viernes, 17 de diciembre de 2010

Son Flores Para Bella

CAPITULO SEGUNDO




Edward Cullen daba vueltas por el enorme salón.
Al fondo su madre leia un libro.
En un extremo estaba la recién estrenada televisión de plasma y más al fondo una gran chimenea encendida.
De vez en cuando Edward se inclinaba hacia el fuego y le atizaba. Unas veces le metia mas troncos y otras lo removía con el atizador.
Esme lo seguía disimuladamente con la mirada.
Era guapo Edward.
A ella al menos como madre, le encantaba. Cierto que tenia aquel cabello cobrizo revuelto, del que daba igual si se peinaba, volvia a su origen rápidamente. Sus cejas gruesas , con unas pestañas largas eran el marco perfecto para aquellos ojos verdes provocadores.
A veces ocultaba su cara en unas gafas de ancha montura. Pero de todos modos resultaba muy varonil y su carrera de ingeniero, recién terminada, le daba un aire de curiosa madurez.
En aquel momento Esme, sabia que estaba impaciente y que esperaba que ella le hablara de la profesora de idiomas. Pero ella prefería…soslayar el tema. No sabia por que Edward tenia tanto empeño en aprender Aleman, cierto que se iba a Alemania a finales de verano, pero aún faltaba mucho tiempo. Porque estábamos a principios de invierno y, por otra parte, ella entendía que Edward sabia lo suficiente alemán para entenderse con los alemanes.
Ademas si la hija de Reneé le decía que no…pues no había manera…
Reneé era su mejor amiga y sabia que si le daba clases a Edward no iba a cobrarle; y eso no le agradaba. Porque Reneé vivía de un retiro. Cierto, un gran retiro de su esposo fallecido, que había sido jefe de policía en Forks…y también vivía de las clases de Bella.
Esme apenas conocía a la muchacha. La veía demasiado seria y formal para su edad.
-Mamá.¿Has hablado con tu amiga?
Esme Cullen casi dio un salto, porque estaba en aquel momento, muy ajena a la presencia de su hijo en el salón..
Lo tenia ante ella.
Alto y delgado…pero fuerte, atlético, pensó ella.
Pero vestia demasiado informal y eso a su madre no le gustaba.
-Edward, hijo que mal te vistes.
Edward soltó la risa. Una risa que le abria la boca de parte a parte y mostraba unos dientes nítidos, de lobo hambriento.
-Pero mama, no me vengas ahora con esas cosas.
-La verdad, la verdad, Edward. A veces me dan respingos, viéndote con esos pantalones rotos y con esas camisetas pegadas y esas chaquetas de cuero…
Edward vestía en aquel momento un pantalón negro, un sueter de cuello alto del mismo color y sobre el respaldo de una butaca se hallaba su cazadora de aviador.
-Los tiempos no permiten a uno buscando modelitos mamá, soy ingeniero ¿no?: He terminado la carrera hace apenas unos meses. Me mandan a Alemania. Necesito conocer el idioma y de hecho las máquinas que se usan en en la empresa.¿Entiendes? El alemán no se me da muy bien.
Su madre ya sabia lo que quería.
-Ya he hablado con Reneé y me ha dicho que se lo comentaria a su hija. Estoy esperando contestación Edward, pero hijo ¿ No hay mas profesoras de idiomas en Forks?
-Ninguna tan competente como…Bella Swan.
-No lo dudo. Pero Bella tiene muchas clases.
-Una más y bien pagada…
-Edward no te olvides que Reneé es mi mejor amiga. Que no puedo sobornarla, ni obligarla, ni…
Edward estaba inclinado hacia delante, se irguió y su madre lo miró con desaprovacion.
-Hijo, parece que te has quedado mas delgado. ¿Ocurre algo que te tenga preocupado?
Naturalmente.
La culpa la tenia Bella.
Y aquel lechuguino de Mike.
Hum.
-Bueno mamá si no accede yo hablaré con ella.
-¿Con Bella o con Reneé?
-Con Reneé por supuesto. Estoy harto de verla contigo. Lo que me extraña es nunca haya visto con vosotras a su hija.
-Es que Bella es así.
Él no sabia como era Bella por dentro.
Por fuera si; la veía con frecuencia, aunque Bella jamás supo “ que el la veía”
Empezó a verla por los pubs de media tarde, en compañía de aquel individuo llamado Mike Newton.
Y la verdad es que necesitaba dominar el idioma alemán, pero a la vez, necesitaba ver a Bella bien de cerca…
E iba a conseguirlo. Él no era un tipo que se rindiera cuando quería algo y ese algo le interesaba mucho.
¿Por qué le interesaba?
Bueno, pues no lo sabia.
Pero de que le interesaba estaba seguro.
-Ya me diras la contestación de tu amiga, mamá …
-Bella me parece muy estirada Edward, muy orgullosa…
Tambien a él.
Por eso mismo.
Lo fácil lo conseguía todo el mundo.
Lo maravilloso era conseguir lo difícil.
-De todos modos deseo que sea Bella quien me imparta las clases de alemán.- cogió la cazadora y se enfundó en ella. Se veía sexy Edward con aquella cazadora, pensó su madre.
-¿A dónde vas?
-A dar una vuelta, acuéstate. Volveré en seguida.
Edward le envió un beso con la punta de los dedos y se alejó riendo.
-No tardes Edward.
-Una partida de bolos en el café con los amigos,aquí a la vuelta de la esquina, tranquila mamá, regreso rápido.
-Adios hijito mio.- le dijo su madre, lanzándole también un beso con la punta de los dedos.
-Mamá no me llames asi. Soy todo un hombre.- gritó Edward alejándose.
Lo era, vaya si lo era.
Lo sabían muchas chicas que era un amante exultante de energía.
Las chicas gozaban tanto, teniendo entre las piernas que se lo sorteaban como si fuera un caramelo en la puerta de un colegio.
Pero él sabia disimularlo cuando quería.
Se lanzó a la calle y respiró mejor
Miró la acera sonriéndose a si mismo y agachó la cabeza para sacar un pitillo de su bolsillo.
Un vehiculo, había pasado tan rápido por la carretera que lo había empapado de lodo. Miró el coche y suspiró dejando caer el cigarro.


