Marcada

Capitulo 7

-¿Estas bien, Edward?.- preguntó Carlisle en un tono preocupado.
-No lo sé.- dejé caer mi cuerpo en una silla victoriana, que embellecía el ilustre despacho de Carlisle y bufé por lo bajo.
-Aún estoy preguntándome el porqué de tu reacción a ella…
Volví mis ojos hacia él y lo miré intentando adivinar sus pensamientos; pero él se mostraba en una posición muy sensata; ,tenia la mente en blanco y no oia nada de lo que divagaba.
- Esta noche saldremos hacia Volterra, Edward, tenemos que hablar con Aro, Cayo y Marco. Creo que ya nos esperan.
-¿Tú crees?
- Sí.
-Oye, Carlisle, me pregunto como puede invertir el proceso de transformación, esa chica. Es algo absolutamente asombroso.
-No lo tengo muy claro; pero todo parte de la base que encontremos los escritos. Ahí esta la clave de todo Edward. Es de vital importancia que lleguemos a ellos de la manera que sea.
-Bien.- dije irguiéndome y caminando hacia la puerta.
-Edward…
-¿Sí?.- dije sin volverme.
-¿Hay algo que deba saber?
Me replanteé durante unos segundos decirle a Carlisle, lo que me hacia sentir aquella criatura; pero lo pensé mejor y me abstuve de ello.
-Cogeremos el primer avión hacia Volterra. Esta noche Edward, ten a toda la familia preparada.
-Sí.
Cabizbajo y algo impresionado por todo lo que estaba aconteciendo, me dirigía hacia la habitación que compartíamos Tanya y yo.
Ella no se encontraba allí.
Maldecí mil veces, a Bella Swan, y también me maldecí a mi mismo;por lo que estaba empezando a sentir por ella…algo completamente deconocido por mi: inquietud, desasosiego, calor, nerviosismo… esa mujer me estaba volviendo loco completamente….

Bella pov

No fue fácil encontrar pasaje para volar aquella noche mismo hacia Volterra. Pero gracias a las cantidades astronómicas que el patriarca de los Cullen, estaba dispuesto a pagar, nos encontramos todos sentados en primera clase; en aquellos momentos.
Me senté al lado de la pequeña Bree, que me miraba como si fuera una aparición o algo parecido.
Ojeando una revista que nos había dado una de las azafatas, me dí cuenta que el tal Edward, no me quitaba el ojo de encima. Su ceño fruncido y su nerviosismo, me hacian dudar si todos los miembros de aquella familia me apoyaban en aquello.
Era gracioso; yo que había ido a aniquilarlos, ahora me encontraba con todos ellos, rumbo a Volterra, para saber de una dichosa profecía, de la que yo no era conocedora y que a más inri, la protagonizaba una mujer; que según los que me rodeaban; era yo misma.
Durante las horas que duró el vuelo, intenté mantener la calma y no estrellar a Edward Cullen hacia el otro lado del avión. ¿Pero no se daba cuenta que me incomodaba? ¿No tenia ningún respeto a su compañera?...Aunque aquella mujer…parecía una cotorra.. no paraba de hablar; y dudo mucho que se enterase de la curiosidad que le causaba a su compañero.
Una vez en el aeropuerto. Alquilamos varios coches y nos dispusimos a llegar hasta la plaza del reloj.
Allí bajo la torre, estarían esperándonos, seguramente Alec y Jane.
No temia a nada. Creia conocer a Aro y sabia que me ayudaría a saber quien era… o eso esperaba.
El tiempo nos cobijaba. Hacia un dia de perros, llovia a cantaros y podiados desenvolvernos, sin ningún tipo de temor delante de los humanos.
Al dejar el coche impecablemente aparcado, una voz conocida, llamó mi atención.
-Isabella..
Volví mi rostro hacia la voz y sonreí. Vaya… el mismo Aro Vulturi había salido a recibirnos.
Todos los componentes del clan Cullen, estaban ya, fuera de los coches y emitieron un siseo al verlo; todos menos Carlisle, que fue el que se acercó a saludar a su viejo amigo.
Al estar uno de frente al otro,Aro le dio un fuerte abrazo y le sonrió.
-Esperaba tu visita hermano.
“Hemano” pensé, bonito hermano que me manda a mi, a matarlo. El beso de Caín.
-Si ya la esperabas, sabes positivamente a lo que hemos venido, Aro.-dijo Carlisle en tono severo.
Aro Vulturi emitió una carcajada y dio una palmada con su mano, festejando el comentario de Carlisle.
-¿Crees que si te hubiera contado, que tenia en mi poder el nombre de nuestra reina me hubieses creido?
Yo me quedé rigida y fui hacia él para pedirle explicaciones. Pero no pude llegar; unos brazos robustos, me aplacaron y miré hacia arriba, para saber quien me retenia. Era el maldito de Félix.
-Vaya…Félix…me alegra, verte…pero suéltame, ahora mismo.
El muy bastardo, sonrió de manera cínica y paseó sus labios por mi mandibula, dándome repulsión su contacto.
-Si me hubieras dejado….
- ¡Sueltame, maldito bastardo, o te juro que te mataré!.- grité.
Él, suavemente, dejó que a sus brazos le venciera la gravedad y me lanzó un beso con la mano, que me dio ganas de vomitar.
-Querida Isabella, vamos dentro. Necesitas una explicación.- sentenció Aro.
Caminamos hacia la entrada de la torre, donde nos esperaba Jane. La muy hija de puta, ni se inmutó al verme y yo la maldije entre dientes. De todos era bien sabido, que había luchado por tener a Félix como compañero por décadas, pero él no se había dejado seducir por su afecto…digamos que Félix, apuntaba hacia otro lado…yo.
Paseamos durante unos minutos, por aquel pasillo que yo conocía tan bien. Al llegar a la gruesa Cúpula de Los Tres Reyes.
-No te separes de nosotros, Bella.- me susurró,Edward Cullen.
-¿Crees que les tengo miedo?.- le pregunté en tono mordaz.
-No me fio de ninguno de ellos; no te separes de mi.
Lo miré con una ceja alzada, evaluándolo de arriba abajo y sonreí con socarronería.
-Mas vale, que protegas a tu hembra. Yo sé muy bien cuidarme sola. Lo he hecho por siglos, y mira que bien me ha ido.
Una sonrisa,sincera, se dibujó en sus labios y sentí más su cercanía, al hacer el intento de querer acariciarme la mano.
-No me toques Cullen, ya te he avidado de ello, no soporto el contacto masculino…y apártate de mi lado y acompaña a tu hembra. Me tienes harta..¿Se puede saber que tengo en la cara? No me has dejado de mirar,durante todo el trayecto… al final me vas a enfermar.
Él se paró un momento y yo seguí mi camino, haciendo caso omiso a su persona.
- Bien.- sentenció Aro.- Mis hermanos, están alimentándose.- una sonrisa siniestra se formó en su pálido rostro.- Querida Isabella…tenemos que hablar… a solas.
Dí un par de pasos hacia adelante y pregunté.
-¿La orden de aniquilar al clan Cullen, fue un ardid, Aro?.- repliqué.
Su mirada me evaluó, sombríamente y enseñó sus dientes nítidos y perfectos.
-Es la hora que se produzca el cambio, Isabella…y tú ya estas dispuesta para ello.Dime una cosa. ¿Ha sangrado tu marca, en el hogar de los Cullen?
Me quedé muda y asentí débilmente con la cabeza.
-Bien, uno de estos hombres es tu compañero.
-¿Cómo?.- el grito de Rosalie, retumbó en la cúpula, haciendo que todas nuestras cabezas se giraran hacia ella.
La carcajada fría de Aro, me hizo volver a la realidad. ¿ Entre aquellos vampiros, estaba el que debia de ser mi compañero? ¿Pero como era posible? Yo no albergaba ningún tipo de nexo, con ninguno de ellos.
-Dí, quien es.- farfulló Esme, siseando entre dientes.
-Jajajajajaajaj, tranquilas…hembras… no lo sé….Aunque cualquiera de vuestros machos sabe la respuesta.
-Queremos ver el Decálogo.
Aro, se tensó y profirió un gruñido.
-Nosotros no lo tenemos. Creemos que ha estado siempre con los Licantropos, en la reserva que hay en vuestro pueblecito, en Forks.
Un murmullo, aguijoneó mis oídos y todo se volvió negro de nuevo. La marca, crecia y me heria de una manera descomunal. Estaba en las ultimas; y unos brazos sujetaron mi caída.
Con los ojos entrecerrados, pude ver al individuo que me sujetaba fuertemente junto a su pecho; Era Edward Cullen.


