La hermana Isabella

CAPITULO 7
Rosalie Pov


En el transcurro del viaje hacia la villa, cantamos y contamos infinidad de aventuras, que a cada una de nosotras nos había marcado de alguna manera.
Aunque intentaba por todos los medios en no pensar en el encuentro con papá y aquella mujer en la habitación de mi madre. Evocaba la imagen durante mas de un segundo en mi cerebro y creía que iba a explotar en cualquier momento.
Miraba a Bella; seria muy fácil llamarla asi.
Se veía tan dulce y juvenil con aquel vestido de mamá. Aunque no había ningún rasgo característico de mamá en ella, no pude obviar, que tanto a mi como a mis hermanas menores, nos había dejado una huella honda en nuestros corazones.
Llegamos a la villa entre las risas de Alice y las perfectas imitaciones de Renesmee a papá.
Se cuadraba como él y fruncia el entrecejo como si lo fuera realmente.
Tardabamos unos segundos en reaccionar; ya que parecía que teníamos al mismo, Coronel Cullen, de la marina de los Estados Unidos delante nuestro.
El carruaje iba conducido por Jasper Wihtlock. Jasper era un chico de 17 años que era hijo de unos campesinos de la localidad vecina. Alice y él, tenían una especie de idilio de la que yo solamente era cómplice.
Alice era muy joven e inexperta; como yo. Pero también estaba totalmente enamorada de aquel chico que la miraba con adoracion. Yo también pensaba que el tal Jasper la amaba.
No tenia ojos nada más que para ella.
Así buscaba yo un hombre.
Aunque era un poco mas difícil ; ya que yo no tengo el carácter de Alice. Me gusta dominar, no que me dominen, y eso en los tiempos que corren es muy difícil.
La imagen de aquel hombre que estaba hablando con Bella, en el camino hacia el salón de música. Me impactó.
Tendida en el mullido césped de la villa. Abrimos nuestras maletitas de mimbre y nos dispusimos a poner el mantelito, los platitos, cubiertos, etc…
-Dile al muchacho que venga, Rosalie. No puede estar ahí como un pasmarote, viéndonos comer. Es injusto.- dijo Bella, con gesto serio.
Como un acto reflejo; mis ojos se dirigieron hacia Alice, quien adquirió una tonalidad carmesí, que hizo que me diera la risa floja.
Me tapé la boca con disimulo y respondí a Bella.
-Si, claro que si, Bella. Alice, dile a Jasper Hale que nos acompañe.- le dije a mi hermana, lo más seria que pude.
Ella asintió débilmente, se levantó y caminó hacia el muchacho que llevaba un junquillo en la boca. Al verla acercase a él, se le cayó el junquillo y se puso terriblemente nervioso.
-¿Qué quiere decir esa sonrisa divertida, Rosalie?.- inquirió Bella, con una sonrisilla.
-Mira a Alice, Bella. Mas vale una imagen que mil palabras.
Mi niñera, siguió con la mirada los pasos de Alice; hasta que dio con ella y observó por unos segundos , la manera de proceder de el muchacho con mi hermana.
-Vaya…
Yo me carcajeé. Habia descubierto a mi hermana; pero aquello me daba igual. Bella Swan era un pesona en la que se podía confiar. Se había ganado en pocos minutos mi corazón y el de mis hermanas.
Fuimos a recoger florecillas; igual que hacíamos con mamá, cuando vivía.
Jasper no se despegó de Alice ni un solo momento. Ël se sentía agusto con nosotras. Nos indicaba algunas de las plantas mas populares de la región; sus nombres, sus carasteristicas. Alice embelesada se lo comia con los ojos y yo y Bella nos mirábamos con suficiencia.
Habia un clima relajado . Aquello se estaba convirtiendo en todo un dia digno de recordar.
No quería volver a casa, salvo por la cercanía de aquel hombre que me había robado algún que otro sentido: Emmet MacArty. ¡Dios mio, que hombre!
En el horizonte, limpio y puro, comenzaron a atisbarse los preludios de unas nubes oscuras y oscas, amenazando nuestro dia perfecto. Debiamos irnos antes de lo previsto y aquello me enervaba mas de lo que estaba dispuesta a aceptar.
Odiaba ver a aquella mujer en compañía de mi padre. Lo odiaba a él por haberla traido al hogar de mi madre; Cediéndole la habitación, en la que ella se relajaba. Mamá leia allí, tocaba el arpa o simplemente, hechaba una cabezadita con alguna de mis hermanas.
Menos con Carlie. Ella no había tenido esa suerte. No había conocido a mamá. A mi dulce y bella mamá.
