THE PRIEST
CAPITULO 3
-Llegamos.- dijo serio, y tragando la saliva que se agolpaba en su garganta.
Bajaron los dos a la vez y tocaron a la puerta esperando que su mamá abriese.
Un silbido escapó de los labios de Emmet.
Edward alzó la vista para encontrarse con una de las maravillas del mundo: Isabella Swan.
-¡Hola tío Edward!.- los brazos níveos de la muchacha se alzaron y abarcaron el cuello del sacerdote, mientras éste tragaba con dificultad.
Era demasiado tentadora para su bienestar.
-Hola pequeña.- susurró él, muy cerca de su cuello, de el que inhaló, y se prendió el fuego del hombre que yacía en su interior.
Hubo un carraspeo y Bella miró al acompañante de Edward.
Su rostro se puso colorado de inmediato. Era el hombre mas atractivo que habia visto en su vida.
Sonrió nerviosa, mordiéndose un labio y bajó la cabeza; dando unos pasitos hacia atrás, mientras se oia la voz de Charlie y Esme que salian también a recibir a los invitados.
-Querido….- la voz de Esme, protectora y dedicada a su hijo, incomodó de alguna manera, al sacerdote, que habia visto la reacción de Bella con respecto a Emmet.
-Mamá.- sonrió.- ¿te acuerdas de Emmet McCarty?.- Edward, puso uno de sus brazos en el hombro de su amigo y su sonrisa se volvió mas amplia; contagiando a Emmet.
-¡Maldito Bribon! ¿Cómo no me voy a acordar de ti? Si erais prácticamente carne y uña….pasad, pasad…
Bella se quedó detrás de los chicos, admiraba las fuertes espaldas de Emmet con una mirada totalmente nueva para ella.
Aquellos tonificados músculos que se apreciaban debajo de aquel suéter de cuello alto, habían dado un fogonazo de calor en su interior.
Se sintió apenas mareada y caminó detrás de ellos, algo ida.
Ya en la mesa, ayudó a Esme a servir todos los platos.
De vez en cuando lanzaba miradas a Emmet, quien alguna vez que otra, también la estaba mirando a ella.
Un dolor mágico pero agotador; comenzó nacer en su interior…
-¿Entonces…en que trabajas Emmet?.- Charlie, comía tarta de fresa. La favorita de Edward, con autentica glotonería.
-Tengo una empresa constructora. El alcaide, me ha pedido que de el visto bueno a un terreno, antes de llegar a la reserva; allá en La Push. Hay varios metros que pueden ser edificables….
-No tenia ni idea…- susurró Charlie pensativo.
-Bueno, en realidad señor Swan. Esto es un secreto. Aún se tiene que firmar en las cortes. Todo depende de que el presupuesto sea aceptado.
-Mmmm….-Charlie no paraba de comer.
-Newthon, no piensa nada mas que hacer dinero…la ermita lleva años sin ser restaurada y un dia se nos va a caer el techo mientras doy la misa.- siséo Edward sin dejar de mirar el plato.
Isabella se fijó en el ceño fruncido de su tío.
Edward parecía estar de mal humor y no entendía el porqué.
Hacia varios días que no se veian y ella y él siempre habían congeniado a la perfeccion.
Incluso, habia dormido varias veces con él en su pequeña habitación de la sacristía, cuando ella se quedaba muy tarde con él, ayudándole con el preparado de la misa del dia siguiente.
Claro que de aquello, hacia ya muchos años. Tres o cuatro, quizás.
Los últimos años, Edward parecía haberse ido alejando sin que ella supiera el porqué.
De todos los miembros de la familia Cullen; Edward y Alice eran quizás los que mas amaba, mas incluso que a la propia Esme.
Aprovechó que estaba a su lado para acariciarle la mano; como siempre lo hacía.
-Tío Edward…¿Qué te ocurre?.- le susurró Bella al oído.
Edward se paralizó ante el contacto de la joven y dejó de respirar, cerró un momento los ojos y se recreó en el momento como si hubiese sido una eternidad.
-Nada.- le sonrió apenas, mirándola a los ojos.- ¿Por qué , pequeña?
Ella frunció el ceño, ante la atenta mirada de él; bajó la mirada, buscando algo entre sus manos nerviosas.
