sábado, 8 de enero de 2011

Marionetas del Destino

CAPITULO 3

Edward Pov

Al llegar a mi casa; un pequeño apartamento que comparto con mi hermana Alice, en Port Angeles,dí un respingo al ver como salía humo de la cocina.
Entré hacia ella rápidamente, soltando las llaves en el pequeño mueble que teníamos en el recibidor.
-¿Pero que ha pasado aquí…¡Alice!.- exclamé al verla llena de harina por todas partes.
-Hermanito… he querido hacer la famosa empanada de mamá… pero se ha quedado en proyecto como puedes suponer… se me ha quemado; ¿Pedimos un chino?
No pude reprimir más la carcajada y salió de mis labios como un estruendo.
-Sabes que lo tuyo no es la cocina, Alice. Debiste habérmelo dicho antes, hermanita. Sí , pediremos algo de comer. Porque.- dije señalando mi estomago.- ¿Oyes? Estoy hambriento.
Ella se acercó a mi curiosa y preguntó:
-¿Qué tal? ¿Te han dado el puesto?
-Sí.- dije alzándola y dejando restos de harina por toda mi chaqueta. ¡Maldicion! Debia de habérmela quitado.
-Ya lo sabia.- dijo, dándome una patadita en la pierta.- Bajame, Edward, vamos a pedir la comida porque si no, alguien se va a morir de inhanicion.
Reimos ambos y acto seguido cogí el numero de teléfono de restaurant y pedí un menú para dos.
Comimos animosamente mientras veíamos una película de las que le gustan a Alice; romanticonas y lloronas.
Se hacia tarde y nos dispusimos a dormir. Mañana seria el gran dia. Comenzaria con mi trabajo en la Swan Corp.


Japer Pov.
Cogí el coche que había comprado hacia unos meses: un Audi último modelo y salí precipidamente hacia mi puesto de trabajo. No había podido dormir nada. Ya no era yo, solamente el que tenia problemas; también los tenia Bella. Mi querida hermana mayor Bella.
Dí un volantazo, dejándome parado en el arcén; aquello era más de lo que estaba acostumbrado a soportar.
Llegué a la cabina del conseje de la empresa y me saludó con una fingida alegría. Creo que todo el mundo sabia lo que había pasado con María. Por lo visto mi vida era de dominio público. Apreté los puños con fuerzas y lo saludé con forzada amabilidad.
Al entrar al panel de mandos me encontré con una persona que trabajaba ya sobre los monitores.
-¿Perdon?.- dije alarmado.
El sujeto se volvió de su silla giratoria y se puso de pie rápidamente, evaluándome de arriba abajo; supongo que como yo a él.
Caminó hacia mi con paso seguro y me ofreció su mano.
-¿Tú deberas ser Jasper Swan,? yo soy Edward Cullen tu compañero de fatigas a partir de ahora.
Le dediqué una amable sonrisa y le estreche la mano con fuerza.
-Sí. Pensaba que no me iban a mandar tan pronto un operario, Edward. Estoy mas que contento que estes aquí. La verdad no tengo cabeza para mirar los ordenadores…
-…
Lo miré con perspicacia.
-Supongo que ya sabras mi historia. Esto es como la maldita polvora… se prende y no hay manera de pararla.
El chico volvió a colocarse en su sillón y miró los paneles con interes´.
-Todo pasará.. supongo.
-Sí. Claro. Venga ahora a trabajar. ¿Quieres una cerveza Edward?.- le dije ofrenciendole una de la maquina que teníamos en el despacho.
-Claro.
Ese fue el primer dia de una serie de muchos en el que me hice gran amigo de Edward Cullen.



Llevabamos ya mas cinco meses trabajando juntos y nos habíamos hecho inseparables. Salia de juerga con él. Alquilabamos apartamentos para irnos con nuestros ligues a la playa, a los resorts…llevábamos una vida de autenticos calaveras y no nos faltaba nada.
Ligabamos todo lo que queríamos y más. Edward era todo un Casanova y yo no tenia su labia; pero me defendia bastante bien.
Cuando Bella o Emmet me preguntaban que clase de chicas conocía que, en la misma noche ya me acostaba con ellas. Les decía que ayudaba mucho la cartera llena de billetes. Ella se escandalizaba y él se ponía serio y me decía que tuviese cuidado.

