Caminó hasta posicionarse en mi espalda y noté como el agua se movía; podia notar su aliento en mi cuello, la respiración de él como la mia; era algo errática; pero lo fue mucho mas ,cuando noté su firme mano rozando mi pecho; comenzando por la espalda y acabando en la cresta ardiente; infladamada por el deseo de mas.
-Sientate como estaba antes Bella. Quiero lavarte yo mismo.
Hice caso y su cuerpo se amoldó al mio,al sentarme de nuevo en la tina.
Los dos; desnudos, Edward detrás mio, apoyando su mentón en mi hombro, y yo temblando de deseo y de anticipación a lo que vendría después..
LA HERMANA ISABELLA
.-Capitulo 16.-
Mis nervios estaban a flor de piel; y no habia manera de disimular aquella reacción.
La reacción que producía la cercanía de mi recién adquiridido esposo.
La calidez de su respiración; me nubló completamente la razón y cerré los ojos; presa del miedo, del deseo y de la ansiedad.
-Hablame de ti….- me dijo; notando como paseaba su mentón por mi hombro y cuello; en un movimiento ascendente; increíblemente placentero.- Quiero saberlo todo de ti….que me tengas confianza, que no haya secretos entre nosotros dos. Lo quiero todo de ti…hasta tu alma; quiero que hasta eso, me entregues.
Tragué combulsivamente; victima de sus suaves toques.
Bajé la mirada, abrumada y observé mis piernas; terriblemente blancas y finas en comparación con las suyas.
En un movimiento súbito; encogió sus piernas que quedaban a ambos lados de las mias y me atrapó más férreamente sobre sus caderas; sintiendo toda su masculinidad en donde la espalda pierde su nombre.
-Yo…ya te he dicho que me intimidas; y la verdad este no es el mejor momento….- dije; llevándome las manos al rostro; que me ardia; literalmente.
Su suave risa; me hizo estremecerme nuevamente; cerrando los ojos y aprisionando el labio, enfrebrecida.
-Pues yo creo que este…es un momento magnifico. ¿Sabes Bella? El momento de la unión del hombre y la mujer es el mas intimo y sensorial.-Sus suaves manos comenzaron a acariciarme el vientre y ascencian de manera lenta y torturadora hacia el despliegue de mis pechos hinchados.- Habrá veces que por motivos puramente de trabajo, no nos veamos en todo el dia y es aquí, donde tendremos que solucionar muchos de los problemas que nos aconteceran.
-¿Aquí?.- mi voz salió de mis cuerdas vocales temerosa. Sus manos habían llegado a las cimas de mis pechos y jugueteaba con sus dedos en ellas. Las atormentaba y las dejaba, las atormentaba y las dejaba….
Gemí.
Besó mi cuello; notando el ardor de su saliva en mi piel; lo dulce que podia ser su contacto…
-Aquí o donde sea….todo se puede arreglar, querida mía…si hay confianza; el amor, si no lo sientes; quizás llegará un dia; en que pueda ganármelo.
No dije nada. Estaba a merced de sus caricias que cada vez se volvia mas y mas intimas.
-Bella….- Mi nombre en sus labios me pareció tan sensual que me erizó la piel y mis pezones despertados a la sexualidad por sus caricias, se irguieron mas; hasta hacerme casi daño.
-¿Si?
-Date la vuelta. Quiero verte el rostro. Emborracharme de tu cuerpo. Llevo días como un demente pensando en esto…- Sentí como se pasaba la mano por su cabello hermoso; y giré mi rostro para mirarlo.
Edward Cullen era impactante al natural. Ahora lo tenia con las mejillas encendidas; el pelo húmedo y la mirada oscurecida por el deseo….era tan, tan pecaminoso ternerlo asi; entre mis piernas y deseoso de mis caricias..
Moví mi cuerpo; haciendo que se derramase el agua de la tina y me apoyé con las rodillas en la dura porcelana; observando su pecho ancho y viril, levemente tapado por una bruma de vello castaño.
Me infundé el suficiente valor para mirarlo al rostro y me quedé embelesada por su belleza.
Sus ojos penetrantes; miraban mi rostro, intentando comprender la situación en la que me encontraba.
Edward sabia perfectamente de mis diálogos internos y lo agradecí infinitamente.
Su respiración ; se habia transformado al girarme y estar expuesta totalmente para él.
-¿Sabes lo vulnerable que me siento teniéndote cerca; mi vida?.- La pregunta; salió de su boca como un susurro ronco y cerré los ojos al sentir su boca en mis ojos. Besando mis parpados, mis mejillas, mi cuello…
Sus manos habían atrapado la cintura y arremetía dulcemente contra su torso; ahogando gemidos de placer cada vez que su piel y mi piel, hacian contacto.
