Capitulo 3
Reneé recibió a su hija bajo el mismo porche.
Vivian en una avenida residencial. Un chalecito pequeño, alineado a otros muchos.
-¿Qué pasa mamá?-Salto Bella de la camioneta, preguntando, pues era raro que su madre, con aquel frio estuviese bajo el porche.
-Estoy muy contnta.- exclamó Reneé, besando repentinamente a su hija.- Muy contenta, Bella.
-¿Qué pasaa distinto a otros días mama?
-Mira.- y empujó la puerta y mostró el vestíbulo y al fondo la puerta abierta del living.
-¿Flores?
De Mike.
Bella frunció el ceño.
No había visto a Mike aquel dia.
Muy de mañana cuando ella salía, recibió una de nota de Mike enviada por un botones de la tienda de su madre. La nota decía “ No podré verte hoy. Salgo de viaje, pero estaré de regreso mañana por la tarde. Iré abuscarte al sitio de siempre y a la hora acostumbrada. Cariños. Mike.”
¿Mike enviando flores?
Sí, que era raro.
Pasó por delante de su madre y no se detuvo hasta llegar al living.
-¿Por qué sabes que son de Mike?
-¿De quien si no?
De nadie.
Desde que se hizo novia de Mike, y de eso hacia cinco años, apenas si tuvo trato con los hombres. Trato intimo, ninguno, trato superficial, si, pero no para que ningún hombre se viera obligado a enviarle flores.
Absurdo.
¿De Mike?
No consideraba a Mike tan…delicado.
Muchas veces se preguntaba que cosa le había gustado a ella de Mike para comprometerse con él.
Se alzó de hombros. El ramo de flores, más que un ramo se diría que era un jardín entero.
Tampoco consideraba ella a Mike tan desprendido como para gastarse un puñado de dólares en flores para su novia.
-Veamos.- dijo buscando la tarjeta.
Le costó encontrarla.
Estaba metida entre las perfumadas flores rojas y blancas.
-Son preciosas.- decía Reneé.
Bella no la oia.
Abría el sobrecito y sacaba la tarjeta, en la cual había unas pocas líneas, con una caligrafia perfecta, firme y vigorosa, que no era por supuesto la letra de Mike.
Leyó sin abrir los labios.
“ Perdona, soy el chico de los ojos verdes, que tiene pinta de crio y que tú has llenado hoy de barro”
Sólo eso.
-Parece que no te gusta lo que dice la tarjeta.
-¿Quieres leerla?
Y se la alargaba con desdén sin esperar respuesta.
- Oh.- exclamó Reneé.- ¿Quién es?
-Un mirón.
-¿Un que?
-Mamá por favor…¿no comemos? Son las diez de la noche.
-Oh, si, pero dime, dime. ¿Por qué dice eso del barro?
Bella levantó la tapa de la cacerola.
-Huele bien.
-Bella. ¿Qué tiene que ver el barro con las flores?
-Supongo que nada.- y sin transición.- Me gusta el asado.- se volvió hacia su madre, la cual estaba con la tarjeta aún en la mano y esperaba una respuesta concreta.- Mira mamá, si al caso vamos, creo que la obligada a mandarle flores era yo aél no él a mi ¿entiendes?. Le salpiqué de barro. Lo puse sencillamente perdido, no acabo de comprender porqué, encima, me envió flores. Pero los hombres son así de gilipollas.
Bella comenzó a poner la mesa en una esquina de la cocina.- Adornaré de flores la casa.
-¿Ese chico ….es un pretendiente?
-Mamá no hagas una novela de una cosa tan simple.Le sal- pi- qué.- deletreó. Es un chico nuevo para mí. Me persigue donde quiera que voy. Un crio consentido. Un muchacho que apenas si salió de las faldas de su mamá.
-¿Y Mike lo sabe?
-Mamá ¿comemos o no? No dejes correr tu imaginación. Yo me casaré con Mike, tarde o temprano. Ya no es cosa, después de cinco años, de dejar al novio…
-Claro hijita.
-¿Aunque supieras que iba a ser infeliz con Mike? Yo tengo una mente amplia, un concepto de las cosas lógico y humano y me temo que Mike tiene una mente de chorlito.
Reneé aturdida, se sentaba en la mesa y servia a su hija con precipitación.
-No te alteres mamá.Puede ser que al juzgar a Mike, suboconcientemente a quien juzgue es a su madre.
-No soportas a tu futura suegra y eso es grave.