-El teléfono Jasper.- me dijo Edward, que se estaba fumando un cigarro plácidamente repantigado en la silla observando el panel de embotellado.
-¿Y quien dice que es para mi? Tú fuiste el que tuviste la genial idea de darle el teléfono de el despacho a esa amiguita tuya, que se cree el ombligo del mundo ¿ Lauren, no?
-Ni me acuerdo…tú dime si es la de la boca de chupona y ya está.
Estallamos en carcajadas.
Aún no comprendía como Edward podía ser tan cabron como yo. Yo tenia mis motivos pero él… Según lo que me había contado, no había tenido ningún desengaño amoroso, simplemente la vida no le había brindado la ocasión de encontrar a la chica de sus sueños; aunque según Edward Cullen , la chica de los sueños no existe. Existe lo que ves y tocas.. era un total sinveguenza, pero era mi mejor amigo y tenia mucho que agradecerle. Gracias a él, todo lo que había pasado con María lo estaba llevando maravillosamente bien.
-Cogelo, Edward. Debe ser la chupona.
Se enderezó un poco; todo lo lago que era y cogió el auricular, poniendo una melodiosa voz que a mi me dio ganas de volver a reir.
-¿Si?
-…..
-Si, ¿Su hermana? ¿Jasper tiene una hermana? Vaya…Encantado soy Edward Cullen.
-….
Le hice señas para que me pasara el aparato y el me lo cedió a regañadientes.
-Muy simpatica ¿pesa mas de 40 kilos?.- me susurró.
-Eres un maldito hijo de puta .Anda dame.
Según Edward todo lo que pesaba más de 40 kilos era follable.
--¿Bella?
-Hermanito, muy simpatico, tu amiguito. Oye, me voy a Forks de vacaciones.
-¿A Forks?.-dije tragando saliva.
-Sí. Hace tiempo que no veo a los abuelos y además allí tengo todas mis amistades de veraneo. Y sabes hace tanto tiempo que nos los veo. Con el rollo que a Jacob no le gustaba ir para allá, pues hace siglo que no los veo.
-Me parece bien.
-¿Te parece bien y ya esta?
-¿Qué se supone que debo de decir, hermanita?
-Pues, pásatelo bien. Desmadrate… ya sabes ese tipo de cosas.
Suspiré fuertemente, llamando la atención de Edward que me miraba ensimismado con una sonrisa socarrona en sus labios.
-Sí Bella, desmádrate, pasalo bien. Pero si ves a Maria ni se te ocurra decirle nada.
-No me hables de ella Jazz, que se me revuelve el estomago.
-Seguramente que estará allí, ósea que no quiero que le formes ninguna bronca. Te conozco.
-Para nada, hermanito.
-¿Bella? Que nos conocemos…
-No. Puedes quedarte tranquilo, no seré yo la que me acerque a ella…
-Bueno,nena. Pasalo bien. ¿Cuándo sales?
-Mañana.
-Da recuerdos por allí.
-Tú también te podias acercar ¿no Jazz? Hace tiempo que no ves a los abuelos y mis amigos y los tuyos son los mismos ¿no tienes ganas de verlos?
-Yo llevo otra onda, Bella. Ya sabes, salgo con Edward, él eleva mis grandes pasiones, actualmente.- Edward, dio un respingo y me miró serio.
-Ósea ¿Qué el famoso Edward, es tu compañero de trabajo? Vaya… tiene una voz muy sugerente.- dijo ella con socarronería.
-Sí. Él es mi auntentico amor , ahora mismo.- dije con una sonrisa en los labios.
-¿Cuándo tienes las vacaciones, Jazz?
-En un par de semanas.
-Anda, ven unos días. Nos lo pasaremos bien. Piensalo ¿vale hermanito?
-Lo pensaré.
-Adios, guapo.
-Adios linda.
Colgué y miré a Edward con el ceño fruncido.
-Mi hermana me ha dicho que tienes una voz muy sugerente.
Él se irguió sobre la silla y levantó la ceja.
-¿Si?
-Es intocable. Ya sabes; nada de hermanas.
-Eh..amigo, tu hermana es mi hermana. ¿ya sabes? Respeto absoluto.
-Estupendo.
-Yo también tengo una hermana; se llama Alice y es un torbellino.
Se cruzó una idea por mi cabeza.
-¿Pesa mas de 40 kilos?
Edward se levantó de la silla y fue hacia mi, dándome una fuerte palmada en la espalda.
-Jazz… no seas cabron.
-Tú lo fuiste antes. Recuerdalo.- le dije señalandolo con el dedo.
Nos reimos ambos y volvimos hacia la tarea que tan bien sabíamos ejecutar.


Cuando terminamos nuestra jornada laboral,pasamos por el descansillo de transporte. Allí estaban destinadas las vacaciones para todos y Edward cogió su sobre con malicia.
-Vacaciones…
Yo lo miré poniendo los ojos en blanco y esperando que abriera el sobre.
-Dentro de dos semanas.
¿Cómo era posible? Se iba a quedar el despacho solo por tres semanas…¿Quién iba a llevar la supervisión de todo aquello?
-¿Quién nos va a reemplazar?.- me preguntó, como si hubiese leído mi mente.
-Ni idea.- le dije.
-La voz de Jenkins que estaba detrás nuestro, nos dio las respuesta a nuestras cavilaciones en voz alta.
-El señor Charles Swan.
Me quedé sin habla. ¿Mi padre iba a bajar del cielo a los infiernos?
Edward me miró interrogante.
Pero no hubo contestación a esa pregunta sin palabras. Caminamos hacia el garaje y allí cogimos el volvo de Edward. Habiamos acordado que una semana, cogería uno el coche, y otra semana el otro. Así ahorrábamos en combustible y le dabamos un respiro a nuestro bolsillo.
Al llegar a la puerta de mi casa y bajar del coche, me incliné hacia la ventanilla del conductor y miré a Edward con una sonrisa en los labios.
-¿Te vienes de vacaciones conmigo a Forks?
-¿A Forks?
-Lo pasaremos bien.
-Yo…-dijo nervioso.- Mi hermana Alice.. no la puedo dejar sola.
-Traela con nosotros. Seguro que hará buenas migas con Bella. Nuestra casa es lo bastante grande para todos. Lo pasaremos bien Edward, piensalo.
-Está bien, lo pensaré.
Subió la ventanilla del volvo y marcó los neumáticos en la carretera. Iba como un loco, el maldito mamón.
…..
Continuará…

1 comentario:

  1. holaaaaa que buenisimo el capiii...bueno se hicieronn super amigosss...vamos a ver cuando amboss conozcann a la hermanaa dell otrooo jajaaaj...jasper quedara encantadoo con alice???! y edward con bellaa???!! estass vacacioness a forks pintan muy buenassss...y los doss son superr casanovasss ...me gustoo mucho la parte de edward con alicee fue muyy lindaa...besos y nos leemos en el que sigue!!

    ResponderEliminar