-Te veo algo serio, preocupado. Quiero que estes feliz. ¿Sabes que te quiero tío?.- al decir esto ella lo miró a los ojos y parpadeó un par de veces para tratar de contener las lagrimas.- Sufro si tú sufres. Te echo de menos…
La mano de Edward se deslizó hacia su muñeca; le dio la vuelta y se la llevó a sus labios perfectos, dándole un suave beso que hizo que Isabella, se revolviera inquieta en la silla.
Edward le sonrió de una manera completamente nueva para ella y sus ojos se posaron en su madrastra, que miraba la situación, con seriedad. Esme, se veia en realidad bastante molesta.
La cena fue amena y Charlie y Emmet, se cayeron respectivamente bien.
Al salir de casa de los Swan, Emmet, se volvió hacia su amigo, antes de llegar al aparcamiento para coger el auto.
-Tu sobrina es preciosa, Edward.- sentenció, serio.
Edward se envaró y su mandibula crujió de pura impotencia.
-Sí. Ella es única.- le dijo, y siguió caminado, dejado a su amigo callado, unos metros mas atrás.
Subió al coche y arrancó esperando a Emmet, que entrara en el volvo.
-Me gusta. Me preguntaba si no te importaría que saliese con ella.- esto lo dijo mirando el salpicadero, con un brillo de ojos especial.
Edward se revolvió y lo miró endemoniadamente cabreado.
-¡Es que no has visto que es una cria! ¡Metete con las de tu edad! Isabella necesita un chico de su edad…
-Me gusta, Edward…y con tu consentimiento o no. Voy a verla seguido; de ello puedes estar seguro.
Edward bufó y apresó las manos en el volante, indignado, fustrado y sumamente enojado.
-Ella no es de las que estas acostumbrado, Emmet. Isabella es pura, blanca, virginal…
-¡Basta de adjetivos! ¿crees que no me he dado cuenta? Quiero conocerla, que ella me conozca a mi. Las cosas podrían ser serias con Isabella Swan.
-¿Cómo de serias?.- Edward miró a su amigo, con los ojos como platos; a punto del paro cardiaco.
-Tan serias como para hacerla mi novia y casarme con ella…
-Estas loco.- siseó, Edward, antes de poner en marcha el auto y manejar como un loco, hasta el departamento de Emmet.
Cuando su amigo bajó del auto, lo miró de manera inquisitiva.
-Edward, si no supieras que eres cura. Juraría que estas enamorado de ella….espero que no sea así, porque las vas a pasar muy, muy mal. Isabella Swan, un dia, será Isabella McArty. Espero que esa idea vaya entrando en tu cabeza mas pronto que tarde.
Cerró la puerta del auto y se volteó para adentrarse en el jardín del mueble urbano de aquella comunidad.
Edward lo observó sin pestañear.
Maldijo entre dientes, y puso en marcha el auto como un loco…..
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DOS AÑOS Y MEDIO DESPUES…
-No puedo creer que no venga, Alice. Me prometió que lo haría……- Isabella enjugaba las lagrimas en el hombro de su tia, maestra y mejor amiga, Alice Cullen.
-Yo tampoco comprendo, Bella. Pero mira…te estas poniendo como unos zorros… ¿Tú crees que llevo horas contigo aquí metida, para que ahora se te corra el maquillaje por culpa de mi hermano?
Bella negó con la cabeza y sonrió, sin que esta sonrisa le llegara a los ojos.
El vestido blanco, brillaba de manera hipnotica, bajo los rayos del sol de aquella mañana.
El dia parecía feliz de verla; pero ella creía que el que Edward, no estuviese presente en el que se decía, el dia mas feliz de su vida; hacia que se encontrara sola y destruida.
Aquella noche, habia tenido el presentimiento que él no aparecería.
Aunque se lo habia prometido la ultima vez que habia hablado con él por teléfono.
Flash Back
-Dime que vendrás tio Edward. Por favor…la fundación puede estar sin ti varios días….Necesito que tú oficies la boda….
-Isabella…te prometo que iré…pero si por algún motivo no puedo hacerlo, quiero decirte que deseo que seas inmensamente feliz con Emmet….
-Tío….
-No llores pequeña. No quiero que derrames una sola lagrima por mi. Debes estar feliz en estos momentos…¡Te casas, pequeña!
-Quiero que estes conmigo, tío. Que compartas mi felicidad…hace demasiado tiempo que no te veo..
-Creéme, ha sido lo mejor.- dijo Edward en un murmullo casi inaudible..
-¿Qué?
-Nada, pequeña. Te prometo que haré todo lo posible por estar ahí contigo acompañándote….Te quiero Bella.