-No tengas miedo.- me dijo.- ¿Confias en mi?.- su boca se despegó de la mía para preguntar tan solo esto. Miré sus ojos embebidos en deseo y asentí ciega por sus besos.
Sonrió y besó mi frente.
Una de sus manos bajó hacia mis muslos y los separó delicadamente. Su boca; maestra de maestras, me hacia perder el conocimiento cada vez que su lengua hacia contacto con la mía. Cayendo hacia una espiral de deseo del que no dejaba de caer y caer.
La caricia mas intima surgió de repente y me tensé.
Miré sus ojos verdes y me ahogué en su dicha. Como bien me habia dicho ; tenia que confiar en él. Todo lo que viniese de él, seria hermoso.
Me abandoné a sus labios de nuevo y sentí sus dedos entre los pliegues de mi centro; hinchado y adolorido de placer.
Con infinita delicadeza rozó sus dedos por aquella cresta descarada y temblé; noté como su boca se estiró en una sonrisa y volvió a retomar mi boca sin contemplaciones.
Una y otra vez; con una calma pasmosa; se dedicó a acariciarme por aquella zona. Haciendo que mis piernas temblaran; sujetándome y descargando en él todo su peso.
-Maravillosa….- me dijo, separando alguno de los mechones de cabello que se habían quedado pegados a mi rostro a causa de la humedad de el agua.- Basta de juegos.- Cogió todo mi peso y se levantó de la tina; pareciendo un Titan, con aquellos tremendo brazos recorriendo mis pernas y torso.
Noté como una mueca de dolor transformó su rostro, al apoyar la pierna con la que cojeaba con todo su peso y el mio.
Paseé mis dedos por aquellas arrugas entre medio de las cejas y su rostro bello se relajó; regalándome una preciosa sonrisa.
La casa estaba completamente desierta y no habia miedo que alguno de los empleados nos viera.
La puerta de la habitación de matrimonio estaba abierta. Antes de pasar el umbral buscó mi mirada y pasó; dejando mis pies en el suelo.
Me dejó allí plantada como una imbécil y desapareció de mi vista.
No tardó un segundo en volver.
Sin decir nada; se arrodilló y secó mis pies con delicadeza, ascendiendo dolorosamente, secando todas las partes de mi cuerpo. Todas; absolutamente todas.
Al llegar al cabello ; lo estrujó sacando toda la humedad y paseó un peine de puntas anchas por él. Admiraba todos sus movimientos embelesada. Deseando hacer lo mismo con él.
Cuando hubo acabado; sin necesidad de decir nada; yo hice lo mismo con él y me perdí en su atlético cuerpo de hombre.
Admirando todos los perfiles de su maravilloso cuerpo; asombrándome de mi misma y de la poca vergüenza de la que hacia gala; delante de mi marido.
-Ya esta bien.- espetó; cuando estaba acariciando su cabello; embebiéndome de él, de su textura y olor.
Tomó mi mano y la besó, tirando la toalla al suelo, acercándome a él y notando como todas las fibras de mi ser adquirían una nueva vitalidad puramente sexual.
Desnudos.
Acariciándome en toda la intensidad de la palabra; buscó con su boca mis pezones erguidos hasta el dolor para calmarlos.
Gemí, acercando su cabeza a ellos para que siguiera con aquella placentera tarea. Gemí su nombre y él miró mis ojos, oscuros debajo de aquellas pestañas largas.
Me cargó sobre su hombro; haciéndome reir y descargó mi cuerpo en la mullida y amplia cama.
-Me gusta tu piel….me encanta…- susurró; antes de abrirme las piernas y reptar entre ellas para observar descaradamente mi centro con un rugido hambriento.
-No…Edward.- Intenté cerrar las piernas; pero él sujetó una de ellas; acariciándola suavemente.
-Confia en mi, preciosa.
Cerré lo los ojos y esperé.
El primer toque de su boca en mis labios mas intimos, me hizo levantar las caderas ante el contacto. Sus ojos se encontraron con los míos y volvió a posicionar su boca en mi centro sin perder contacto visual.
Era indescriptible. Maravilloso….
Su lengua rápida e hiriente de placer, lamia aquel botoncito prohibido que hacia que emergiera mas y mas en la dicha de ser amada por Edward.
Chupó mis pliegues con devoción, haciéndome caer en la mas desconocida de las dichas.
