CAPITULO 9
Alice Pov
Mientras estábamos allí, contemplando las balaustradas y arcos maginificamente tallados en el blanco mas puro de los marmoles, una visión, me dejó sin aliento:
Edward, mi hermano,yacia en una cama, con Bella entre sus brazos, ambos estaban alimentándose de ellos mismo y unian sus bocas a su piel como si fuera una especie de liberación.
Me sentí, avergonzada por aquella visión y quise desecharla, pero la, en aquello semiisnconciencia mia, seguía embelesada, por aquella visión tan intima.
Algo cambió; cuando él, empezó a gritar y a decir que se la llevaran.
Él también comenzaba a sangrar y ella, Isabella, en la situación en la que se encontraba no era participe de ninguno de aquellos actos por conciencia propia. Estaba en una especie de extasis, que la mantenían con los ojose semi abiertos y la boca, ensagretada por la mordida que le habia proporcionado a mi hermano, muy cerca de su corazón.
Una visión mucho tenebrosa dio paso ante mí.
Mi hermano sufria, algo le pasaba en un mortecina piel y comenzaba a arquearse de dolor.
Comprendí rápidamente lo que ocurria.
Él era el compañero de Bella .
La imagen de sus nombres tatuados el uno el cuerpo de el otro, se llenó de nerviosismo y corrí hacia las habitaciones donde habían desaparecido los dos amantes;
Sí, amantes, porque eso era lo que iban a ser en un futuro muy cercano.
Jasper me cogió de la mano, con la velocidad que nos caracterizada y habló en un suave susurro que solo yo comprendí.
-¿Dónde vas, Alice?
Yo lo miré una mirada llena de desesperación y le di un suave beso en la mejilla.
-Edward, me necesita.- susurré.
Él me miró sin comprender y corrí hacia los tuneles laberinticos que envolvían la cúpula de los Tres Reyes.
Agudicé mis oídos y pudo oir perfectamente los gritos de Edward.
Cuando entré a la habitación de donde provenían los alaridos, me quedé casi en estado de shock, al comprobar en el estado en que se encontraba Edward, me abalancé sobre él y le acarcié sus suaves cabellos cobrizos.
-Yo te ayudaré Edward. Lo he visto todo.Sé lo que es Bella para ti y lo que tú eres para ella. Escucha.- mi hermano, estaba con la mirada perdida en el umbral de la puerta, miré sin ningún tipo de pudor el pecho atlético y velludo de mi hermano. La sangre corria, mas oscura de lo normal, entre las sábanas y cogí un trozo de ellas y lo comencé a secar.- Edward, su nombre se está comenzando a grabar en ti…
Mi hermano suspiró lleno de fustracion y se dejó caer en aquella cama, mientras yo limpiaba, aquel amasijo de vello y sangre.
Edward era un hombre, fuerte; eso lo sabíamos todos. Pero aquella marca que estaba creciendo en él, debia de ser mucho mas dolorosa de lo que en un principio se veía.
Jadeando y con la voz entrecortada, pude escuchar en un tenue murmullo.
-La necesito a ella.- dijo mas para si mismo, que para mí.
-¿Dónde esta Bella ahora, Edward? Ire a buscarla si es eso lo que necesitas.
-Alice, Dios mio, me arde la garganta
….necesito algo que es mucho mas poderoso que tus palabras y tus cuidados en este momento. Necesito estar con Bella.
Miré hacia los lados como intentando que alguien me explicara de qué iba todo aquel cuento.
Mi visión habia sido mucho mas escueta de lo que me habia imaginado. ¿Qué necesidad, tiene Edward ahora?
-¿Estas hambriento, Edward…? .- pregunté con los labios temblorosos, a causa de la impotencia en la que veía en aquellos momentos.
-Sí…necesito a Bella.
Negué con la cabeza.
Si Bella estaba en sus cabales en aquellos momentos, dudaba mucho que se mostrara tan permitiva con Edward como para dejarlo alimentarse de ella…pero era tan fustrante verlo de aquella manera.. retorciéndose de dolor…apretando sus fuertes puños entre las sabanas, victima de todo aquel problema, que se nos habia presentado….desde la aparición de ella.
Bella pov
Desperté, bajo la atenta mirada de Aro.
Me tensé, pues aquel vampiro, me observaba con ojos nuevos.