-Supongo que lo será, pero yo no tengo la culpa. Es su madre la que me obliga a juzgarla así. El matrimonio puede ser una satisfacción, pero a la vez es una tremenda complicación. Es una esponsabilidad y sigo temiendo que Mike, no se atreve a enfrentarse con esa responsabilidad. Pero no creas que ella del todo…¿Tu crees que es normal que siga virgen mamá?
Reneé soltó la cuchara de pronto y miró a su hija con los ojos muy abiertos.
-¿Tú no…Vosotros no..?
-No, mamá.
-Sí, Eso es grave.- y de súbito-Tengo que concretar al go contigo, Bella.
-¿De Mike?
-No, de mi amiga Esme Cullen.
-¿Se casa?.- preguntó Bella divertida, como olvidándose de su propio problema.
-Bella.- le reprochó su madre.- que cosas se te ocurren. Tiene un hijo de 25 años, que ha terminado la carrera de ingeniero. ¿sabes? Ya te hablé de él… de las clases…
-Ah si.- Bella bostezó.
-Veras , al morir el marido de Esme, su hijoEdward sguió estudiando. Ellos tienen una empresa. No es suya enteramente claro. Pero el marido de Esme, tenia en la empresa sus buenas acciones. Es una fabrica de motores de no sé que cosa. El caso es que Edward, continuó estudiando para entrar en la fabrica que al fin y al cabo es tan suya como de los otros socios.
-Todo eso es muy lógico mama.- dijo Bella, complaciente. Encendió un cigarrillo y se puso a fumar mientras oia a su madre.- Continua.
Mamá estaba continuando sin respirar.
-Ahora resulta que la fábrica empieza a colaborar con una empresa Alemana. Y Edward desconoce el alemán y lo envían a Alemania a estudiar ese tipo de motores.
-Ah.
-¿Le vas a dar clases al hijo de Esme ¿
-Mamá sabes que estoy sobrecargada de trabajo…¿Qué tipo de chico es su hijo?
-Oh.- Reneé puso una expresión suavísima.- Estupendo hijita. Un chico inocente, inteligente, bondadoso, será un gran alumno. Él lo que quiere es aprender.
-Tendrá que ser en esta casa mamá y a esta hora.
-¿Tan tarde?
-No puedo antes. Ni me interesa dejar las clases que tengo, ni puedo meterlo aquí en la clase de las once de la mañana. Entiende. Si deseamos que ese joven adelante algo lo mejor es solo y a una hora que yo no tenga ninguna prisa. Ademas ya sabes que salgo con Mike…
-¿Pero no es muy tarde?
-No lo creo. Si ha terminado la carrera y sólo necesita aprender a Aleman, supongo que dispondrá de tiempo suficiente. Llama a tu amiga y díselo.
-¿No puedes ir tu por su casa?
-Mamá…
-Perdona, pero…
-Será muy amiga tuya, no lo dudo. Y me alegra que tengas una amiga a la que aprecias tanto. Pero yo vivo de mis clases y no puedo cambiar mis costumbres.
-A…alguna casa vas..
-Claro; cuando son chicos que dependen de un bachillerato y de poco tiempo para estudiar. Cuando son niños , mamá.
-Sí, claro.
-Llama anda.
Reneé se levantó y fue al teléfono.
Habló unos ocho minutos.
Al regresar a la cocina, miró a su hija con satisfacción.
-Dice Esme que le parece muy bien que Edward venga a esta casa a dar clase. Empezará mañana mismo.
-¿Mañana ya?
-¿No puedes?
-Es que regresa Mike y tal vez me retenga un poco por ahí.- se alzó de hombros.- Bueno, si no llego a las nueve y medio que espere ese hijo de tu amiga.
-Gracias hijita.
-Le voy a cobrar mamá.
-¡Oh!
-No tengo más remedio. Yo no soy una misántropa. Vivo de mi trabajo.
-Bueno…bueno..
Pero Bella sabia que no quedaba muy convencida, no obstante, ella no estaba dispuesta a perder el tiempo con un adulto, sin cobrar su trabajo.
holaaa sii que buenoo estuvoo este capiiii edwardd le mandoo floress que lindooo...bella deberia dejar a mikee es un tontoo ya quiero ver cuando vea que es edward al que le tiene que dar clases jajaaaj!!!! creo que no le va a hacer ninguna graciaaaa...bueno noss leemos en el que sigue...buenisimoo el capiiiii...adioss!!!
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