Recogimos rápidamente el mantel y los platitos del suelo de la villa y nos metimos bruscamente dentro del carruaje. Jasper Whitlock,nos ayudó previamente a subir a todas. Dedicando mas de una atención a Alice, quien no había dejado de ruborizarse en toda la incursión campestre.
De vez en cuando Bella y yo nos mirábamos y sonreíamos con complicidad. Aquello era tan puro y verdadero que solamente nos hacia emitir suspiros. Yo anhelando poder tener aquello algún dia. Y Bella no tenia idea porque.
No me había pasado por alto, las reacciones de mi padre hacia ella.
Su manera de mirarla, tan intensa y provocadora algunas veces. Habia herido mi sensibilidad.
Creo que mi padre le hablaba con los ojos a Bella y ella no tenia ni una santa idea de lo que le mostraba.
A mi padre le gustaba aquella chica. Y mucho. Seguro que mas de lo que estaba dispuesto a admitir.
Isabella Swan, era hermosa. Sus dulces rasgos envueltos en una cremosa y nívea piel, le daban una categoría muy superior a la “ noviecita” de mi padre.
Ya dentro del carruaje. Pudimos ver por las estrechas ventanitas como caia con fuerza la lluvia.
Jasper suspiró pensando en Jasper y en su remojon.
Carlie dormía plácidamente en los brazos de Bella. Renessme y Bree jugaban a las cartas y yo y Alice mantenieamos un silencio sepulcral.
Atisbé la mansión a lo lejos y cerré fuertemente los ojos.
Se acabó el primer dia de muchos en mi vida. Pero acabado significaba que volveria a ver la cara de aquella mujerzuela y del osco y orgulloso de mi padre. Edward Cullen.
Una cortina de lluvia implacable nos envolvió y nadie se dignó en salir a recibirnos con los paraguas .¡Aquello era inconcebible!
Entramos al gran recibidor, alisándonos los vestidos y secando nuestra caras con las manos.
Papá salió de no sé donde con cara de pocos amigos…como siempre.
-Hermana…¿se puede saber porque no han venido antes? Estaba terriblemente preocupado por mis hijas…¡Esto no lo vuelva a hacer!
Ella lo miró confundida.
Creo que pensamos lo mismo. ¿Es que ella podía haber adivinado la que iba a caer? Aquello era para volverse loca. Mi padre estaba demasiado ofuscado para pensar…
-No nos preguntes que tal lo hemos pasado. O porque Carlie viene rendida en brazos de Bella. Limitate a dar ordenes y a echar reprimendas, papá.-le dije enfadada.
Él carraspeó y quiso enmendar la situación; lo sé.
-¿Y bien?.- dijo con voz menos autoritaria.
- ¡Estoy hasta las narices!.- sentenció Bella dejando a Carlie en los brazos de mi padre y dándonos a cada una de nosotras un beso en las mejillas.- Me voy. No lo aguanto mas.- se giró hacia mi padre que la miraba como si se hubiera convertido en una estatua. Yo me reí interiormente y la felicité por su valentía hacia él.
Comezó a quitarse el corpiño del vestido sin ningún tipo de contemplación y las faldas, dejándolas en el suelo.
-Estoy harta de usted y de su carácter. Me exaspera. Es el peor hombre que conozco. Prefiero una y mil veces, seguir entre los algodones de mis monjitas que estar aquí, con usted.- No pude evitar pasear la vista por el cuerpo de Bella. Los pantaloncitos y el corpiño sin barillas, le daba un terrible halo de femme-fatale que no le pasó inadvertido a mi padre. Los ojos de él, centellearon y de pronto sentí un peso en mis brazos, Carlie. La había puesto en mis brazos.
Mis hermanas y yo nos miramos con los ojos muy abiertos. No podíamos permitir que ella se marchara. Era nuestro soplo de aire fresco,era afectiva, nos cuidaba, jugaba con nosotras, nos mimaba…era como mamá…
-Suba ahora mismo a su habitación Isabella, o tendre que llevarla a rastras.- sentenció mi padre con tensión. Tenia la mandibula apretada y sus puños estaban tensos.
-Claro que subiré. Pero a coger mis cosas y largarme de esta casa. Lo siento por ellas. Son mil veces mejor que usted. Creo que lo heredaron de su madre.- Bella Swan comenzó a subir peldaños.
Mi padre dudó unos segundos y la siguió hasta su habitación.
El violento llanto de Alice nos estremeció. Lloraba desconsoladamente.
-No quiero que se marche, Rosalie. Dile a papá que la convezca para que no se vaya.
Miré las escaleras, abstraída.
-No creo que papá deje escapar a Bella Swan, Alice.