martes, 14 de diciembre de 2010

Marcada

CAPITULO 8

Edward Pov
Perdí mi total cordura, cuando el olor de Bella se impregnó en mi, como si de un fuerte cordón de acero me sostuviera a ella y no al contrario.
En mis brazos y tendido en aquella cama, despegué de su espalda toda la ropa que había pegada a la carne ulcerada.
Cerré fuertemente los ojos al ver, como había crecido la marca desde la ultima vez que la ví; hacia escasamente varias horas.
Se prolongaba casi hasta la nuca y el brazo izquierdo. Pero no era algo que se pudiese ver con claridad.
Levanté mi cuerpo, tembloroso del lecho; dejándola tumbada boca abajo y saqué la sábana que había en este, para poder limpiar con algo la herida ¿Dónde se metia mi padre…joder?
Comencé a limpiar premurosamente toda la sangre que salía por todas las hebras de carne abierta y me conmoví ante el contacto de ella.
Me llevé el trozo de sábana a la nariz y aspiré profundamente su esencia. Era enloquecedor.
Apreté fuertemente mi madibula y seguí, cansado y excitado limpiando la exultante herida de la espalda de “ nuestra reina” . Así la había llamado Aro, al probar su sangre. Y había dicho que era deliciosa….
Mi cabeza bajó hacia su piel y pegué mi lengua en una de las trazas sangrantes; sacando el monstruo que había dormido en mi… Respasé con la lengua una de las heridas limpiamente y mi cordura se fue literalmente a pique. ¿Aquella mujer…?
Negué con la cabeza y separé ésta de su espalda, intentado huir de aquel sueño imposible.
-Edward.- susurró ella, con voz entrecortada.
-Dime Bella, estoy aquí. Carlisle vendrá de un momento a otro..y te curará.
-No…Edward, sigue…cuando lo haces….no siento dolor…
-Pero Bella…
El tono de ella se endureció un poco al hablarme.
-Olvida lo que te he dicho antes, Cullen; me alivias y eso es todo lo que sé. Lame mi sangre…por favor.- Estas últimas palabras fueron un susurro casi sensual y me enardecí. Un nuevo sentimiento florecía en mi por aquella vampira fértil que debia ser nuestro nexo de futuro a una vida mejor.
Asentí levemente con la cabeza y volví a probar de un lengüetazo su maravillosa sangre.
Un sonido gutural salió de sus labios y decidí ir mas a prisa en mi tarea.
Embriado de placer ante tal delicioso manjar, cuando volví la vista hacia las marcas ya lamidas, me dí cuenta, de una cosa que no había pasado la vez anterior cuando la curó Carlisle en la nuestra casa de Forks.
La cicatriz no se secaba al contacto de mi saliva; si no que parecía suturada. Y se marcaba como un enrevesado tatuaje; con un compendio de letras que era muy difícil de adivinar, porque aún me quedaba mucha tarea que desempeñar.
-Sigue, Cullen. Es fantástico.- Me dijo.
Estoy seguro que si hubiese estado vivo; Me hubiese puesto colorado como una grana. Descarada y sexy, tendida en aquella cama. Totalmente descubierta de ropa, de cintura hacia arriba, yo inclinado de rodillas en la cama;chupando ardorosamente sus heridas…. No contemplaba en mi mente una imagen más perversa y excitante.
Volví con mis labios hacia su deliciosa piel y inicié de nuevo mi tarea…nada hostil.