Su sonrisa sibilina, y sus ojos desorbitados, me hacian estremecerme de pies a cabeza.
Un suave cobertor de plumas me envolvía, y a lo lejos como en un murmullo, parecía escuchar bramidos de dolor en alguna de las habitaciones.
-Ya has despertado…Bella…
Miré hacia los lados, intentando buscar a Carlisle o algún Cullen y de repente, como una daga en el corazón , recordé a Edward.
Me ruboricé en aquel mismo instante, pues recordaba perfectamente, sus lamidas y su lengua, pasear curiosa a lo largo de mi espalda y de mi pecho.
Su boca perfecta habia curado mi dolor, de una manera enigmática para mi.
Me toqué el pecho. La nueva marca, aquella que habia evolucionado en mi , en presencia de Edward.
El tacto de esta nueva marca, era liso y sin dolor.
Me asombré ante este nuevo descubrimiento; pero un nuevo alarido, proveniente de algún recoveco de la estancia, hizo que mirara a Aro, interrogante.
-Es Edward Cullen.- dijo con aire de suficiencia.- No sé lo que has hecho con ese chico, pequeña Isabella, pero se está retorciendo de dolor…no sabemos si es …la sangre que ha bebido de tu cuerpo o la …bueno…¿Qué tal te sientes, mi reina?
Me levanté, inquieta, olvidando totalmente el cobertor que me cubría y quedé expuesta a Aro, completamente desnuda.
El vampiro se relamió gustoso y adelantó unos pasos hacia mi.
Su mano, tocó levemente mi mejilla y bajó lentamente hasta mi clavícula
-Es fácil, olvidarse de nuestros instintos primarios en tu presencia, Isa- Bella… eres tan perfecta, que uno, se olvida que es vampiro y rápidamente se convierte en hombre, un hombre ansioso de reclamarte como suya….
Retrocedí de mis pasos y volví a cubrirme con el cobertor.
-Quiero ver a Edward Cullen…él me hizo sentirme mejor….si hay algo que pueda hacer por él. Lo haré…
Una carcajada, turbia y envolvente, salió de la boca de Aro, mi boca hizo un mohín de disgusto y él, volvió a escrutarme con la mirada.
-Tienes una nueva marca….para mi es ilegible…Mirate en el espejo Bella. ¿seras capaz de saber que quiere decir ese enreveso de palabras? Ven.- me cogió de un hombro y me guió hacia un gran espejo de hierro.- Despojate de ese vasto abrigo que te cobija, dejame, verte en total plenitud…
Lo miré con los ojos entrecortados y dejé expuesto levemente el comienzo de mis pechos, para poder vislumbrar claramente mi nueva marca….nada, yo no veía nada legible, en aquel compendio de trazos, completamente enervantes para mi.
-No sé lo que pone Aro, si eso es lo que quieres saber…- le dije nerviosa.- Ahora, llevame con el chico Cullen o lo haré yo misma.
De nuevo su mirada congelada, me recorrió y me hizo un ademan con la mano para que me marchara.
Los alaridos habían cesado, pero podia sentir claramente el aroma de Edward , cada vez mas cerca.
Cuando llegué al punto culmínante de la esencia, me contuve ante la puerta entreabierta y aspiré, abrí sigilosamente y quedé fuera de aquel entorno ante lo que mis ojos observaban.
Edward estaba acompañado de su hembra, ella yacia inclinada, ofreciendo su cuello al chico y él, con un gesto de dolor en su rostro, volvió su rostro ante mi, al sentir mi presencia.
-Lo…siento…yo…no quise…-dije, sin encontrar las palabras acertadas.
Sus ojos de aquel suave color pardo, me miraron con una expresión que no pude descifrar.
-Tanya, marchate…
La hembra lo miró lánguida y cuando pasó a mi lado ni si quiera clavó sus ojos en mi, caminó con la cabeza baja, como ida…
-¿Qué te pasa, Edward?.- pregunté, mirando como se marchaba Tanya.
-Algo ha cambiado en mi, al probar tu sangre, Bella.-dijo, conteniendo el dolor, pues su rostro perfecto, se contraria.
Hechó su cuerpo, todo lo largo que era sobre aquella cama y un nuevo olor, inundó mis fosas nasales.
Era un aroma dulzón y provocativo…y estaba segura que manaba de él, ya que solamente estábamos los dos en la habitación.
