ojos y sus mejillas se tiñeron de un delicado rubor, que la hacia mas bella de lo que era.
-Gracias Angela. Me ves con buenos ojos.
-Todo el mundo la ve asi..todos menos…
Un destello aparició en los ojos de ella.
-Menos mi futuro esposo.-sonrió y se tocó la muñeca.- Esta joya es de su familia. Me la ha mandado con un mensajero, para que me la ponga en cuanto llegue a mis manos. Cuando la gente de la fiesta me vea con el emblema Cullen ya sabran que el matrimonio es casi un hecho.
Mi señora se levantó y no pude evitar emitir un suspiro.
-Señora, romperá corazones esta noche.
- No querría hacerlo.
La señora habia decidido que aquella noche iria vestida con un vestido azul de raso.
El corpiño delineaba su busto y cintura con escote cuadrado. Las mangas levemente infladas iban de mas a menos hasta llegar a su codo.
La falda voluptuosa, encima de la enagua; la hacia verse un ángel, con aquel cabello en cascada que yo habia peinado, recogiendo un solo lado en una peineta de azucenas blancas.
El carruaje esperaba en la salida y ella se subió a él, no sin antes coger la capa de pelo color crudo, herencia de su madre.
La ví perderse de vista y suspiré interiormente…¿Qué futuro le deparaba a mi señora con el coronel Edward Cullen?


Edward Pov
Habia casi un centenar de personas en aquella fastuosa casa.
Mi hija y su prometido, se hallaban a mi lado.
Rosalie me habia obligado a vestir con smoking; cosa que no hacia ya desde hacia mucho tiempo.
Los dos polluelos se miraban de vez en cuando y se reian cómplices.
Ya habíamos entrado en el fastuoso salón y se nos acercaron los señores Mallory, acompañados de una jovencita que valoró mi presencia como una autentica buscona.
-Coronel Edward Cullen..es un autentico placer que haya venido a nuestra fiesta.- El hombre le estrechó la mano con fuerza y Edward se inclinó para besar la mano de la mujer; también.- Esta es nuestra hija, Lauren, está en edad de festejar y es su primera temporada.
Edward saludó a la muchacha, haciendo un gesto y le cogió la mano para darle un seco beso en la palma de su mano.
La muchacha sonrió y le dedicó una mirada llena de promesas.
Él se felicitó por seguir causando este efecto en la jovencitas.
-Es una autentica casualidad que esté aquí Coronel…- la madre de la jovencita se agarró a su brazo y le susurró, incomodando al hombre.- Su prometida ya ha llegado, y anda por allí, rodeada de todos sus admiradores…¿En serio quiere desposarse con ella Coronel?
El hombre hizo un gesto con la mano y se escabulló de aquella arpía que le estaba dando ganas de vomitar.
Alcanzó uno de los mostradores y pidió algo de beber.
Se giró levemente y pudo atisbar un tumulto de varones, alrededor de algo o de alguien.
Todos reian complacidos y se miraban los unos a los otros como si estuviesen en plena batalla.
Aquella debia de ser su prometida; la hermana de Tanya; la medio hermana. Su problema.
La cercanía de su hija, desvió sus pensamientos.
-¿Nervioso, papá?.- dijo ella con una radiante sonrisa en su rostro.
-No.- dije sin apenas mirarla.
-Vaya…allí debe de estar la hermana de mamá; La tia Marie…voy a saludarla ¿vienes papá?
-No.
-¿No tienes curiosidad?
-No.
-¿Y entonces porque has venido?
-Aun estoy preguntándomelo. Pero estoy a tiempo. Aunque no me gustaría dejarte sola con Emmet…
Rosalie emitió una carcajada, dando lugar a que todos los ojos se clavaran en ella.
Yo la miré, enfadado.
Habian llamado la atención de prácticamente toda la sala.
Los caballeron que rodeaban a mi futura esposa, habían abierto su contorno, y unas manitas intentaban hacerse paso a través de ellos.
-¿Rosalie?.- gritó una voz , haciendo que Rosalie, mirara hacia la bandada de chicos que se apartaban dando paso a una delicada mujer,que brillaba con luz propia.
Quise largarme automáticamente de la escena, pero algo invisible me mantuvo atado de pies y manos hacia el piso.
-¡Bella!.- gritó mi hija. Levanté la cabeza y tragué fuertemente el ardiente sabor del whisky que llegaba a mi garganta.
Recorrí el cuerpo de la mujer que caminaba hacia mi hija y se abrazaba a ella….
Pude vislumbrar el brazalete de la familia, que ondeaba en su muñeca como una marca de posesión.
Su cabeza se despegó del hombro de mi hija y sus ojos se toparon con los míos.
¡Era Bella! ¡Mi prometida era Bella! ¡La medio hermana de Tanya era Bella!
Recorrí con la mirada todo su cuerpo y rostro.
Volví a sentir el trepidante sonar de mi corazón.
Debia de explicarme muchas cosas…pero antes debia de saludarla como Dios manda.
Solté el vaso de licor que descansaba en mi mano y dí irregulares pasos hacia ella.
Se quedó petrificada ante mi caminar; ya que no llevaba el baston.
Rosalie se apartó; pero ni siquiera la miré. Toda mi atención estaba puesta en ella.
-Bella…- pude alcanzar a decir.
-Coronel.
-No. Edward, dime Edward; se acabó lo de coronel.- le dije, sin separar mis ojos de los de ella. Mi mano se dejó caer en su mandibula y dibujó unas tenues caricias que la hicieron adquirir ese color que añoraba tanto. Deseé besarla…tanto, que me dolió…
Continuará…..

1 comentario:

  1. holaa guaauu estoy todaviaa recuperandomee del shockk la verdad ni me imaginaba que era bella la prometidaaa y que ella era la mediaa hermanaa de taniaaa jee...estuvoooo buenisimoo el capiiii...que giro dieronn las cosasss...bueno veremos que pasaaa en el proximo entre esotooo doss...besosss!!!!!!! me encantoooo!!

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