Ella, había cerrado los ojos y abria la boca de vez en cuando, mordiendo sus labios y paseando viciosamente la lengua por ellos.
Esta mujer estaba a punto de enloquecerme y yo no era dueño de mi cuerpo… lo era ella y solo ella.
Mi mente que iba a mas revoluciones de lo que era normalmente, volvió a repasar el discursito de Aro cuando dijo que uno de nosotros seria su compañero…¿Qué tal si era yo?
Aquel pensamiento, me inflamó el pecho de lujuria y pasión, dejando la lengua atrás y ayudándome con los labios en la ardura tarea de limpiar la herida “ a la reina”
-Nada de confianzas, Cullen.- dijo con una voz mucho mas en el tono en el que ella se refería normalmente.- Tus labios, son delicados; pero ya me encuentro mucho mejor. Gracias.
Yo parpadeé varias veces como si me hubiese despertado de un sueño y la miré.
Su cabello expandido por toda la almohada y sus facciones perfectas, acariciaban la almohada de una manera que me dio un arranque de celos muy…fustrante.
-Bella te he cauterizado toda la herida.- le dije, mirando, fijamente su perfil, perfecto.
-¿Cómo?.- quiso levantarse, pero creo que tuvo un acto reflejo, al observar su desnudez.
-No creo que se vuelva a abrir.
-Pero eso es…extraño…tú has podido hacer algo…increíble, Cullen… siempre te estaré agradecida.
Sonreí tibiamente y volví a mirar su espalda, preciosa.
Abrí mucho los ojos al ver las palabras escritas en aquel trozo de piel tan extenso. Me levanté como atontado del lecho y cuando toqué tierra firme, dí un traspié y por poco caigo, como si se hubiese adueñado de mi, una total humanidad.
Las palabras se unian entre si formando un nombre; claramente legible para mí.
Anthony Masen.
Tragué en seco y por Dios…no tenia corazón , pero lo sentía, cabalgando loco en mi garganta.
-Edward…. Gimió de ella, de nuevo.- Ahhh… Edward.. algo pasa de nuevo…
Me acerqué con miedo hacia ella y la miré como quien vé el sol por primera vez.
-Dime.- hice un ademan, para acariciale el cabello; pero me contuve. Reprimiendo mis impulsos.
-Me duele el pecho. Edward. Me da pena contigo..pero… se me está abriendo el pecho, Edward…ayudame…por favor…Cullen…
Cogí sus hombros con cuidado y la volví.
Un nudo en la garganta, galopante, me resecó la garganta , sus pechos pequeños, redondos y sus pezones erguidos, hicieron que mi sexo creciera hasta dolerme….
-Lame mis heridas Cullen..- dijo entrecortadamente.
Obnuvilado por la visión de sus senos, aprecié que por encima de ellos , unas trazas también sangrantes la maldecían hasta el punto de dolerme también a mi.
Pegué mis labios a su clavicula y bajé salvajemente, enardecido por la pasión continua de su sangre y su cuerpo, lamí, devoré todo el liquido elemento que salía de su cremosa piel.
Volví a mirar de nuevo sus pechos y un nuevo deseo me embargó de una manera fundamental. Queria moderla, marcarla como mia. No podia ser ¿O si? ¿Seria yo…?
Parpadeé varias veces y noté como sus delicadas manos se plantaron en mi pecho, queriendo apartarme de ella.
Las heridas de su pecho comenzaban a cauterizar; también como las de la espalda y me sentí hinchado de dicha al obsevar lo que había en un tatuaje perfecto prendido en su delicado escote: “ Edward”
Mi mente se volvió loca de atar. La cogí en mis brazos y ella me miró como si estuviese extasiada, avancé con mis labios hacia su cuello, hermosa y abrí mi boca para plantar mis dientes en su carne, algo más tibia que la mia.
Rasgué su piel y jadeo de placer, salió de sus labios a la vez que de los míos.
Bebí como un loco de aquel manantial de dicha y de repente me sentí un monstruo por lo que estaba haciendo con ella….yo..todo yo, era impulso.
Sentí como sus manos recorrían mi pecho y me rasgaban la camiseta que llevaba…y cuando sentí el dolor fui dolorosamente expuesto a la verdad.
Su boca perfecta se abrió con una perfeccion sensual y me abrió la carne con sus dientes; casi a la altura del pezón : Me estaba mordiento y bebiendo de mi sangre.
Con total adoracion la miré. Ella era mi compañera, y yo no había sabido esperarla…yo era aquel vampiro, con el que tenia que crear alianza para seguir un nuevo rumbo, y yo me sentía amendrantado ante lo que se me venia encima.
La volví a mirar lleno de orgullo ; ella era mi reina, y yo seria su rey; pero antes de eso iba a penar como un maldito condenado hasta que ella viniera a mi.
La sangre de su boca , caia y se relamía con ferocidad.
No me dí cuenta en que momento dejamos de estar solos.
Sólo pude levantar la vista y ver a mi padre y a Aro.
El primera nos miraba con asombro y el segundo con satisfacción.
Era mia. Mi nombre humano estaba grabado con dolor en su espalda desde hace cientos de años …pero por algo que me era completamente desconocido; unas nuevas brechas habían aparecido en su escote y aquel era mi nombre completo.
Sin hacer apreciación a nada, un suave dolor en el pecho me descolocó.
Aparé a Bella de mí descuidadamente y un dolor desgarrador se hizo dueño de mi, dejando a “ mi reina” completamente ofuscada y temblando.
-¡fuera de aquí!.- les grité a todos.- ¡Llevatela, Carlisle, ahora….!
Mi padre cogió a “ mi esposa” y la cubrió con la colcha, enredada, yo la miré queriendo tocarla y alguien me lo impidió.
Alice estaba allí, yo sabia porqué.
-Yo te ayudaré Edward. Lo he visto todo. Sé lo que es para ti Bella y lo que tú eres para ella. Escucha.. tranquilo.- miré hacia el umbral, Carlisle había desparecido, junto a Bella y Aro.
-Estas marcado, Edward. Su nombre se está grabando en ti…


Continuará…¿

1 comentario:

  1. holaaaaa ohhhhhh espectacular el capitulooo...guauu...edward es su reyy yaa mep arecia a mi que el iba a ser su parejaa y bella tiene grabado su nombree y el de ella se le esta grabandoo a ell...me gustoo muchisimoooo el capii!!!! voy a estar esperando por l que sigueeee...quieroo saber que va a pasar cuando se veannn edward ya sabe quees su compañeroo peroo ella ??!!!! no lo sabe todaviaaa...nos leemosss"!!!! besoss!!!

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