Bella fenó su pequeña Chevy y asomó la cabeza por la ventanilla.
Aquel chico que ella había llenado de barro, debido a la velocidad de la camioneta….estaba furioso.
-Perdone.-dijo Bella atragantada.- No le ví.
El chico avanzó quitándose el barro de la cara.
Fue cuando Bella lo vió.
¿El muchacho aquel que se tropezaba en cualquier sitio?
No le faltaba mas que eso.
Con lo furiosa que ella estaba y encima…el impertinente mirón, allí.
-Quitese de emedio.- le gritó exasperada.
Edward se acodó en la portezuela de la chevy.
-Me has puesto guapo. Tendras que llevarme al centro.
-¿Yo?
-Sí, me has llenado de barro.
Bella estaba de muy mal humor.
-Le aseguro que yo no lo busqué a usted y que el auto no tiene ojos. ¿Por qué no se retiró un poco más a un lado?
-¿De quien es la calle?.- preguntó Edward.- De todos ¿no?
-Oigame.
-Mira, óyeme tú. Necesito no sentirme avegonzado. No pensaras que voy a cruzar todo Forks con esta pinta de deshollinador ¿no?
Bella se mordió los labios.
Estaba harta de él.
Harta de topárselo en cualquier sitio. Harta de que aquel jovenzuelo la mirase, aún estando ella con Mike.
¿Cuántos meses hacia que se topaba con él en cualquier esquina?
Más de tres meses.
A veces era una pesadilla el tal jovenzuelo mirón. A veces tenia ganas de decírselo a Mike, pero también es cierto que temia que Mike lo tomara a broma. A veces quería girarse y gritarle:
“¿Qué te pasa a ti? ¿A quien mierda miras? ¿Es que tengo monos en la cara?”
Pero, no, era darle demasiada importancia.
-Suba.- decidió.- Me pondrá la chevy perdida, pero tengo prisa y no puedo pararme a discutir. Suba.
Edward subió todo modosito.
Como si jamas en su vida hubiera roto un plato.
Y había roto muchos…vaya si había roto platos…una vajilla ..jejejeejj!! Aunque su madre continuara considerándolo un crio, él no lo era y si no, que preguntara en sus círculos… se quedaría tan paralizada como asombrada.
Bella también lo veía como un crio… Y de momento iba a dejar que lo siguiera pensando…
-No sabe como se lo agradezco.
Bella puso el auto en marcha.
Le miró de refilón.
Aún tenia barro en la frente, pero en cuanto a la vestimenta…bien se podía haber paseado por todo Forks y nadie hubiera deparado que estaba manchado de barro. Pantalon negro, jersey negro, pelo de un tono cobrizo, ojos verdes..de lo más desconcertantes.
-Yo ya te conocía..- dijo él, mansamente.
Bella lo miró de soslayo.
Algo airada.
-¿Si?
-Te veo por ahí..
-Ah.
-Te veo con un tio..
-Es mi novio.
-¿Si?
-Sí.- rabiosa.- ¿tiene algo que objetar?
-Bueno pues, ahora que lo dices.- dijo, intentado parecer un adolescente, titubeando.- Veras…
Bella lo miró otra vez.