Fin del Flash Back
Bella recordó la intensidad de aquella frase y sus ojos volvieron a derramar lágrimas.
Algo no estaba bien en aquel maldito corazón suyo. ¡Debia de estar feliz! Como le dijo tío Edward, y lo estaría, por él y por todas las personas que la amaban; que eran muchas.
Unos golpes en la puerta de su habitación, la hicieron girarse.
-¡Oh, Bella, estas preciosa!.- Esme, corría hacia ella y le daba dos suaves besos en las mejillas.-¿Pero porque lloras, preciosa? ¿Qué te pasa?
-Echo de menos a Tío Edward…
Esme se puso rigida, y se obligó a abrazarla con el ceño fruncido.
Edward se habia marchado a Sierra Leona, hacia ya dos años.
Una fuerte discursion con Emmet habia sido la gota que habia colmado el vaso..y ella lo sabia.
Allí de misionero, ayudaba a aquellas pobres gentes a hacer su vida mas fácil e inculcarles la fé en el cristianismo.
-Aún puede llegar, Bella. No llores por favor….vas fastidiar todo el trabajo de Alice.
La mujercita que se habia sentado en la cama; para admirar a su madre y a Bella, suspiró.
-No hay manera; mamá. Está emperrada con Edward. Te juro que si no se presenta y Bella aparece en las fotos del álbum con el maquillaje hecho un desastre, le clavaré, estas uñas.- dijo Alice, levantando las palmas de las manos, para enseñar sus uñitas pintadas de rojo sangre.- en sus preciosos ojos verdes.
Bella miró a su tia y casi se carcajeó.
-Venga nena, tu padre te espera.
-Sí.- espetó Bella algo mas segura.
-Espera; el velo. Tengo que ponerte el velo.
Una vez que Alice la tuvo preparada, salieron. Esme y Alice, primero y luego Bella, acompañada de su padre, que esperaba en la puerta sumamente nervioso.
-Estas preciosa…Bella.- susurró su padre, maravillado al verla.
-Gracias papá.- Isabella se ruborizó y clavó la mirada en el suelo.
Bajaron los peldaños de la escalera y Bella observó la maravillosa decoración que habían hecho en un pequeña y humilde casa.
Y allí estaban todos…
Aro, Zafrina, Rosalie, que la miraba con adoracion, Jasper el marido Alice, Esme….todos a excepción de Edward…todos…
Cuando pasó el umbral de la entrada de la casa, para ir a parar al jardín; del brazo su padre, el corazón le dio un vuelco.
La sonrisa apareció en su rostro y se soltó del brazo de su padre para correr a los brazos del hombre en el que habia pensado durante días…
Él que estaba parado , junto a Emmet.
Edward Cullen, vió como se acercaba su angel, corriendo y su corazón se contrarjo de dolor, ella se veía tan feliz que corría, hacia los brazos de Emmet sin esperar a dar el sí quiero , se quedó sin aliento cuando los brazos de Bella lo envolvieron por la cintura y su cabeza se recargó en su pecho suspirando de felicidad.
-Gracias Edward….gracias…..
Edward le besó la coronilla con el impedimento de aquella fina capa de blonda blanca y ella alzó la cabeza para mirarle los ojos.
Se sonrieron ambos…
-He venido a oficiar tu boda ¿recuerdas?.- dijo él de manera divertida.
-Si.- le dijo ella imitándolo.
Edward se separó de ella y caminó hacia el pequeño estrado.
Isabella se quedó parada mirándolo.
Habia engordado levemente y se veía mas musculoso; aun mas hombre de lo que recordaba.
Su piel estaba mas bronceada y con esto sus ojos se veian aún mas verdes e insolentes.
Aquel cabello cobrizo suyo se veía salvaje y terriblemente sexy. Bella tragó en seco y giró su rostro para contemplar a su futuro marido….Emmet….
Continuará…
holaaa ahhh rositaa estoyy muyy enojadaaa jajajaj ya va en dos historias que vas a casar a bella con el hombre equivocadooo asi que estoy ofendida y me pondre en huelggaa jajaajaaj pero este edward es un idiotaaa como irse y no quedarse y luchar por bellaa ahhhhhhhhhhhhhhhh y bellaa casarce con emmett seguroooo que ni lo amaaaa ufaaa...u emett igual no me caeee je ahora no lo quiero con bellaaa ...jajaj!! asi que que pase algo y no se casen jee...gracias por subirrr...besotes!!!
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