Edward Cullen era un especímen maravilloso, allí tumbando, con la parte superior de su cuerpo totalmente desnudo, era un reclamo para hembras en estado de celo.
-¿Cómo te sientes?.- preguntó con los ojos muy cerrados,y en su rostro una mueca de dolor.
-¿Yo?.- me acerqué levemente al lecho.- Bien.Pero tú…¿mi sangre te ha contaminado?.- pregunté dudosa.
Él ante esta pregunta, dibujó una tenue sonrisa en sus labios sensuales y abrió los ojos, para mi.
Me quedé prácticamente sin respiración,( si en realidad, respirara), aquellos ojos rezumaban deseo…pero este no era como el que me profanaba Aro…era diferente. Quise huir de allí, pero algo me sujetaba al suelo, paralizada, absorta en aquellos ojos, que se habían vueltos oscuros de puro deseo.
-No, no me has contaminado, Bella, pero necesito que cures mis heridas así como yo lo hice antes, presiento que sólo tú puedes hacerlo, ¿lo harias por mi?.
-¿Heridas?.- pregunté aterrada.- ¿te hice daño?.- me lancé a la cama y sin darme cuenta si quiera, se me olvidó el cobertor por el camino, mi cuerpo casi desnudo rozó el suyo y una especie de calambre, nos hizo mirarnos a ambos.
Un jadeo salió de los labios del hombre y yo toqué el vello de su torso, intentando ver lo que habia escondido tras él.
Me llevé las mano a la boca, completamente alucinada…
-Tienes unas letras, Edward…yo te he infectado de mi enfermedad…- un sollozo involuntario salió de mis labios y él se semiincorporó, abrazandome.
-No. No es eso, no me has infectado de nada. Ahora solamente, lame mis heridas, Bella ; igual que hice yo con las tuyas.- dijo en un susurro envolvente, como una promesa hecha a fuego.
Su pecho rozaba el mio y su boca estaba extremadamente cerca de la mia,un suspiro, con aquella dulce fragancia salió de sus labios y cerré los ojos embotada, de algo que se me escapaba completamente.
Un revuelo, hizo que nos volviéramos hacia la puerta.
Me puse en pie y agarre de nuevo el cobertor.
-Mierda…-susurró Edward.
-¿Qué pasa?.- pregunté en un siseo.
-Por lo visto, todo irá mucho más rápido de lo que pensamos mi reina…han llegado los licántropos, estoy intentado escuchar, como han sabido que estamos aquí….el hechizero y el macho alfa de la comunidad de Lapush, han traido consigo el decálogo….-una vez mas, estrelló su espalda en el colchon, victima del dolor.
Abrí la puerta y me quedé asombrada, ante lo que veian mis ojos.
Una anciano , me miraba con cara de pocos amigos y junto a él, habia un joven, magnifico, ¿hoy era el dia de “ sin camiseta”? Aquel ejemplar masculino, iba con unos pantalones, tan solo y estos se pegaban tanto a él como una segunda piel.
-Hemos llegado a tiempo.- dijo el anciano, a quien miré sin comprender.- Llevatela, Jacob,ella no debe estar aquí.
El joven estrelló la mano en mic cintura y me asió en brazos.
Lo miré a los ojos, aquellos ojos negros como el carbón y suspiré.
En mi vientre ardia , la dicha de ser poseída…después de tantos años…por aquel magnifico hombre que me llevaba como si de una novia se tratase, la anticipación del deseo, era algo que habia conocido en muy pocas ocasiones; y hacia tanto tiempo que ya no lo recordaba, apoyé mi cabeza en su hombre y sonreí, él desvió suavemente su cabeza y yo miré a hurtadillas su boca, recta y perfecta; sonreía……
Continuará…
holaa me encantoo el cpaiiii perooo eress malaa ya aparecioo jacobb para romperr la pazzz...ohhhhhh es que no me gustaaaa...yy bella que le pasaa eso que dijo ultimo que quiere ser poseidaa por ell o yo entendiii mall porr diosss nooo ella tiene que estarrr con edwarddd...ahhhhhh ajaja me agarra la locuraa!!!!! noo quiero a bella conn jacobbbb...je!!!! y encimaa justo cuando le estabaa por curar las heridas los interrumpennn.....bueno nos leemos en el proximo!!!! besotes!!!
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