-¿Si? ¿Y quien es usted para objetar?
-Un hombre.
-¿Qué?
-Ah…¿no me consideras un hombre?
-Claro que no. Un imberbe consentido.
-No soy un imberbe.- dijo mirándola con el ceño fruncido.- Un consentido…no sé. Tengo veinticinco años y he terminado la carrera.
-Usted no tiene veinticinco años.
-¿No? Mira..mira.- le enseñaba su carnet de identidad.
Bella ni lo miró.
Sacudió la cabeza negando.
-No me interesa su edad…¿Dónde lo dejo?
Atravesaban Forks.
-Aquí mismo. Me voy a una lavandería a que me limpien la vestimenta.
-Lo siento.- dijo ella.
-Pues paga la lavandería.
Bella detuvo el auto y lo miró furiosa.
-¿De veras desea que le pague el estropicio?
-¿Y poque no?
Mantenia la mano extendida.
Bella no lo dudó mucho. Malhumurada como estaba, contrariada como estaba y con toda la prisa que tenia, necesitaba quitar de en medio aquel mirón rápidamente.
Metió las manos en los bolsillos y sacó unos dólares.
-¿Basta?.- preguntó desdeñosa.
-Bueno.
-Tenga.- despectiva.- Ay Dios..se encuentra una con cada cosa…
-Gracias…Bella.
-¿Cómo? ¿De que me conoce? Por que yo.. mi nombre no se lo he dicho.
- Cuando a los hombres, nos gusta una mujer; lo sabemos todo de ella.
-Es el colmo.
-Si, aunque me parece que después de oírte ya no me gustas tanto…ç
-¡Impertinente!.Baje, baje de inmediato.
Edward descendió y cerró la portezuela de la chevy. Bella la puso en marcha, como si deseara cuanto antes deshacerse de aquel estorbo.
Edward quedó en la acera mirando el dinero.
Sonrió.
La chica de Reneé, ahora le gustaba más. Mucho más oyendo su voz, y viéndola de más cerca.
La deseaba como jamás deseó a mujer alguna.
Y eso que él…¡JI! No le faltaban los romances.
Se restregó las manos y se fue directamente a una floristería.
Compró una ramo de flores, dio la dirección y salió silbando.
Algunos transeúntes lo miraban asombrado, pues la vestimenta de Edward seguía llena de barro. Un barro que se había secado y parecía de un color chocolate y ahora se notaba aún más.
Pero Edward iba tan campante, calle abajo silbando, satisfecho de si mismo y seguro de que tarde o temprano se saldría con la suya.

Continuará…

1 comentario:

  1. holaaaaa fascinanteee el capiiii.....este edwardd me encantoo je quieree conseguir a bellaa jee...y miraa como la espiaa y el que piensaa que ella no se daba cuentaaa y ella si se daba cuentaa...yy el ramo de floreess era paraa ellaaa seguramenteee???!!!!!! ahhh que bella acceda a darlee clasess me causo gracia cuando bella lo llevo en la camioneta discutieron mas que otra cosaaa...que caracter el de bellaaa..je!!! nos leemos en el proximo! besos!!

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