Carlisle Pov.

-Edward, dejamé ver la marca…¡Dios mio, esta sangrando demasiado!, largo de aquí, Edward, tú no puedes con esto, largo….
Mi hijo tenia fuertemente apretada en su pecho a Bella ; rugia y se retorcía, por el suave y apetitoso sabor de su sangre.
Aro se acercó a velocidad vampirica y toco a Bella, por debajo de su guerrera,sacando así, su mano llena de sangre.
La miró hambriento y se llevó esta a la boca de una manera escalofriante…
-Nuestra reina es sencillamente deliciosa…lastima que yo no sea el encargado de degustar este manjar.
-Carlisle, cura a Bella. Ya.- susurró Edward entre dientes.
La cara de mi hijo era agonizante, su mirada inyectada en sangre en aquel momento, delataba la ferocidad que lo embargaba en aquel momento.
-Llevemos a Isabella a una de las habitaciones. Por aquí….- alzó su mano señalando una de las puertas; pero de repente, formó una barrera entre mi hijo,y yo, apartando al resto de la familia de nosotros.- Vosotros, no.
Mis otros hijos se miraron inquietos, y yo les hice un gesto con la cabeza.
Seguimos a Aro rápidamente, hacia una de las habitaciones.
Edward tendió a Bella, cuidadosamente, y Aro me tocó el hombro, guiándome hasta un pequeño recoveco que nos aislaba de ellos dos.
-He hablado en serio, cuando he dicho que no tengo el Decálogo, Carlisle, ella tiene que ir a buscarlo. Sólo se lo darán a ella. ¿entiendes? El apareamiento debe de ser antes de la próxima luna nueva.
-¿Apareamiento? ¿Qué estas diciendo?
-Cayo y Marco no están conmigo en esto. Rodará mi cabeza si saben que os estoy ayudando. Confiad en Jane, Alec y Félix…estos creen que será una nueva era para nosotros, el dia que nazca el niño que nos hara libres.
Llevé mis manos a la cabeza y apreté mis sienes, confuso.
-La mayoría de los c lanes del mundo entero no están de acuerdo con la posibilidad de ser humanos de nuevo..y harán todo lo posible para que la reina caiga o lo haga su macho. ..
El grito desesperado de Edward…nos descolocó y corrimos rápidamente hacia la habitación donde se hallaban, Bella y mi hijo.
Sentí un hondo pesar cuando mis ojos tuvieron que ver aquello…
….Edward, sollozaba y gemia en la cama , con Bella en su pecho, bebiendo de él…Mi hijo tenia sus labios llenos de sangre y me miró extasiado. No las tenia todas conmigo, al pensar que Edward estaba con toda su cordura en aquellos momentos….
Aro dejó escapar una risita.
-Ya se ha celebrado la comunión de los reyes….