Un nudo de inmensas dimensiones, comenzó a formarse en mi bajo vientre y mientras ayudaba a Edward en aquella deliciosa tarea, me arqueaba de manera insconciente, haciendo que su boca estuviese casi engullendo mi sexo.
Exploté. Exploté, agarrando su cabello y tirando de sus mechones extremadamente suaves y tentadores.
Deseando besarlo, morderlo. Hacerle todo lo que me habia hecho él a mi.
Estaba completamente deshinibida . Veia a Edwad como un igual y ya no tenia miedo.
El miedo habia desaparecido y habia dado paso a la confianza y el descaro de agasajarlo con el mas tortuoso de los placeres.
Jadeante y con la sonrisa por bandera, su boca buscó la mía y pude sentir el gusto de mi sexo en sus labios.
Me excité; abriendo nuevamente las piernas y enrollando las caderas de mi hombre, para que me hiciera suya.
-No deseo hacerte daño, mi vida.- me dijo sin parar de besarme.
-Estoy segura que no lo harás.- le susurré, besándolo sin medida, recreándome de su cuerpo perfecto y de su hinchada anatomía.
Sus dedos viajaron hasta mi centro y metió primero un dedo y luego otro; haciendo que me contrajera de goce.
Los dedos agiles de Edward emitían ondas de erotismo a todo mi cuerpo y me sentía la mujer mas femenina y voluptuosa de la capa de la tierra.
Volví a quebrarme en esa delicida infinita del orgasmo y entre espasmos y jadeos, sentí la dura punta roma del hombre que me estaba haciendo ver las estrellas y todo el universo.
Una estocada certera y morí.
-Lo siento…agh…mi amor…¿Te duele?.- Preguntó sin moverse dentro de mí.
-No.- mentí. Maravillada ante aquella palabra que habían pronunciado sus labios; alcé unos centimentros la cabeza para hacer posesión de su boca y balancear levemente las caderas, para animarlo a continuar.
Un gemido sensual, me afectó en gran medida al salir de sus labios y volví a balancearme.
-Oh…Bella..- susurró, cogiendo mi rostro y besándolo con adoracion.- Eres mía, mía y solo mía, pequeña deslenguada.
Estaba en casa. En sus brazos, en aquella cama…
Comenzó a moverse lentamente; sacando toda la extensión de su miembro y haciéndolo entrar y salir de mí.
Era maravilloso; la ternura, el control que estaba teniendo Edward en aquellos momentos.
Gemí de goce y lo apreté con las piernas para que se zambullera mas a fondo.
Lo comprendió y comenzó a embestirme con mas ritmo y celeridad, haciendo que echara la cabeza hacia atrás preso del placer.
El dolor habia dado paso a una locura nueva y radiante.
La presión de aquel eje en mi cuerpo me hacia perder la voluntad y me hacia sentirme una muñeca entre sus brazos.
Besos, palabras casi incomprendidas…
Caricias, miradas llena de algo mas profundo que el deseo y un terrible y hermoso estallido complices; los dos.
En aquel momento comprendí lo vulnerable que era Edward en aquellos momentos.
Con el rostro relajado, su boca besando la mía, sus manos paseándose avariciosas por mis pechos y su respiración agitada a causa del orgasmo…era un angel.
Acaricié su frente y sonreí ,él abrió sus ojos y besó mi frente. Parecia dichoso.
-¿Complacida, amor?.- susurró, con los ojos entre cerrados.
-Inmensamente.
Besó mi nariz y abandonó su intimidad de la mia para ponerse a mi lado. Allí me acercó a él y me abrazó dejándome la cabeza a la altura de su pecho.
-Ha sido maravilloso; Edward.- le dije jugando con su vello entre mis dedos.-
Se rió.
-Te voy a vestir de amor toda mi vida. Te enseñaré a beber de él. Te sembraré y tú germinarás….no te asustes… confía en mi. Tengo todo un mundo preparado para ti. Solo espero enseñarte a amarme….¿Bella?
Me habia quedado muda con aquellas palabras. Busqué sus ojos y me recosté con la barbilla en su pecho.
-Quiero enseñarte a amarme….-susurró con los ojos suplicantes de amor.
Continuará….
ho9laaaa estuvo espectacularrrr que lemmonnn fuee hermosooo y tambien muy romanticoooo me encantooo edward en este capiii fue muy tierno con bellaaa... yy la ultimaa fraseeee ahhhhhhhhhhh mee dejo locaaaa de amor por ell jajaj,,..bellisimo el capiiii!!!!! besoss buen fin de semanaa...adios!
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